Sobre la Correctio filialis
Varios lectores me han preguntado sobre la Correctio filialis (corrección filial) que un grupo de teólogos y otros católicos enviaron al Papa en agosto y que, al no recibir respuesta, se hizo pública a finales de septiembre. Como es un tema importante, me ha parecido oportuno traerlo al blog, con la esperanza de que contrastar las distintas opiniones nos permita profundizar en él para, dentro de lo posible, no equivocarnos.
A mi entender, conviene distinguir, dentro de este asunto de la Correctio, tres cuestiones de naturaleza muy diferente. La primera se refiere a si las alegaciones planteadas por la Corrección son objetivamente ciertas. La segunda cuestión consiste en si los redactores y firmantes de la Correctio tienen derecho a hacer una corrección de este tipo. La tercera corresponde a la conveniencia o inconveniencia de firmar esa corrección. Es decir, dos cuestiones de hecho y otra prudencial.
A mi juicio, la respuesta a la primera pregunta cada vez está más clara. Hasta donde puedo ver, las afirmaciones que hace la corrección son sustancialmente ciertas y se refieren a cuestiones de la máxima gravedad.
Para darse cuenta de ello, conviene señalar que no se trata de una postura aislada. Anteriormente ha habido otros documentos similares. Por supuesto, el más conocido es el documento presentado al Papa por cuatro cardenales, Caffarra, Meisner, Brandmuller y Burke, con la tradicional forma de dubia o solicitudes de clarificación a cinco preguntas muy concretas. Bastante antes, solo tres meses después de la publicación de Amoris Laetitia, cuarenta y cinco teólogos publicaron una carta abierta al Colegio cardenalicio, en la que se analizaban cuidadosamente varias afirmaciones de la exhortación postsinodal. También podemos recordar la Declaración de fidelidad a la enseñanza inmutable de la Iglesia sobre el matrimonio y a su ininterrumpida disciplina o Súplica filial, firmada por siente obispos y un cardenal, que recordaba puntos esenciales de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la moral. Algunos de los miembros de este portal estuvimos entre los firmantes originales de la Declaración, que terminó recogiendo unas treinta y cinco mil firmas. Incluso se publicó, en julio de 2016, una Solicitud al Papa (Plea to the Pope) en vídeo, en la que participaron 16 personalidades del movimiento provida para pedir al Papa que terminase con la confusión surgida tras los dos Sínodos de la familia y la exhortación postsinodal.
Los puntos recogidos por todos estos documentos coinciden en lo esencial: los dos Sínodos de la familia y la publicación de la exhortación postsinodal Amoris Laetitia han dado lugar a la proliferación en la Iglesia de posturas heterodoxas sobre moral, que parecen contar con el apoyo del Papa Francisco, ya sea por acción u omisión (y podríamos añadir, confusión). Estas posturas heterodoxas niegan en la práctica la existencia de actos intrínsecamente malos, convierten la moral en subjetiva, dan carta de naturaleza al divorcio en la Iglesia al permitir la comunión a los adúlteros sin propósito de la enmienda, niegan que Dios dé la gracia necesaria para evitar el pecado mortal, consideran que, en algunas ocasiones, Dios quiere que sigamos pecando, etc.
Por supuesto, en algunos casos, puede tratarse de mera confusión en las afirmaciones del Papa, pero lo cierto es que, por su misión, el Papa tiene la obligación de despejar esa confusión y no dar ni siquiera la apariencia de que aprueba posturas contrarias a la fe de la Iglesia, como muestra el caso del Papa Honorio. Además de eso, siempre se pueden hacer matizaciones de detalle a la Correctio y a los otros documentos similares, cuestionar sus características formales o intentar interpretar algunas actuaciones y declaraciones papales que se critican de forma diferente. Sin embargo, es muy difícil negar que, en esencia, las alegaciones son correctas.
En primer lugar, por algunas afirmaciones insalvables ya presentes en Amoris Laetitia (por ejemplo, AL 301, 303 y 304, que, respectivamente, afirman que es necesario pecar para evitar males mayores, indican que la voluntad de Dios es que pequemos algunas veces y niegan la existencia de actos intrínsecamente malos, al menos aparentemente). En segundo lugar, por la carta de apoyo del Papa a la interpretación de los puntos confusos de Amoris Laetitia dada por los obispos de Buenos Aires, una interpretación basada fundamentalmente en el principio de que el fin justifica los medios. Aquella carta marcó un punto de inflexión en esta cuestión, ya que el Papa se puso inequívocamente de lado de la interpretación heterodoxa de Amoris Laetitia (lo que motivó mi artículo La situación de la Iglesia es muy grave). Finalmente, porque de hecho un buen número de obispos y conferencias episcopales enteras han anunciado públicamente que, siguiendo lo expuesto en la exhortación postsinodal, darán la comunión (en algunos casos, solemnemente) a adúlteros sin propósito de la enmienda. Es más, la propia diócesis del Papa está entre ellas. De este modo, incluso los fieles que viven en diócesis que mantienen la doctrina tradicional ven su fe atacada, porque descubren que la enseñanza de la Iglesia sobre algo tan importante como el matrimonio, aparentemente, depende de si uno vive en una ciudad o en otra.
Podríamos sumar a esto las voces que, sin ser corregidas, piden que se aplique el nuevo principio moral de Amoris Laetitia a otros actos intrínsecamente malos, como la eutanasia, la apostasía, el aborto, la anticoncepción, las parejas del mismo sexo o las relaciones prematrimoniales. A esto hay que añadir que la presentación de la negación de la moral tradicional como un “desarrollo” o una “evolución” de esa moral ha dado lugar a un clima en el que la moral entera de la Iglesia parece ser susceptible de cambios radicales, al hilo de las “sorpresas” del Espíritu Santo, como muestran últimamente los casos de la pena de muerte o la guerra justa. La Pontificia Academia para la Vida ha sido completamente restructurada y, además de prescindir de los miembros vitalicios nombrados por Juan Pablo II para su Instituto opuestos a la agenda de cambio de la moral, se ha incluido a nuevos miembros favorables al aborto o la eutanasia. Increíblemente, aquellos que osan defender la moral que siempre ha enseñado la Iglesia son objeto de críticas salvajes o incluso son desposeídos de sus cátedras.
Inevitablemente, los frutos de esta incertidumbre no se han limitado a la moral, sino que parecen afectar también a la dogmática. La doctrina dogmática de la Iglesia se ha relativizado hasta tal punto que la Reforma protestante, condenada por más dogmas que ninguna otra herejía en la historia de la Iglesia, puede ser considerada públicamente por un obispo como un “acontecimiento del Espíritu Santo” y los heresiarcas iniciadores de aquella revolución anticatólica como “heraldos del Evangelio", dignos de homenajes y elogios.
La segunda cuestión, como decíamos, es la siguiente: ¿Se puede escribir un documento así en la Iglesia? ¿Es posible cuestionar públicamente las afirmaciones de todo un Papa? Hay que tener en cuenta que la Correctio ha dado un paso más con respecto a los documentos anteriores (excepto el de los 45 teólogos): pretende corregir al Papa en lugar de preguntarle dudas, declarar en general la doctrina o suplicarle algo. Es más que comprensible que un católico tenga que pensarse dos veces algo así. Sin embargo, parece que la respuesta también debe ser afirmativa.
Hay que comenzar precisando, sin embargo, y es una precisión muy importante, que los autores y firmantes de la Correctio no pueden juzgar al Papa (ni tampoco lo pretenden). De hecho, nadie puede juzgar al Papa en el sentido canónico del término juzgar. Que la primera Sede no es juzgada por nadie es un principio fundamental de la disciplina de la Iglesia. Tampoco puede ser un juicio moral del interior de la conciencia del Papa, que está prohibido a los cristianos en general. Los autores de la Correctio, muy adecuadamente, recuerdan que “no osan juzgar el grado de conciencia” del Papa de Francisco.
Lo que sí es posible es realizar una corrección pública cuando, objetivamente, la enseñanza de un prelado o incluso del Papa no se ajusta a la enseñanza de la Iglesia. Como recuerda el mismo Santo Tomás de Aquino, “en el caso de que amenazare un peligro para la fe, los superiores deberían ser reprendidos incluso públicamente por sus súbditos” (S. Th., II-II, 33, 4). El Papa Pablo IV enseñó, en Cum ex apostolatus officio, que un error en la fe “es tan grave y peligroso que el Romano Pontífice, que es el representante en la tierra de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que ostenta la plenitud del poder sobre las gentes y los reinos, que puede juzgar a todos y no puede ser juzgado por nadie en este mundo, podría ser rebatido si se encontrara que se ha desviado de la fe”. Nadie en la Iglesia tiene derecho a cambiar la fe católica, ni siquiera el Papa. Ante una negación o deformación de la fe de la Iglesia, todo católico, en virtud del ministerio profético recibido en el bautismo, tiene el deber de alzar la voz para defender esa fe.
Así lo reconoce el Código de Derecho Canónico incluso en el caso de meros seglares, diciendo que los fieles “tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas” (canon 212 § 3). Es más, los fieles “tienen derecho a manifestar a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos” y también “a recibir de los Pastores sagrados la ayuda de los bienes espirituales de la Iglesia principalmente la palabra de Dios y los sacramentos” (cánones 212 § 2 y 213). Por lo tanto, cuando los pastores desatienden sus necesidades al no transmitirles fielmente los bienes espirituales de la Iglesia, cuando en lugar de pan les dan una piedra y en lugar de un huevo les dan un escorpión, pueden y deben reclamar su derecho a recibir de los pastores la verdadera fe de la Iglesia y no un sucedáneo.
Así actuó San Pablo cuando la conducta del primer Papa era escandalosa, como él mismo escribió de forma pública en su Carta a los Gálatas (Gal 2,14). Así lo hicieron los teólogos de París cuando Juan XXII negó el juicio particular. Así actuó Santa Catalina de Siena, dirigiendo palabras cariñosísimas pero también durísimas a Gregorio XI. Así lo hizo Eusebio contra el hereje Nestorio.
En cuanto al modo de la crítica, creo que algunos han afirmado que no debería haberse hecho pública. Lo cierto es que la tradición de la Iglesia siempre ha señalado que, a un comportamiento escandaloso público, corresponde una crítica igualmente pública. El mismo Cristo enseñó que, si alguien no atendía a una corrección privada, debía repetirse la corrección de forma pública.
Como es lógico, este tipo de comportamiento solo estaría justificado en casos muy graves, para evitar un escándalo que hiciera más daño que el mal que se pretende corregir. Pero, como hemos visto, es indudable la gravedad de los acontecimientos que han motivado la Correctio y los otros textos similares. El resultado de la aplicación general y coherente de los aparentes principios de Amoris Laetitia sería la destrucción completa de la moral de la Iglesia por la primacía absoluta de la conciencia subjetiva sobre la norma moral objetiva, desaparición del pecado mortal, el rechazo de la existencia de actos intrínsecamente malos, el relativismo moral y la entronización de que el fin justifica los medios como nuevo principio básico de la moral.
La gravedad de la situación, además, va aumentando por el silencio del Papa ante las peticiones de aclaración, que, con el paso del tiempo y teniendo en cuenta sus actos y la omisión de la corrección de las interpretaciones heterodoxas, solo puede entenderse como aceptación tácita de esas interpretaciones. Este extraordinario, prolongado y elocuentísimo silencio es el que, tristemente, ha causado que las súplicas y peticiones de aclaración pasen a ser correcciones.
Por lo tanto, hasta donde puedo ver, parece que las alegaciones de la Correctio filialis (y de los dubia, la Súplica filial, la Petición al Papa, etc.) están sustancialmente justificadas y que un católico, por el hecho de serlo, podría firmar una declaración en la que se rebata lo dicho o hecho por un Papa si considerase justificadamente que se había apartado gravemente de la enseñanza de la Iglesia. En cambio, la cuestión de si es conveniente firmar la Correctio en concreto, por su propia naturaleza, no puede estar tan clara. En efecto, se trata de una cuestión prudencial y este tipo de cuestiones a menudo no admiten una respuesta drástica, en un sentido o en otro. Por este motivo, me voy a limitar a dar mi propia opinión sobre ella, con unas breves razones, pero sin pretender que sea una respuesta aplicable a otros.
Para determinar si es conveniente firmar la corrección, creo que hay que empezar por considerar su nombre para entender bien cuál es su naturaleza. Se trata de una corrección filial, es decir, hecha fundamentalmente por sacerdotes y seglares (a los que posteriormente se sumaron dos obispos) al Papa, reconociendo su carácter de Sucesor de Pedro. Como ya he dicho, estoy básicamente de acuerdo con ella (aunque suavizaría algunas de sus afirmaciones) y creo que las matizaciones que se podrían hacer al documento son poco importantes. A mi entender, sin embargo, lo que realmente conviene es una correctio fraterna, una corrección fraterna, liderada por obispos y dirigida a su hermano, el Romano Pontífice, Papa y Obispo de Roma. No sería, por supuesto, una corrección entre iguales, ya que el Papa es el Vicario de Cristo, pero sí, al menos, realizada por los Sucesores de los Apóstoles, que son los que tienen que actuar cuando se produce una situación de este calibre en la Iglesia, porque a ellos se les ha confiado el depósito de la fe. La Iglesia Católica es esencialmente jerárquica y el liderazgo en esto lo tienen que tomar obispos y cardenales.
En ese entido, es de esperar que, como ya anunció el cardenal Burke, se produzca una corrección de los dos cardenales supervivientes de los dubia (con el apoyo, si Dios quiere, de más obispos y cardenales). Si así lo hicieran, creo que deberían contar con el apoyo de todos los católicos que quieran defender la doctrina de la Iglesia (manteniendo el respeto debido al Papa, por supuesto).
En cambio, si por cualquier razón, ni los cardenales de los dubia ni otros obispos realizasen una corrección… entonces sí que habría que firmar la Correctio o plantear otras correcciones escritas por sacerdotes o seglares para decir las cosas con claridad. Como Eusebio ante Nestorio, quizá sea necesario que los seglares se levanten en medio de la Iglesia y defiendan la doctrina, porque el escándalo y el daño causados por el abandono de la moral católica superan ya el escándalo que se pueda producir por el hecho de que unos simples fieles se atrevan a corregir al Papa.
133 comentarios
Estaré especialmente vigilante.
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Buena acotación, Bruno: el papa actualmente reinante se destaca por su capacidad de acción, se destaca por su capacidad de omisión y se destaca por su capacidad de confusión.
O sea que es un papa muy destacado y muy capaz.
Ha sido publicada por Sandro Magister.
Que el Espíritu Santo nos ilumine a todos los que amamos la Iglesia, para que actuemos de acuerdo a la voluntad divina.
Creo que el Consejo de Redacción está hablando sobre ello. A mí también me ha parecido muy interesante la carta.
Quizá sea en esos casos donde se manifiesta la gloria de Dios: una muchacha como Juana de Arco dirigiendo los ejércitos de Francia, un muchacho como David haciendo saliendo al encuentro del gigante Goliat ante la cobardía de los soldados de Israel, el Mesías nacido en un humilde portal entre animales y pobres pastores... Su fuerza se hace presente en la debilidad.
"Que el Espíritu Santo nos ilumine a todos los que amamos la Iglesia, para que actuemos de acuerdo a la voluntad divina"
Amén.
Sólo Dios puede arreglar eso.
"Sólo Dios puede arreglar eso"
Sí. Es importante recordarlo, para no caer en la desesperación de quien solo confía en sus fuerzas y comprueba que esas fuerzas no bastan.
Sólo quiero decir que presenciamos un enfrentamiento entre la línea Wojtyla-Ratzinger-Pinckaers versus el tándem Bergoglio-Kasper-Haring-Fuchs. El equipo del santo polaco representa la ortodoxia y el otro equipo representa o inspira la heterodoxia.
Seguramente Haring –esté donde esté- en poco tiempo verá sus sueños hechos realidad. Se pronostica una caída estrepitosa de la Humanae Vitae. A pesar de su verdad demostrada.
Estamos en un tiempo en que la mayoría de la Jerarquía de la Iglesia acompaña a un mundo que ha decidido dar la espalda a la verdad.
Creo que hay varios puntos en tener en cuenta: la debemos leer teniendo en cuenta el contexto histórico, la catolicidad estaba aterrada con la posibilidad de que un hereje protestante llegara al Papado, y usara el Papado para destruir la fe católica.
La Bula reconoce como posible dicha posibilidad.
La Bula recuerda que: el Romano Pontífice puede juzgar a todos y no puede ser juzgado por nadie.
La Bula da la razón de la inmunidad que tiene el Papa, y la inmunidad emana de la ortodoxia del Papa, por eso la Bula dice no solo que cuando un Papa se desvía de la fe, puede ser rebatido, sino que la Bula declara como nulos todos los nombramientos, documentos etc. Que realice el desviado en la fe.
La Bula relaciona la autoridad herética con la abominación de la desolación en el lugar santo.
Cuánto es prudente esperar para que los cardenales de los Dubia realicen la corrección?
Si no recuerdo mal, a principios de año, creo que fue el cardenal Burke, que dijo que si no había respuesta del papa, la corrección sería rápida, dada la gravedad del asunto, pero sin poner fecha. Entendí que probablemente se realizaría el primer cuatrimestre de este año.
Es prudente esperar más tiempo a qué realicen la corrección? En mi opinión no, ya es hora de que si no hablan los cardenales, la jerarquía, lo hagamos los laicos, y si no lo hacen los laicos lo hagan las piedras.
Cuando empecé a oir el lema de que la Iglesia debe salir de sí misma e ir las periferias existenciales, me recordó al lema de Zapatero de "el talante", siendo ambos izquierdosos pensé: harán lo contrario de cómo se presentaron.
No responder a los dubia es el paradigma de la Iglesia cerrada en sí misma, el paradigma del abandono de las ovejas en sus verdaderas periferias existenciales, que no son otras que el pecado, si no es empujarlas a las periferias con la confusión sobre el pecado.
Entiendo que alguna jeraquía piense que puede ser más efectiva no uniéndose a los Dubia, que calle aunque no esté de acuerdo.
Entiendo que mucho presbítero piense aún más en no pronunciarse, que su silencio ya es elocuente, para algo que no puede hacer nada.
Ahora bien, alegar que el asunto no entra en su campo de acción o responsabilidad, es echarle mucha geta: como si no fuese asunto de confesionario.
Es la tardanza en la corrección al papa, lo que marca la prudencia.
Me parece que es dejar muy abierto un asunto muy grave: "si por cualquier razón, ni los cardenales de los dubia ni otros obispos realizasen una corrección…"
Hay que esperar 1 año más, 5? cuánto es prudente esperar en asunto gravisimo que se carga los sacramentos?
Y por último, el hecho de que sólo 4 cardenales, vivos solo 2, hayan firmado los dubia, es ya un escándalo, que amortiza a la jerarquía y ha dado ya paso a las piedras, que llevan meses gritando. Ya está bien.
Sabemos que impera la ley "misericordiante" para quien se mueva en la foto. He leido que la Correctio Filialis la han firmado decenas de miles de laicos como yo, que lo tenemos facilisimo, no así los religiosos que aparecen en la lista de firmantes. Ahora bien, no me gustaría estar en la piel de los cardenales cuando se presenten al Jucio, que no han abierto la boca para que lo hagan las piedras.
Lo que es totalmente cierto es que es muy posible una primera, originaria confusión, pero cuando se reitera esa forma de manifestarse deja de ser una conducta accidental y pasa a ser una forma pensada de actuar, si alguien dice voluntariamente "quién soy yo para juzgar", "hagan lío", "es la única interpretación posible", excede el marco aceptable de un acto o discurso "confuso" para convertirse en una confusión deliberada.
Ahora las preguntas que hago: eran necesarios los 2 Sínodos ?, era necesaria AL ?, lo que se hizo favorece la salvación de las almas ?.
Que, isolado y traicionado por las derechas lefebvrianas y por las izquierdas progres, no ha podido resistir.
Todo el lio bergogliano en la doctrina, en los sacramentos, en la moral etc es solo un falso problema, que desaparece como en mágica cuando se tiene el coraje de ver su origen real en un obvio complot contra el verdadero Papa. Las pruebas son abundantes . Y la simplicidad de la respuesta es señal inequívoco de verdad. Lo diga Dirac. Un saludo. Non praevalebunt.
Sí eran necesarios, para poder colar el caballo de Troya de una intrareforma protestinzadora. Es decir, los sínodos y AL son sólo un embalaje. A estas horas ha quedado suficientemente probado.
- Efectivamente, los errores que plantea la correctio, resumidos en siete sentencias heréticas que estarían siendo promovidas por la acción y omisión del Papa, son cuestiones que están muy presentes en la Iglesia a todos los niveles: predicación, teología, catequesis, etc. Ahora bien, estos errores son ya bastante viejos en general, y llevan bastantes años siendo permitidos en la Iglesia por distintos Pontífices y por muchísimos obispos. Es cierto que la situación ahora es más grave, pero no debe pensarse que esto sea algo que lleva sucediendo sólo desde los últimos cuatro años.
Además, en mi opinión, las siete frases en las que se resumen los errores fallan a la hora de destacar el argumento central de la Amoris Laetitia, que se basa en la distinción entre pecado grave objetivo y pecado mortal en cuanto a la imputabilidad. Por ejemplo, la tercera sentencia dice: "(3) “Christifidelis qui alicuius mandati divini plenam scientiam possidet et deliberata voluntate in
re gravi id violare eligit, non semper per talem actum graviter peccat.”"
Sin embargo, los defensores de la interpretación heterodoxa de la AL dirán que ellos no niegan que eso sea pecado grave, sino que dicen que eso podría no ser pecado mortal. Es verdad que las condiciones por las que el pecado grave es imputable como mortal están expresadas en el mismo texto, pero en ese caso el problema está en que se añade una cuarta condicionante a la imputabilidad del pecado mortal, que es ajena a la doctrina de la Iglesia. Esta condicionante sería, para esos autores, algo así como que la renuncia a los actos pecaminosos no implique la comisión de otros pecados, que es más o menos lo que dice AL sobre el tema de la educación de los hijos y que es una barbaridad. Las traducciones a lenguas vernáculas, por cierto, corrigen ese, a mi juicio, error. Algo parecido podría decirse de la n. 7.
- Sobre el derecho a la corrección, me parece que es incuestionable. Lo que es cuestionable es la utilidad o eficacia de un documento así, que será poca. En todo ello estoy totalmente de acuerdo con lo que dices.
- Sobre la oportunidad. Ahí yo haría un planteamiento adicional al que haces, que también comparto. En la sociedad mediatizada en la que vivimos hoy es imposible que un documento como éste no se vea presentado como un "ataque" al Papa. La intención de los firmantes no es esta, pero la gente sencilla, la inmensa mayoría de los católicos, no lo verán así. Y no es culpa de éstos, que al final como "menores" (en terminología tomista y dionisíaca), están llamados a tener fe explícita únicamente de los grandes misterios de la fe, teniendo en lo demás fe implícita en la fe de sus "mayores". Al percibir esta corrección como un ataque, la postura que cabe esperar de ellos es que se sitúen al lado del Papa y en contra de los firmantes, que es más o menos lo que está pasando. El problema es que yo creo que los firmantes tienen razón, con lo que al darse las cosas así, la mayoría del pueblo fiel se estaría poniendo en contra de la verdad, con lo que serían mucho más fácilmente seducidos por el error.
Es cierto que es mucho más pesado tener que estar continuamente refutando a los que defienden una interpretación heterodoxa de AL (desde luego, cada vez más claro que es la interpretación más ajustada al texto y a la intención de su firmante), pero creo que la estrategia de la correctio puede ser, a la postre y fuera de la intención de los autores, más dañina para los sencillos.
Gracias por el artículo.
"Y la simplicidad de la respuesta es señal inequívoco de verdad".
Eso es una barbaridad evidente. De hecho, todas las herejías han surgido por el afán de simplificar el cristianismo.
El afán de que los problemas "desaparezcan mágicamente" no es un buen consejero a la hora de razonar.
Muchas gracias por el comentario.
"hora bien, estos errores son ya bastante viejos en general, y llevan bastantes años siendo permitidos en la Iglesia por distintos Pontífices y por muchísimos obispos. Es cierto que la situación ahora es más grave, pero no debe pensarse que esto sea algo que lleva sucediendo sólo desde los últimos cuatro años"
De acuerdo, sin duda. Lo diferente es que, ahora, los que mantienen esos errores lo hacen con el convencimiento, bastante razonable, de que tienen el apoyo del Papa para hacerlo. Eso es muy diferente y, a mi entender, es lo que motiva tanto la Correctio como los demás documentos.
"fallan a la hora de destacar el argumento central de la Amoris Laetitia, que se basa en la distinción entre pecado grave objetivo y pecado mortal en cuanto a la imputabilidad"
En esto disiento. Me temo que la apelación a la imputabilidad es solo la excusa que se utiliza para poder sostener una serie de posturas apartadas de la doctrina de la Iglesia. Lo que realmente se busca es sostener esas doctrinas, mientras que lo de los atenuantes, etc. no es más que una capa de azúcar que las haga más digeribles para los católicos.
Una muestra de que esto es así: durante el Sínodo, todos los partidarios del nuevo enfoque moral, empezando por el Cardenal Kasper, criticaron la doctrina de los actos intrínsecamente malos y dieron multitud de argumentos, muchos contradictorios entre sí, para introducir el divorcio en la Iglesia. Eso indica que los argumentos eran lo de menos, lo que importaba era introducir el divorcio y neutralizar la doctrina de los actos intrínsecamente malos (como puerta para introducir después todo lo que desea el mundo: anticonceptivos, eutanasia, parejas del mismo sexo, etc).
De todas formas, tengo pendiente escribir un artículo solo sobre el tema de los atenuantes, que muestre que no es más que una trampa.
En cualquier caso, como no se trata de un juicio canónico al Papa, se tiene la ventaja de que no es necesario demostrar más allá de toda duda que ha sostenido explícitamente una doctrina. Para una correción basta que esa doctrina se le atribuya por los heterodoxos y que él dé pie a esa interpretación y no haga nada para defender la verdad en ese ámbito. Como muestra el caso del Papa Honorio, eso tiene consecuencias gravísimas. También por suerte, la solución es muy sencilla: rechazar y condenar las posturas heterodoxas.
"Es una barbaridad"
Es una barbaridad de tal calibre que, a mi entender, destruye por completo la moral de la Iglesia, porque indica que el mal no es verdaderamente malo y que el único principio moral es "el fin justifica los medios". No se me ocurre nada más destructivo.
"Es cierto que es mucho más pesado tener que estar continuamente refutando a los que defienden una interpretación heterodoxa de AL (desde luego, cada vez más claro que es la interpretación más ajustada al texto y a la intención de su firmante), pero creo que la estrategia de la correctio puede ser, a la postre y fuera de la intención de los autores, más dañina para los sencillos"
Ese peligro me parece indudable. Sin embargo, también me parece indudable que, en algún momento, el escándalo de que la Iglesia enseñe el error supera al escándalo de corregir a un Papa. Si no fuera así, estaríamos anteponiendo una falsa unidad a la verdad. Si no fuera así, no tendrían sentido los ejemplos de San Pablo, los teólogos que rebatieron a Juan XXII o las condenas del Papa Honorio. Lo cierto es que es parte de la fe que nadie, ni siquiera el Papa, puede cambiar la fe y esa verdad de fe debe defenderse también.
¿Cuándo se llega al punto en que el escándalo de corregir es menor que el escándalo que ya se está causando? Es imposible saberlo con certeza, entre otras cosas porque los efectos son diferentes para cada fiel: algunos, los más formados, están ya terriblemente dañados y lo que les escandaliza es que no se corrija al Papa; otros, menos formados, se escandalizarán por la corrección al Papa sin entender cuál es el problema. Por eso decía que se trata de una cuestión prudencial. Y también pensando en eso opino que lo ideal es una corrección realizada por la jerarquía.
Pero ciertamente no tengo la solución.
Muchas gracias por sus matizaciones.
(por las dudas....es tristemente irónico esto...)
¿Es un error, es un pecado, es una falta de respeto, elevar los temores de la conciencia hacia aquel que la está perturbando? ¿Podrá en un momento misericordiarnos a todos por real o papal decreto?
Entre mis más profundas dudas está la falta de convencimiento de que un Papa así sea verdaderamente lo que quiso el Espíritu Santo o San Gallo.
Lo cierto es como seglares, obedientes siempre a la jerarquía y sobre todo al Sumo Pontífice, el no firmar esta "Correctio" tampoco nos ayuda, aunque por cuestiones prudenciales no la firmemos. No la firmamos pero seguimos aferrados a la doctrina y a la fe transmitida por generaciones, es decir a la Tradición, ella nos es tan necesaria como el Papa y si ambas se contradicen tendríamos que quitarnos la cabeza, lo que es de todo punto imposible. La situación a la que nos lleva esta confusión es la de recogida a los cuarteles de invierno, es decir que mientras el Papa no diga que los herejes somos nosotros habrá muchas maneras distintas de entender la Iglesia: con Purgatorio y sin Purgatorio (al modo protestante); con Transustanciación o sin ella (al modo protestante); con sola fe o con interpretación magisterial; con moral o sin ella; con temor de Dios o con un Dios Misericordioso que sólo puede abrirnos las puertas del Cielo porque otra cosa sería impensable; con dulía o sin ella, etc... Por comentarios que se leen en esta misma web el Catolicismo parece ofrecer una carta donde cada cual escoge lo que le conviene, excepto aquellos que seguimos aferrados a lo que ha sido dicho siempre, por todos, en todas las épocas y en todos los lugares.
Si el Papa cambia la Tradición entonces cabe la posibilidad de si es posible una herejía, no por cambiar sustancialmente los dogmas, sino por defenderlos; o si es posible un catolicismo a dos velocidades, como la propuesta para Europa: los que escojan voluntariamente la puerta estrecha y los que, con la misma legitimidad, prefieran la ancha.
Yo (y creo que una ingente cantidad de fieles y sacerdotes) creemos que esa Correctio debería de haber llegado ya en los reinados de Juan XXIII y Pablo VI. Porque si todos los obispos hubieran sido igual de valientes que Mons. Lefebvre y Mons. Castro Mayer, nos hubiéramos ahorrado toda esta película, no habría modernismo en la Iglesia, y por tanto, no existiría todo lo malo que de él se ha derivado.
Por eso hoy cualquier Correctio es poca. Porque hay que recordar que la doctrina es que el Papa tiene potestad suprema, pero no absoluta.
Suprema porque no hay ninguna autoridad superior a él sobre la tierra. Nadie absolutamente en la tierra tiene una autoridad mayor que el Romano Pontífice.
Pero la potestad del Soberano Pontífice es relativa, porque está sometida a la Sagrada Escritura, a la Tradición y a las definiciones anteriores del Magisterio.
Bien sabes que los cristianos estamos unidos por una unidad de doctrina, unidad de culto y unidad de autoridad. Pues bien, sobre las dos primeras no hay autoridad que valga. Y cuando la autoridad viene a imponerse para modificar la doctrina o para modificar el culto de forma indebida no hay que obedecer. Esa autoridad es ilegítima.
Hay que recordar que Papa es el Vicario de Cristo, NO Cristo.
He leído tu artículo y hago algunos comentarios en mi blog:
He leído en el blog “Espada de doble filo” el artículo de Bruno M. titulado Sobre la Correctio filialis. Este artículo y todos los de este autor me parecen siempre magníficamente fundamentados y de gran provecho. Este laico puede no tener ningún cargo sobresaliente en la Iglesia, pero lo que dice para mí tiene mucho más interés que las palabras de otros más encumbrados en distintos honores.
Su último artículo me ha parecido muchísimo más interesante que por ejemplo la misma Correctio filialis que él comenta. Normalmente, las obras de consenso (para ser firmadas por muchos) suelen ser más frías que la síntesis totalmente personal.
Nada hay en lo que dice Bruno M. en su artículo que no pueda él razonarlo de un modo serio. Él mismo no intenta razonar todas y cada una de sus afirmaciones, pues considera (y estoy de acuerdo) que puede pasar directamente a las conclusiones.
Ahora bien, aun estando de acuerdo con él en el fundamento común (el Magisterio, los dogmas, las Escrituras, la gran obra teológica de siglos anteriores), permítaseme decir que he llegado a conclusiones distintas. Me explico: Bruno M. escribe:
“Estas posturas heterodoxas niegan en la práctica la existencia de actos intrínsecamente malos, convierten la moral en subjetiva, dan carta de naturaleza al divorcio en la Iglesia al permitir la comunión a los adúlteros sin propósito de la enmienda, niegan que Dios dé la gracia necesaria para evitar el pecado mortal, consideran que, en algunas ocasiones, Dios quiere que sigamos pecando, etc”.
Estimado Bruno, con gran razón has escrito en la práctica, porque en la letra no es así. Reconozco que las afirmaciones debatidas (ya tantas veces repetidas) de Amoris Laetitia se da la posibilidad de la bifurcación interpretativa. ¿Voy a resolver la cuestión alegando que todo se soluciona simplemente tomando el camino de aminorar cada afirmación de Amoris Laetitia y de retomar sin más lo anterior? No.
Amoris Laetitia no es un conjunto de elementos incómodos cuya misión sea sortearlos. Tampoco veo la exhortación pontificia como una serie de consejos pastorales frente a una construcción wojtiliana inamovible. Sino que Amoris Laetitia se integra en un movimiento mucho más amplio que trata de ir configurando un cambio de paradigma dentro de la fe católica.
No estamos hablando meramente de pastoral, sino que hay que hacer un esfuerzo por entender que, dentro de las mismas premisas ortodoxas, caben conclusiones que implican un cierto cambio de mentalidad. Alguien, con toda razón, podría decirme, por citar un ejemplo: “¿Es que puede ser necesario desobedecer la ley moral en algunas ocasiones? ¿Es que puede llegar a ser obligatorio quebrantar los mandamientos a veces?”.
Mi respuesta es que nunca hay que desobedecer a Dios. Pero, en ocasiones, el sometimiento a una institución instrumental puede ceder ante otro tipo de obligaciones. Esto lo vio san Juan Pablo II al determinar que, en ocasiones, era mejor vivir sine more uxorio en una nueva familia cuando, por ejemplo, había niños en esa segunda unión. Eso ya fue un cambio muy importante en el modo de entender las obligaciones inherentes a la primera familia y las obligaciones consecuentes aparecidas en la segunda familia. Y ya entonces se hablaba de que sería “mejor”, pero, en realidad, por más que se evite la palabra, también se podía decir que había verdaderas “obligaciones”.
En otros casos, con hijos por un lado e hijos por otro, se puede hablar sólo de conveniencia. Imaginemos que la primera mujer (la esposa del sacramento) sigue sola y queriendo que el marido retorne a casa. Pero que la convivencia con la primera esposa va seguir siendo una guerra continua, porque hay un maltrato psicológico de ella contra el marido. En ese caso, por más que ella quiera que él vuelva, podemos afirmar que no es conveniente. Pues hay hijos en la segunda unión y es feliz con la segunda esposa casada con él por lo civil.
Sí, como muy bien afirma Amoris Laetitia, a veces, el que ha desobedecido un precepto puede sentir que no puede volver a la primera familia si faltar objetivamente a obligaciones respecto a la segunda familia. Esto no significa que Amoris Laetitia no crea que Dios no otorgue la gracia para obedecer siempre a Dios. Sino que hay circunstancias en las que obedecer a un precepto no se puede hacer sin entrar en conflicto con otro precepto.
Éste es un ejemplo de cómo ciertas afirmaciones de Amoris Laetitia se pueden entender de un modo heterodoxo (afirmar que Dios no da la gracia necesaria) o de un modo ortodoxo (afirmar que hay obligaciones frente a obligaciones). Pero querer clarificar todo dejándolo perfectamente atado iría contra el mismo espíritu de la exhortación que pretende ir más allá de la creación de una nueva casuística.
Por eso la clarificación no se puede hacer al modo escolástico que querrían algunos, sino que hay que entender que se pretende un cambio de paradigma. Es el entero conjunto de la Ley el que debe ser entendido en cada caso según el sentido común, la caridad y, en definitiva, el entero Evangelio.
No es que a partir de ahora la ley pasa a ser sólo un ideal, un cierto modelo teórico. No. Pero tampoco debemos aplicar la ley de un modo frío, automático, inhumano, sin discernimiento, sin corazón. El mismo san Juan Pablo II permitió la convivencia sine more uxorio en casos como los citados. Eso ya fue un cambio.
Y es que hasta la misma cabeza (no sólo el corazón) entiende que la ley, aun siendo muy santa, requiere de un cierto discernimiento de las situaciones. Esto no se aplica sólo al caso de los divorciados, no se aplica tampoco solamente a la sexualidad, sino que debe aplicarse a la entera construcción de la ley moral y canónica.
Bruno M. escribía:
“A esto hay que añadir que la presentación de la negación de la moral tradicional como un “desarrollo” o una “evolución” de esa moral ha dado lugar a un clima en el que la moral entera de la Iglesia parece ser susceptible de cambios radicales, al hilo de las “sorpresas” del Espíritu Santo, como muestran últimamente los casos de la pena de muerte o la guerra justa”.
Me alegra que haya puesto esos dos ejemplos en concreto, porque iluminan la cuestión de un modo utilísimo. Lo que ha dicho el Magisterio, en siglos pasados, sobre la pena de muerte o la guerra justa era verdad. Pero, hoy día, entendemos que debemos unir a esa verdad magisterial una compresión mucho más profunda de esas realidades morales. ¿Merece el asesino de cien personas ser ejecutado? Por supuesto, sería verdaderamente justicia. ¿Es ilícito para el Estado hacer tal cosa? Por supuesto que no sería un acto ilícito. Pero en los últimos cincuenta años nos hemos dado cuenta de debe primar la verdad de la compasión, del respeto a la vida, la verdad del espíritu del Evangelio frente a una mera verdad escolástica basada en silogismos.
Respecto a la guerra justa, otro tanto. Antes la cuestión se hubiera planteado como un mero: ¿el acto de reacción es ajustado a justicia o no? Hoy día entendemos que en el conflicto latente entre Corea del Norte y Estados Unidos hay que buscar el bien de los ciudadanos norcoreanos tanto como el de los propios. Un gobernante cristiano debe ver a ambas masas de población con el mismo amor y buscar su bien. Incluso ante un acto puntual de agresión norcoreana, el juicio de un gobernante debe ir más allá de un mero juicio acerca de la licitud tal como lo plantearía Tomás de Aquino o Francisco Suárez. ¿La verdad ha cambiado? ¿Ya todo es relativo? ¿Hay que negar el magisterio anterior? No, pero ciertamente hay cambios de paradigma dentro de la vida de la Iglesia. No ya una mera corrección, sino todo un nuevo modo de entender una parte del Magisterio.
De lo contrario, seguiríamos admitiendo teóricamente el uso de la tortura por parte de la Inquisición; el único cambio que sólo admitiríamos serían adaptaciones en una verdad ya manifestada de manera pontificia. Sólo admitiríamos que ahora no sería conveniente aplicarla. Sería una adaptación sólo pendiente de la conveniencia. Frente a eso, hubo un cambio de paradigma. Hasta los teólogos más tradicionales se dieron de lo imperioso que era un cambio de paradigma y no sólo de añadir correcciones.
Bruno escribía:
“La doctrina dogmática de la Iglesia se ha relativizado hasta tal punto que la Reforma protestante, condenada por más dogmas que ninguna otra herejía en la historia de la Iglesia, puede ser considerada públicamente por un obispo como un “acontecimiento del Espíritu Santo” y los heresiarcas iniciadores de aquella revolución anticatólica como “heraldos del Evangelio", dignos de homenajes y elogios”.
Vale la pena comentar esto, porque los mismos patrones interpretativos se pueden aplicar a las consecuencias diocesanas de Amoris Laetitia. La Iglesia como tal no ha dicho que la división sea un acontecimiento del Espíritu Santo, sólo lo ha dicho un obispo. La división entre cristianos nunca puede ser un acontecimiento gozoso del Espíritu de Dios. Tampoco la iglesia ha dicho que los heresiarcas sean heraldos del Evangelio, sólo lo ha dicho un obispo. Tanto Amoris Laetitia como la conmemoración del 500 aniversario de la “Reforma” pueden dar lugar en algunos a la interpretación errónea de que eso supone una disolución de la verdad, o que se puede relativizar la santidad de los preceptos.
Lo importante es entender que caminamos hacia un cambio de paradigma, porque en muchos otros campos (vg. la pena de muerte, la guerra justa, el ecumenismo o, incluso, ciertas prácticas sacramentales como la confesión sólo al final de la vida) ya ha habido cambios de paradigma en el pasado.
La versión de Bruno M. me parece ajustada en teología, moderada, y con un gran respeto eclesial. Ahora bien, me gustaría llamar la atención al hecho de que, dentro de la ortodoxia, cabe un replanteamiento del tema moral en el campo sexual y matrimonial (son dos asuntos distintos).
Nunca hablo de los silogismos o la escolástica de un modo despectivo. Pero lo que se nos ha ofrecido en los últimos años, me parece que completa de forma más humana, más adecuada, lo que teníamos hasta ahora en los manuales.
La escolástica está en el origen de lo que hoy día se considera ortodoxo y que sin duda es ortodoxo. Pero hay otros enfoques que también entrarían en el actual marco dogmático-magisterial. Negar esto, como han hecho las versiones más extremistas de oposición (no la de Bruno M.), supone una poda del árbol de lo teológicamente posible que implica una determinada comprensión del avance de la Teología: véase el sermón de Jorge de Burgos en El nombre de la rosa en su elogio de la eterna recapitulación. La teología como mera recapitulación, como mera profundización, o la teología como reflexión, como pensamiento puro.
Un saludo.
Padre Fortea
Ricardo: "Sólo Dios puede arreglar eso"
Sí. Es importante recordarlo, para no caer en la desesperación de quien solo confía en sus fuerzas y comprueba que esas fuerzas no bastan.
Excelente y muy oportuna tu respuesta a Ricardo. Estamos en momentos de mucho riesgo si nos olvidamos del actuar divino. Momentos de gran prueba de nuestra fe y confianza en Dios. Bendiciones.
No tengo intención de entrar en debate con usted al respecto. Solo le transmito la inquietud de muchos de sus lectores.
Y ahora que todos somos especialistas y está de moda "corregir" te invito a hacer un artículo sobre la perfidia del "teólogo" Ratzinger y el ratzingerismo, y sobre el "teólogo" Wojtyla y el wojtylianismo. Dos sacerdotes desobedientes con una inquina impresionante tanto al Magisterio como a sus superiores. Se trata de herejes que cayeron en el modernismo-teología nueva, ya condenados; y el modernismo en su versión del personalismo, también condenado. Entre otros errores como el protestantismo o el irenismo. Y no solo eso, sino que osaron desafiar a los cristianos que se mantenían fieles a su fe católica cuando fueron ascendidos a puestos eclesiásticos de poder. Lutero estará en un sitio más cómodo que ellos, vamos...
Bruno, te animo. Hay cosas que no pueden quedar sin respuesta y más si vienen de un sacerdote.
Seifert dijo que el Capítulo VIII de Amoris laetitia es una bomba atómica moral, porque existe el empecinamiento en dar la comunión y absolución a adúlteros como ariete para abrir otros intrinsece malum. Y ante esto no hay diálogo.
Las 8 tesis de Ratzinger:
J. RATZINGER, Introducción a CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Sobre la pastoral de los divorciados vueltos a casar
1. Los fieles divorciados vueltos a casar se hallan en una situación que contradice objetivamente la indisolubilidad del matrimonio.
2. Los fieles divorciados vueltos a casar siguen siendo miembros del pueblo de Dios y deben experimentar el amor de Cristo y la cercanía materna de la Iglesia.
3. Como bautizados, los fieles divorciados vueltos a casar están llamados a participar activamente en la vida de la Iglesia, en la medida en que sea compatible con su situación objetiva.
4. Por situación objetiva, los fieles divorciados vueltos a casar no puede ser admitidos a la sagrada comunión ni acceder por propia iniciativa a la mesa del Señor.
5. Por su situación objetiva, los fieles divorciados vueltos a casar no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales (CCC 1650).
6. Si los fieles divorciados se separan, o viven como hermano y hermana, pueden ser admitidos a los Sacramentos.
7. Los fieles divorciados vueltos a casar, que están convencidos objetivamente de la invalidez de su matrimonio anterior, deben regular su situación en el foro externo.
8. Los fieles divorciados vueltos a casar nunca pueden perder la esperanza de alcanzar la salvación.
"Amoris Laetitia se integra en un movimiento mucho más amplio que trata de ir configurando un cambio de paradigma dentro de la fe católica."
¿y hacia dónde vamos? un poco de claridad nos vendría bien a los católicos, para saber si bajarnos del barco
Muchas gracias por su comentario y sus amabilísimas palabras.
Como su comentario es muy largo, creo que conviene dedicarle un artículo entero dentro de un par de días, si no le parece mal, de forma que pueda comentarlo con tranquilidad.
Un saludo.
Gaudium et spes 27 recoge diversos intrinsece malum que, según Amoris laetitia, si cumple la moral de situación, pueden comulgar y ser absueltos:
1. Respeto al hombre... sin excepción de nadie... cuidando en primer lugar de su VIDA y de los medios necesarios para vivirla dignamente
2. el anciano abandonado de todos
3. el trabajador extranjero despreciado injustamente
4. el desterrado
5. el hijo ilegítimo que debe aguantar sin razón el pecado que él no cometió
6. el hambriento
7. el atentado contra la vida
8. los genocidios
9. el aborto, la eutanasia y el suicidio deliberado
10. toda violación de la integridad de la persona humana:
- las mutilaciones
- las torturas morales o físicas
- los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena
- todo cuanto ofende a la dignidad humanas:
- las condiciones infrahumanas de vida
- las detenciones arbitrarias
- las deportaciones
- la esclavitud
- la prostitución
- la trata de blancas y de jóvenes
11. las condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona humana
12. todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador.
Lo intrinsece malum se regula aquí:
- Soyez les Bienvenues, Discurso sobre los errores de la moral de situación, 18 de abril de 1952, Pío XII
- Veritatis splendor: 79-83 y 95-97
- Catecismo: 1753-1756
Está prohibido ir cambiado de seudónimo. Por favor, elija uno y manténgalo.
Dicho eso, las acusaciones de herejía contra Juan Pablo II y Benedicto XVI, cuando se concretan, siempre me han parecido carentes de sustancia. Por supuesto, como a cualquier otro ser humano, se les pueden hacer matizaciones, es posible señalar desaciertos, etc., pero eso es todo.
"Sino que Amoris Laetitia se integra en un movimiento mucho más amplio que trata de ir configurando un cambio de paradigma dentro de la fe católica."
Palabras, suyas, como estas, de una gravedad terrible, evidencian lo que para algunos ya dejó de ser arcano: Que está dando un golpe de mano al timón de la barca llamada ICAR.
Hacía tiempo que vd. no publicaba en su podcast y ayer, primero de Noviembre, lo hizo, y como ya estaba yo prevenido de su también cambio de rumbo, al ver su podcast encabezando la lista de podcast recientes... ¿ Sabe que hice ? Darme de baja de la suscripcion.
Le reconvengo a que corrija su actitud. No se puede apoyar al albañil: hay que apoyar al maestro de obras, que es quien sabe en qué consiste REALMENTE el proyecto, y vd. está actuando como un peón al servicio de una causa que está contra Dios. Si no lo hace, y siendo vd. una persona tan formada, tendrá difícil, el día del juicio, salir indemne.
"Mi respuesta es que nunca hay que desobedecer a Dios. Pero...";
"No es que a partir de ahora la ley pasa a ser sólo un ideal, un cierto modelo teórico. No. Pero...", "Lo que ha dicho el Magisterio, en siglos pasados, sobre la pena de muerte o la guerra justa era verdad. Pero...";
" me gustaría llamar la atención al hecho de que, dentro de la ortodoxia, cabe un replanteamiento del tema moral en el campo sexual y matrimonial (son dos asuntos distintos)", ¿replanteamiento dice?. Si el P. Fortea quiere que le entendamos va a tener que explicar previamente el significado que le da a los tèrminos que usa, porque paradigma significa tal cosa pero... y replanteamiento significa tal otra cosa, pero... No hay forma de entender Padre, parece un compendio de justificaciones.
Por favor.
"En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible.
No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento.
Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión, Amoris laetítía abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. notas 336 y 351).
Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la fuerza de la gracia".
El camino parece ser: 1. Intentar la nulidad del vínculo, si no se obtiene;
2. Buscar un camino de discernimiento (sic.): 3. Un caso concreto con limitaciones atenuantes de responsabilidad y de culpabilidad (irresponsable e inocente); 4. Considerar subjetivamente no caer en una ulterior falla dañando a los hijos de la nueva unión (sic.): 5. AL "abre" la posibilidad del acceso a los sacramentos primero reconciliación y luego Eucaristía. (Ese camino está abierto desde la venida de Cristo no desde AL).
Mauricio te animas a conseguir un casus así ?
En realidad ha reproducido al dedillo la clásica argumentación probabilista que denuncié en un artículo hace tiempo. Es decir, la idea de que "hay circunstancias en las que obedecer a un precepto no se puede hacer sin entrar en conflicto con otro precepto" lleva a que en ese conflicto no hay una norma moral clara a la que la conciencia se deba adherir con lo que cualquier cosa es lícita. Y esto es, como habíamos convenido, una barbaridad.
Pero esa interpretación, que es una variante de la lectura heterodoxa de la AL es incoherente con el mismo texto de la AL, que se basa en un documento que dice explícitamente que en materia sacramental hay que basarse únicamente en la realidad objetiva (creo que Bruno escribió un artículo precisamente sobre la contradicción de un discernimiento que exige juzgar el interior).
¿Es voluntad del papa que se enseñe como doctrina lo que ha expuesto aquí el P. Fortea? Es más que posible, pero sólo eso, posible.
¿Una alternativa a la correctio filialis? Que los sacerdotes y fieles apunten primero a los obispos. Que les exijan a ellos directamente una adhesión firme a la doctrina de la Iglesia (digan lo que digan los que dicen hablar en nombre del Papa), y ahí sí, con toda contundencia, incluso económica.
En cualquier caso, que Dios nos dé firmeza en su Verdad.
El Padre Javier Igea, de las Congregaciones Marianas, publicó el siguiente comentario en su muro de Facebook el pasado 24 de septiembre, nada más publicarse la Correctio Fililalis:
"Me he quedado de piedra al ver en webs españolas una noticia sobre una supuesta corrección filial al Papa que le han hecho unos intelectuales y sacerdotes de diversas partes del mundo. Uno de los firmantes es el sucesor de Marcel Lefebvre, esto es, un obispo cismático. Este dato es suficiente para juzgarla.
San Ignacio nos habla del mal espíritu disfrazado de ángel de luz, lo cual creo que se aplica en este caso. ES UNA CARTA Y DECLARACIÓN QUE NO HAY QUE FIRMAR, pues va contra el Papa, por lo tanto, contra la Iglesia; tiene una pobre teología detrás, así como mucha soberbia por parte de quienes le quieren corregir.
Espero que mis seguidores no se cuenten entre quienes piensan que este Papa ha caído en herejía y sean por el contrario fieles hijos de la Iglesia y amen con amor filial al Papa Francisco y sigan sus preciosas enseñanzas. No os dejéis influir por quienes están preocupados y difunden rumores u opiniones contra nuestro querido santa Padre.
Siempre con Pedro y bajo Pedro"
El Padre Igea es un sacerdote con mucho prestigio en los medios católicos tradicionales de Madrid. Podía haberse callado prudentemente, pero no. Al revés, califica de soberbios e instrumentos del diablo a los que han firmado esta Corrección.
Es muy fuerte. Uno ya no sabe a qué atenerse.
Los obispos argentinos, algunos de ellos, dan un escándalo mañana sí, pasado también.
En Reconquista ya dieron la comunión a 30 parejas adúlteras.
¿ Qué demonios es esto ? ¿ Un aquelarre de adúlteros cometiendo un gravísimo sacrilegio, con la ayuda e instrucciones de un obispo ?
El discernimiento es el tonto bálsamo de fieragrass que posibilita todas las aberraciones. Sí, el discernimiento para pecar y el consenso para justificar la unión con los herejes protestantes.
En lenguaje y sentido católicos, el discernimiento pasa por el confesionario. Y en el confesionario, el cura tasa y a la luz de la doctrina decide absolución sí, absolución no. El resto, lo que vd. comenta, es abominación.
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¡Un cambio de paradigma respecto a las enseñanzas católicas sobre el Santo Matrimonio! ¡Y lo dice tan fresco!
Más abajo hace referencia a la novedad introducida por SJPII, a saber el permiso de convivencia sin relaciones carnales cuando hay hijos pequeños que criar. A mí ese permiso siempre me pareció un grave error, y ésta es la primera vez que lo expreso.
Hay muchas razones para abonar esta opinión. Y no sólo por sus consecuencias, que están patentemente a la vista, esto es, que ha sido usado y abusado como ariete para justificar los adulterios, sino también por cuestiones de principio. De las cuales mencionaré sólo una: la convivencia con la pareja con la cual se ha adulterado, imposibilita la restauración del matrimonio original, cuando éste ha existido.
"El Padre Javier Igea, de las Congregaciones Marianas, publicó el siguiente comentario en su muro de Facebook el pasado 24 de septiembre, nada más publicarse la Correctio Fililalis: "Me he quedado de piedra al ver en webs españolas una noticia sobre una supuesta corrección filial al Papa que le han hecho unos intelectuales y sacerdotes de diversas partes del mundo. Uno de los firmantes es el sucesor de Marcel Lefebvre, esto es, un obispo cismático. Este dato es suficiente para juzgarla"
Creo que debería ser evidente que esta afirmación es una barbaridad. ¿El hecho de que firme Mons. Fellay es suficiente para juzgar la correctio? Eso es un disparate. La verdad es la verdad, la diga quien la diga. Monseñor Lefebvre firmó el Concilio Vaticano II, ¿basta eso para juzgar (y condenar) el Concilio?
Con todos mis respetos al P. Javier Igea, un razonamiento como ese no merece ni siquiera una refutación. Se refuta a sí mismo.
"ES UNA CARTA Y DECLARACIÓN QUE NO HAY QUE FIRMAR, pues va contra el Papa, por lo tanto, contra la Iglesia; tiene una pobre teología detrás, así como mucha soberbia por parte de quienes le quieren corregir"
De nuevo, es un razonamiento que se refuta a sí mismo. Si fuera cierto, habría que decir que San Pablo fue contra la Iglesia cuando corrigió públicamente a San Pedro "porque era reprensible" (Carta a los Gálatas). La acusación de soberbia hacia personas que no conoce de nada es también injustificable.
Sin duda se puede pensar que la Correctio no es adecuada o es imprudente o muchas cosas más, pero rechazar por principio una corrección al Papa, por mucho que se disfrace de frases piadosas y de acusaciones injustificadas, no es acorde con la doctrina católica.
Dicho sea todo eso, una vez más, con todos mis respetos a D. Javier.
Por favor, es mejor dejar las respuestas al comentario del P. Fortea para el artículo que le dedicaremos en un par de días. Así no desviamos la atención del tema del post.
Dijo Jesús: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en Mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.
¡Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero ¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!» (Mt 18,6-7)
«Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque Yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18,10).
Como sacerdote y exorcista, a mí me está escandalizando. Saque sus propias conclusiones.
Que el Espíritu Santo lo ilumine para su propio bien y el de lodos los que lo leen.
No más comentarios sobre el escrito del P. Fortea. Guárdense para el próximo artículo.
Si se escriben más comentarios, tendré que borrarlos, para no desviar la atención del tema de este post.
¿Cómo se implemente esto en la práctica?
Infocatólica nos ha dado las declaraciones de dos santos varones, que echan luz sobre esta cuestión.
Tiempo atrás el Card. Sarah afirmó que en la Curia existe "miedo". Sí, en la curia del bonachón y misericordioso Francisco está instalado el temor.
¿Por qué?
La carta de Fr. Thomas G. Weinandy que se acaba de publicar en este portal lo explica muy claramente:
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"Santo Padre, todo esto me lleva a la última preocupación. Usted a menudo ha hablado acerca de la necesidad de que haya transparencia dentro de la Iglesia, exhortando frecuentemente, sobre todo en los dos últimos sínodos, a que todos, especialmente los obispos, hablen francamente y sin miedo a lo que pudiera pensar el Papa. Pero, ¿se ha dado usted cuenta que la mayoría de los obispos del mundo están sorprendentemente silenciosos? ¿Por qué? Los obispos aprenden rápido. Y lo que muchos han aprendido de su pontificado es que usted no está abierto a las críticas, sino que le molesta ser objeto de ellas. Muchos obispos están silenciosos porque desean serle leales y, por consiguiente, no expresan – por lo menos públicamente; otra cuestión es si lo hacen privadamente – la preocupación que les causa su pontificado. Muchos temen que si hablan francamente, serán marginados. O algo peor."
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Y esto no es una mera opinión del fraile, sino que está avalada por la Conferencia Episcopal de los EEUU. En efecto, esta conferencia ¡lo echó inmediatamente de su cargo por haber escrito eso!, con lo cual mostró y demostró que las cosas son tal cuales las denuncia este hombre de Dios.
¿Te imaginas a Enrique VIII con una máscara de la Madre Teresa? Pues eso es lo que hay.
Y al igual que en la época del Rey Sifilítico donde a Sto. Tomás Moro lo mataron, no por reprochar a su rey sino simplemente por no aprobarlo, ahora quienes tengan alguna mínima expectativa de carrera deben salir, como en la fábula, a aplaudir las bellezas del vestido del rey desnudo.
Y si han sido tradicionalistas, doble mérito.
De acuerdo, lo borro.
Si no lo has copiado, puedo reenviártelo en un correo, para que no tengas que volver a escribirlo.
Gracias, sí lo guardé. Esperamos con ansía el post. Puede ser buena ocasión para un diálogo profundo.
Saludos,
"Canon 959 En el sacramento de la penitencia, los fieles que confiesan sus pecados a un ministro legítimo, arrepentidos de ellos y con propósito de enmienda, obtienen de Dios el perdón de los pecados cometidos después del bautismo, mediante la absolución dada por el mismo ministro, y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron al pecar.
Canon 978 § 1. Al oír confesiones, tenga presente el sacerdote que hace las veces de juez y de médico, y que ha sido constituido por Dios ministro de justicia y a la vez de misericordia divina, para que provea al honor de Dios y a la salud de las almas.
Mire, escúcheme bien: le voy a resumir POR CARIDAD y porque no tengo espacio aquí para discutir, la base de los errores del modernismo y de la teología nueva, en que cayeron las dos personas que le he citado. Estoy seguro que lo entenderá, si tiene buena voluntad. No me estoy inventando nada, todo lo tiene en el Magisterio anterior al "aggiornamento" (v. Pascendi, Humani Generis, Mortalium Animos...).
La base de los errores modernistas es el agnosticismo, es decir, negar que la razón tenga aptitud natural para conocer las verdades suprasensibles, principalmente la de Dios. Por eso los modernistas niegan y se burlan de la teología natural y su carácter racional (Humani Generis,21), niegan que la fe resida en el entendimiento (como los protestantes). ¿Por qué? Porque defienden la doctrina de la "experiencia religiosa" (como los protestantes, Pascendi 13), el sentimiento religioso, el falso irenismo del "espíritu de Asís" (condenado en Mortalium Animos)...
Pues bien, ¿le suena eso de que "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva."? Pues eso es una de las atrocidades más grandes que han salido de la boca de alguien que se hace llamar sucesor de Pedro. Y si los santos la oyeran se morirían de espanto.
Eso se llama MODERNISMO, "un conjunto de todas las herejías" (sic!), como dice en Papa en Pascendi 38. ¿Por qué? Porque es la doctrina de la experiencia, que condenó San Pío X. La misma de los protestantes. LA FE NO ES UNA EXPERIENCIA SEÑORES: La fe reside en el entendimiento, no en la voluntad, como dicen los modernistas y los protestantes (lo tiene en Dz 2074.2145, dicho por San Pío X; lo tiene en Pascendi,13). Luego si Dios ha revelado una religión verdadera, la cristiana, hay que creerla y punto. ¿Por qué? Porque Dios, que es infinitamente sabio, y no puede engañarse; y es infinitamente veraz y no puede engañarnos. NI ENCUENTROS NI PORRAS. SE CREE Y PUNTO. SI NO, PROTESTANTISMO.
Le he puesto un ejemplo, pero estaría encantado de señalarle millones de ambos teólogos, si el espacio me lo permitiera. Pero créame que tardaría antes refutando los errores de Lutero, que a los de ambos teólogos. En efecto, como decía San Pío X, el modernismo es un compendio de TODAS las herejías.
No me invento nada, está todo dicho en 2000 años de tradición católica que han saltado por los aires hace varias décadas en nombre del "aggiornamento" (sic!). Lo decía el santo papa Pío X, lo decía Pío XI, lo decían todos los papas y por sus bocas, Cristo y toda la tradición. No me extrañaría que dentro de unos años veamos a "católicos" profanando la "misa" en asambleas protestantes los domingos (ah no, perdón, que ya los vemos a mansalva).
No todo lo que reluce es oro, no todo lo que se llama católico, es católico. Porque la verdad es una y es preciso amarla, aunque duela.
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Sencillamente cambio de " paradigma " , como lo dice el Padre Fortea .
No se puede callar.
Es decir, que en aquellos casos en que la abstención de relaciones sexuales por parte del DVC, pueda causar un ulterior daño o mal a los hijos, como privarles del ambiente familiar, de bienestar económico, etc., ello se tomaría como una circunstancia que haría al DVC subjetivamente inimputable de pecado mortal de adulterio aunque objetivamente tuviese relaciones sexuales con quien no es su cónyuge canónico.
Pero si tal cosa se acepta, entonces habría que admitir el principio de que el que hace un mal objetivamente grave es inimputable subjetivamente, es decir, no peca mortalmente, si con ello se evita a otro el que le resulte un mal o daño. Lo cual nos llevaría en la teoría y en la práctica a suprimir el pecado mortal en casos que claman al cielo.
Y así, por ejemplo, si se admite tal principio, subyacente en las interpretaciones heterodoxas de la AL, habría también que admitir que no comete pecado mortal de fornicación o de violación el que fornica o viola a mujeres ajenas a la familia si con ello deja de fornicar o de violar a las propias hijas, ya que fornicando o violando a mujeres ajenas a la familia evita causar daño o mal a las propias.
O habría que aceptar que el pederasta que abuse de menores ajenos a la familia no peca mortalmente si con ello deja de abusar de sus hijos o nietos.
O también habría que aceptar que la mujer que aborta es inimputable si con ello agrada a su marido y evita a los hijos ya habidos una posible ruptura familiar y que el marido la abandone.
O también habría que admitir que la esposa que utiliza anticonceptivos artificiales no peca mortalmente, si con ello agrada a su marido y evita a los hijos ya habidos el mal de la ruptura matrimonial.
O que el sacerdote que pisa el Crucifijo y reniega de la Fe no peca mortalmente si con ello evita que sus feligreses sean asesinados por los terroristas.
O que una pareja de homosexuales practicantes no pecan mortalmente si con ello afianzan su relación y evitan a los hijos adoptados el daño que les podría provenir de una ruptura del gaymonio.
O que el padre de familias que mata para robar no comete pecado mortal si con ello evita a la mujer y los hijos el daño que les supondría caer en la pobreza o en una situación de peor situación económica.
Y muchos otros ejemplos que se podrían poner. En resumen, si damos por buenas las interpretaciones heterodoxas que algunos hacen de la AL, sentando el principio de la inimputabilidad subjetiva para el que comete un mal objetivamente grave, si con ello evita un daño o mal ulterior a otro, creo que abrimos la puerta a dar por buenos e incluso santos los más aberrantes pecados.
Así pues, a mi entender, opino que es necesaria una más que urgente corrección fraterna al Papa Francisco I, tipo Pablo corrige a Pedro cara a cara, si no queremos que más pronto que tarde la herética corriente modernista se imponga de tal modo en la Iglesia que nos oblige a comulgar con ruedas de molino y a considerar como buenos e incluso virtuosos los mas aberrantes y nefandos pecados mortales. Y el que avisa no es traidor.
!Hurra por Fray Thomás Weinandy ofm. (Tomás se tenía que llamar) que tan valientemente ha puesto a Papa Francisco I los puntos sobre las íes¡
En esta hora dramática de la Iglesia, en la que la herejía modernista infecta a importantes miembros de la Alta Jerarquía romano-vaticana, opino que ya basta de pamplinas y paños calientes y que hay que pasar urgentemente a utilizar la vara paulina de la fraterna corrección papal.
Este es el núcleo de la cuestión presente.
«¿Cuándo se llega al punto en que el escándalo de corregir es menor que el escándalo que ya se está causando? Es imposible saberlo con certeza, entre otras cosas porque los efectos son diferentes para cada fiel: algunos, los más formados, están ya terriblemente dañados y lo que les escandaliza es que no se corrija al Papa; otros, menos formados, se escandalizarán por la corrección al Papa sin entender cuál es el problema. Por eso decía que se trata de una cuestión prudencial. Y también pensando en eso opino que lo ideal es una corrección realizada por la jerarquía.»
Bruno, yo pienso más bien al revés: los dañados no son los más formados, éstos podrán estar indignados, pero los dañados son justamente los menos formados. Es por ellos que se hace preciso comenzar a corregir públicamente al Papa y alertar del error de Amoris Laetitia, y también del falso ecumenismo.
Pienso que estamos en el punto que nuestros pastores de buena doctrina necesitan ser animados a no guardar silencio, tenemos que mostrarles los laicos que tienen nuestro apoyo, e incluso nuestra solicitud, para que enseñen públicamente la verdadera doctrina sobre este tema, y para que se unan para hacer una corrección pública al Papa.
Es evidente que como ya vienen las cosas, el daño por una falta de corrección al Papa será grande en los menos formados, y en algunos supuestamente bien formados (¡pienso en el Card. Muller!). Y al final, ¿cuál es concretamente el daño en estos fieles que puede causar una corrección? ¿que se radicalicen más en contra de quienes corrigen al Papa pensando que quieren atacarle, y que así se alejen más de la verdad? Pienso que para contrarrestar esa posibilidad, lo que corresponde es, no evitar la corrección al Papa, sino aclarar más y más la buena doctrina y señalar cada vez mejor y de manera más puntual los principales errores de AL. En particular, los obispos que hagan la tan requerida Correctio al Papa, deberían hacerlo con un texto tan claro, didáctico y puntual, que además de ayudar al mismo Papa a ver su error, sirva de material para ayudar a todos los fieles a ver los errores de AL.
En este sentido pienso que los documentos magisteriales anteriores, no explican bien por qué se debe negar la comunión a quienes viven en unión no sacramental, me refiero al argumento, en mi opinión bastante mejorable, que se viene dando, y que está recogido por ejemplo en la Sacramentum Caritatis:
«El Sínodo de los Obispos ha confirmado la praxis de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura (cf. Mc 10,2-12), de no admitir a los sacramentos a los divorciados casados de nuevo, porque su estado y su condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia que se significa y se actualiza en la Eucaristía.»
Argumentos flojos ciertamente ayudan a que se propaguen posturas heréticas.
Lo triste es que nada de eso es nuevo. Se resume en "el fin justifica los medios" y equivale a la destrucción completa de la moral.
Sin ánimo de ofender, me temo que no comprende usted bien los temas de los que habla y por eso saca consecuencias disparatadas.
"Pues bien, ¿le suena eso de que "No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva."? Pues eso es una de las atrocidades más grandes que han salido de la boca de alguien que se hace llamar sucesor de Pedro. Y si los santos la oyeran se morirían de espanto. Eso se llama MODERNISMO, [...] LA FE NO ES UNA EXPERIENCIA SEÑORES: La fe reside en el entendimiento, no en la voluntad, como dicen los modernistas y los protestantes (lo tiene en Dz 2074.2145, dicho por San Pío X; lo tiene en Pascendi,13). Luego si Dios ha revelado una religión verdadera, la cristiana, hay que creerla y punto. ¿Por qué? Porque Dios, que es infinitamente sabio, y no puede engañarse; y es infinitamente veraz y no puede engañarnos. NI ENCUENTROS NI PORRAS. SE CREE Y PUNTO. SI NO, PROTESTANTISMO"
Este comentario no solo es erróneo, además es herético.
Es dogma de fe que la fe es don de la gracia de Dios, que ilumina la razón humana para que acepte la Revelación. Es decir, el encuentro (que es lo que es la gracia, la presencia sobrenatural de Dios en el alma y sus efectos en ella, según hablemos de gracia increada o creada) precede necesariamente a la acción de la razón, porque sin ese encuentro la fe es absolutamente imposible para la razón humana. Exactamente lo que dice la frase de Ratzinger.
Además de eso, la fe siempre tiene que ver con la voluntad (y, por supuesto, con el entendimiento), porque es una virtud. Como enseña la Tradición de la Iglesia, la fe consiste en que el entendimiento, en virtud de un movimiento sobrenatural de la voluntad, se adhiere a la Revelación de Dios (y, obviamente, al mismo Dios que se revela). Si la voluntad no interviniera, la fe no podría ser una virtud, ni sería posible pecar contra ella (porque en lo involuntario no puede haber pecado).
Además de eso, no tiene ningún sentido identificar experiencia con voluntad. Ninguno. Si usted lo hace es solo para meter artificialmente la cuestión en unos esquemas que no le corresponden. Experiencia es todo lo que ha sucedido antes y, como ya hemos visto, la gracia precede a la fe y la hace posible, de manera que es imposible tener fe sin haber experimentado la presencia de Dios. Nadie puede decir 'Jesús es Señor' si no es por obra del Espíritu Santo. Experiencia e intelecto no son en absoluto contradictorios. Creo, además, que confunde experiencia con sentimiento.
Basta con que lea el Catecismo de la Iglesia Católica para que vea que, tanto para Juan Pablo II como para Benedicto XVI, "La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma" (CIC 814).
En fin, siento decirle que no entiende usted bien los temas de los que habla y, cuando uno no entiende, es preferible callar o preguntar.
"Bruno, yo pienso más bien al revés: los dañados no son los más formados, éstos podrán estar indignados, pero los dañados son justamente los menos formados. Es por ellos que se hace preciso comenzar a corregir públicamente al Papa y alertar del error de Amoris Laetitia, y también del falso ecumenismo"
Buena precisión. Debería haber dicho "escandalizados", no "dañados". Lo que quería señalar es que para los mejor formados el escándalo por todo lo que está ocurriendo es muy grande. En cambio, los no formados no se dan cuenta de lo que sucede y no se escandaliza. A la inversa, la falta de corrección escandaliza a los formados y la corrección escandaliza a los no formados.
El daño es mucho más difícil de cuantificar. Es cierto que, como dices, a los no formados se les extravía. Aunque también es verdad que, en general, no se dan cuenta de la mayor parte de las cosas que están pasando. A los (menos) formados se les extravía menos, pero, según mi experiencia, están pasándolo fatal, se encuentran desanimados, se ven tentados contra la esperanza. Miles de sacerdotes se encuentran en oscuridad. Varias veces me han entrado ganas de llorar leyendo decenas y decenas de comentarios en Internet de conversos al catolicismo que dicen cosas como "con un gran sufrimiento personal dejé todo para hacerme católico, abandonando el protestantismo, y ahora me encuentro en la Iglesia Católica lo mismo que había entre los protestantes; me han engañado".
"Pienso que estamos en el punto que nuestros pastores de buena doctrina necesitan ser animados a no guardar silencio, tenemos que mostrarles los laicos que tienen nuestro apoyo, e incluso nuestra solicitud, para que enseñen públicamente la verdadera doctrina sobre este tema, y para que se unan para hacer una corrección pública al Papa"
Completamente de acuerdo. De hecho, yo creo que la publicación de la correctio ha sido un intento de animar a los cardenales de los dubia a decidirse a presentar su propia corrección, entre otras cosas. No sé si ha sido un intento acertado, pero veo claramente esa preocupación que mencionas.
Nuestros obispos son débiles, como todo el mundo, y necesitan que los sostengamos con nuestra palabra, nuestro ejemplo y, sobre todo, nuestra oración, como Aarón y Hur sostuvieron los brazos de Moisés en la batalla contra los amalecitas.
"Argumentos flojos ciertamente ayudan a que se propaguen posturas heréticas"
A mi entender, el problema ahí viene principalmente de la obsesión por no ofender, que hace que se hable de "situaciones irregulares", "nueva unión", etc. en lugar del término claro que usó nuestro Señor: "adulterio". Cuando se llama a las cosas por su nombre, a todo el mundo le quedan claras. Los eufemismos, a la larga, terminan por quitar importancia al asunto.
Saludos.
Saludos cordiales.
Si tal principio se extiende a otros ámbitos del actuar humano, apaga y vámonos. Opino que o se corrije esta deriva modernista, que afecta a altas esferas de la Jerarquía romano-vaticana, o si seguimos pasivos sin corregir, el cáncer modernista se irá propagando a otros ámbitos morales: anticoncepción, homosexualidad, eutanasia, aborto, y hasta ecumenismo. Creo que es urgente una fraterna y respetuosa corrección al Papa, tipo Pablo a Pedro, pero no menos firme y decidida.
Sinceramente, estoy estupefacta con lo que sucede en la jerarquía de la Iglesia. No entiendo nada.
De todas formas, no te asustes, pues está profetizado por Cristo que en los tiempos finales habrá una gran apostasía y se entibiará la caridad de muchos. Permanece en la Fe que recibiste y da de mano a los nuevos maestros modernistas que dicen que está bien adulterar por el bien de los hijos, pues sólo el que persevere hasta el fin se salvará.
Santa Maria Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. AMÉN
La Fe y la verdad que se jodan. La mentira y las verdades a medias nos harán libres.
Gracias también por el comentario sobre la simplicidad como herejía y barbaridad. Muy divertido. Le pido por favor comente también la frase "lo diga Dirac."
Muchas gracias. Viva el Papa Francisco, viva Lutero y viva la mentira.
Más solo diré que esos "Cálculos" o "Mediciones" de que si se escandaliza más a los mal formados, pequeños, menores o como los definan, la Corrección al Papa que los errores del Papa de los que no se dan ni cuenta etc, etc..... creo yo que han sido la causa (entre otras terribles cosas) de que:
1.- Cuando el Papa nombra a Kasper y Marx a dedo para el sínodo, muchos (sabiendo lo que eso significaba) no dijeran ni pío del error del papa y solo se dedicarán a atacar a Jasper por ejemplo, cuando estaba hay por voluntad a dedo de SS.
2.- Que luego de los escandalosos comentarios de los Obispos Heterodoxos en pleno sínodo y en la cara del papa, se siguiera con la postura equivocada de ir a por esos Obispos pero sin tocar al Papa, aun cuando era éste el que avalaba a esos escandalosos.
3.- Que cuando sale la AL, es vez de emitir condena como la basura que es, muchos, dándoselas de "astutos" (como si pudieran ser más astutos que el diablo), quisieran agarrase de la diabólica ambigüedad de la AL (como si esa ambigüedad fuera un salvabidas, que obtusos) para darle interpretación Católica.
Y TODO PARA QUÉ (Bruno perdón por las mayúsculas), para que el papa "pagara" ese salvar su imagen no condenando la AL, colgando en la Web de Vaticano la interpretación de los de Buenos Aires.
4.- Que cuando se supo que el Papa iría a Suecia para Celebrar el Pecado, se hiciera reseñas del terrible pecado que fue ese Cisma, pero al Papa ni se le tocara, para cuidar su imagen, para no escandalizar a los pequeños.
5.- Que cuando va a Suecia y se sienta al costado de la Obispesa cuya esposa es una "Sacerdotisa", se le siga tratando a SS como al pétalo de una rosa y se llevará la atención para otro lado.
Y TODO PARA QUÉ (perdón de nuevo por las mayúsculas), para que el papa nos pague nombrando a Lutero testigo del evangelio, metiendo su imagen al Vaticano y blasfemando contra la Virgen y San Juan, haciendo las estampillas diabólicas, con Lutero en el lugar de Nuestra Santa Madre y Malechon en lugar del Discípulo que no le abandonó.
Así que, mientras se sigue perdiendo tiempo "discerniendo" (desojando margaritas) y evaluando que daña más a los más pequeños, los esbirros de Satanás (desde el que ocupa el cargo más importante hasta el más ignorante que muchas veces está disfrazado de pequeño en quien se piensa para no corregir como se debe a quienes debe).......... la maquinaria de demolición de La Doctrina de Cristo, avanza cada vez con más fuerza y a pasos agigantados (¿o hay alguno por aquí incluido Fortea, que le parezca poca cosa lo de las estampas?) sin importarle nada.
¿Hasta cuando seguimos evaluando "los daños a los más pequeños"?
¿Qué, estamos esperando el fin del celibato, el sacerdocio femenino (eso de que JPII lo cerró no les importará nada, pues el pecado del adulterio estaba tan Cerrado como eso), que se quite la Transubstanciación, etc etc?
¿Nos seguiremos escondiendo en esa frase hecha de que esto solo lo arregla el Señor (que es verdad pero que no es excusa para reducirnos a meros espectadores)?
Desde el 2013 señores, comencé mi cruzada personal en Face en contra de este Papa.
He usado adjetivos de todo calibre y español castizo para denunciar todo desde el 2013 poniendo en el centro al único y principal responsable actual en la tierra de todo este desmadre.
El resultado? De mis casi 5mil contactos y algunos seguidores, de ese universo, los más pequeños, los menores o como quieran identificarlos y los ateos paganos, SON LOS MENOS DAÑADOS.
Quedan con deseos de entender qué pasa, etc. Se abre puertas para el diálogo y el apostolado.
Mas los cobardes (que entienden claramente todo lo qué pasa pero por cobardes tienen miedo de decir lo que piensan y sabe que es verdad y lo hacen por "cuidar su vida") y no los
Mal formados sino los deformados, esos son los más "escandalizados".
El tema no es los menores y los mayores, los que "saben menos" de los que" saben más", de los menos formados o preparados y los más formados o preparados...... el tema principal es, los que están en gracia.
Pues nos olvidamos de algo vital para cambiar la óptica al evaluar quien se dañe o no y el tamaño del daños:
NOS OLVIDAMOS DEL SENSUS FIDEI y de que el sensus fidei es fruto de la gracia y acción del Espíritu Santo que actúa sobre el creyente para que comprenda y crea.
El tema no es un tema entonces de menores mayores, preparados o no, sino de que quienes estén en Gracia tendrán la asistencia del espíritu para no escandalizarse de que el Papa pueda estar errado y que se le tenga que corregir.
En fin, creo haber dado una entrada a algo. Y con lo expuesto hasta aquí, creo que está clarísimo que: ES HORA Y YA ESTAMOS EN ELLA.
¿Hora de qué?
De Reforma o Apostasía
De Santidad o Muerte
Y de confiar en la Gracia, que es esta la que por medio del Sensus Fidei, protegerá a los más pequeños.
Creo que de estar espectadores las cosas, Inacción, Duda y Cobardía ya fue suficiente.
ES TIEMPO DE PARRESÍA.
"Sin embargo, no hay dificultad en admitir que la Iglesia de la publicidad pueda ser ganada por el enemigo y convertirse de Iglesia Católica en Iglesia gnóstica. Puede haber dos Iglesias, la una la de la publicidad, Iglesia magnificada en la propaganda, con obispos, sacerdotes y teólogos publicitados, y aun con un Pontífice de actitudes ambiguas; y otra, Iglesia del silencio, con un Papa fiel a Jesucristo en su enseñanza y con algunos sacerdotes, obispos y fieles que le sean adictos, esparcidos como "pusillus grex" por toda la tierra. Esta segunda sería la Iglesia de las promesas, y no aquella primera, que pudiera defeccionar.
Un mismo Papa presidiría ambas Iglesias, que aparente y exteriormente no sería sino una. El Papa, con sus actitudes ambiguas, daría pie para mantener el equívoco. Porque, por una parte, profesando una doctrina intachable sería cabeza de la Iglesia de las Promesas. Por otra parte., produciendo hechos equívocos y aun reprobables, aparecería corno alentando la subversión y manteniendo la Iglesia gnóstica de la Publicidad."
Creo que es válido aumentar el texto del P. Meinvielle reemplazando "actitudes ambiguas" por "actitudes, declaraciones y documentos ambiguos".
Como autor de esos documentos ambiguos, en cuanto son susceptibles de ser interpretados de manera ortodoxa, el Papa sería cabeza de la Iglesia de las Promesas, y en cuanto son susceptibles de ser interpretados de manera herética, el Papa sería cabeza de la Iglesia de la Publicidad.
Me da pena tu salida de tono pues del anterior comentario deduzco que sufrimos porque vemos algo muy horrible en este "pontificado" que si bien en otros portales se habla abiertamente , aquí se han decidido por la prudencia en esa tema y entrar al tajo solo en materia de doctrina. Es un criterio muy respetable.
No pagues con Bruno, ni con nadie, la justa indignación que tienes con otros. Acuérdate del salmo: no te exasperes por los malvados. Reprime la ira cohibe el coraje porque los actúan mal son expulsados.
La oración en el silencio es la patria en este destierro. Ahí es donde debemos sumergir la ira para no caer en la desesperación.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen concebida sin pecado original
¿Qué va a haber, también, una Congregación para la doctrina de la Fe de las Promesas, y otra Congregación para la doctrina de la Fe de la Publicidad? ¿Y así con todo lo demás?
Me parece que es una forma peligrosa y nada útil de decir lo de siempre: que dentro de la Iglesia hay gente que no es católica, que ha apostatado, o que es herética, etc.
O que el mismo Papa, como ha sucedido algunas veces en la historia, tiene hechos y palabras poco acordes con su cargo o con la fe católica.
O que hay un estado de cisma no declarado en la Iglesia.
Pero nada de eso alcanza para constituir otra Iglesia, que además es imposible, porque la Iglesia es Una.
Porque por otra parte ¿cuáles son las condiciones de legitimidad gnóstica de una Iglesia gnóstica? ¿Dónde están escritas? ¿Quién certifica su carácter eclesial? ¿O sería gnóstica y católica al mismo tiempo, y de ahí vendría su ser Iglesia? Pero entonces habría sido la Iglesia Católica la que se habría vuelto en parte gnóstica. Todo absurdo.
Saludos cordiales.
Coincido con Néstor en que hablar de "dos Iglesias" es imprudente y crea confusión. Ya sé que se trata de una metáfora, pero es una metáfora que, en vez de aclarar, confunde. Especialmente si podemos hablar de forma más tradicional y correcta sobre el asunto: dentro de la Iglesia hay gente que no es verdaderamente católica, los "falsos hermanos", los que "salieron de nosotros, pero no eran de los nuestros".
No debemos dejar que una metáfora o una expresión elegantes y potentes nos alejen de la verdad en vez de acercarnos a ella. Por lo que he visto, es una tentación muy frecuente en particular entre los argentinos, debido a que en el antiguo Virreinato de la Plata se admira de forma muy especial a los que saben inventar o utilizar palabras y expresiones ingeniosas. En sí, la tendencia es algo bueno y muestra de un interés por la cultura que destaca en el continente, pero, como todo lo bueno, puede utilizarse para mal.
La expresión más extrema de esa tentación es "el tiempo es superior al espacio", que está completamente vacía de verdad.
"Gracias, querido Bruno, por la censura."
¿Dónde está la censura? Solo le he censurado un comentario en el que trataba a los demás de "cretinos". De todas formas, veo que es usted profeta, porque, en efecto, a partir de este comentario (y los otros cinco llenos de insultos que omitiremos) habrá que censurarle, vistos sus desahogos.
"La Fe y la verdad que se jodan. La mentira y las verdades a medias nos harán libres"
Ya veo. Le explico que lo que decía usted sobre la fe era erróneo y además herético, por contrario a la doctrina tradicional de la Iglesia, y lo único que sabe hacer es responder insultando. Y osa decir que somos los demás los que prescindimos de la fe y la verdad. Me temo que, si no ve la ironía de su comportamiento, no puedo ayudarle.
"Gracias también por el comentario sobre la simplicidad como herejía y barbaridad. Muy divertido. Le pido por favor comente también la frase "lo diga Dirac"
Yo no he dicho que su comentario sobre la simplicidad sea herejía. He dicho que era una barbaridad. Y lo es.
La simplicidad no es "señal inequívoca de verdad". Y es evidente que no lo es. Si yo le pregunto cuál es la fórmula del movimiento uniformemente acelerado y me responde que x=3, eso es mucho más simple que x=1/2at^2 + vt + e, pero lo cierto es lo segundo y no lo primero.
En cuanto a Dirac, él no dijo eso, sino que habló de la elegancia de las soluciones y de forma mucho más matizada, pero, en cualquier caso, lo que diga Dirac no es cierto porque lo diga Dirac o lo deje de decir. Una cita suya: "Si somos sinceros, y los científicos tienen que serlo, debemos admitir que la religión es un batiburrillo de afirmaciones falsas, sin base en la realidad".
Ahí tiene, ya está comentado eso de "lo diga Dirac".
Saludos.
Totalmente de acuerdo con todo el comentario de Néstor. Integro la única Iglesia fundada por nuestro Señor Jesucristo, y espero, con la gracia de Dios, poder decir como Santa Teresa de Jesús «Al fin, muero hija de la Iglesia». Bendiciones.
Las "Iglesias protestantes" no son "La Iglesia", propiamente dicha.
De este modo queda más claro que quien mueve los hilos de los primeros, y a quien sirven (servimos si Dios y su gracia lo permiten) los segundos.
Porque hay que tener claro que la confusión generada no procede de Dios. La impostada va a hacer todo lo posible para confundirse con la real y darse legitimidad, es más, acusará a la real de ser la impostora, para darse de Iglesia y robar a tantas almas como pueda.
La iglesia impostada no va a renunciar a su impostura... a no ser que se le obligue.
Un saludo en la Fe
04-08-2015
Se querrá asesinar a Francisco, y tendrá que huir del Vaticano. Sufrirá mucho, hasta
la muerte, y muerte de martirio. Sufrirá, sobre todo, al ver cómo la Iglesia se ha
convertido en un mar de cadáveres, sobre los que él tiene que pisar, estando vivo,
y sin poder haber podido evitarlo. Pensará muchísimo, como todos le dicen, que él
es el culpable. Ahí tienes que ir tú a decirle que no lo es. Que no es así. Él no pudo
evitarlo. Tenía que venir así.
Para intentar evitar el Cisma tan anunciado, el Papa no se pronunciará en contra de
los que planean la Comunión a los divorciados y la regulación de las relaciones
contra natura dentro de la Iglesia. Éste no pronunciarse en contra en el momento
que debe hacerlo será tomado como un estar a favor, y será retirado del puesto por
los garantes de “la Verdadera Tradición”. Pero, retirando al Papa, ellos mismos se
han puesto en contra del Papa, porque ponen como cabeza de la Iglesia a un
Antipapa.
El Cisma no tiene una sola cabeza, sino que tiene varias. Es como esa hidra de dos,
incluso de tres cabezas: Los que propugnan la liberalidad, a los que el Papa querrá
atraer con su actuación para que no se desmembren, y los que propugnan la
Tradición.
Pero dentro de estos que propugnan la Tradición están los que son lanzados por
delante, como abanderados, para derrocarle (a este Papa), que son los considerados
cristianos de siempre y formados, y luego los “falsos Tradicionalistas”.
Estos son los que querrán apropiarse de esto para sus fines. Y luego, una vez que el
Antipapa esté a la cabeza, volver la Iglesia hacia la liberalidad de las costumbres y
hacia el Caos, incluso al servicio de la Bestia.
Todos los que, cegados por su orgullo, derroquen a este Papa, tienen difícil vuelta
al Camino. Quiero que vuelvan y se arrepientan, pero nadarán en una confusión
doctrinal y de ideas tal, que les será más que difícil volver.
Supongamos el caso de Franz y Fritz, católicos de Munich. Ambos reconocen como su obispo legítimo al cardenal Reinhard Marx (RM), acatan toda disposición legítima suya, concurren a misa en una parroquia que está en comunión con RM, y se confiesan con un presbítero autorizado por RM para administrar el sacramento de la reconciliación.
Franz acepta y conserva fielmente las palabras de Nuestro Señor Jesucristo, S. Pablo, etc., incluyendo aquéllas sobre el matrimonio, el divorcio, el adulterio y los requisitos para recibir provechosamente la Eucaristía. Cuando oye o lee de RM o la Conferencia Episcopal Alemana afirmaciones heterodoxas sobre esos temas, las rechaza.
Fritz, en línea con Kasper, RM, y tantos obispos mencionados en este blog, rechaza las palabras de Cristo y S. Pablo sobre los temas mencionados. Cuando oye o lee de RM o la Conferencia Episcopal Alemana afirmaciones heterodoxas sobre esos temas, las acepta.
Franz es de la Iglesia de las Promesas, Fritz de la iglesia de la publicidad. RM es la cabeza de ambas iglesias en Munich. Francisco es la cabeza de ambas iglesias en Roma.
" Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros." (1 Jn 2,19)
ahora no salen de entre nosotros sino que permacenen con nosotros. Mas aún, ahora son y a la vez no son de los nuestros.
Son de los nuestros en cuanto siguen siendo los pastores canónicamente establecidos, con quienes debemos estar en comunión de fe (diacrónica, o sea en cuanto enseñen la doctrina católica), de sacramentos, y de disciplina (en cuanto sus órdenes sean compatibles con los mandamientos divinos), y no son de los nuestros en cuanto sostienen y transmiten, con sus dichos, escritos y gestos, doctrinas incompatible con la doctrina católica.
Como dije, para mí el pasaje de Meinvielle no dificulta sino facilita el entendimiento de la realidad eclesial presente. Más aún, estimo que puede ser clave para que algunos no caigan en la tentación del sedevacantismo y para que quienes han caido puedan salir.
1º Criticar que Francisco está luteranizando la iglesia es luteranizar la Iglesia
2º Criticar que Francisco está permitiendo que se quebrante la ley de Dios es quebrantar la ley de Dios
3º Criticar que Francisco esté negando los actos objetívamente inmorales es cometer un acto objetivamente inmoral
“consideran que, en algunas ocasiones, Dios quiere que sigamos pecando, etc.”
AL lo plantea frontalmente como un paradigma que es apostacia pura.
Este punto esta muy clarito y no van a dar vuelta atrás porque ya a esta altura este Ente les ha superado y buscan alinear las mentes de múltiples formas y modos hasta implantar una Impostura religiosa.
Pero todo es para bien, para nuestro bien así nos ejercitan en la Fe y la caridad así seamos perseguidos.
Lucas 4:4
[4]Jesús le respondió: «Esta escrito: No sólo de pan vive el hombre.»
El demonio plantea que la convivencia fuera del matrimonio es una “obligación” que surge por “otra obligación”, visto como una necesidad. El demonio odia la virtud de la tenacidad, abstinencia, fidelidad, del amor hasta que la muerte nos separe. El demonio intenta poner a correr contra los designios de Dios. Así actúa este ente que posee a muchos eclesiásticos con cargos sobresalientes o que los aspiran o tiene provecho vendiendo libros y otros cosas.
En un artículo, el P. Fortea dijo estas conclusiones, con mis paréntesis:
1. ¿Pueden comulgar los que están en pecado mortal? No.
- [Ortodoxo]
2. ¿Pueden comulgar los adúlteros? No.
- [Ortodoxo]
3. ¿Hay casos concretos que pueden asimilarse sin más a la fornicación y el adulterio? Con toda sinceridad, pienso que no.
- [Heterodoxo: hay casos que no son fornicación, aunque los católicos estén conviviendo en pareja de hecho o matrimonio civil]
4. ¿Voy a decir que no hay ninguna transgresión en los casos que están fuera de la ley santa? No.
- [Moral de situación y absurdo lógico: hay casos de fornicación y adulterio que no son ni fornicación ni adulterio, pero luego dice lo contrario, que los casos que no son ni fornicación ni adulterio pueden transgredir la ley]
5. ¿Puedo dejar en la buena fe a algunos casos determinados examinadas todas las circunstancias? Después de Amoris laetitia, la autoridad de Pedro me tranquiliza diciéndome que sí, que a veces eso es lo mejor.
- [Pura moral de situación condenada por la Iglesia: hay algunos casos de adulterio y fornicación que pueden comulgar y ser absueltos si cumplen la moral de situación]
.....
Como mínimo, hay una gran confusión en el P. Fortea entre actos morales objetivamente intrinsece malum per se semper et pro semper, y la imputabilidad, culpa y responsabilidad subjetiva (exoneración, atenuación)
No se refiere a eso el P. Meinvielle, sino a algo nuevo, a algo hasta ahora desconocido en la historia eclesial. Lejos de ser las suyas "palabras y expresiones ingeniosas, fruto de la idiosincrasia rioplatense", con la figura de "las dos Iglesias" ha hecho profecía y de la buena.
Comprendo que ustedes no lo entiendan, pero lamento profundamente que sin entenderlo, lo nieguen.
Contemporáneo de Meinvielle aunque más joven, el mártir Carlos Sacheri describió en el libro que habría de costarle la vida, "LA IGLESIA CLANDESTINA", la forma de operar de esta ORGANIZACIÓN. Porque justamente de eso se trata: de una organización que desde las entrañas mismas de la Iglesia, ordena sin bulas, orienta sin encíclicas, e influye en las designaciones premiando a la propia tropa y persiguiendo a los opuestos a su poder.
Los miembros de esa tenebrosa organización, a la que algunos llamamos "la Falsa Iglesia" y otros, la "Masonería Eclesiástica", han logrado promover a sus miembros a jerarquías cada vez más altas, aumentando así su influencia y su poder y consecuentemente, aumentando la confusión que campa en la Iglesia.
Antes de que me digan que Meinvielle, Sacheri, Juan Argento y Ricardo de Argentina son perdidos rioplatenses conspiranoicos, les doy este dato para que se lo piensen: el poder de la Falsa Iglesia ha llegado a ser tal, que ha llevado a renunciar por "razones de salud" a un papa que todavía tenía buena salud.
Eso es juicio temerario -condenado por la doctrina católica- ya que no hay razones suficientes para afirmarlo, entre otras cosas, por la gran santidad que muchos pensamos, con suficiente razón, del Papa emérito.
'' sino a algo nuevo, a algo hasta ahora desconocido en la historia eclesial''
Cada vez que leo que hay algo nuevo, siempre recuerdo aquello de la Escritura:
"Nada nuevo hay bajo el sol."
Eclesiastés 1, 9
Esto de la infiltración dentro de la Iglesia, maquinando para arrastrar a los católicos hacia el pecado, ya lo dijo san Pablo hace dos mil años:
"Yo sé que, después de mi partida, se introducirán entre vosotros lobos crueles que no perdonarán al rebaño;y también que de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de sí."
Hechos 20, 29-30
Así que no, nada de ''algo nuevo'', lo siento, «a otro perro con ese hueso». Los católicos llevamos advertidos de eso desde hace dos mil años.
Eclessiam
Corríjame usted por favor si mi comentario es erróneo, ya que soy un católico de pocos años en la fe (no por cuestión de edad, sino en la práctica)... Yo no creo que el Papa Emérito Benedicto XVI haya renunciado por amenazas de equis cualquier sociedad secreta, si no como usted mismo cree que igual que yo y muchos católicos, por cuestiones de salud, y de paso la edad avanzada. Ya que por el contrario, si BXVI hubiese recibido amenzadas de muerte, yo estoy seguro que él entregaría su vida muriendo como mártir de la Iglesia, así como los cristianos del Medio Oriente que mueren decapitados o quemados a manos del Islam Fundamentalista ¿Verdad? ¿O usted qué opina.
Es posible que Benedicto temiera perder la salud que le restaba si seguía gobernando en las deplorables condiciones en que lo estaba haciendo, con lo cual propiamente podía decir que renunciaba por razones de salud.
Cualquiera medianamente informado sabía que Benedicto gobernaba hostigado por una importante sector de la jerarquía. Hubo un caso paradigmático, el nombramiento formal y público de un obispo austríaco que tuvo que cancelar poco antes de su entronización, por la cerrada oposición de la conferencia local. Pero eso no fue lo peor, sino lo que siguió: nadie salió a apoyarlo, lo dejaron solo. Entonces Benedicto accedió a nombrar a otro obispo potable a los sediciosos. ¿Se puede gobernar así? Yo creo que no.
Tuve la gracia de que la única vez que estuve en Roma, en el año 10, pude participar del Angelus dominical que había sido elegido por los católicos italianos para expresarle a Benedicto su apoyo, porque todos veían claramente esto que estoy señalando. La plaza se llenó de consagrados y fieles de las parroquias de toda Italia que querían expresarle a Benedicto su cariño y su adhesión.
Francisco en cambio parece gobernar a la Iglesia sin mayores oposiciones. La diferencia es abismal, al punto que me da que pensar que si de pronto falleciera Francisco y reasumiera Benedicto (cosas harto improbables, claro), lo volverían a hostigar como antes.
Por eso creo que yerran quienes centran acusaciones contra Francisco, no, el problema está en otro lado.
Antes de desestimarlo a la ligera considero muy importante leer a Meinvielle (especialmente "De la Cábala al Progresismo"),y también a Castellani.
Ahí están las claves.
Ricardo, no tengo nada que añadir, sólo repito lo dicho: el Papa emérito es para muchos, un santo, y por ello es en extremo improbable que haya mentido a afirmar que renunció por fallarle su salud. Dios en su providencia quiso dejarlo sin salud para el ministerio petrino, y él decidió secundar el plan de Dios, no hay más.
Es un placer contactar con seglares tan preparados como vos.
Gracias por ese artículo o post con tanta enjundia.
El Señor te bendiga y te guarde junto a tu querida familia.
«Aquel que afirma que uno puede entrar en una nueva relación mientras su propia esposa legítima aún está viva es excomulgado porque esta es una enseñanza errónea, una herejía. Quien hace tal afirmación está excomulgado. Y el que simplemente lo practica [el adulterio] está pecando gravemente. Y a eso se añade que quien sea consciente de un pecado grave solo puede ir a la Comunión si previamente ha hecho penitencia, ha confesado sus pecados y ha sido absuelto. De hecho, si alguien piensa que puede contradecir el dogma definido por un Concilio General [el Concilio de Trento], eso es bastante violento. Exactamente eso es lo que uno llama herejía, y eso significa exclusión de la Iglesia, porque uno ha dejado la base común de la fe».
Me parece siempre oportuno recordar lo que comento , es cierto!!!!!
Teologos que han Perdido la Fe
De Padre Iraburu, se puede estar en la Iglesia, y estar excomulgados Laete Setenciae, es decir uno se pierde para siempre!!!!!
Espero que la Expresi´on promultis del Santo Padre, alcance, la Fe,y la moral, solo es infalible en eso, en continuidad con el magisterio precedente.
Nadie,ningun Santo, ni Papas pueden contradecir al SAGRADO MAGISTERIO, DEI VERBUM, Escritura Tradición y Magisterio.
La Moral de Situación condenada por PIO XII, esta Vigente como Trento,Los Santos Padres.
La Pastor Aeternus, manifiesta eso, que el Papa solo es infalible, es FE y Moral la Justicia, esta en Materia Moral, Las Tres Edades de Garrigou Lagrange, hay un orden de Infabilidad, por los tanto la Veritatis Splendor,y la Fides et Ratio, estan sobre el Codigo de Derecho Canonico, que es Magisterio también, y El Catecismo Universal de la Iglesia, ver puntos que señala el Santo fallecido Caffarra.
Y que por supuesto mis huesos que huelan a podrido,comido por los gusanos fieles a CRISTO!!!!!!!!!
Que Dios te bendiga y siempre sumisos,que bien se esta, saludos a los niños, son bellos y hermosos, sus ojos!!!!nunca, que pierdan la inocencia!!!!!!
Es muy serio ser Papa, Obispo,sacerdote y Creyente, serio y muy hermoso a la vez!!!!!!!
.youtube.com/watch?v=-qja0pcJW1M
También pueden leer como fue redactada la noticia en aciprensa, y en el foro, los comentarios de varios católicos primaverales: https://www.aciprensa.com/noticias/lefebvristas-firman-carta-alegando-que-el-papa-francisco-permite-el-error-22907
¡Otro más que entra en la lista de la Falsa Iglesia, con Fortea y Sebastián!
Aunque a Bermúdez hace rato que se le ve el plumero. En su momento mantuvo una dura disputa con un bloguero de Infocatólica, pues defendía que "Dios no castiga".
Yo estimaba a Bermúdez, pues creía que él, era un auténtico católico. El siendo director de una agencia de noticias, sabe perfectamente lo que está pasando: por ejemplo que en la web del Vaticano aparece la carta de Francisco que autoriza la comunión a quien vive en pecado mortal de adulterio, o que en la diócesis de Francisco, se permite esa profanación al Cuerpo de Cristo.
Su función es anestesiar y engañar al católico que tenga la desgracia de cruzarse por su camino. Por eso Bermúdez me produce una mezcla de decepción, indignación, coraje y desprecio. Creo que esas personas producen más daño, que el Kasper de turno.
Yo también recuerdo la controversia de Dios castiga. Desde esa controversia se podía deducir que él no acepta la Sagrada Revelación. Acepta solo lo que él entiende o aprueba. Lo cual es no tener fe, pues la fe, es la obediencia a ser enseñado por aquel Ser supremo, que no puede engañar, ni engañarse.
El comentario de Bermúdez, puede ser ilustrativo de lo que nos espera, pues a quienes no sigamos la corriente a esa falsa Iglesia, ya nos acusa de soberbia, arrogancia, oscurantista, retrogrado, cismático, etc.
Valga como consuelo recordar que todos los totalitarismos hicieron mucho daño a la Santa Iglesia, pues en su afán de someterla para dominar la conciencia de las masas, han gestado falsas iglesias que actuaban como quintacolumnas y factores de confusión y apostasía. Enrique VIII, los príncipes alemanes con Lutero, el regalismo absolutista francés continuado sin cambios por la Francesada con su clero juramentado, el comunismo y el nazismo que decían que habían llegado "para siempre". Alrededor de todos ellos creció un enjambre de traidores a Cristo.
Ahora ha tocado el turno a la democracia, quizás el peor totalitarismo que los siglos han visto, y con ventaja.
Como todo totalitarismo que se precie dice ser un "paraíso de libertad" y combate fieramente a la Iglesia, mientras puede con métodos incruentos. Desde hace décadas está gestando un enjambre de traidores que trabajan desde adentro, tratando de escalar puestos en la jerarquía. ¡Y vaya si han tenido éxito!
Entonces pasa lo inevitable: algunos por confusión, y otros por ser proclives a venderse por un pato de lentejas, se pasan al enemigo.
Siguiendo en ésto el ejemplo del muy famoso Monseñor J. Iscariote.
Pero luego no se suicidan, y ahí está servido el problema.
Desaparecio mi comentario y su amable respuesta.
Soy la separada que recibio la misericordia de la verdad evangelica ....
Es que está buscando en el artículo equivocado. El correcto es el siguiente: Respuesta al P. Fortea sobre Amoris Laetitia
Creo que es muy importante tenerlo en cuenta.
En el artículo cité las iniciativas que recordaba en ese momento, pero ha habido bastantes más. Si tiene un enlace a esa que menciona, puedo incluirla en el artículo.
La Declaración también se llama súplica filial (ver enlace), pero es posible que haya otras que también se hayan denominado una cosa u otra.
Saludos.
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