El Cardenal Martínez, hijo adoptivo de Bañalbufar
Coincidiendo con sus fiestas patronales de septiembre el municipio de Banyalbufar situado en la zona costera de la mallorquina Sierra de Tramontana concede el título de hijo adoptivo de la villa a nuestro n.s.b.a. Cardenal Arzobispo. El evento es anunciado en la web de nuestro Arzobispado. El motivo de tal distinción no es otro que recordar los veraneos de la familia Martínez Sistach en la “Isla de la Calma”. Eran los años de posguerra, media España se rascaba los piojos de la miseria y hacia lo posible para no morirse de hambre haciendo cola en las tiendas con la cartilla de racionamiento o a las puertas del Auxilio Social. Pero aquel comerciante de “vetes i fils” (cintas e hilos) que fue el augusto padre de nuestro Cardenal se trasladaba con su familia en barco a Mallorca donde arrendaba una casita para su familia y poder así concederles un merecido tiempo de descanso y asueto. El joven Lluiset acababa sus cursos en los Maristas del Colegio de la Inmaculada de la calle Valencia con holgado aprovechamiento y esperaba con ilusión el advenimiento del periodo vacacional. En Banyalbufar pudo gustar por vez primera las delicias de la cocina payesa mallorquina: las ensaimadas y las empanadas de carne, las cocas de “trempó” y “amb pinxes” (sardinas) y las sobrasadas de matanza, y como no, los aromas del “frit” mallorquín aunque parece ser prefería los refinados “escaldums” de pavo, por no ser mucho de su gusto ni las asaduras de cordero ni cualquier otro tipo de despojos.