InfoCatólica / Espada de doble filo / Categoría: Iglesia en España

24.06.15

¿De Montserrat al cielo?

Más vale un día en tus atrios que mil fuera de ellos, canta el salmista. Al contrario que Santa María de Betania, que eligió la mejor parte “y no le será quitada", la Hna. Forcades de Montserrat elige la peor parte y la Iglesia, con tristeza, la dejará en su obstinación. El veneno del pelagianismo destruye necesariamente la contemplación del claustro. Me temo que, además, las lentejas están quemadas. 

16.03.15

La desistencia de la autoridad en la Iglesia

Clément Rémond en Unsplash

En los comentarios a la serie sobre polémicas matrimoniales, para la que he tenido que escribir ya más de una veintena de artículos como penitencia por mis pecados, hay algunos temas que surgen una y otra vez. El más común es la queja por la pasividad de las autoridades en la Iglesia.

¿Por qué el Papa no impide que se haga o diga tal cosa? ¿Por qué Monseñor Ausente Nostoy permite que D. Nestorio Árriez, párroco de Villamodernista, enseñe barbaridades desde el púlpito? ¿Por qué ese superior religioso no echa a patadas a Fray Herético o a Sor Mundana? ¿A qué espera la Conferencia Episcopal de Heterodoxilandia para pronunciarse? ¿No debería alguien hacer algo?

Es una queja constante y, digámoslo desde el principio, muy razonable. No me importa reconocer que yo siento lo mismo en muchas ocasiones cuando leo noticias sobre la Iglesia. Sin embargo, en lugar de limitarme a la queja, por muy justificada que pueda estar, me gustaría centrarme en las causas de esta situación. A fin de cuentas, para solucionar un problema lo importante no es repartir culpas, sino diagnosticar bien la enfermedad para atacar sus causas. Cognitio rerum per causas.

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9.03.15

Palabra de antiprofeta

No sé si mis lectores recordarán al pobre José Arregui. Digo pobre porque, después de alejarse tanto de la fe de la Iglesia que ya no podía verla ni con catalejo, le retiraron la licencia canónica en 2010 y terminó por dejar la orden franciscana y el sacerdocio. Desde entonces, sigue dedicado a escribir sobre temas de Iglesia, diciendo los mismos disparates pero ya sin que sus escritos le importen a nadie (excepto a los jesuitas de Deusto, que, en un alarde de discernimiento, lo mantienen como profesor de su universidad).

Aún así, yo diría que merece la pena leer lo que escribe, porque uno puede aprender mucho. Arregui tiene la admirable facultad de apostar siempre por el caballo erróneo en temas teológicos, el instinto infalible del antiprofeta para elegir invariablemente la opción menos católica entre dos posibilidades cualesquiera.

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26.12.14

Polémicas matrimoniales (XIX): cardenal Sistach

Cardenal Martínez SistachEn general, creo que los obispos deberían ser muy cautelosos a la hora de conceder entrevistas. No todo el mundo vale para hacerlo. Es más, yo diría que la mayoría de la gente no vale para hacerlo, porque no es fácil hablar con rapidez y sin preparación previa sobre temas complicados, evitando hacer afirmaciones confusas o erróneas.

Un obispo tiene una gran responsabilidad y no puede decir lo primero que le pase por la cabeza, porque el escándalo que pueden crear sus palabras entre los fieles es muy grande, especialmente en temas tan importantes como el sacramento del matrimonio. Digo todo esto por una entrevista que concedió el cardenal de Barcelona hace unos días y en la que, a mi juicio, hizo unas declaraciones bastante desafortunadas sobre la indisolubilidad del matrimonio y la nulidad.

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20.11.14

Polémicas matrimoniales (XVIII): Mons. Santiago Agrelo

Monseñor Santiago AgreloEn los últimos artículos de esta serie, hemos analizado varias propuestas recientes contrarias a la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio, su indisolubilidad, etc. Algunas eran ingeniosas, otras muy sencillas; unas eran conclusiones que procedían de premisas ocultas, otras pretendían prescindir de la lógica.

Hoy vamos a tratar una propuesta completamente nueva, no sólo como argumentación, sino como enfoque. En este caso, en lugar de intentar introducir el divorcio y el adulterio de manera más o menos forzada en el conjunto de la doctrina de la Iglesia, obviando o disimulando los puntos de contradicción, lo que se hace es diluir completamente la doctrina de la Iglesia en general, hasta que ya no pueda haber contradicción, porque no hay nada sólido que pueda crear esa contradicción.

El autor de la propuesta es Mons. Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, en una entrevista concedida hace unos días en Huesca:

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