“A veces quienes no conocen la vida religiosa en su forma contemplativa piensan que, una vez dentro del claustro monástico, se inicia una vida serena y monótona, en la que apenas se producirán cambios o vicisitudes de mayor importancia. Éstos desconocen no solo la vida monástica, sino en general la vida espiritual.
Ignoran que la vida espiritual, profundamente vivida a la búsqueda de la plena unión con Dios, es indeciblemente intensa y variante, y lleva consigo angosturas y descubrimientos, batallas descomunales, iluminaciones deslumbrantes y noches de aterradora obscuridad, aventuras espirituales maravillosas, que conducen a abismos y alturas formidables, desde las que se divisa toda la tierra con todos sus reinos, este mundo y el otro".
José María Iraburu
en Santa Maravillas de Jesús, carmelita descalza santa (Ed. Gratis Date)