Glosas a las "Arrels cristianes de Catalunya"
De esos polvos vinieron estos lodos. De un episcopado y de un espíritu como el que engendró ese documento e inspiró la pastoral de la Iglesia en Cataluña durante el último cuarto de siglo, no se podía esperar más que ruina y desolación. Es una suerte que hoy el episcopado catalán en su conjunto esté tan alejado de ese espíritu, que haya guardado silencio en la conmemoración de este manifiesto.
Es, en efecto, una profesión de fe nacionalista hasta unos extremos delirantes. Parecería lo normal que un documento emanado de un colegio de obispos católicos, fuese ante todo y sobre todo una profesión de fe católica y una propuesta pastoral orientada a la cristianización de la sociedad en que estos obispos ejercen su ministerio. Pero qué va, resulta que la gran obsesión que muestran los obispos en este documento colegial, no es la cristianización de Cataluña, sino la catalanización de la Iglesia católica en Cataluña y el esfuerzo de ésta por integrar en su nueva patria a “los que han venido de fuera”.