Sabéis que los que figuran como jefes de las naciones las tiranizan, y los poderosos las avasallan. (Mc 10, 42)
¡Pero vosotros menospreciáis al pobre! ¿No son los ricos los que os oprimen y os arrastran a los tribunales? (St. 2, 6)
¿Puede haber trato entre la hiena y el perro? ¿Puede haberlo entre el rico y el pobre? Como los asnos salvajes son presa de los leones en el desierto; así los pobres son pasto de los ricos… Buena es la riqueza adquirida sin pecado, mala la pobreza fruto de la impiedad. (Ecc. 13, 18-19; 24)
En estos tiempos de confusión, no se sabe lo que es derecha, ni centro, ni izquierda, en lo político y en lo social. Pero si por izquierda se entiende conseguir el bienestar para los pobres, para que todos puedan satisfacer el derecho a vivir con un mínimo de comodidad, a trabajar, a estar bien asistidos si se ponen enfermos, a distraerse, a tener hijos y poderles educar, a ser viejos y ser atendidos, entonces yo estoy más a la izquierda que nadie. Naturalmente, dentro de la doctrina social de la Iglesia, y sin compromisos con el marxismo o con el materialismo ateo; ni con la lucha de clases, anticristiana, porque en estas cosas no podemos transigir. (San Josemaría, Instrucción, mayo-1935/14-IX-1950, de la carta del Prelado del Opus Dei, abril 2013)
Consciente de la gravedad de los problemas planteados por el ateísmo y movida por el amor que siente a todos los hombres, la Iglesia juzga que los motivos del ateísmo deben ser objeto de serio y más profundo examen. (Gaudium et Spes, 21)
¿Por qué dejar que el rico disfrute de sus bienes en lugar de apropiarse de una parte de ellos? ¿Qué motivos tiene, pues, el proletario para no robar? Está muy bien decir que “la propiedad es sagrada” y eso suena muy bien a los oídos de los burgueses, pero para quien no posee propiedades, ese carácter sagrado desaparece por sí mismo. El dinero es el dios de ese mundo. La burguesía toma el dinero del proletariado, y hace de él prácticamente un ateo.
Por consiguiente, no hay que asombrarse si el proletario pone en práctica su ateísmo no respetando ya la santidad ni el poderío del dios terrenal. Y cuando la pobreza del proletario se incrementa hasta el punto de privarlo del estricto mínimo vital, desembocando en una miseria total, la tendencia al desprecio de todo el orden social crece más todavía. La Situación… p. 180
¡Pero qué asilo! La casa está llena de camas de arriba a abajo; 4. 5, 6 camas en una pieza, tantos como puedan caber. En cada cama se apilan 4, 5, 6 personas, igualmente tantas como quepan, enfermos y sanos, viejos y jóvenes; hombres y mujeres, borrachos y no borrachos; como sea, todos mezclados. Hay discusiones, riñas, y lesionados, y cuando los compañeros de cama se soportan es todavía peor: planean robos o se entregan a prácticas cuya bestialidad nuestra lengua, que es civilizada, rehuye describir. La Situación… p. 77
[Una pareja viviendo en un refugio subterráneo en EE. UU. Se estima que debajo de Las Vegas viven unas mil personas en túneles bajo tierra.]
La falsa solución (comunismo) de un problema, no hace que el problema desaparezca, ni que el problema esté resuelto. Reflexiono sobre la aportación cristiana a la solución de un problema que salta a la vista de todos, en las situaciones actuales trágicamente análogas a las descritas por Engels hace casi doscientos años. Empecemos.
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