14.01.20

Gracias, cardenal Kasper

Ahora que ha pasado el tiempo navideño, creo que conviene retomar un tema poco apropiado para las festividades, pero que no debe caer en el olvido, porque se trata de uno de esos sucesos que pueden abrir los ojos sobre lo que está pasando. Además, confieso que hace que me sienta agradecido al cardenal Kasper, algo que no ocurre todos los días.

Mi agradecimiento al cardenal Kasper viene de que se ha molestado en conceder una entrevista a José Manuel Vidal (algo que tiene su mérito y que debería descontarle al menos un par de siglos de purgatorio) con el único y exclusivo fin de demostrar que en InfoCatólica teníamos razón en todo lo que dijimos sobre el Sínodo de la Familia. Bueno, no sé si era su fin único y exclusivo, pero sin duda eso es lo que ha conseguido y yo se lo agradezco de todo corazón.

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23.12.19

Los ojos del Niño Jesús

Una vez más, es un placer felicitar las Navidades a los estupendos lectores de este blog con un villancico. Como pudo haber dicho San Agustín (pero, por alguna razón, no lo hizo), el que canta, felicita dos veces.

Como saben muchos lectores, mi familia tiene la costumbre de componer un villancico nuevo cada año para celebrar el Nacimiento de Cristo, así que aquí les presentó el resultado de este año de gracia de 2019, escaso de afinación, pero lleno de alegría y diversión.

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10.12.19

Brindando con los tercios

Corre por las redes interneteras un “brindis de los tercios españoles” en verso, que en ocasiones se atribuye a Lope de Vega. En realidad, es muy posterior y forma parte del altamente recomendable, pero difícil de encontrar, En Flandes se ha puesto el sol, escrito por Eduardo Marquina en 1909.

No es extraño que el “brindis” resulte atractivo, porque contiene una potente mezcla de incorrección política, bravata y eco de tiempos más heroicos, en que la valentía y la lealtad eran virtud, y no vicio, como parecen considerarse ahora:

¡Por España
y el que quiera defenderla,
honrado muera;
y el traidor que la abandone,
no tenga quien le perdone,
ni en tierra santa cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos!

Muy bueno, ciertamente, siempre que se tome como lo que es, un texto literario, porque tomándolo en serio expresaría un sentimiento bien poco cristiano (¿a quién no se le erizan los cabellos al oír desear que alguien “no encuentre quién le perdone"?). Hay, sin embargo, en estos versos algo de profecía.

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3.12.19

Lex orandi y proselitismo

Ya hemos hablado algunas veces del famoso proselitismo, que parece ser la suma de todo mal sin mezcla de bien alguno. Como nadie termina de explicarlo con claridad, quizá sea bueno que nos acojamos para evitarlo a una guía segura de la fe católica: la lex orandi, la liturgia que plasma y transmite la Tradición de la Iglesia. Hoy, de hecho, celebramos la memoria de San Francisco Javier, patrono de las misiones, así que podríamos rezar su oración colecta, para entender mejor lo que la Iglesia entiende por evangelización:

Señor, Dios nuestro, que quisiste que numerosos pueblos llegaran a conocerte por medio de la predicación de san Francisco Javier, concede a todos los bautizados un gran celo por la propagación de la fe, para que así tu Iglesia pueda alegrarse de ver aumentados sus hijos en todo el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

No hace falta comentar mucho, solo enumerar: 1) predicación a los que no conocen a Cristo, 2) celo por la propagación de la fe, 3) alegría por ver aumentados los hijos de la Iglesia. Nada de eso debe considerarse “proselitismo” en el mal sentido de la palabra y sí proselitismo bueno o evangelización.

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29.11.19

Las teologías excusa

Leo en InfoCatólica, con ocasión del fallecimiento del P. Scannone SJ, que en gloria esté, una afirmación de este que resulta muy significativa. Con ella, el jesuita argentino intentaba explicar la diferencia entre su “teología del pueblo” y la “teología de la liberación”, que, como es sabido, generalmente utilizaba presupuestos marxistas para “interpretar” la realidad (interpretar, por supuesto, en el sentido marxista de transformar con poco éxito esa realidad).

Decía el P. Scannone que, en la teología del pueblo:

«no se usa el análisis social marxista, sino preferentemente un análisis histórico-cultural, sin desechar el socio-estructural, pero no basado en la lucha de clases como principio determinante de interpretación de la sociedad y la historia».

Sin duda, el hecho de no utilizar el análisis marxista, felizmente refutado hasta la saciedad y desprestigiado contundentemente por la misma realidad que pretendía interpretar, es un punto positivo para cualquier teólogo católico. Al menos en el mismo sentido en que no mezclar alegremente cerillas encendidas y bidones de gasolina es un punto positivo para cualquier bombero.

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