La bandera pirata
Ayer estuve, por razones de trabajo, en el pueblo de Meco. Nunca había pasado por allí y me ha causado una buena impresión. Está todo muy cuidado, con muchas calles peatonales, las casas bien pintadas y flores en macetas en las aceras.
Cuando uno se acerca al pueblo por la carretera, lo primero que se ve a lo lejos es la gran iglesia que domina su silueta. Como ya mencioné en otro artículo, siempre me gusta ver un pueblo agrupado en torno a la iglesia parroquial. Creo que es un buen símbolo de cuál es o, mejor dicho, de quién es el verdadero centro de la vida humana.