InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Oraciones

19.02.10

Sonetillo cuaresmal

Hoy, por ser viernes de Cuaresma, me limitaré a ofrecer un pequeño sonetillo, para animar a los lectores a aprovechar este tiempo de gracia.

Ahora es tiempo de gracia, ahora es tiempo de salvación. Y hay que aprovecharlo. ¿Quién sabe si tendremos otras cuaresmas para convertirnos? Lo que sabemos es que ahora tenemos una oportunidad de cambiar lo que no funciona en nuestra vida, lo que nos hace infelices, que es, simplemente, que no tenemos puesto a Dios en su lugar. Y como el centro de nuestra vida está puesto en cosas que no son Dios, todo se nos oscurece, no comprendemos nada, continuamente deseamos lo que no podemos tener y, cuando al fin lo alcanzamos, nos cansamos y queremos otra cosa.

La Iglesia nos regala, en este tiempo, tres poderosas medicinas para sanar nuestras heridas: la oración, el ayuno y la limosna. Las tres resultan incomprensibles para el mundo, pero a nosotros se nos dan como un don. No importa lo mal que estemos, estas tres medicinas, con la gracia de Dios, pueden darnos la salud. No las desaprovechemos.

Leer más... »

28.12.09

El segundo ángelus

Un lector, Norberto, me envía una oración que ha inventado. Es un segundo ángelus, porque se refiere a la “segunda anunciación”.

El Papa Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Redemptoris Custos, habló de la “anunciación” que también recibió San José al aparecérsele un ángel, según cuenta el Evangelio de San Mateo: “José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". […] Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y él le puso el nombre de Jesús”. Es otra “anunciación” paralela a la que recibió la Virgen y que se relata en el Evangelio de San Lucas.

Leer más... »

12.07.09

Letanías de la humildad

Ayer decía Luis en el blog que “en el Cielo, nos alegraremos no sólo del Amor con que [Dios] nos ama, sino que nos alegraremos de que ame más a otros. Ciertamente esa será la prueba de que estemos en el Cielo, la alegría porque los demás reciban más que nosotros”. Ese rápido vistazo a algo de lo que disfrutaremos en el cielo, me recordó una oración del Cardenal español Merry del Val, las letanías de la humildad, que piden la gracia para ir practicando ya aquí en la tierra lo que decía Luis (quien espero que no me reproche el inequívoco aire jesuítico que tienen).

En mi opinión, lo más importante para adquirir humildad es fijar los ojos en Dios y no mirarse mucho a uno mismo, aunque sea de forma bienintencionada. Sin embargo, creo que esta oración puede ser un buen correctivo cuando veamos que la tentación de soberbia o vanidad nos amenaza, nos ataca o nos vence vergonzosamente y sin que opongamos resistencia. El propio Merry del Val era hijo de embajador y fue nombrado arzobispo con tan solo 35 años de edad y cardenal y Secretario de Estado del Vaticano con 38, así que debió de conocer de primera mano el peligro de creerse mejor que los demás.

Y sí, antes de que alguien lo diga, es cierto que el autor del blog necesita mucho este correctivo.

ADVERTENCIA IMPORTANTE: Las oraciones para pedir humildad son extremadamente peligrosas, porque Dios suele conceder lo que se pide… y, a menudo, el camino de la humildad es la humillación. Luego no nos quejemos.

Leer más... »

27.06.09

Concédeme reírme de mí mismo

Iba a escribir un artículo polémico, pero, tras varios días de discusiones, creo que todos necesitamos descansar un poco. He guardado el post polémico para mañana o pasado y, como el lunes fue Santo Tomás Moro, he decidido recoger una bonita oración de este santo tan simpático.

Yo diría que no cabe duda de que la oración funciona, porque Santo Tomás Moro tenía un ingenio finísimo y supo mantener el buen humor, hasta en las situaciones más difíciles. Cuando a le iban a cortar la cabeza por no plegarse al cisma creado por Enrique VIII, le dijo al verdugo que le iba a decapitar: “Un momento”. Cogió su barba y la apartó para que el hacha no la cortara, diciendo: “Ella no ha ofendido al Rey“.

No nos vendría mal, a todos los que participamos en discusiones en Internet, rezar de vez en cuando esta oración. Necesitamos un poco de sentido del humor que nos permita reírnos de nosotros mismos, recordando que no somos gente importante, sino siervos inútiles.

Leer más... »