El espíritu de Manresa y 8 iniciativas para la educación afectiva de nuestros jóvenes
En el pasado I Congreso de Nueva Evangelización, en Manresa, pudimos experimentar una práctica que hacía décadas no se veía con tan profusión ni naturalidad en Cataluña: los obispos Romà Casanova de Vic y Xavier Novell de Solsona actuaron, gracias a los cuatro talleres (el Oratorio de Niños de los Cooperatores Veritatis; los Sentinelle del Mattino; Tornar a Creure de Morlans y los cursos Alpha), según la vivencia de la Iglesia por la cual la diversidad de carismas no está reñida con la unidad/comunión en la Fe. Ésta es con seguridad una de las marcas del espíritu de Manresa. El tema que hoy nos ocupa, aunque no fue abordado explícitamente en el Congreso, es el de la educación afectivo sexual de los jóvenes.
A algunos, esto les parecerá una realidad de Perogrullo; pero los que vivimos por estos lares sabemos como la obsesiva heterodoxia en la Fe de algunos sacerdotes diocesanos o regulares y de algunos consejos parroquiales, acaba por ir hermanada con la obsesiva apuesta por un solo y único movimiento o iniciativa (lo de la JOC-JOBAC fue de manual) que lo monopoliza todo. Aquellos que debían trabajar para que su parroquia viviera en comunión con la Fe católica y por dar espacio en ella a la diversidad de carismas recibiéndolos con paternal acogimiento, no hicieron ni lo uno ni lo otro. Es curioso que quienes permiten la heterodoxia doctrinal, acaben siendo tan excluyentes con todos aquellos movimientos o grupos que no se acomodan a las subjetividades del párroco o consejo parroquial de turno.