Visita a Tremp
Por motivos profesionales el pasado miércoles tuve que acudir a la bonita y tranquila población de Tremp. Aparte del motivo del viaje, quería aprovechar la ocasión para saludar a su párroco, Mossèn Joan Antoni Mateo García, que había perdido parte de su valioso tiempo molestándose en contestar un artículo mío, titulado "El páramo del arzobispo-obispo-copríncipe". No tuve suerte. Cuando llegué a Tremp se iniciaba un funeral "corpore in sepulto", oficiado por Mossèn Mateo, con asistencia, incluso, de autoridades militares de la Academia de sub-oficiales de Talarn. Otra vez será.
Sí pude comprobar lo cuidada que tiene la magnífica Basílica de Santa María de Valldeflors, con su retablo mayor de estilo barroco, con su fachada limpia, presidida por el imponente campanario, que se divisa en todo el valle del Pallars. Asimismo tuve ocasión de advertir el extraordinario celo con el que celebraba la misa Mossèn Mateo y el ejemplar detalle de un altar convenientemente dispuesto, con una cruz bien visible en el centro. Mis amigos de Tremp me informaron que el párroco es una persona hiperactiva y que, a pesar de sus múltiples ocupaciones (arcipreste del Pallars Jussà, delegado episcopal para la familia y la vida de la diócesis de Urgel, profesor en el Instituto de teología espiritual de Barcelona y en el Instituto Santo Tomás de la Balmesiana ), no deja jamás desatendida su parroquia. Un sacerdote dinámico y querido por su pueblo. Sin lugar a dudas, un cura y una parroquia germinante.
Es muy conocida su extraordinaria sección "El consultorio" de Catalunya Cristiana así como el blog que tiene albergado en la web de Infocatólica. También tengo noticias de que, tras la irrupción de Aymar como director del aludido semanario, su sección pende continuamente de un hilo, pero que, por ahora, nadie se atreve con su persona.
Por eso me dolió enormemente su artículo. Fue como sí me disparasen con fuego amigo. Además su respuesta era bastante retórica y oscilaba entre el argumento "ad hominem" y la reiteración. Me atribuía un profundo desconocimiento de la diócesis de Urgel, a la que había calificado de "páramo y erial", pero no desmentía ninguno de los pormenorizados datos que adjunté a mi artículo sobre su demarcación episcopal:
Media de edad del presbiterio diocesano: 67 años.
Porcentaje de sacerdotes mayores de 70 años: 54%
Porcentaje de párrocos mayores de 65 años: 50%
Sacerdotes ordenados desde el inicio de su episcopado (2003): 5
Seminaristas: 6
Incorporaciones al seminario (curso 2009-2010): 0
Que cada uno juzgue sí estos números revelan una diócesis fecunda.
Después Mossèn Mateo realizaba una enternecedora loa y alabanza de su obispo y de su jefatura de estado andorrana. Algo grotescamente incluso me afeaba que le llamase co-príncipe, cuando la distinción que le correspondía era la de Príncipe. A nadie se le escapa que Andorra es un principado y que los principados tienen príncipe, pero en Andorra hay dos príncipes y no creo que nadie se refiera a Sarkozy como "Príncipe de Andorra", cual pretende que ahora llamemos a Vives.
Le honra al párroco de Tremp la defensa del obispo que le ha encomendado la delegación de la familia y la vida, pero conociendo el rigor que profesa en su sección de Catalunya Cristiana, su réplica me ha parecido absolutamente parca y precaria. No ha contrarrestado ni un dato, ni ha aportado un solo argumento que llevase a desmentir que la actividad pastoral del arzobispo-obispo Vives es fértil y vigorosa. Lo lamento por ser vos quien sois, Doctor.
Oriolt