El "cachorro jobaquero" Mn. Enric Termes (a la izquierda), reconvertido en uno de los hombres de confianza del cardenal Martínez Sistach.
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Los discípulos de los "jobaqueros" mencionados la semana pasada, empezaron a entrar en un Seminario concebido a su medida, puesto al servicio del Movimiento. En una primera etapa con Mn. Josep Maria Jubany como vice-rector, y sobretodo en la etapa Vives, con Joan Enric Vives como rector ayudado por sus antiguos compañeros de Jobac y similares (Mn. Josep Maria Domingo, Mn. Joan Nadal, Mn, Salvador Bacardit…). Los seminaristas que no tenían nada que ver con la JOBAC eran destinados rápidamente a parroquias "jobaqueras", incluyendo aquellos que eran más "conservadores" pasando un verdadero suplicio en su camino espinoso hacia el sacerdocio. Afortunadamente los que no eran "jobaqueros puros" mayoritariamente se alejaron del movimiento y de sus ideas una vez ordenados sacerdotes, pero los demás continuaron fieles a sus principios dirigidos y protegidos por sus mentores. El nombramiento primero de Mn. Ramon Corts y posteriormente de Mn. Francesc Prieto como rectores del Seminario por parte del cardenal Carles, puso punto final a aquella desdichada aventura y a la formación "jobaquera" de los seminaristas. Con ese cambio, la especie se extingue, entre otras cosas porque se va quedando estéril de jóvenes y consecuentemente de futuribles seminaristas, y los jóvenes "cachorros" pasan a la oposición adhiriéndose a los grupos de presión contra el obispo valenciano. Pero cuando parecía que estos "cachorros" iban a pasar a la historia sin pena ni gloria, es entonces cuando llega a Barcelona el arzobispo Sistach y empieza a reclutarlos para cargos importantes de la diócesis. Con esa jugada Sistach intenta matar dos pájaros de un tiro: colocar sacerdotes jóvenes en su gobierno y a la vez, ganarse el aprecio de sus protectores y mentores, todas esas generaciones de sacerdotes progresistas y nacionalistas que hicieron la vida imposible a su antecesor el Dr. Carles.
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