In Transfiguratione Domini Nostri Iesu Christi
De tal modo manifiesta el Señor su Gloria ante los testigos elegidos y con tal resplandor hace brillar esa forma corporal que le es común con los demás mortales, que asmeja su rostro el fulgor del sol e iguala el vestido la blancura de la nieve. Con esta transfiguración pretendía especialmente sustraer el corazón de sus discípulos al escándalo de la cruz y evitar que la voluntaria ignominia de su pasión hiciese flaquear la fe de los que iban a ser testigos de la excelencia de su divinidad oculta. Fundamentábase también, con no mejor providencia, la esperanza de la santa Iglesia, pues reconocería en la transfiguración del Cuerpo místico de Cristo la transformación con que iba a ser agraciado, ya que puede prometerse cada miembro participar de la gloria que con anterioridad resplandece en la Cabeza.