Oriol Domingo salva a Germinans
artículo de Oriol Domingo en La Vanguardia del domingo 22 de febrero provocó un letal efecto boomerang. El absurdo razonamiento del periodista dominical (recuerden la falacia del argumento lefebvrista o la burda manipulación de la figura de Lombardi, entre otras lindezas), unido a su inequívoca pretensión censora, provocaron una catarata de adhesiones en favor de Germinans y de la libertad de expresión. A partir de entonces, los que habían urdido la letal trama retrocedieron en su intento. No habían previsto un revuelo semejante. Sin quererlo, Oriol Domingo nos insuflaba nueva vida.
Como suele suceder en estos casos, el periodista Domingo tuvo que pechar con su penitencia. En esta semana ha tenido que escuchar de todo de aquellos a quienes pretendía defender. Le han llamado imprudente, indiscreto, inoportuno, irreflexivo, atolondrado, incauto, lenguaraz, etc. Hasta ha tenido que leer que vuelva a la facultad de periodismo, pues su artículo ha tenido el efecto contrario que buscaba.