El cardenal neo-gaudiniano
La semana pasada se inauguraba en la Ciudad del Vaticano la exposición Gaudí en Roma, con un extraordinario desembarco de personalidades y medios de comunicación. No faltó ni tan siquiera el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien declaró que se trataba de una excelente oportunidad "para estrechar las relaciones entre el gobierno catalán y la Santa Sede ". Se hizo también presente una escogida representación de los medios de comunicación más fieles, destacando los cronistas oficiales de la diócesis Enric Juliana y Jordi Llisterri. ¡A Roma, doncs, que hi falta gent ! Cual se observa en la fotografía, nuestro obispo estaba como un niño con zapatos nuevos. Está tan imbuido de la obra y la personalidad del genial arquitecto, que ya se considera un eslabón más en la creación de la Sagrada Familia. La ilusión de su vida sería llegar al año 2026 y ver finalizado el templo, justo al cumplirse el centenario del fallecimiento de Antonio Gaudí. Tanto es su entusiasmo por ver en vida la beatificación del arquitecto, que va pidiendo por todas partes ¡ Un miracle. ..! ¡ Ens fa falta un miracle ! Pero el frenesí gaudiniano del cardenal es propio del enardecimiento de los conversos. Hasta hace muy poco tiempo, no se distinguía Sistach por su fervor hacia el creador del templo expiatorio, ni mucho menos por ser un decidido promotor de su beatificación. Nuevamente, voy a hacer un ejercicio de memoria.