Una catequesis con ocho siglos de antigüedad
Una cosa que me llamó bastante la atención en el viaje que realicé hace poco tierras danesas y que no mencioné en un artículo anterior sobre el tema es que muchas iglesias y catedrales protestantes de Dinamarca son hoy más católicas que nunca.
Como sucedió en otros países, con el triunfo del Protestantismo que rechazaba las imágenes y el culto a la Virgen o a los santos, se destruyeron o vendieron las imágenes y retablos de las iglesias y se cubrieron de pintura los frescos. Los teólogos protestantes, que creían que la naturaleza humana era totalmente depravada y no podía hacer nada bueno por sí sola, desconfiaban de las imágenes y las asociaban a la idolatría. Esa es la razón (junto con la ausencia del Santísimo) por la que las iglesias protestantes suelen ser tan tristes, con las paredes totalmente desnudas.
Actualmente, sin embargo, en Dinamarca, por motivos culturales o turísticos, se han destapado de nuevo los frescos medievales y se han recuperado retablos olvidados en desvanes durante siglos, algunos de ellos verdaderamente fantásticos. En muchos casos, sus frescos medievales son los mejor conservados de Europa, ya que, al haber estado tapados, quedaron protegidos del paso de los siglos y han mantenido, prácticamente intacto, el aspecto que tendrían hace siete u ocho siglos.
Como consecuencia, los luteranos daneses de multitud de templos protestantes que fueron antiguas parroquias medievales reciben gráficamente, cada domingo, catequesis católicas sobre la comunión de los santos, el papel de la Virgen y de la Iglesia en la vida cristiana, los sacramentos o la vida religiosa y otras muchas doctrinas católicas que el protestantismo ha rechazado. En las fotos que incluyo en el artículo, se pueden ver, por ejemplo, imágenes de la Coronación de la Virgen, de la Asunción, de santos, de monjes y monjas o, incluso, de San Pedro abriendo con sus llaves las puertas del cielo para conducir a la Iglesia al paraíso.
Esas imágenes y retablos, preciosas obras de arte religioso, unen a los daneses de hoy con los daneses católicos de la época medieval. La Tradición de la Iglesia se transmite así de forma gráfica y accesible a todos. Algunas de estas pinturas son muy ingenuas, obra probablemente de algún pintor aficionado o incluso de algún párroco emprendedor, pero destilan una profunda fe y, gracias a ello, son auténticas catequesis con ocho siglos de antigüedad.
Viendo estas fotos, no puedo evitar lamentarme por el hecho de que muchas de nuestras iglesias modernas sean tan desangeladas y parezcan más fábricas que iglesias. En algunos casos, da la impresión de que se ha buscado intencionadamente hacerlas lo más feas posible o que las ha diseñado un arquitecto sin el más mínimo sentido religioso.
Como es lógico, los gustos artísticos varían de una persona a otra y de una época a la siguiente. No es obligatorio que a todo el mundo le guste el arte barroco, el gótico ni ningún otro estilo en particular. Sin embargo, creo que el hecho de que, en nuestra época, se prescinda en las iglesias católicas de imágenes, iconos y retablos es un signo de pobreza artística y catequética.
Más aún, ni siquiera en las iglesias antiguas se aprovechan los retablos y las imágenes para catequizar a los fieles. La mitad de las iglesias de Madrid están repletas de representaciones artísticas de escenas bíblicas, de vidas de santos, de doctrinas teológicas o de la Historia de la Iglesia. Son una herramienta magnífica para que la fe entre por los ojos de niños y adultos. Sin embargo, ¿cuántas veces se ve a los sacerdotes señalar durante la homilía o la catequesis a uno de esos cuadros que ilustran el Evangelio de ese domingo o a la imagen de un santo que vivió de forma especial lo que los textos de ese día recomiendan? Yo, la verdad, sólo recuerdo haber visto algo así una vez y a todo el mundo le encantó.
Como seres humanos que somos, necesitamos ser evangelizados a través de los sentidos. Tanto la música religiosa como el arte religioso son magníficas formas de evangelizar. Recuerdo que, en Salzburgo, había un seminarista que, los fines de semana, se dedicaba a hacer de guía turístico de la Catedral. Me contó que aprovechaba los relieves, retablos e imágenes para dar una catequesis a los turistas sobre la fe católica, ya que era una pena no aprovechar esa magnífica ocasión de dar a conocer el Evangeliio.
En mi opinión, quien tiene espíritu evangelizador utilizará cualquier cosa para hablar de Cristo a los demás. Quizá ese sea el problema del arte religioso de nuestra época: no se utiliza el arte para evangelizar porque, en algunos ambientes eclesiales, se ha renunciado totalmente a evangelizar.
12 comentarios
Yo también he pensado porque hacemos Iglesias tan feas comparadas a las de antaño.
Yo creo que más que debido a una pérdida de sentido religioso, la razón es una pérdida del sentido estético y de lo bello a nivel general.
No hay más que ver los edificios civiles y compararlos a los de antes. Sin duda nuestra época se caracteriza por el mal gusto, desde luego no nos recordarán por nuestras construcciones.
Este artículo me trae inmediatamente a la mente un pensamiento sobre la polémica de los bienes religiosos que los políticos catalanes nunca devolverán.
Hay una disputa sobre unos bienes religiosos. En la discusión se ponen sobre la mesa argumentos legales y en algunos casos "nacionales".
Pero nadie ha dicho para qué quiere los bienes, ¿cómo los vamos a usar? ¿Vamos a evangelizar con ellos?
Estoy de acuerdo en que es un proceso general y no sólo cristiano.
Pero creo que también en el mundo secular este proceso está unido a la falta de convicciones, de ideales, del sentido de la Verdad y de lo bueno, todo lo cual está, como afirmas, muy relacionado con la pérdida del sentido de la belleza.
Muy bueno el artículo.
Por cierto, aprovecho para recomendar a los lectores el blog de "El testamento del pescador", siempre interesantísimo:
www.eltestamentodelpescador.info
Justo lo que estaba pensando esta mañana. Parece que todo lo que importa de esas obras de arte del museo de Lérida sea su valor cultural o histórico.
Desde luego, si todo se reduce a eso, creo más valdría emplear los esfuerzos en algo más provechoso. Si el arte sacro no está al servicio de la catequesis y la liturgia, deja de tener relevancia desde el punto de vista de la Iglesia.
Te doy la razón. Por ejemplo pienso en el paganismo greco-romano o el politeísmo hindú fijándome en lo que nos han legado.
Y me pregunto: ¿la actual cultura occidental aparte de negarse y odiarse, qué va a legar al futuro?. Me da todo mucha pena, no creo que este final sea el que merezca lo que se conocía antes como la Europa Cristiana, pero bueno la historia nos muestra que la civilizaciones van y vienen. Lo poco que pervive suele ser la Iglesia.
Hace menos de un mes estuve en Barcelona con mi esposa. Quise llevarla a ver la catedral que ella no conoce y que a mi me parece uno de los ejemplos del gótico español mas bellos (junto con la de Burgos y León). Cuando intentamos entrar en el templo nos dicen que no se puede acceder. Que se debe pagar 5 euros por barba para entrar.
La están arreglando y esos 5 euros son un "donativo obligatorio" para "ayudar" a los costes.
Solo dejan entrar gratis en horario de misa.
Yo me quedé escandalizado, tenemos la costumbre de aprovechar estas visitas a catedrales para rezar delante del Santísimo o hacer un rosario delante de la Virgen del lugar. Durante nuestro noviazgo, mientras ella me enseñaba todos los rincones de Roma así lo hacíamos y vimos que rezar unidos es algo que nos hizo tanto bien e instituimos este modo de hacer turismo-oración.
Pero en Barcelona parece ser que está prohibido que así sea. Eso sí. Toda la fachada principal de la Iglesia estaba cubierta de publicidad de Telefónica como patrocinador oficial de las obras.
En definitiva, me resultó trise, tristísimo, encontrarme con la imposibilidad de reposar y rezar un poco delante del Santísimo en un templo católico, de poder viistar a Cristo como en el resto de las Iglesias, y pensé que algo estaba empezando a ir verdaderamente mal... cuando a un templo se le vacía de las almas que lo deben llenar y se llena de cultura y sólo cultura quiere decir que el templo empieza a morir.
Los turistas que pagaban y entraban como locos pues... ¿qué catequesis recibieron? ¿que respeto a una religión que te cobra entrada como en la discoteca?
Un saludo
Sólo la cierran al mediodía y, desde hace un par de años, a reclamación de los guías turísticos, que no saben cuando hacer visitas guíadas de la catedral, por la acumulación de visitantes y fieles, al mediodía la visita es de pago (para que haya poca gente) y se hacen las visitas guiadas por todos los guías que quieran hacer una visita pausada.
No es lo mismo en muchas catedrales de España, como Cádiz o Málaga, que solo puedes visitarlas gratis cuando hay misa y solo hay una el domingo a primera hora.
Si nos informaron mal los que allí estaban controlando el acceso entonces es todo fruto de un feliz malentendido.
Hace tres años, intenté entrar a rezar en la catedral de Barcelona y me pasó lo mismo que a Óscar. Lo cierto es que no recuerdo qué hora era...
En cualquier caso, como dice Iscle, lo de cerrar las catedrales y cobrar entrada cada vez es más común. El verano pasado me sucedió en la de Zamora. Por muchas razones que se den para esta forma de actuar, creo que es injustificable. Más aún, yo diría que es mejor que se derrumben las catedrales antes que cobrar la entrada a ellas.
Josafat:
No recuerdo quién dijo que otras civilizaciones, al desaparecer, han dejado sus ruinas, pero la nuestra sólo dejará basura.
En Roma nunca me ha sucedido no poder entrar a una Iglesia o tener que pagar para hacerlo... aquí una vez mas nos equivocamos en lo que es la gestión del patrimonio.
No obstante la culpa no es sólo del clero. Recuerdo que cuando fuí a la JMJ de Colonia visitamos algunas Iglesias de la zona de Baden-Baden. Todas siempre abiertas. Todas limpias, sin polvo, con las paredes siempre blanqueadas... los fieles allí cuidan de los templos junto con los sacerdotes... aquí la mentalidad de que lo público lo deben cuidar los demás nos lleva a que "privaticemos" las catedrales.
Un abrazo
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