La solución para la disidencia en la Iglesia: Auriculoterapia
Un remitente desconocido, sin duda muy interesado por mi salud, me envía un correo electrónico sobre una técnica médica revolucionaria, la auriculoterapia. Parece ser que es una modalidad de medicina alternativa desarrollada recientemente para tratar una larga lista de enfermedades, desde la depresión hasta la úlcera de estómago, pasando por los esguinces, la artritis y las diarreas. Soy una persona sensata y, normalmente, miro estas cosas con bastante desconfianza. En este caso, sin embargo, después de haber leído el folleto explicativo, estoy convencido de que es una terapia de éxito, con casi un 100% de curaciones. Si se utilizara más, los hospitales estarían vacíos.
La técnica es sencilla. El paciente se sienta en una camilla. El médico se prepara, concentrándose bien, e intenta que el paciente se relaje todo lo posible, mediante música de fondo o una charla amistosa y distendida. Una vez que el incauto, digo el paciente, está relajado, el doctor le agarra con firmeza la oreja y procede a clavarle con saña enormes agujas en los lugares más sensibles que puede encontrar del apéndice auditivo.