Tiempos nuevos
¿Se han preguntado alguna vez cuántas personas de su alrededor están casadas? ¿Cuántas, simplemente, se han ido a vivir juntos y tienen hijos? ¿Han comprobado lo asumido que se encuentran las relaciones prematrimoniales en nuestro ambiente?
Por otra parte, ¿cómo es posible que nuestra sociedad se construya sobre una numerosa cantidad de morales personales, que justifican cualquier rechazo a una razón objetiva, y por el contrario, no se acepten esos mismos supuestos para el resto? Quiero decir con esto, que cada persona se construye como un ente autónomo e independiente, que se da a sí mismos los principios éticos que justifica su acción, pero por el contrario, cuando entran en colisión con los principios éticos del semejante, se apela a la injusticia como fuerza motriz del daño.
¿Y en el tema económico y laboral? ¿Cómo es posible que se planteen objetivos sin tener en cuenta la materialidad y el contenido de éstos? ¿No ha traído esta forma de trabajar una ausencia de ética laboral? ¿No es una economía construida sobre una ética subjetivista donde cualquier persona puede darse el contenido de una ley, en la que lo único que importa es la forma?