La ley del Disenso Universal y la Hermana Quinn
Como corresponde al blog de un físico, hoy vamos a enunciar una ley cuasi-matemática. Yo la llamo la Hipótesis del Disenso Universal. Su enunciado puede ser algo así como: “El disenso teológico es un estado inestable y tiende espontáneamente a crecer exponencialmente hasta llegar a la ruptura total o a disminuir también exponencialmente hasta su desaparición”. Es sólo una hipótesis porque aún no se han hecho suficientes experimentos como para demostrarla con rigor científico, pero las observaciones realizadas hasta el momento la apoyan al cien por cien.
En palabras llanas, esta ley significa que, por la propia naturaleza de la fe, uno no puede negar partes integrantes de la misma y permanecer simplemente en esa negación sin cambios. Como la fe es un todo interrelacionado, la negación de algunas partes de la misma poco a poco irá extendiéndose a otras doctrinas y aspectos de la fe, de éstas se ampliará a otras y así sucesivamente, cada vez más rápido, hasta que se termina por carecer totalmente de fe católica, aunque pueda mantenerse una forma de hablar y una apariencia externa más o menos católicas. Es decir, el disenso tiende por sí mismo a convertirse en disenso universal.
Y, como ejemplo de lo que quiero decir, voy a contar la última barrabasada de la Hermana Quinn. Quizás los lectores recuerden que ya hablamos de ella en otra ocasión. Sor Donna Quinn es una religiosa perteneciente a una congregación de los Estados Unidos, las Dominicas de Sinsinawa. Hace un par de meses, se hizo pública la noticia de que la hermana llevaba años “escoltando” a las mujeres que iban a abortar, para que ningún voluntario provida se acercase a ellas a darles un folleto o a decirles que rezaban por ellas. Esto se unía a constantes declaraciones abiertamente contrarias a la doctrina de la Iglesia en multitud de campos.