Desde hace tres meses y medio la Parroquia de San Sebastián desarrolla el Proyecto Raquel, que es un programa de acompañamiento pastoral a mujeres, sobre todo, y hombres que han experimentado la pérdida de un hijo tras un aborto provocado. Con él se ofrece a estas personas una ayuda integral que combina la psicológico y lo espiritual.
Bajo la dirección del párroco, Manuel de los Santos Sánchez-Barbudo, Begoña Requena es la terapeuta del Proyectio Raquel que está desarrollando el programa en San Sebastián. Psicóloga por la Universidad de Sevilla, mediadora familiar, monitora de educación sexual, monitora de métodos naturales de fertilidad, psicóloga en la Asocaciónde Bipolares de Andalucía, es colaboradora de AVA, Red Madre Sevilla y Provida, Estas asociaciones son las que le envían chicas con problemas.
El Proyecto Raquel se inició en Estados Unidos. Lo inventó Vicky Thorn para ayudar a una amiga. Esa chica se quedó embarazada cuando era adolescente, dió a luz al niño y lo entregó en adopción. Años más tarde se quedó embarazada de un familiar por una violación y abortó. Esta mujer confesó a Vicky Thorn que pudo vivir con la adopción, pero no con el aborto. Por eso Thorn estudió psicología y fundó el Proyecto Raquel para curar el dolor de las personas que han abortado. Señala Begoña Requena que se llama Síndrome Post-Aborto, o SPA, porque sus síntomas son muy parecidos a los que sufren los ex-combatientes de la guerra de Vietnam: «El aborto es una experiencia traumática que se caracteriza por provocar angustia, gran sentimiento de culpablidad unido al sentimiento de pérdida, pesadillas horribles de muerte, depresión, ansiedad, baja autoestima, alteración en la identidad maternal, dificultad de concentración, y en muchos casos indice al consumo de drogas y alcohol». Este síndrome se puede manifestar hasta varios años después de haber abortado y también lo pueden padecer familiares, amigos de la mujer que ha abortado e incluso el personal de clínicas abortistas.
Comenta la terapeuta que se ofrece también ayuda espiritual porque el sentimiento de culpa está muy presente en la mujer que ha abortado. La culpa está muy relacionada con la parte espiritual de nuestro ser. A la mujer le cuesta mucho perdonarse a sí misma: «La mujer cuando aborta no sólo viola la ley natural sino que viola su cionciencia, sea creyente o no. El sentirse perdonadas por Dios les ayuda enormemente a perdonase a sí mismas. Este programa se basa en el perdón a través del sacramento de la reconciliación y propone un camino de encuentro hacia el amor y la misericordia de Dios».
Señala también que el problema es que la mujer que aborta no lo dice en la mayoría de las ocasiones. Las mujeres están silenciadas no saben que les ocurre ni a quién acudir. Y explica que los efectos psico-patológicos aumentan en las adolescentes que aún no tienen mecanismos de defensa: «Incluso me he encontrado chicas que tras haber tomado la píldora del día después tienen síntomas de SPA por el sentimiento de pérdida de un posible embarazo».
Comenta Begoña Requena que en Sevilla el Proyecto Raquel funciona desde hace dos años y la opinión es que cuantos más centros haya mejor.En la parroquia de San Sebastián funciona desde hace tres meses. En la página web de la parroquia, www.parroquiasansebastian.org, se ha incluido un número de atención telefónica, 647 221 343 para quien necesite ayuda.