Probablemente Dios no existe: sácale el jugo a la vida o pégate un tiro
Creo que los señores ateos y librepensadores que han iniciado su batallita de los autobuses habrían hecho mejor en escribir el encabezado que preside este artículo en lugar del eslogan que han escogido, pues al fin y al cabo, despreocuparse y ser feliz no es tan sencillo como nos lo pretenden hacer creer. Y, si no, que se lo cuenten a todos los que no tienen trabajo o lo tienen precario, a los que se las ven y se las desean para llegar a final de mes, a los que tienen que ingeniárselas en cómo mantener a su familia, a los enfermos crónicos, a los desahuciados, a los inválidos, a los que son víctimas de adicciones, a los que vegetan tristemente en las cárceles, a las víctimas del terrorismo, a las de de las guerras, a los damnificados de las catástrofes naturales, a los ancianos despreciados o abandonados, a los niños sin infancia, a los explotados, a las mujeres maltratadas, a los menores acosados, a los que sufren depresión, a los perseguidos, a los inmigrantes de las pateras, a los marginados, a los sin techo, a los esclavos (que los hay todavía), a los prostituidos, a los que nadie quiere…