César Vidal y el prejuicio anticatólico (XI)
En este artículo de la Serie anticatólica de D. César Vidal, se sigue tratando la idea del autor de que la izquierda, en realidad, es una copia de la Iglesia Católica. Como copia, no ha conseguido ser tan malvada como su maestra, pero hace lo que puede en el campo de la maldad.
La idea de que la izquierda copia a la vez que deforma muchas cosas del cristianismo es muy interesante y en buena parte acertada. Como decían Chesterton y Belloc, todos los conflictos humanos son, en su raíz, de tipo teológico. Además, como señala la teología católica, todo lo malo es siempre deformación de algo bueno, ya que sólo Dios puede crear y el demonio y el pecado lo único que hacen es pervertir o deformar lo creado por Dios. Sin embargo, D. César convierte esta idea tan interesante y procedente de la teología católica en una caricatura que sólo se utiliza para el propósito fundamental de la serie: dar golpes a la Iglesia, venga o no venga a cuento.
Quizá en este artículo más que en los anteriores, D. César muestra que ha caído de lleno en lo peor que puede hacer un historiador: en lugar de tratar de describir la realidad e interpretarla, decidir a priori cómo debe ser la realidad e ignorar, deformar o negar cualquier dato que se oponga a sus teorías. Precisamente por ello, nada nuevo aporta este artículo con respecto a los anteriores, sino que se limita a pasar revista a todo lo dicho en los otros artículos de la serie y “mostrar” que todo ello se aplica también a la izquierda española, aunque en menor medida, como aprendiz de la Iglesia. Los datos históricos y la realidad, como en otras ocasiones, son meras bajas colaterales.