Toledo, una puerta entreabierta
Un lector dejó en el blog, el otro día, un largo comentario en el artículo “Astorga, con la puerta en las narices”, que trataba sobre las catedrales cerradas para quien quiere rezar en ellas y que sólo se abren a los turistas de pago. Me ha parecido interesante reproducirlo como artículo independiente.
Este lector nos cuenta la solución a la que ha llegado Toledo, intentando resolver el problema. Existe acceso libre a la capilla del Santísimo, donde se celebran las Eucaristías de diario, y se puede acceder al resto de la Catedral para visitarla pagando la entrada. Sin duda, esta solución salva lo esencial del tema: nunca se cierra la puerta a nadie que quiera ir a rezar ante el Santísimo, que es lo que distingue esencialmente una iglesia católica de un templo protestante.
Yo preferiría, la verdad, que la Catedral estuviese abierta totalmente de forma gratuita, pero eso lleva a este lector a plantear un tema que me parece importante, el quinto mandamiento de la Iglesia, que recordaré para los desmemoriados: ayudar a la Iglesia en sus necesidades.