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30.10.08

La Misa Romana: Historia del Rito. Capítulo 5º: Las lecturas. Parte 2ª: La salmodia, el verso aleluyático y el tracto o aclamación al evangelio


Los cantos que hasta ahora hemos conocido deben todos su origen o a la necesidad de llenar pausas originadas por las procesiones (como el de entrada o introito) o son aclamaciones puestas en música posteriormente (como los kyries o el Gloria). En cambio, en el gradual o salmo responsorial y el verso aleluyático, nos encontramos por vez primera con auténticos cantos, que como tales se introdujeron desde el principio en la liturgia para expresar en forma poética los sentimientos de admiración y agradecimiento por la doctrina recibida en las lecturas. En estos cantos intermedios tenemos pues, los genuinos y más antiguos cantos litúrgicos. Prescindiendo de las misas feriales, nos encontramos hoy dos cantos antes del evangelio: el gradual o salmodia y el verso aleluyático o en sustitución suyo, el tracto o aclamación al evangelio. En principio el gradual o salmo seguiría a la primera lectura y el verso aleluyático a la epístola. Cuando únicamente hay una lectura, permanece la salmodia y el verso aleluyático uno detrás del otro, como permaneció durante el periodo en el que en las misas festivas y dominicales sólo quedó la lectura de la epístola y el evangelio (hasta el Novus Ordo de Pablo VI). Lo cual no impide que actualmente se considere el verso del aleluya más bien como anuncio del evangelio.

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29.10.08

Parece usted maño, señor cardenal


He llegado al convencimiento de que por las venas de n.s.b.a cardenal debe correr mucha sangre aragonesa. Muchos recordarán aquella escena de la película “Nobleza baturra” en la que aparecía un maño subido en una burra que andaba por el medio de la vía del tren. A lo lejos se oye el pitido de una locomotora a vapor, de esas que tanto echamos de menos los que hemos vivido de pequeños al lado de una vía ferroviaria. Pero el maño y la burra ni se inmutan. Según se acerca la locomotora, el maquinista toca el pito con más insistencia. Y entonces el maño, sin volver apenas la cara, va y suelta: “Chufla, chufla, que como no te apartes tú…”

Tal que parece que nuestra archidiócesis es aquella burra que va por la vía, y el cardenal el maño que la lleva de las riendas. Por más que el peligro de ser arrollada por el tren se la lleve por delante, el lozano jinete no piensa moverse un milímetro ni a derecha ni a izquierda. El pitido nítido y potente de la diócesis hermana y vecina de Terrassa no inmuta a nuestro querido arzobispo. Saiz Meneses, como venimos diciendo en Germinans, tiene un seminario que va a dejar atrás al de Barcelona el año que viene, o en dos años a lo más tardar. Pero nuestro pastor insiste en mantener a mosén Turull como rector y delegado de pastoral vocacional. Pues nada, cardenal, siga usted por ese camino y verá qué bien nos va.

Al menos tenemos la esperanza de que Roma tome nota de esa realidad, sobre todo a la hora de proveer la sucesión de la todavía principal diócesis catalana. Si no nombran a Saiz Meneses para tan alta responsabilidad, al menos pueden elegir a alguien que tenga las cosas tan claras como este obispo conquense de nacimiento y catalán de adopción.

Patianus

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25.10.08

Aviso

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Pauper Maestus, webmaster

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24.10.08

Las tres bestias negras del progresismo eclesial de Barcelona



Don Marcelo González Martín

Reconozco que este domingo me emocioné en la catedral de Girona cuando el nuevo obispo titular Don Francesc Pardo citó en sus palabras de agradecimiento a mi querido y añorado cardenal Don Marcelo González Martín. La verdad es que Don Francesc tuvo valor al citarlo, porque no pasaba nada si no lo mencionaba y al hacerlo ponía de muy mal humor a los muchos enemigos que tenía Don Marcelo en Cataluña, y no sólo en Barcelona donde fue arzobispo, sino en el resto de la Cataluña progresista y nacionalista que siempre lo ha considerado un obispo “franquista”.

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