Jesucristo mendigo y el arte
El miércoles pasado, un escultor canadiense presentó una de sus obras al Papa Francisco en Roma. Supongo que debe de ser algo muy habitual y no lo habría comentado en el blog si no fuera por que la estatua en cuestión es muy llamativa y original. Está hecha de bronce y representa a Jesucristo como un mendigo que duerme en el banco de un parque, a tamaño natural.
Según parece, la escultura refleja una ocasión en la que el artista vio un mendigo en las calles de Toronto y recordó las palabras del Evangelio: Lo que hagáis a uno de estos mis pequeños hermanos, a mí me lo hicisteis. Una verdadera (y estremecedora) catequesis en bronce.
El autor, Timothy Schmalz, procede de una familia agnóstica de Ontario. Desde pequeño, quiso ser escultor y comenzó a estudiar Bellas Artes, pero terminó harto de un arte abstracto “insustancial y accesible únicamente para críticos esotéricos de arte”. Lo que quería era crear obras de arte como las de los grandes maestros del pasado, que fueran comprensibles para la gente.
Ese interés por el arte del pasado fue lo que hizo que se acercara al catolicismo y terminara por convertirse. Ahora, está dedicado a crear obras de arte que “glorifiquen a Cristo”, movido por su fe pero también por la “necesidad que tiene un artista de un tema épico para crear arte épico”. Describe sus esculturas como “oraciones visuales” o “sermones visuales” y le gusta señalar que, cuando trabaja, está “entre dos cosas que durarán mucho más que yo: el cristianismo y el bronce”.
Una de las cosas que menciona al hablar de su trabajo pone el dedo en la llaga en referencia a la tremenda importancia que tiene la decadencia del arte cristiano: “Al visitar las grandes catedrales y museos de Europa, uno recibe muchos mensajes de fe cristiana a través de las grandes obras de arte. Sin embargo, uno de los mensajes que estas obras maestras nos transmiten en el momento actual es que la Iglesia fue importante y gloriosa, aproximadamente hace quinientos años. Por desgracia, esto crea la impresión de que los temas representados están anticuados y deberían verse en un museo. En cambio, cuando se crean obras de arte originales y se colocan en espacios vivos, lo que se está diciendo es que la Iglesia es tremendamente importante y gloriosa ¡hoy!”
Hace catorce siglos, el papa San Gregorio Magno explicó que el arte hacía la función de los libros para los analfabetos. Aunque hoy apenas haya analfabetos, Schmalz señala que el arte también es importante hoy en día, “porque la gente está demasiado ocupada para leer”. El verdadero arte cristiano presenta “verdades espirituales en un lenguaje universal”.
Como es lógico, las obras de este autor en general gustarán más a unos y menos a otros, pero creo que resulta evidente que ha conseguido lo que buscaba: un arte que puedan comprender todos y que glorifique a Cristo. No es poca cosa.
18 comentarios
Es broma, ya sé que hay unos cuantos, pero pocos. Y muchas veces, no apoyados por los que deberían, que prefieren encargarle una capilla a un famoso cuya obra no refleja cristianismo antes que a uno de estos artistas, con lo que el resultado final es el esperable. Tal vez tenga algo que ver con el hecho de que muchos cristianos han perdido el sentido del arte sacro, como explica muy bien la entrada.
Hace tiempo hablamos aquí otros artistas católicos españoles:
http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1102111107-la-fe-hecha-piedra
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=13018
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=12775
Saludos.
Timothy fue (como muchos) seducido por la belleza. Chesterton (como muchos) fue seducido por la verdad; Henry Walpole (como muchos) por la santidad de sus mártires.
Exacto. Pero lo épico (¿hay algo más épico, y más en esta época, que glorificar a Cristo?) exige una vivencia de dimensiones épicas de la fe y de la presencia de Cristo en nuestra vida. Sin esto, no seremos capaces de dar la medida de una creación que esté en relación con ese tema.
Es difícil desde nuestra inanidad cuidadosamente cultivada durante por lo menos los últimos cien años, crear nada de esa fuerza, de esa verdad, de esa grandeza. El motor de nuestro arte hoy es la desolación, la orfandad, la muerte, la soledad estéril, el dolor sin trascendencia (que no intrascendente, pues todo dolor es digno en sí mismo).
Quizá el futuro de un arte y de una literatura que verdaderamente merezca la pena, que sea bello, resida en conectar esa necesidad de recuperar la Verdad desde nuestra inanidad. Jesús debe volverse a hacer pequeño en nuestros corazones. Acierto magnífico de este artista al presentar al Señor como un mendigo pasando la noche en un banco, cubierto con una andrajosa manta, abandonado de todos, irreconocido e irreconocible, ecce homo moderno. Hay mucha fuerza en esa escultura: la conexión de dos orfandades. La nuestra, en la que nos habita la nada de un ego lleno de orgullo e ignorancia de lo que vale la pena; y la de un Dios amante que espera nuestro amor para ser restituido. Unos, mendigos sin saberlo, pero sintiendo un gigantesco vacío que no saben ni cómo se produjo ni cómo llenarlo; Otro, mendigo por amor y a la espera...
Muy bueno, pero, ¿Hay alguna página donde se puedan ver más obras de este excelente artista?
Vaya a sculpturebytps y encontrará obras de este escultor. Está en inglés.
Un saludo.
P.D. Es que no puedo poner links.
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