El Niño perdido
Como ya es tradicional, me gustaría felicitar las inminentes Navidades a los lectores del blog con un villancico. Los lectores veteranos ya sabrán que, en mi familia, acostumbramos a componer un villancico nuevo cada año y a cantarlo juntos, con gran diversión, entusiasmo y algarabía, aunque la afinación sea mejorable, la coordinación cuasi-inexistente, la grabación aficionada y las voces las que tenemos.
Este año, el villancico contempla el misterio gozoso del Niño perdido y hallado en el templo. Es un misterio especialmente apropiado hoy, porque nuestro mundo hace tiempo que ha perdido al Niño. Conserva por inercia la fiesta de su nacimiento, pero se ha olvidado de lo que celebra y por eso su celebración tiene un aire fatigado y de desesperanza que no puede ocultar. Le falta el Niño y, sin Él, nada tiene sentido. Como dice el villancico: “mira que el mundo se muere porque no lo tiene, porque lo perdió".