Jesus, el chocolate y la Cuaresma
Una amable lectora francesa, afincada en Alemania, me envía un breve texto sobre la Cuaresma del P. Combeau, un joven dominico francés, que les traduzco a continuación, de forma bastante libre.
Lo que me ha llamado la atención del texto es que subraya algo que a mí personalmente siempre me gusta: ir a lo esencial.
Supongo que es evidente que no pretende afirmar que el ayuno o las privaciones voluntarias sean algo malo, todo lo contrario. Lo que sí dice es que las prácticas cuaresmales no son un fin en sí mismas, sino que están subordinadas al verdadero fin de la Cuaresma: convertirse, volver el corazón a Cristo.