InfoCatólica / Germinans germinabit / Categoría: Domus Ecclesiae

9.03.12

Capítulo 57: Las insignias litúrgicas (2). El manípulo

El manípulo ( manipulus, mappula, sestace, brachiale, o fano =del alemán fahne -paño) es una imitación de aquel lienzo a manera de pañuelo que, entre los romanos, los cónsules y los altos cargos del Estado llevaban como objeto de etiqueta en ciertos vestidos de gala. Se sostenía en la mano o se ataba al vestido. El Liber Pontificalis nos lo presenta como una insignia honorífica, concedida por el Papa Silvestre (+314) a los diáconos romanos para el servicio litúrgico “ pallea linostima leva eorum tegerentur” (1). Esta pallea linostima tenía que ser de un tejido noble, de lana o seda en trama de hilo. Que fuesen honoríficos resulta del hecho de ser portados en la mano derecha, de la cual casi nadie se sirve.

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2.03.12

[DE] Capítulo 56: Las insignias litúrgicas (I): La Estola

La estola, insignia litúrgica común a los diáconos, presbíteros y obispos, no tiene este nombre en los documentos más antiguos, sino que es llamada en occidente orarium y en oriente othòne orárion. El orarium, llamado también mappa, sudarium, era en el uso profano un paño más bien fino, propio de las personas distinguidas y destinado a enjugar el rostro o a enrollarse en torno al cuello como una ancha corbata. San Sátiro, hermano de San Ambrosio, al naufragar, escondió la Eucaristía en su orario y se lo ató alrededor del cuello. El othone ( linteum) de los griegos era también un velo amplio de hilo, correspondiente a nuestra toalla. Este es el sentido que le da S. Isidoro de Pelusio (+440). Dice Wilpert que el othone “con el cual hacen su servicio los diáconos en los sagrados misterios rememora la humildad del Señor cuando lavó y enjugó los pies de sus discípulos”.

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24.02.12

[DE] Capítulo 55: El Pluvial

El pluvial (pluvialis, cappa) llamado así en los países meridionales después del siglo IX y capa en los países del Norte, según algunos tiene su origen en la antigua lacerna o virus, alargada por debajo de las rodillas. Otros piensan que el pluvial no es otra cosa que la transformación de la pénula, provista de capucha para la lluvia y con abertura delantera para una mayor comodidad. Son más que evidentes las analogías de forma entre la capa medieval y la lacerna romana, pero también resulta evidente que cuando el pluvial apareció entre las vestiduras litúrgicas allá por los siglos VIII-IX, hacía ya mucho que la lacerna había pasado de moda y no pertenecía a la indumentaria civil. La primera mención la encontramos en un inventario del monasterio de Obona en Asturias del siglo VIII. Braun en su Die liturgische Gewandung demuestra que el pluvial fue originariamente una capa provista de capucha ( cucullus ) que en los días más solemnes llevan los miembros más sobresalientes de la comunidad monástica, especialmente los primeros cantores.

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18.02.12

[DE] Capítulo 54: La Dalmática y la Tunicela

La dalmática, que a principios del siglo III se había ya convertido en la vestimenta de las personas más honorables, se nos presenta por vez primera como vestidura sacra en un fresco del siglo III de las catacumbas de Priscila que representa la consagración de una virgen llevada a cabo por un obispo (quizá el Papa mismo) revestido de dalmática y pénula. En el siglo IV el Liber Pontificalis la nombra como un distintivo honorífico concedido a los diáconos romanos por el Papa San Silvestre (314-355) para distinguirlos entre el clero con motivo de las especiales relaciones que estos tenían con el Papa. La noticia se encuentra confirmada por el autor de las Quaestionum ex Vet. Testamento (a. 370) el cual, no sin una pizca de ironía, escribe: Hodie diaconi dalmaticis induuntur sicut episcopi (Hoy en día los diáconos se revisten de dalmática como los obispos). Esto prueba que la Iglesia Romana consideraba el uso de la dalmática como suyo propio, y que sólo el Papa podía conferir. De hecho, el Papa Símaco (498-514) lo concede a los diáconos de Arles, San Gregorio Magno al obispo y a los diáconos de Gap, Esteban II en el año 757 concede a Futrado, abad de San Dionisio, el privilegio de ser asistido en la misa por seis diáconos revestidos de dalmática. Pero, con la expansión de la liturgia romana en la Galia en la época carolingia, la dalmática adquiere un uso común, aunque los papas continuasen a concederla como privilegio. Estrabón (+849) atestigua que en su tiempo la llevaban no sólo los obispos y los diáconos, sino también los presbíteros debajo de la casulla.

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10.02.12

[DE] Capítulo 53: La Casulla (y II)

En cuanto a la decoración de la casulla, nótese que desde los primeros siglos las pénulas profanas lucían motivos ornamentales, como por ejemplo, las dos franjas púrpuras verticales que vemos en la pénula del orante en el cementerio de Calixto. Las casullas del mosaico de San Venancio en Letrán muestran un simple friso con galón en torno a la obertura del cuello. En los mosaicos de Ravenna, la decoración de la casulla del obispo Ecclesius y Maximiliano, tiene la apariencia de una cruz bifurcada. Sin embargo un sistema consolidado de ornamentación de la casulla no aparece antes del siglo XI. Hacia esta época se aplicaba en la centro de la parte posterior de la casulla, un listón vertical que iba subiendo hasta la nuca, pero que al llegar a la altura de los hombros se dividía en dos brazos oblicuos (Y – cruz bífida-trífida) los cuales giraban alrededor del cuello y se encontraban en el pecho por la parte delantera para bajar hasta el borde inferior. Dentro del listón si bordaban diseños de estilo o figuras humanas: sujeto favorito eran las representaciones de bustos de santos, dispuestos en compartimentos circulares, ojivales o cuadrados, mientras en la intersección si colocaba una imagen del Salvador, de la Virgen o del Santo Patrono. En el siglo XIII, especialmente en Inglaterra, Francis y Alemania, comienza a introducirse la cruz con brazos horizontales, pero solo en la espalda, prototipo de la decoración que después prevaleció y que a partir del siglo XV se convirtió en común. En cambio en Italia, se usó preferentemente un simple listón vertical sobre las dos caras de la casulla, junto con una ornamentación horizontal a la altura del pecho, con el único fin de impedir una rotura de la tela. Es el tipo romano vigente. Nótese que el diseño de la cruz bifurcada en la espalda no se debe, como querrían algunos ni a una verdadera figuración de la cruz, ni a una estrategia para ocultar las costuras de la tela: es simplemente un motivo ornamental no desconocido por las pénulas paganas, que más tarde fue interpretado en sentido cristiano.

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