Todo cuanto nos rodea está preñado de misterio
(InfoCatólica) José Alberto Ferrari es un conocido poeta argentino cuyos versos, profundamente católicos, atesoran la ingenuidad de la infancia y la mirada limpia de los niños, que permite ver a Dios, como se refleja en su último libro, Elogio de la niñez. Es también uno de los autores participantes en el libro 400 poemas para explicar la fe, de Yolanda Obregón, recientemente publicado por la Editorial Vita Brevis.
- Profesor de historia, máster en dirección de empresas, cuatro hijos… ¿y tiene tiempo para escribir poesía?
Es lo que uno más quisiera… pero demasiado tirano es el tiempo cronológico. La verdad es que no resulta fácil encontrar momentos para la creación, y eso que uno con las migajas se conforma. Sin embargo, algo corre a nuestro favor: tú ya sabes que la poesía pende de la inspiración y no se escribe tanto por obligación cuanto por necesidad. Y es tal la necesidad, que no cesa hasta haberse manifestado —bien o mal— aquello que vislumbró el ojo interior. De modo que el tiempo, sea como fuere, aparece.
- Escribir poesía conlleva tener pocos lectores, pero si además es poesía expresamente católica, parece la receta perfecta para no tener éxito en el mercado actual. ¿Ser poeta es el equivalente literario del voto de pobreza de las órdenes religiosas?
¡Claro, tienes razón! Un mundo que ha desterrado la Verdad y el Bien —o no los conoce, o los persigue— se torna incapaz de buscar, percibir y manifestar Belleza. Yo te diría que si la poesía es buena —digamos evocadora, significativa, capaz de elevar el alma—, aún sin ser expresamente católica, ya tiene serios motivos para el fracaso.
- ¿Por qué la poesía ha sido tan popular en otras épocas y está tan olvidada en la nuestra?
No sé precisarlo. Se me ocurre pensar que el sensacionalismo, la virtualidad, el activismo y la utilidad como criterio único del obrar humano, acaban por apagar cualquier destello de poesía. Lo popular, hoy, es lo chabacano, la música del cuerpo y las palabras insustanciales. El lenguaje poético, tan ennoblecedor y docente, se está perdiendo hasta en las mejores escuelas… ya no se canta a Homero, Virgilio, el Dante o el Cid, no se colma el alma de esencias y armonías. Y recuperar aquel registro poético, precisamente, nos ayudará a escapar de este prosaísmo que nos conduce a la tristeza y —¿por qué no?— a la apostasía.
- Su primer poemario se tituló “Santa Nostalgia” y la nostalgia del cielo es un tema recurrente en sus poesías. ¿Es posible que Dios nos haya dado la poesía precisamente para avivar esa nostalgia?
Pienso que sí y así lo manifiesto en la introducción del librito que nombras. Necesitamos signos sensibles que nos introduzcan en ese mundo invisible del que tan bien habló Newman. Más todavía, que nos ayuden a comprender que todo cuanto nos rodea y acontece está preñado de misterio. La poesía sugiere y conmueve porque nos muestra —entre sombras o destellos de otra Luz— esa Belleza original a la cual tendemos y a la que, por ende, queremos retornar. Esa es nuestra nostalgia santa, tópico al que los poetas vuelven una y otra vez.
- En su segundo libro, “Elogio de la niñez”, habla tanto sobre la infancia cronológica como sobre la infancia espiritual. Hoy se habla mucho de la juventud, ¿deberíamos quizá redescubrir la niñez?
¡Absolutamente, Bruno! También intento decirlo en la primera parte de este libro. Descifrar la esencia de la niñez —con esas huellas de Dios más nítidas aún—, su sentido y significación. Desentrañar esa secreta disposición que tanto nos atrae y todas las aristas de aquel maravilloso mandato evangélico de hacernos como niños. Ese fue el propósito del “Elogio”.
Pienso que este redescubrir la infancia es un buen camino de simplicidad, de purificación y de salud espiritual.
- El prólogo de ese libro lo escribió Natalia Sanmartín Fenollera, la autora del famoso “El despertar de la señorita Prim”. ¿Simplemente un gesto de amistad o hay algún parecido entre lo que ambos escriben?
Bueno. Natalia Sanmartín es amiga, pero, además, escritora de renombre, de modo que al prologarme el libro tuvo un gran gesto de generosidad para conmigo. Y sí, a mí me maravilló su novela y encontré en ella como una manifestación o una plasmación de mis ideales y anhelos en el modo tradicional de concebir la Fe, la Liturgia, la modernidad, la restauración de la cultura que dejan traslucir sus páginas —y que luego confirma sin metáforas en sus entrevistas y conferencias—, en las que uno se siente como en casa, digamos. Su mirada sobre la educación, por ejemplo —que no es de ella originalmente, sino un valioso legado—, es algo que aquí en la Argentina intentamos llevar adelante con una comunidad de familias católicas (mientras ella ayuda a otros tantos amigos comunes que hacen cosas parecidas en España).
- Uno de sus poemas más conocidos está dedicado a José Sánchez del Río, el niño mártir cristero. ¿No es políticamente incorrecto, en esta época de pacifismo, en la que lo importante parece ser llevarse bien con todo el mundo?
Mientras más se desea vivir conforme al Evangelio de Jesucristo uno se torna más y más políticamente incorrecto, ¿no? Expresar una verdad pequeña de orden natural o del llano sentido común basta, a veces, para pertenecer al más rancio fanatismo. Por nuestra fidelidad nos esperan patíbulos, hay que saberlo… ya casi es una verdad de Perogrullo [risas].
Con todo, entiendo que la figura de San José Sánchez del Río pueda ser motivo de mayor consternación. Incluso entre algunos católicos que desconocen que el pacifismo es una ideología, esa paz que da el mundo y de la que ya nos advirtió el Señor. Por lo cual me alegro de que el poema se haya dado a conocer más allá de lo esperable… Y eso gracias al talento musical de un gran amigo, Javier Antón, que hizo de él un “corrido mexicano” sorprendente.
- Hace poco ha colaborado con varios poemas en el libro “400 poemas para explicar la fe” de Yolanda Obregón. ¿Tiene usted experiencia de que la poesía pueda ayudar a transmitir la fe?
Primero, quiero agradecerte a ti y a Yolanda por haberme hecho partícipe de esta obra admirable y, seguramente, de copiosos frutos. Y creo en los frutos porque he visto lo que ayuda la poesía en la transmisión y enseñanza de la Fe. Quizá su misión es más cordial, ella nos enamora de nuestra Fe… y el amor nos agudiza la mirada.
- Parece que muchos cristianos van abandonando la fe, ¿qué cree que falla en la catequesis de hoy?
Una de tantas es la falta de poesía, precisamente. Supongo que amén de las heterodoxias y contemporizaciones de toda laya —hablarán de ello los que saben—, se enseña catequesis como se enseña técnica culinaria. Se separa la Fe de la Vida, la doctrina de La Escritura y la Tradición, los dogmas de la oración. Y so pretexto de mostrar una Religión accesible, se la degrada y “horizontaliza”. Hay una vulgarización de lo sacro y lo mistérico que opaca las verdades más altas y esplendentes; cuando es la palabra poética la que debe abrirnos el paso, sumirnos en el depositum fidei y preparar el terruño para una Fe genuina y sólida. Por eso, te contaba, resultan tan necesarios trabajos como este de Yolanda, de reciente publicación.
- Dijo usted en cierta ocasión que se consideraba uno de los poetas menores de “400 poemas para explicar la fe”, pero con la gran ventaja de estar vivo. ¿Opina que los poetas tienen alguna misión particular en la Iglesia actualmente?
Estimo que la misión de los poetas seguirá siendo aquella que anunció Platón en el Ion: anillos imantados que atraen otros anillos hacia la Piedra de Heráclea. Un índice señalando la Altura o abriendo ventanas —según dice Natalia Sanmartín en el prólogo de “Elogio…”—, ventanas desde donde podamos otear el mundo sobrenatural. La Belleza de Dios.
¡Gracias!
38 comentarios
Título: 400 poemas para explicar la fe
Editora: Yolanda Obregón
Editorial: Vita Brevis
Puede adquirirse en: Editorial, Amazon.com, Amazon España, Amazon México, iBooks, Kobo, Nook, etc.
Existe en nuestra lengua un inmenso tesoro de poesía religiosa, acumulado a lo largo de siglos y casi desconocido para la mayoría de los católicos. La belleza y el arte son una vía privilegiada para crecer en la fe y en el amor a Dios, de modo que los hispanohablantes no podemos descuidar este tesoro a la hora de transmitir la fe a las nuevas generaciones.
Para animar a padres, sacerdotes, catequistas y profesores a aprovechar el maravilloso legado de poesía religiosa que hemos recibido, la editorial Vita Brevis presenta este volumen, que contiene una amplia selección de unos cuatrocientos poemas católicos en español de todas las épocas, desde la Edad Media hasta la actualidad. Con el fin de facilitar su uso en las catequesis, homilías o clases de religión, los poemas se ordenan según los grandes temas tratados al transmitir la fe. Asimismo, cada poesía está acompañada de un breve comentario sobre los contenidos de la fe católica que refleja y de notas que explican las palabras o expresiones más complicadas.
Y mediante una buena poesia siempre emamoraron los hombres a sus mujeres.
Sin embargo hoy prima lo visual: el paradigma del arte son las artes pictoricas, y la poesia es algo mas para ser escrito y leido que susurrado al oido de una muchacha.
Alguien se imagina a los amados del Cantar de los cantares, escribiendose cosas, en vez de recitandoselas viva voz y cuerpo a cuerpo?
De hecho es "la voz" del amado la que estremece sus entrañas. Alguien se imagina que le estremeciera su caligrafia?
Al igual, la Palabra de Dios es para ser, en primera instancia, proclamada a viva vox. Ya vendra despues la meditacion de lo escrito.
Bueno, eso. Esque tal vez, cuando la poesia se vuelve demasiado litetaria, deja de producir ese impulso primario, fuerza y empuje de eros, que toca lo mas basico de nuestro ser.
Con esto no quiero demerecer el cultismo de la poesia escrita. Al contrario. Es una bella evolucio. Pero si se pierde la esencia mas simple de la poesia, al final cae en desuso.
Gracias por escribir poesia espero leerlas en algún momento.
Sí, pero no.
Por un lado, el origen de la poesía es indudablemente hablado y transmitido oralmente de generación en generación. Entre otras cosas porque la palabra oral precede a la escrita.
Por otro, ¿es que el verdadero poeta era Cristian y no Cirano, porque el primero pronunciaba los versos que el segundo escribía? No sé lo que hicieron la Amada y el Amado del Cantar de los Cantares y ni siquiera sé si fueron una mujer y un hombre o son solamente poemas del amor de Dios por su pueblo, pero lo que sí sé es que podemos emocionarnos y rezar con esos poemas porque se escribieron. A eso se suma que una gran parte de los mejores poemas de la lengua castellana originalmente se escribieron para ser leídos, no fueron pronunciados y luego se escribieron.
Claro que me imagino que estremecerse ante algo escrito, especialmente escrito a mano. Cuantísimos poemas le habré escrito a mi mujer, desde que era mi novia, y nunca tuvo queja del formato.
Ten en cuenta, además, que hasta tiempos de San Agustín, más o menos, no existía la lectura silenciosa. Leer, aunque fuera en solitario, siempre era recitar en voz alta. Así que esa oposición entre palabra escrita y hablada se difuminaba.
No creo que haya nada tan sugerente, nada tan evocativo ni tan proclive a incentivar la creatividad en un niño como la voz de su padre, de su madre, de sus abuelos o de su maestra contando cuentos o recitando poesía. Lo mismo pasa con los trabajos manuales: títeres hechos a mano o dibujos de ellos mismos. Lo que es humano lo es por encima de cualquier técnica no manual, y la voz humana en vivo y en directo sigue sin tener rival.
Me apostaría cualquier cosa que, aún hoy, reúno un grupo de niños y se quedan boquiabiertos con lo mismo que se quedaron mis ya más que adultos alumnos, por encima de Disneylandia.
"a los 15 años tuve una grave crisis de fe y lo único que logró motivarme fue el cántico espiritual de San Juan de la Cruz"
No hay nada como los poemas explicados de San Juan de la Cruz para pasar los períodos de noche oscura. La Subida al Monte Carmelo y el Cántico Espiritual son una inmensa ayuda, que permite entender lo que está pasando. No se deja de sufrir, pero uno entiende por qué sufre y, sobre todo, para qué sufre.
A mi tambien me cautiva la belleza de um texto, o su inteligibilidad. Pero creo que las mujeres tenemos, en general, mas tendencia a disfrutar y tener en mas valor este tipo de belleza. Como, por ejemplo nos cautiva la danza, que para Aristoteles iba aparejada a la poesia cuya esencia es la mimica.Sin detrimento de mis pares vires, sino que observo que es asi
"Pero creo que las mujeres tenemos, en general, mas tendencia a disfrutar y tener en mas valor este tipo de belleza."
"Como, por ejemplo nos cautiva la danza"
Con lo que me fascina la auténtica poesía y tras ver el sábado pasado el festival anual de ballet, donde bailó Haddockinita 2.0, y donde al finalizar pasaron la fregona bajo mi asiento para limpiar mis babas, sus frases me han creado cierta desazón.
Es más: Voy a iniciar un camino de discernimiento personal (¡pedazo de frase ¿eh?) para descubrir lo que en realidad soy y que el patriarcalismo quiso que no lo supiera nunca.
Renunciaré a todo lo que haga falta. Bueno, a casi todo: La boina ladeada como nos enseñó a llevarla Zumalacárregui, no la abandono porque no es tema negociable.
Qué encantadora familia tienes, qué niños tan guapos.
Al resto de lectores de este blog les recomiendo vivamente leer a J.A. Ferrari. Solo he podido integrar unas pocas poesías suyas en 400 poemas para explicar la fe , pero todas merecen la pena. Son obras sólidas, muy bien cinceladas y, ante todo, son fe, esperanza y amor hechas poesía. Leed sus obras.
En 400 poemas para explicar la fe tenéis un aperitivo. Entre otros poemas suyos, aparece el dedicado al santo niño cristero del que habla en la entrevista.
Me alegro mucho de leer esta entrevista, tan certera en sus juicios. Compartimos la admiración por Natalia Sanmartín, aunque no tengo el gusto de conocerla en persona.
De nuevo enhorabuena por tu familia y por Elogio de la niñez
"la voz humana tiene un elemento mágico como la flauta del de Hamelín"
Sin duda. Yo leo a mis hijos por las noches y, así, escuchando, disfrutan de lo lindo libros que no se habrían animado a leer.
""¿A que no sabéis el cuento de Epaminondas? Si queréis lo cuento, si no queréis no os lo cuento" y todos abrían los ojos y decían "¡¡¡¡sí!!!!"
¡¡¡Sí!!! Queremos el cuento de Epaminondas.
"Con lo que me fascina la auténtica poesía y tras ver el sábado pasado el festival anual de ballet, donde bailó Haddockinita 2.0, y donde al finalizar pasaron la fregona bajo mi asiento para limpiar mis babas, sus frases me han creado cierta desazón"
Tengo que reconocer que ahí nos ha dejado a los demás lectores varones a la altura del betún. Verse un festival anual de ballet entero, así, a pie firme, sin salir corriendo y sin recitar aquello de "Ay que larga es esta vida; qué duros estos destierros", merece, como mínimo, la cruz de hierro con hojas de roble y diamantes.
Chesterton decia que el modo de vida tradicional era como una danza, cuya finalidad esta en si misma. Mientras que la vida moderna era un spring por llegar a algun sitio.
Me apunto a escuchar el cuento de Epaminomdas. Si piede ser de noche y a oscuras y con una chimenea mejor.
Bruno, yo a mi marido a veces lo torturo con explicaciones (y lo obligo a practicar, al pobre) de baile de salon moderno. Ay!!!! Que bien que estaran los cartujos!!!!
Y a ti, Yolanda, mis agradecimientos sinceros y sentidos. Por tus palabras, por tu amabilidad al dejarme ser parte de este maravilloso trabajo que has realizado con tanto tino y cuidado. Esperamos tenerlo pronto aquí en Argentina.
Por último, una breve información: "Elogio de la niñez" se ha agotado, aunque sé que allí en España quedan unos pocos ejemplares en Librería Balmes (aquí el link: https://balmeslibreria.com/libro/elogio-de-la-ninez/). Y "Santa nostalgia" se consigue aquí en Argentina, pero no creo que allí en España. De todos modos, gracias -otra vez- a la ayuda generosa y paciente de Bruno, ambos serán publicados en Amazon (impreso y digital).
Mi abrazo cordial y argentino,
José.-
Que Dios lo tenga en su gloria.
Perdón por el cambio de tema.
Y lo demás no se cuenta más que en cordial ágape, así que me quedo esperando la invitación.
Porque despues de tanto tiempo conociendonos de esta extraña manera, siento gran afecto (de extrañas circunstancias pero real) por muchos de vosotros. Y evidentemente por ti, Palas.
por oir "Epaminondas",
dígase, de entre las fondas,
a cual deberé acudir.
* El cuento no va de la Guerra de Secesión, pero me consta que el Caballero Haddock y el Caballero Javidaba son norteños por lo que es dudoso adjudicarles mansión tan ostentosa, lo cual no es óbice ni cortapisa para que sean caballeros.
Cuando yo oí tal petición me entró la risa floja porque mi hermano es cartesiano por lo que la petición resultaba chusca. Pero lo intentó, ¡vaya que sí lo intentó! le contó un "Ali Babá y los 40 ladrones" de su cosecha de lo más disparatado, aunque le echó ganas al asunto. Y ahora, como van a venir en agosto, tiene que leerse cuentos clásicos infantiles, pero me mira a mi con unos ojos...
Y también esto de la poesía como palabra y voz. Yo siempre me pregunté que era más importante, el ritmo o el fondo?
Gracias por tratar estos temas.
saludos,
Como respuesta a tu pregunta (?), debo referirte a Higinio Fernández, quien con sus poesías libremente rimadas (ya no te digo si son de verso libre), nos dejan frío el intelecto y seco el seso.
Particularmente me pronuncio por la conjunción de ambos, algo sumamente difícil y deliciosamente degustable por el espíritu por muy insensible que éste fuere. A ello coadyuva cierta originalidad tanto en la forma como en el fondo: nada mejor que cierta sorpresa, que la distinga de la prosa del ensayo. Como ejemplo te pondría, si no sonara a peloteo, al titular de este blog (por cierto, gran entrevista; como dijo alguien, no hay buen entrevistado sin buen entrevistador -si es que lo mío no tiene arreglo, qué le vamos a hacer, ¡y sin cobrar un céntimo por ello, por eso me he reservado para el final!-).
"Como decía Borges, en poesía sólo se admite la excelencia, y para mí este género es extremista. La poesía es buena y mala; cuando es muy mala podemos encontrar en ella ensañamiento y alevosía, incluso... En cambio, la prosa es más bondadosa, admite que un novelista sea sólo bueno y que se le apliquen adjetivos como entretenido o competente, algo que sería humillante en el caso de un poeta".
Como prueba, ahí va la historia de Epaminondas en un estrambótico soneto. Valga para mostrar que no no es poesía (y menos, buena) todo lo que mide, rima y coloca los acentos medio regular. El entendido notará que empleo rimas relativamente "ricas" más que "rimas pobres"; aun así, con este cuentecillo no corro el riesgo de fomentar el error frecuente de confundir a un versificador con un poeta.
Epaminondas Johnson
Epaminondas, ilustre tebano,
preside un porche sureño en Atlanta.
Mármol y gloria esculpidos, levanta
victoriosa espada en su noble mano.
Es máster Johnson su dueño y ufano
junto al prócer su pistola abrillanta,
para seguir esta ley sacrosanta:
"Ante el norteño yo no me amilano".
El ofensor ya lo espera impaciente
junto a la estatua que motiva el duelo,
y se pregunta si ha hecho el canelo
al insultar a quien no lo consiente.
"Pues que llamaste espartano a mi abuelo,
morirás", dispara el terrateniente.
Fallaron ambos y no hay más heridos
que Epaminondas y sus apellidos.
--
No he podido resistir la tentación de materializarme, ay. Vuelvo a mi retiro de pugilista espectral. Que Dios os guarde.
Su familia y amigos e incluso él mismo piensan que es real, pero lo cierto es que lo inventé para que elogiara mis libros y escritos sin descanso.
"Yo estoy dispuesta a viajar a Madrid (para viajar todos lo mismo) en vacaciones y conocerte a ti y al resto de amigos infocatolicos"
Buena idea, pardiez.
Aprovecho para felicitarte por el soneto, que puede que esté escrito a vuelapluma, pero me ha gustado mucho. Solo el oximorónico título de "Epaminondas Johnson" ya vale un potosí y hace que me ría cada vez que lo repito por lo bajo.
Lo mismo digo de las traducciones de San Roberto Southwell. Podrías dedicarte a ello profesionalmente.
Dejar un comentario