Anécdotas de verano (I): La misa de la Asunción
El año pasado inicié una serie de anécdotas de verano, basadas en mis suplencias sacerdotales en parroquias progresistas de nuestra diócesis. Debido a la buena acogida de aquellos artículos he decidido volver a la carga aunque sea con un poco de retraso, como consecuencia de mis últimas estancias en el extranjero.
Mi primera anécdota corresponde a la celebración de la Santa Misa en la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María al cielo. Me sorprendió que uno de los párrocos más progresistas de la diócesis recurriera a mi, un sacerdote tan “carca” para pedirme que le celebrara ese día la eucaristía en su parroquia. Más tarde entendí el motivo. El año anterior había dejado a sus feligreses sin celebración, tal como lo oyen, en una fiesta de precepto, la iglesia estuvo cerrada a cal y canto porque el párroco se fue de vacaciones y no se preocupó de buscar ningún suplente. Pero su “descuido” pastoral no fue bien recibido por sus fieles, que se tomaron bastante mal el abandono de su pastor, y le dieron una buena reprimenda a su vuelta. Como consecuencia de ello, el párroco progresista para evitar que se repitiera tal circunstancia, decidió sacrificarse hasta el final, recurriendo aunque fuera a un sacerdote “ultraconservador” para que le celebrara la Santa Misa y no poner en peligro sus vacaciones.