8.09.12

El sueldo de un Presidente y el de una monja

Simone CampbellHace un par de años, el Presidente Obama pronunció una frase que podría ser el resumen de su mandato presidencial. Al tratarse del Presidente más favorable al aborto de la historia de los Estados Unidos y haber votado en contra de que los médicos tuvieran que prestar cuidados sanitarios a los niños que sobrevivieran a un aborto, un periodista le hizo una pregunta lógica: ¿Cuando comienza el feto a ser una persona humana? El Presidente Obama respondió que eso estaba “por encima de su rango salarial”. En inglés, “above my paygrade”.

No deja de ser curiosa la respuesta, porque si no sabe si el feto es un niño o no, lo lógico es protegerlo, no matarlo, pero será quizá que la lógica también está por encima de su rango salarial. O quizá puede uno sospechar que, para cierto tipo de político, la lógica sólo importa si le va a proporcionar más votos, al igual que la moral, la verdad o el bienestar de los ciudadanos.

¿Por qué cuento esto? Porque tiene cierta relación con algo que sucedió hace un par de días. En la convención del Partido Demócrata del otro día, uno de los oradores fue una monja, Sor Simone Campbell. Es una de las monjas de la LCWR, la heterodoxa Conferencia de Superioras que tuvo que ser intervenida por Roma. Sor Simone es conocida en los Estados Unidos por haber organizado la campaña “Monjas en un autobús”, que ha recorrido el país para hablar contra los republicanos y, de paso, criticar a la Iglesia, sus tradiciones, su jerarquía, su doctrina, su forma de actuar y su moral.

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7.09.12

6.09.12

¿Por qué hace estas cosas Radio Vaticana? (ACTUALIZADO)

ChittisterVeo con sorpresa que, en la página web de Radio Vaticana, se recomienda un libro de Sor Joan Chittister, la “decana del disenso” en los Estados Unidos. Y no sólo se recomienda con unas palabras verdaderamente escandalosas (“el certero pensamiento de una religiosa benedictina, teóloga y psicóloga social”), sino que se han molestado en realizar una “adaptación radiofónica” del primer capítulo del libro.

Irónicamente, el libro de Sor Joan, cuajado de la típica jerigonza New Age que tan buena acogida tiene en cierto tipo de público, se llama “El don de los años. Saber envejecer”. Y digo irónicamente porque el envejecimiento de la Hermana Chittister ha supuesto una radicalizacion cada vez mayor de sus posturas feministas extremas y de su heterodoxia doctrinal.

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5.09.12

Reseña de "El hilo invisible"

Portada libro "El hilo invisible"El estupendo blog Plato por plato, cuyo autor firma con el seudónimo de Posodo, nos ha hecho el honor de reseñar el libro El hilo invisible. Como recordarán los lectores, se trata del libro que recoge los relatos ganadores del I Concurso Literario Católico de Historias Breves convocado por InfoCatólica antes del verano. Son relatos cortos con elementos católicos, ya sea por los temas tratados, por los personajes o, sobre todo, por reflejar una mirada cristiana sobre la realidad. Los lectores de este blog sin duda reconocerán a varios de los autores participantes en el libro, prologado por Pablo Ginés.

Incluyo algún fragmento de la reseña. Quien desee leer la reseña completa, puede acudir al artículo original y, quizá de paso, aficionarse al blog, que está entre mis favoritos en español y cuya lectura siempre es interesante y muy amena.

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3.09.12

No se trata de ser cada día un poco mejores

PelagiusEl otro día, escuché una homilía que había escuchado ya cientos de veces. No, no se trata de un sermón especialmente bueno que tenga grabado. Simplemente, decía algo que sacerdotes, catequistas y cristianos en general repiten una y otra vez.

Nada tengo contra repetir las cosas importantes, por supuesto. Ya San Pablo decía: volver a escribiros las mismas cosas, a mí no me es molestia, y a vosotros os da seguridad. Las grandes verdades del cristianismo y especialmente la Palabra de Dios, son nuevas cada vez que se pronuncian, porque transforman a quienes las escuchan con fe. El problema de la homilía del otro día no es la repetición, sino el pelagianismo que sugiere esa repetición. Un pelagianismo insidioso, camuflado de cristianismo, aceptado como algo adquirido y francamente preocupante.

El mensaje central de la homilía era uno que seguro que los lectores han escuchado también decenas de veces. Yo, al oírlo, no puedo reprimir un escalofrío de terror: “tenemos que intentar ser cada día un poco mejores”. ¿Cómo? ¿Que no suena tan horrible? Me temo, querido lector, que eso es señal de que tenemos el caballo de Troya dentro de las murallas y nos hemos echado a dormir.

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