Ha “nasido” una estella
Llisterri está preocupado por si la Generalitat corta la subvención a su chiringuito-sólo-viable-con-dinero-público de la Avda. Gaudí , 13. Para prevenirse está abriendo diferentes escenarios de futuro. Uno, la versión en castellano de su web Catalunyareligio.cat. Las tareas de traducción las llevan ya a cabo las benedictinas de Montserrat, donde recala de vez en cuando la célebre Teresa Forcadas, y las de Sant Pere de les Puel·les de Barcelona. Mucho vamos a reír con las catalanadas que vamos a leer, y que estoy seguro de que van a superar a las de esta humilde web.
Más interesante que ver a Sor Gertrudis Nin, o su sucesora Sor Esperança Atarés exprimiéndose la cabeza para traducir la expresión “això, rai!”, es preguntarse si este proyecto también será financiado por la Generalitat de Catalunya vía su opípara subvención; o si las facturas van a ir a parar al fondo común de todo el tinglado que el independentista antiespañolista Miquel Sellarés tiene montado en la Avda. Gaudí 13.
Vistos los ejercicios acrobáticos de Llisterri para mantener su atracción de feria, le proponemos pasarse al espectáculo como representante y gestionador de bolos de un posible trío musical con mucho potencial, el formado por la Forcadas , la Caram y Laia de Ahumada (en la fotografía).
El pasado 14 de noviembre, Laia de Ahumada pronunció una conferencia en Gerona, invitada por la delegación de pastoral familiar del obispado. Y es que Catalunyareligio.cat es un trampolín fantástico de promoción. Escribes allí durante un par de meses invitado por Llisterri, y ya tienes bolos asegurados. Lanzado/a al estrellato por el descubridor de talentos Llisterri, luego ya todo es puro círculo de adulación y promoción recíproca: yo te ayudo, tú me ayudas. Yo te promociono, tú me promocionas. Nosotros nos paseamos por jornadas y ciclos, vosotros pagaréis la factura. No sabemos si Laia de Ahumada alcanza ya el caché de 400 euros por conferencia del omnipresente Torralba, pero todo se andará.
De momento Laia de Ahumada, que es acreditada como descendiente de Santa Teresa de Jesús (Teresa de Cepeda y Ahumada) -los progres utilizan siempre el criterio de autoridad a conveniencia suya-, es miembro del comité de formación de la Asociación Creients en la diàspora (Creyentes en la diáspora). Dense una vuelta por su web y verán qué olor a búnker rezuma uno de sus proyectos, que tiene como uno de sus insignes capitostes a Jaume Botey, miembro de Cristianisme segle XXI y del equipo de redacción de L’Agulla , junto a toda la panoplia de curas y excuras progres afines a Iniciativa per Catalunya Verds (Josep Lligadas, Quim Cervera…) o no curas como Salvador Clarós (JOC-JOBAC), Kitty Guirao (ICV)…
La revista digital L’Agulla está acogida, como no podía ser de otra manera, en Catalunyareligio.cat . ¿Hará traducir Llisterri a las monjas de Montserrat los contenidos de L’Agulla ? Creo que a estas alturas de la película, a las monjitas de la Forcadas ya no les daría un “cobriment de cor” (patatús) por sus contenidos.
Laia de Ahumada fue una de las primeras firmas en dar su apoyo al cura que colaboraba en pagar abortos: Manuel Pousa. Pousa incluso la casó.
Laia de Ahumada escribió el 8 de octubre de 2010 en Catalunyareligio.cat con motivo de la próxima visita de Benedicto XVI a Barcelona, el siguiente artículo que traducimos al castellano (las negritas y subrayados son nuestros)
Me había propuesto seriamente no escribir nada sobre la visita del Papa, y ahora, mira por dónde, la pluma hace de las suyas y me encuentro escribiendo sobre esta « dichosa » —tomad la acepción de la palabra por donde más os convenga— visita. Lo que siento es una tensión entre el aburrimiento por el tema y la necesidad de romper el silencio con un grito de «¡basta!» , aunque sólo sea para ser coherente conmigo misma, y para hacer oír la voz de aquellos y de aquellas a quienes nunca interesa escuchar. Jordi Llisterri, en su artículo del blog « Esto del papa nos saldrá barato » [éste es Llisterri, un cínico] dice: «acepto las críticas al coste de los viajes del papa si provienen de unos principios íntegros y puristas, y no sencillamente del hecho de que sea un viaje del papa». Pues, aquí estoy yo, Jordi.
Sólo he leído los titulares que hablan de cifras astronómicas, que por otro lado entiendo que son las que necesita un jefe de Estado para moverse por estos mundos de Dios. Bien, de hecho me dicen que lo tengo que entender, pero no lo consigo, nunca he entendido que un político a quien yo pago de mi bolsillo para que esté al servicio de los ciudadanos, por ejemplo, no pueda viajar en metro como lo hago yo y tenga que llevar un servicio de seguridad, mientras tantas personas voluntarias y profesionales que trabajan con colectivos de riesgo encuentren la cosa más normal del mundo sentirse amenazadas de muerte y sean capaces de capear las situaciones de violencia sólo con la buena voluntad.
Y si no entiendo que un político tenga más prerrogativas de las que pueda tener yo u otro, todavía entiendo menos que el Papa tenga alguna. Y no sólo no lo entiendo, sino que me indigna -a pesar de que no me siento indignada, porque ya hace tiempo que dejé de indignarme para no perder las fuerzas-. No entiendo, tal como decía en el artículo «El sueño de Noé», que a la institución eclesial le cueste tanto compartir , que sea capaz de pedir un esfuerzo económico a sus fieles para costear la visita del papa y no sea capaz de abrir las puertas de su casa de par en par para acoger a los más pobres, tal como pedía Juan Pablo II en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte : «Tenemos que actuar de tal manera que los pobres se sientan, en cada comunidad cristiana, como en casa. ¿No sería este estilo la presentación más grande y eficaz de la Buena Nueva del Reino?». Se dice que, quizás, como recuerdo de la visita del papa en Barcelona, habrá algún gesto de solidaridad hacia nuestra ciudad, tal como pasó con la celebración del Congreso Eucarístico…
Mirad, a estas alturas sólo deseo una cosa muy sencilla: que, como es habitual en estos casos, los servicios de limpieza de las calles por donde tiene que pasar la comitiva del papa, al menos no barran también a las personas sin hogar que duermen ahí, que no les desaparezcan los cartones ni las mantas y que les ahorren la desazón de tenerse que buscar la noche. Esto me importa más que no que el papa los vea, a pesar de que no estaría de más.
Seria muy interesante saber qué hubiera dicho esta señora si Benedicto XVI hubiese sido víctima de un atentado en caso de haberse relajado la vigilancia y su protección por parte de la policía de Barcelona. También conocer si Laia de Ahumada renunció a los derechos de autor de su libro “best-seller” Monjas o si cobró o no su conferencia de Gerona del pasado 14 de noviembre invitada por la delegación diocesana de pastoral familiar. Estoy convencido de que entregó el importe a Cáritas Gerona.
Quinto Sertorius Crescens