InfoCatólica / Germinans germinabit / Categoría: Importado

4.04.09

Reformas como la del Abad Cisneros

Reproduzco un interesantísimo artículo de D. Luis Fernando Figari aparecido en la web oracioncatólica.info sobre el espíritu reformador del que fuera abad de Montserrat Dom Cisneros. Espíritu de un auténtico hombre de Iglesia que marcó con auténtica grandeza la historia de nuestra renovación cristiana.

Cuando desde Germinans a menudo abogamos por una Reforma radical de la Iglesia en Cataluña y por antonomasia en Barcelona, lo hacemos convencidos de que la endogamia que se crea en nuestras diócesis con el nombramiento y gobierno pastoral de obispos con demasiadas “relaciones peligrosas” in situ, establecidas ya desde el pasado y que por una parte los mantiene maniatados y por otra les condiciona su examen de la realidad, en una palabra les priva de perspectiva y de libertad. Uno de los grandes problemas del Cardenal Martínez Sistach cara a una renovación de la Iglesia en esta Archidiócesis es justo ese: que es demasiado de aquí y que tiene demasiadas amistades a las que servir.

El que se convertiría más tarde en el Abad Cisneros, amén de ser una persona de una formación intelectual y una talla espiritual extraordinaria, hacia gala de un profundo anhelo de santidad en la tan necesaria reforma de la Iglesia de su tiempo. Le casta le venía al galgo, pues su tío el cardenal Cisneros pasará a la historia como uno de los más grandes y válidos reformadores de todos los tiempos.

Espero que una lectura atenta de este artículo llegue a perfilar a nuestros lectores el boceto de Reforma por el que también suspiramos nosotros en nuestros días. Triste e inevitablemente cuando marche Sistach. Y el nuncio Monteiro y el cardenal Re también.

“Un maestro de oración, García Giménez Cisneros”, por Luis Fernando Figari

Hacia 1493 una docena de monjes, cansados del largo camino desde Valladolid, ascendía trabajosamente hacia el santuario de Nuestra Señora, en Montserrat. Entre ellos iba quien sería elegido prior, y más tarde abad del monasterio de Montserrat, García Giménez. Poco tiempo antes, los Reyes Católicos habían logrado que el Papa Alejandro VI anexionase Montserrat al monasterio de San Benito el Real de Valladolid.

Nacido en la villa de Cisneros, del antiguo Reino de León, en 1455, García o Garsías será conocido como de Cisneros. Hacia el inicio de la década de los 70 ingresó al monasterio benedictino San Benito, de Valladolid, en el que llegó a ocupar el cargo de segundo prior. San Benito era ya entonces centro de lo que se ha dado en llamar la reforma vallisoletana. Fundado en 1390 por auspicio real fue desde un principio destinado a convertirse en un centro de restauración de la estricta observancia.

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3.04.09

Taltavull empieza maniatado

Decía Juan Belmonte que el parar, mandar y templar de la tauromaquia se podía aplicar a todos los órdenes de la vida; de tal suerte que no podía haber mando, ni temple, sí previamente no se había parado. Esta lógica belmontina le ha sido aplicada a rajatabla a Monseñor Taltavull, desde el primer día de su consagración episcopal. Nuestro nuevo obispo auxiliar pudo notar enseguida quién manda en esta diócesis y como manda en ella. Le han parado los pies desde un inicio. Al menos, no podrá llevarse a engaño. Antes de la ceremonia, ya tuvo que presentar su discurso de bienvenida al nihil obstat sistachiano. Para tremenda sorpresa de Taltavull, los cinco folios de su alocución se vieron reducidos a dos. Existía verdadero pavor en el Carrer del Bisbe a que se repitiese la polémica del sermón inaugural de Monseñor Pardo como obispo de Gerona, en el que tuvo menciones de agradecimiento para todo el mundo (¡incluido Don Marcelo!), salvo para Sistach. La cura de adelgazamiento de las alusiones de Taltavull fue tan radical que hasta quedó sacrificado - cual bien recordaba Antoninus Pius – nuestro llorado obispo Carrera. A pesar de ser su inmediato predecesor y haber fallecido hace solo cinco meses.

¿Cómo pueden haber tenido la osadía de desaprobar una mención al obispo Carrera? Muy simple: Era un auxiliar que iba por libre. Libertad que jamás implicó deslealtad. Al revés, tuvo una lealtad tan extrema que no pudo gozar de las mieles de la jubilación, porque no se designó nuevo auxiliar, durante los tres años y medio que transcurrieron desde su renuncia. Tres años y medio en los que siguió ejerciendo su cometido episcopal, hasta el punto de sufrir el mortal derrame cerebral mientras impartía ejercicios espirituales.

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2.04.09

Tarragona mueve ficha

El arzobispo de Tarragona, Don Jaume Pujol Balcells ha decidido mover ficha y realizar un cambio total en su equipo de gobierno. Es cierto que el cambio ha tardado más de lo que algunos hubiéramos deseado, pero se ha demostrado que a pesar de la grandísima prudencia de Don Jaume, no está dispuesto a que las cosas siguen perpetuándose indefinidamente en su diócesis.

El cambio no es un puro maquillaje, porque se han cambiado a todos los vicarios episcopales y sobre todo al vicario general, ninguno de los anteriores continúa en ningún cargo. Lo más significativo, sin duda, es la substitución del Rvdo. Miquel Barberá (foto derecha) por el Rvdo. Joaquim Fortuny (foto izquierda). Solamente mirando las fotos que ilustran el artículo ya se puede apreciar que el cambio es para bien. No sólo porque el Rvdo. Fortuny viste de sacerdote y no con corbata como el Rvdo. Barberá, sino porque representa una nueva generación de sacerdotes (fue ordenado por el mismo Juan Pablo II en Valencia en 1982).

En cambio el Rvdo. Barberá representa el pasado, un estilo de cargo diocesano, que afortunadamente está empezando a pasar a la historia en la mayoría de las diócesis catalanas. Son los eternos “episcopables", los delfines de obispos que nos han dejado una Iglesia catalana desolada, esos obispos que intentaron promocionarlos al episcopado, como sus “dignos” sucesores, pero que no han “colado” en Roma para bien de nuestras diócesis. A algunos como en el caso del Rvdo. Barberá ya se les ha pasado el arroz, otros como el caso del Rvdo. Joan Torra en Vic, perdieron ya su oportunidad, a pesar de que Don Josep Maria Guix quería que fuera su sucesor y se llevó un disgusto monumental cuando el elegido por Roma fue el bueno de Don Román Casanovas.

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Obispo Taltavull: ¡Debe aprender a serlo de todos!

La primera consideración que Germinans desea hacer en esta valoración global sobre la ordenación de Mons. Taltavull el pasado sábado 21, nace de un profundo sentido de la eclesialidad: acogemos con apertura de espíritu y profundo respeto al nuevo obispo auxiliar de nuestra Archidiócesis.

Tras esta bienvenida inicial es necesario proceder a una serie de consideraciones de fondo y de forma.

En primer lugar afirmar que para los propulsores y patrocinadores del evento la ceremonia fue un autentico éxito. Los que apoyaban desde un inicio la candidatura de Don Sebastián exteriorizaban una nada disimulada alegría. La cuestión fue bien patente: las sonrisas de oreja a oreja, los aplausos y los “Tià arriba, Tià abajo” eran una muestra más que evidente de ello.

En segundo lugar reiterar que la elección de Taltavull entra en las coordenadas a las que nos tiene acostumbrados últimamente la Santa Sede en cuanto a los nombramientos de obispos en Cataluña: que no causen sorpresa y que no sean recibidos con hostilidad por el clero mayoritario, más aún, que respondan al perfil que la mayoría del clero acepta gustoso.

El nombramiento de Sistach como arzobispo de Barcelona, los obispos de Lérida y Gerona, ahora el auxiliar Taltavull, dan buena fe de ello.

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1.04.09

La misa romana. Capítulo 20: El “Quam Oblationem”

Nos encontramos de nuevo en la sección más antigua del canon. Realmente así lo podemos suponer teniendo en cuenta que gramaticalmente forma una sola pieza con las palabras de la consagración. Es el último esfuerzo humano para llegar a las entrañas del misterio. Como tiene forma de petición, uno se puede preguntar qué es lo que pide exactamente.

Según el texto actual, que es el mismo que en tiempos de San Gregorio Magno, pedimos a Dios que se digne hacer que esta ofrenda sea en todo bendecida, admitida, aprobada, sobrenatural y grata, para que quede convertida en el cuerpo y la sangre de Cristo.

Por de pronto, no conviene fijarse en cada uno de los atributos por separado, sino más bien en la relación que existe entre ellos como conjunto, y en el acto de consagración. Es decir, si lo que pedimos, es la perfección previa de los dones que exige la consagración o si pedimos sencillamente la misma consagración. En este segundo caso los atributos describirían ya la materia sacrificial como consagrada. El problema estriba pues, en si hemos de considerar en estos cinco atributos, la última preparación para la consagración o no. Es el problema básico de esta oración. El otro, el secundario, es el sentido exacto de cada uno de los atributos.

De atenernos puntualmente al texto actual, hemos de afirmar que pedimos la última preparación inmediata a la consagración. Pero contra esta interpretación tenemos un texto antiguo, cita del canon romano, que es conservado por San Ambrosio y además la circunstancia de que en tal caso faltaría en la liturgia romana una oración correspondiente a la que tienen los orientales y que se llama “epíclesis” a saber: la petición directa de que Dios intervenga en la realización del misterio de la consagración.

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