El Tradicionalismo en comunión con la Iglesia (II): Magisterio vivo
Uno de los puntos que más subraya Mons. Arêas Rifan en su libro es algo evidente en teoría, pero a menudo olvidado en la práctica: el Magisterio de la iglesia es un magisterio vivo. Es decir, un magisterio ejercido en cada generación por personas concretas, con sus fallos y defectos pero también con un don especial recibido de Dios para transmitir la verdad sin error. Uno de los milagros más espectaculares que hace Dios es la existencia misma de la Iglesia, una Iglesia que es columna firme de la Verdad para enseñar a los que no saben, aun cuando sus maestros sean personas limitadas, del mismo modo que es una Iglesia santa que acoge a los pecadores.
En ese sentido, Monseñor Arêas Rifan advierte que es fácil caer en la tentación de preferir un “magisterio muerto”, es decir, el magisterio de los libros, al estilo de lo que sucede con los protestantes, cuya única autoridad (teóricamente) es la Biblia. Esta tentación es muy comprensible, porque a menudo nos escandalizamos por esa mezcla de pecado y santidad, de falibilidad e infalibilidad que Dios ha dispuesto que exista en su Iglesia. Ante ella, no es extraño que algunos busquen suprimir el escándalo eliminando la parte humana del misterio de la salvación (ya sea la encarnación de Cristo, su resurrección corporal, los sacramentos, la existencia de una Iglesia visible o la validez del magisterio eclesial ejercido por pecadores). El problema es que lo que queda después de esa eliminación ya no es el cristianismo ni la Iglesia de Cristo.
La seductora ventaja de colocar a un Papa o un Concilio del pasado en el lugar del magisterio actual es que, lógicamente, son mucho más fáciles de manipular, porque no pueden defenderse. Ya se trate de seguir el supuesto espíritu del Concilio Vaticano II o una particular interpretación de las enseñanzas de San Pío X o San Pío V, cuando ese seguimiento supone la desobediencia al Magisterio actual, todo hace pensar que uno, en realidad, se está siguiendo a sí mismo. En cambio, el magisterio actual siempre resulta incómodo, porque en lugar de corregir a los herejes de hace quince siglos, te corrige a ti, que es algo que escuece mucho más. Te dice: “Está muy bien cuidar de los pobres, pero si apoyas el aborto estás traicionando a los más pobres de todos, que son los niños no nacidos”. O te advierte: “La Tradición es esencial en la Iglesia, pero nada tiene de tradicional la desobediencia a la autoridad legítima del Romano Pontífice”.
¿Quiere esto decir que el magisterio actual sustituya o anule al anterior? Ciertamente no. Eso sería el error contrario, al estilo de una revolución permanente troskista, que no podría sino socavar los cimientos mismos de la confianza en la verdad. El Papa y los obispos en comunión con él no son dueños de la fe, sino sus depositarios y servidores, de manera que sólo tienen poder para enseñar y profundizar en lo que han recibido, sin añadir ni inventar nada. Al igual que el protestantismo es un ejemplo radical de magisterio muerto, el intento de crear un “magisterio revolucionario” y siempre cambiante también ha tenido muchas aplicaciones históricas, con resultados igualmente nefastos, desde el montanismo hasta el modernismo, pasando por mormones, testigos de Jehová y otros muchos grupos.
Lo católico es el magisterio vivo, que expresa mediante las enseñanzas del pasado y las del presente una sola fe, como el padre de familia que saca de su arca lo nuevo y lo viejo. Es decir, la unidad del magisterio escrito desde el Concilio de Jerusalén con el magisterio actual, el cual está encargado de exponer, interpretar y aplicar el magisterio anterior.
…………
Quien desee comprar el librito de Mons. Arêas Rifan, puede hacerlo enviando un correo electrónico a [email protected] indicando el nombre y la dirección postal del solicitante. Sólo cuesta 2,25 euros, en consonancia con el deseo de la Fundación Gratis Date de proporcionar buenos libros católicos al precio más bajo posible.
148 comentarios
Típico error que Maritain caracterizó como cronocentrismo. Sin contar que la identificación de "Magisterio vivo" con el "Magisterio del presente" es imposible. Sin ir más lejos, el Vaticano II tiene ya cincuenta años, y trata cuestiones realmente "muertas". Entre otras, habla de la "aceleración histórica", que supuestamente hace que las circunstancias de ayer cambien tan rápido como en siglos.
El cronocentrismo termina por comerse a sí mismo. Como su dios.
No creo que Mons. Arêas Rifan caiga en ese error que mencionas. Ni yo tampoco lo he hecho en este post. Lo he dejado muy claro:
"Lo católico es el magisterio vivo, que expresa mediante las enseñanzas del pasado y las del presente una sola fe, como el padre de familia que saca de su arca lo nuevo y lo viejo. Es decir, la unidad del magisterio escrito desde el Concilio de Jerusalén con el magisterio actual, el cual está encargado de exponer, interpretar y aplicar el magisterio anterior".
El Magisterio vivo es, simplemente, el magisterio de la Iglesia, que incluye necesariamente al magisterio actual y lo incluye en un lugar muy especial, porque es el que puede responder a las preguntas que tú planteas en particular y no a las que plantearon otros, y es el encargado de interpretar el magisterio de los siglos anteriores.
Es una verdadera joya.
Esta frase es de neto corte cronocéntrico. De ningún modo el magisterio "presente" tiene un "lugar muy especial". Se confunde temporalidad con importancia ontológica de la materia, que no está sometida a la Historia.
Por el contrario, la regla de oro de San Vicente de Lehrins destaca la importancia del magisterio pasado, lo que ha sido creído siempre y en todas partes. La regla de estarse a los antiguos, y rechazar las novedades. Porque lo que ha sido siempre tenido como católico, no sufre el riesgo de una obnubilación por las circunstancias presentes o de desarrollos anómalos como los llamaba Newman, que siempre está latente en el presente.
El verdadero magisterio actual es el que actualiza lo que ha sido siempre creído. Y para eso no hace falta muchas "interpretaciones" alambicadas. Eso de que el magisterio interpreta al magisterio debe ser tomado con cuidado sino se quiere caer en un círculo cerrado gnoseológico.
Marear la perdiz tiene muy poca utilidad. Como todas las palabras, "actual" tiene varios sentidos. En este caso, es evidente para cualquiera que se refiere a presente, de este momento, etc.
Y también es evidente para cualquiera que el magisterio actual tiene, para los que vivimos en el momento actual, un papel especial, porque lo que dice Benedicto XVI interpreta a lo que dice, por ejemplo, Inocencio III, y no a la inversa. Y porque a Benedicto XVI se le puede plantear una pregunta nueva hoy y a Inocencio III no.
Por supuesto, el magisterio anterior constituye una cadena ininterrumpida hasta hoy. En cualquier caso, San Vicente está hablando con su famosa frase de la Tradición, no del Magisterio, que son cosas distintas. Cuando se confunden ambas cosas (entre otras posibilidades), surge precisamente el error que describe muy bien Mons. Arêas Rifan.
Además, la preservación de "desarrollos anómalos" viene de la presencia del Espíritu Santo y su asistencia garantizada a la Iglesia, que ciertamente no es exclusiva del pasado.
Por cierto, si hablas de "neoconismos" y otros apelativos, me llama la atención que puedas quejarte sobre "filolefebvrianismos".
Será el avergonzarse de nuestra Santa Religión y practicar un ecumenismo falso magisterio vivo?
Propongo y lo he propuesto innumerables veces sin obtener ningún comentario, que todos los sacerdotes realizen el juramento antimodernista, les aseguro que eso seria un muy buen método para separar la mala hierba. Y muchos no lo realizarían, debido a que creen o se esmeran en que así parezca, que la Iglesia a cambiado.
Pero no por consideraciones cronolátricas.
Desgraciadamente, la influencia modernista, al tomar los principios hegelianos, ha dado ese especial papel al Presente, que se constituye en un momentum que "interpreta", modelo o juzga al pasado. Para más datos, sugiero una lectura del Paysanne de la Garonne, del no siempre certero Jacques Maritain, sobre el "cronocentrismo".
Claramente reconoces que tu crítica estaba equivocada, porque, para rescatar tu argumento, tienes que:
a) volver a marear la perdiz decidiendo arbitrariamente que "actual" sólo puede tener un sentido al hablar en español y que tiene que ser el que tú elijas (que además no es el habitual). Todos sabemos que la Argentina es el culmen de la cultura española, pero...
b) atribuirme algo que yo no he dicho. Más aún, algo que he negado explícitamente: "Nada menos tradicional que creer que porque una persona esté viva, lo que diga tenga preeminencia sobre los antiguos". He dicho expresamente lo contrario: "¿Quiere esto decir que el magisterio actual sustituya o anule al anterior? Ciertamente no.".
Por supuesto lo de que Inocencio III se pueda equivocar y Benedicto no es ya una deformación tan burda de lo que he dicho que no requiere respuesta. O no has leído lo que he escrito o estás rascando ya el fondo del barril de los argumentos.
También he explicado muy claramente, creo, qué tiene de especial el magisterio actual: tiene una función de interpretación de todo el magisterio anterior (por la sencilla razón de que un Papa de hace cien años no tenía los textos del Papa actual para interpretarlos) y puede responder a preguntas nuevas. Como esto es evidente y lo aceptan todos los católicos, no parece que criticarlo tenga ningún sentido.
Que a usted no le guste el magisterio actual no hace que dicho magisterio sea falso. De hecho, más bien lo que sugiere es que usted esté equivocado.
Lo del juramento antimodernista no es mala idea, pero yo diría que tendría pocos resultados. Si no recuerdo mal, actualmente, los profesores de teología tienen que pronunciar un juramento similar antes de acceder a sus cátedras y no parece que sirva de mucho.
En ese entonces, había que estarse a los antiguos.
Pregúntenle a Rifan qué opina al respecto.
Insisto. Lo que estás señalando ahora ya lo dijo Mons. Rifan. Y también lo he he dicho yo, tanto en el post como en los comentarios:
"Lo católico es el magisterio vivo, que expresa mediante las enseñanzas del pasado y las del presente una sola fe, como el padre de familia que saca de su arca lo nuevo y lo viejo. Es decir, la unidad del magisterio escrito desde el Concilio de Jerusalén con el magisterio actual."
"El Magisterio vivo es, simplemente, el magisterio de la Iglesia, que incluye necesariamente al magisterio actual"
El magisterio vivo no es solamente el magisterio actual (o presente, en tu vocabulario), sino el magisterio total, que incluye al actual. En eso se diferencia de lo que Mons. Arêas Rifan llama el "magisterio muerto", que es considerar magisterio sólamente textos que no pueden responder a preguntas nuevas, es decir, excluyendo al magisterio actual o presente. Al margen del vocabulario, que es algo accesorio, creo que Mons. Arêas Rifan dice algo lleno de sentido común y que podemos comprobar todos los días, en situaciones y con grupos muy diferentes.
El objeto de la fe son misterios, de manera que siempre hay lugar para más profundización y para rechazar interpretaciones erróneas.
Toto corde,
Traducir "hypostasis" como "persona" en latín creó unos enormes problemas y un cisma. Y sin embargo ambos términos forman parte de la Tradición de la Iglesia...
En cambio, el término "neocón"... :)
"All good Catholics become anti-clerical sooner or later: It is a noble and honorable tradition".
Flannery O'Connor, Carta a Betty Hester
En la lìnea de la frase de Castellani, "un mínimo de anticlericalismo es necesario para la salvación eterna"
En efecto, lo recomendable es leer el librito de Mons. Arêas Rifan. Es sencillo de leer y merece la pena.
Otra cosa que hay que aclarar sobre este tema es que que el tradicionalismo serio jamás ha contrapuesto tradición a magisterio (éste es regla próxima de la fe), sino que duda que v II sea magisterio en todas sus partes y esto en razón del mismo carácter no definitorio que la autoridad quizo darle.
El P. Glaize en su artículo que sirvió de complemento a la respuesta al preámbulo doctrinal de la Santa Sede por la FSSPX expone su tesis del cambio de la noción magisterial desde una doctrina objetiva a un sujeto magisterial, clave que al menos a mi me resulta muy seductora para entender este "magisterio" novedoso que hoy en día se nos pretende proponer a los católicos como consonante con la tradición y el magisterio de siempre.
Pues no ha buscado lo suficiente, porque Pío XII usó varias veces la expresión "Magisterio vivo" en su encíclica Humani Generis. Por ejemplo: "Porque, junto con esas sagradas fuentes, Dios ha dado a su Iglesia el Magisterio vivo, para ilustrar también y declarar lo que en el depósito de la fe no se contiene más que obscura y como implícitamente" (HG 11).
Por cierto, la Humani Generis llevaba como subtítulo "Sobre los errores de la llamada “teología nueva”
que amenazan minar los fundamentos de la doctrina católica". Pensar que precisamente esa encíclica sea modernista es, francamente, surrealista.
Una obra muy famosa del jesuita francés Jean Bainvel se titulaba De Magisterio Vivo et Traditione. La escribió en 1905. Rahner tenía un año.
En cualquier caso, la noción básica de Magisterio vivo es sencilla y evidente: un magisterio que no se compone sólo de textos antiguos sino también de la enseñanza de personas vivas. No se puede ser católico sin aceptar esto.
Saludos.
Eso sí, contraponerlo a Magisterio muerto parece bastante herético, porque si el magisterio vivo es es de los vivos, todo magisterio se moriría cuando se muere el emisor.
Voy a releer Tradición y Tradiciones, de Ives Congar, que debe ser lo mejor en esta materia.
No parece buena la definición. Esto querría decir que cuando se muere el Papa, desaparece el Magisterio vivo? ¿Qué importancia tiene que alguien esté vivo o muerto en relación con la doctrina? ¿Queda alguien vivo de los que redactaron el Credo de Nicea? ¿Hay algún cambio cualitativo en la doctrina porque el emisor muera?
Y, por otra parte, ¿Cristo está muerto? ¿No recibe actualidad, en definitiva, el magisterio, por la Vida de Cristo en su Iglesia? ¿La Verdad no es efecto del Espíritu Santo, que hace vivo el Magisterio? ¿Y esa acción del Espíritu Santo caduca, prescribe, está sujeta al tiempo?
"Es decir, Magisterio vivo, en el sentido de Pío XII, hace referencia no al momento presente, sino a la "actualización" de la Palabra en la Iglesia. En ese sentido, todo Magisterio está vivo y presente en todos los momentos de la vida de la Iglesia. La que vive es la Iglesia, no la doctrina, que en definitiva es expresión de esa vida. Pretender una diferenciación entre magisterio vivo y magisterio muerto es como sostener que en la Misa no se actualiza el misterio de la Cruz. "
No. Cometes el error de contraponer lo que no hay que contraponer. Por supuesto que el Magisterio vivo de Pío XII hace referencia a la actualización de la Palabra en la Iglesia y, por lo tanto, incluye al magisterio de todos los siglos. Como lo incluye la expresión de Rifan (creo que es la tercera vez que lo decimos ya en los comentarios). Lo que no se puede hacer es decir que eso no hace referencia al momento presente, porque todo ese magisterio ha realizado esa actualización en su respectivo momento presente, ante las cuestiones planteadas en ese momento. Esa es, de hecho, la función del Magisterio y lo que lo diferencia de la Tradición. De otro modo, de nuevo, estaríamos identificando Magisterio y Tradición.
Por lo tanto, la expresión Magisterio vivo incluye a todo el magisterio desde los Apóstoles, pero a la vez hace referencia explícita al hecho de que en cada época hay una serie de personas elegidas por Dios que ejercen en la Iglesia la función de enseñar. En ese sentido, es perfectamente legítima la diferenciación entre magisterio vivo y magisterio muerto. Un magisterio meramente escrito implicaría a) la identificación de Tradición y Magisterio y b) la desaparición de la Iglesia, haciendo vanas las promesas de Cristo.
Tú mismo lo has dicho, mucho mejor que yo: "La que vive es la Iglesia, no la doctrina, que en definitiva es expresión de esa vida". Por ello, pretender poner doctrinas en el lugar de la Iglesia docente y al margen de la misma (o contra ella) es defender un magisterio muerto, separado de la vida de la Iglesia.
"Pretender una diferenciación entre magisterio vivo y magisterio muerto..."
Sigo creyendo que no has entendido bien lo que afirma Mons. Arêas. En su terminología, magisterio muerto no es el magisterio escrito, sino los textos escritos separados de la Iglesia docente existente en el momento presente. El magisterio escrito es magisterio vivo, cuando está unido a la vida de la Iglesia y al magisterio presente. Una comparación más apropiada podría hacerse con la Escritura separada de la vida de la Iglesia, de su Tradición y su Magisterio.
No. Es más sencillo que todo eso. La importancia de que alguien esté vivo o muerto es que Cristo ha querido que existan una serie de personas que ejerzan, en cada época, la misión de enseñar. Podría habernos dejado sólo con la Escritura, pero no lo ha hecho. La importancia de alguien vivo es evidente: Inocencio III no puede responder a si la fecundación in vitro es moralmente admisible. Benedicto XVI sí que puede hacerlo.
Además, la misión hoy de dar la interpretación auténtica de lo que dijo Inocencio III ante cualquier duda que pueda surgir es de Benedicto XVI y los obispos en comunión con él. Pío XII está probablemente en el cielo y se dedica ahora mismo a otras cosas. Si hay dudas persistentes sobre el asunto, quien puede decidirlas es Benedicto XVI. Eso es un punto muy relevante.
Hasta mañana si Dios quiere a todos.
Ahora, si esa vitalidad, por así decirlo, se quiere trasladar a los contenidos doctrinarios e insinuar que como toda cosa viva, el magisterio o doctrina cambia, estamos en pleno modernismo, sea extremo (progresismo), sea moderado (neoconismo). De hecho, [...] Arraiz explica así el cambio en materia de libertad religiosa.
http://caminante-wanderer.blogspot.com.ar/2010/07/magisterio.html
Solo una cosa, ahora ya por curiosidad, cual es el juramento antiModernista qur tienen que hacer los docentes?
Ah! y la sentencia esa que parece de francoTirador, de acabar cultivando antiClericalismo no es un poco arriesgada? vaya con la O'Connor (genial por otra parte, mucho gusto que os guste Bruno y Luis :-) lo diria como antiDoto para que el clero no acabe en una suerte de nomeklatura?
;-)
Que viene a confirmar una vez más, si falta hiciera, que el lefebrismo es un error simétrico al del progresismo. Claro que con el importantísimo atenuante de no ser tan grave, tan difundido y tan absolutamente irrecuperable (humanamente hablando) como lo es el progresismo. Lo cual no es poca diferencia.
Mientras el lefebrismo apela a los pontífices pasados, el progresismo apuesta al próximo a elegir, a pesar de que el E.S. se les burla permanentemente.
Mientras los lefes se han apropiado del "espíritu de la Tradición", los progres han hecho lo propio con el "espíritu del concilio", cuyo copyright les pertenece.
Ambos, progres y lefes, son devotos de la hermenéutica de la ruptura, la cual afirma que en ocasión del CVII la Iglesia se reinventó. Lo cual a los primeros les parece fantástico y a los segundos, fatal. Pues va a ser que no, la Iglesia no se reinventó, y ante cualquier duda consulte a su Papa.
Al del momento actual y presente, que es el único que puede responder.
Dices: "Lo que está vivo, pues Bruno, es el munus docendi, lo que ningún tradicionalista discute".
Bueno, más arriba en estos mismos comentarios, un tradicionalista ha dicho lo contrario. Y creo que está claro que muchos tradicionalistas no aceptan el magisterio de los últimos cincuenta años.
Otra cosa es que eso no es el verdadero Tradicionalismo católico. Precisamente eso es lo que está diciendo Mons. Arêas Rifan: el Tradicionalismo, por su propia naturaleza, no puede rechazar el magisterio vivo de la Iglesia.
Dices: "Ahora, si esa vitalidad, por así decirlo, se quiere trasladar a los contenidos doctrinarios e insinuar que como toda cosa viva, el magisterio o doctrina cambia, estamos en pleno modernismo, sea extremo (progresismo), sea moderado (neoconismo)".
La fe es la misma, pero crece su comprensión. Y ciertamente el magisterio, como cosa viva en cierto sentido, lo que hace es crecer (en el sentido evidente de que aumentan los textos magisteriales y en el teológico de profundización sobre la fe enseñada). Lo propio de los seres vivos no es el cambio en general, sino el cambio muy particular de crecer pero manteniendo inalterada su sustancia.
En cuanto a la doctrina sobre la libertad religiosa y sobre la confesionalidad, creo que son dos de los temas más interesantes que trata el libro de Mons. Arêas Rifan. Si Dios quiere, los trataremos en el próximo post de esta serie.
Tengo pendiente escribir un post sobre ese tema, si Dios quiere. A ver si tengo tiempo. Ars longa, vita brevis.
Yo sigo rezando por la vuelta de la FSSPX. Ciertamente, sería una gran alegría. Me acuerdo de lo que me alegré, hace cuatro años, cuando volvieron a la comunión de la Iglesia los Redentoristas Transalpinos de Stronsay. En aquella ocasión, la FSSPX perdió el tren; espero que no vuelva a pasar.
Buena pregunta. El juramento antimodernista y el juramento de los docentes de Teología son cosas diferentes. El juramento antimodernista fue redactado en 1910, en tiempos de San Pío X y en plena crisis doctrinal modernista. Esta tarde lo traeré al blog.
En los años sesenta, el juramento antimodernista fue sustituido por una profesión de fe y un juramento de fidelidad, cuya fórmula actual data de los ochenta. Está formada por el Credo y por unos párrafos añadidos que se refieren al resto de la doctrina de la Iglesia y a la obediencia a la disciplina eclesial. Puede encontrarse aquí:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_1998_professio-fidei_sp.html
En esencia, la profesión de fe y el juramento de fidelidad son algo totalmente normal y comprensible: las personas que ostentan ciertos cargos en la Iglesia, especialmente los encargados de enseñar la Teología, declaran públicamente antes de empezar a desempeñar dichos cargos que aceptan la fe católica y la autoridad de la Iglesia. Es decir, que son católicos.
En errores caemos todos alguna vez. Lo importante es no perseverar en el error.
1.- Excelente las observaciones de Bruno ante las repetitivas objeciones de Luis, que se obstinan en no querer entender a que se refiere Bruno, Mons Rifán y el Magisterio con la expresión "Magisterio Vivo". Las aclaraciones adicionales que Bruno ha tenido que hacer sin embargo no dejan de ser clarificadoras. Dios escribe derecho sobre líneas torcidas.
2.- Veo que Luis me menciona e intenta interpretarme pero como suele hacerlo, de forma defectuosa y hasta simplista y sesgada, tal cual ocurre con sus argumentos previos en este post. Util será para quien le interese ir directamente a la fuente.
La Libertad religiosa y el Concilio Vaticano II
http://infocatolica.com/blog/apologeticamundo.php/1201220215-title
O sea que para "salvar" la doctrina de la libertad religiosa te cargas la indefectibilidad de la Iglesia durante un milenio. Brillante. Y después se quejan de que los llamen progres de tránsito lento.
Lo que literalmente sostengo allí es que: "Ha habido un progreso en el Magisterio respecto a los derechos fundamentales de la persona humana, comprendido en el de la libertad religiosa, y esta tiene fundamento profundo en la Revelación".
Entender esta posición como la posición rupturista que abraza el lefebvrismo y el progresismo (el magisterio actual contradice el magisterio anterior) no puede sino atribuirse o a una mala comprensión del argumento o en el peor de los casos a deshonestidad intelectual.
De hecho, allí también inmediatamente luego de citar al Papa en su discurso a los obispos de la curia romana digo que "El Papa en este discurso no habla de una absoluta continuidad, pues efectivamente hay elementos contingentes y caducos en este tema, que la Iglesia ha superado y dejado atrás, pero estos elementos no forman parte de los principios fundamentales de la doctrina católica".
Yo he leído lo que sostiene Mons. Rifán respecto a la libertad religiosa y es básicamente lo que sostengo de este tema, y lo que sostiene el Papa Benedicto XVI.
"Es claro que en todos estos sectores, que en su conjunto forman un único problema, podría emerger una cierta forma de discontinuidad y que, en cierto sentido, de hecho se había manifestado una discontinuidad, en la cual, sin embargo, hechas las debidas distinciones entre las situaciones históricas concretas y sus exigencias, resultaba que no se había abandonado la continuidad en los principios; este hecho fácilmente escapa a la primera percepción.
Precisamente en este conjunto de continuidad y discontinuidad en diferentes niveles consiste la naturaleza de la verdadera reforma. En este proceso de novedad en la continuidad debíamos aprender a captar más concretamente que antes que las decisiones de la Iglesia relativas a cosas contingentes —por ejemplo, ciertas formas concretas de liberalismo o de interpretación liberal de la Biblia— necesariamente debían ser contingentes también ellas, precisamente porque se referían a una realidad determinada en sí misma mudable. Era necesario aprender a reconocer que, en esas decisiones, sólo los principios expresan el aspecto duradero, permaneciendo en el fondo y motivando la decisión desde dentro”
La doctrina católica no "progresa" ni "evoluciona". No niega lo que antes afirmaba. No alaba lo que antes condenaba. Confundir el desarrollo homogéneo en la comprensión del dogma católico con el "progreso" es una típica confusión modernista, condenada claramente por San Pío X.
Por cierto, dime en qué documento magisterial la Iglesia ha definido solemnemente que en materia de libertad religiosa " hay elementos contingentes y caducos , que la Iglesia ha superado y dejado atrás, pero estos elementos no forman parte de los principios fundamentales de la doctrina católica". Yo la verdad es que no lo veo en ningún documento.
Neocones, progres de tránsito lento y moderado.
¿Eso es indefectibilidad de la Iglesia? ¿Què otros "oscurecimientos" nos aguarda descubrir?
Suerte que vino el Anti-Syllabus, que receptó los principios válidos de la Revolución Francesa...
"Considerada desde el punto de vista social y político, esta libertad de cultos pretende que el Estado no rinda a Dios culto alguno o no autorice culto público alguno, que ningún culto sea preferido a otro, que todos gocen de los mismos derechos y que el pueblo no signifique nada cuando profesa la religión católica. Para que estas pretensiones fuesen acertadas haría falta que los deberes del Estado para con Dios fuesen nulos o pudieran al menos ser quebrantados impunemente por el Estado. Ambos supuestos son falsos. Porque nadie puede dudar que la existencia de la sociedad civil es obra de la voluntad de Dios, ya se considere esta sociedad en sus miembros, ya en su forma, que es la autoridad; ya en su causa, ya en los copiosos beneficios que proporciona al hombre. Es Dios quien ha hecho al hombre sociable y quien le ha colocado en medio de sus semejantes, para que las exigencias naturales que él por sí solo no puede colmar las vea satisfechas dentro de la sociedad. Por esto es necesario que el Estado, por el mero hecho de ser sociedad, reconozca a Dios como Padre y autor y reverencie y adore su poder y su dominio. La justicia y la razón prohíben, por tanto, el ateísmo del Estado, o, lo que equivaldría al ateísmo, el indiferentismo del Estado en materia religiosa, y la igualdad jurídica indiscriminada de todas las religiones. Siendo, pues, necesaria en el Estado la profesión pública de una religión, el Estado debe profesar la única religión verdadera, la cual es reconocible con facilidad, singularmente en los pueblos católicos, puesto que en ella aparecen como grabados los caracteres distintivos de la verdad. Esta es la religión que deben conservar y proteger los gobernantes, si quieren atender con prudente utilidad, como es su obligación, a la comunidad política. Porque el poder político ha sido constituido para utilidad de los gobernados. Y aunque el fin próximo de su actuación es proporcionar a los ciudadanos la prosperidad de esta vida terrena, sin embargo, no debe disminuir, sino aumentar, al ciudadano las facilidades para conseguir el sumo y último bien, en que está la sempiterna bienaventuranza del hombre, y al cual no puede éste llegar si se descuida la religión.
17. Ya en otras ocasiones hemos hablado ampliamente de este punto. Ahora sólo queremos hacer una advertencia: la libertad de cultos es muy perjudicial para la libertad verdadera, tanto de los gobernantes como de los gobernados"
Si os parece, dejamos el título de la libertad religiosa para el próximo post de la serie. Una vez que he anunciado que el tema del mismo será precisamente ése (y la confesionalidad), no parece muy apropiado que os pongáis a discutirlo aquí. Si queréis, id preparando vuestros argumentos, pero el lugar apropiado es el post que trate de ese tema.
http://pagina-catolica.blogspot.com.es/2012/06/mons-williamson-exonerado-por-fellayl.html#more
Recemos.
Sería bueno también acceder a los argumentos de Monseñor Rifan, que supongo no cae en la trampa de condenar la doctrina y praxis apostólica de un milenio y medio, o postular una "ignorancia invencible" de un derecho fundamental de la persona humana, que va desde San Agustin a Pío IX, pasando por Santo Tomás.
Por cierto, monseñor Rifan se ha vuelto la mar de ecuménico y sus misas tienen un sabor más pentecostal cada vez. Saludos.
Lo de Pío XII es simplemente decir que el magisterio es vivo, por cuanto se sigue proclamando en el tiempo, pero eso es muy distinto a afirmar que las nociones de fe están vivas, como sujetas a mutación conforme a las circunstancias y los tiempos. El magisterio jamás puede suponer una novedad o alteración del depósito revelado, que era la que discutían justamente con Lefebvre, que se apegaba a la noción tradicional. si no, no huebiese habido el problema, pues había que justificar como la iglesia podía, por ej: defender la libertad de cultos (tesis revolucionaria) cuando antes condenó esto mismo en forma enfática.
Cuando el modernista emplea el vocablo viviente, para referir al magisterio, parece con ello indicar una cierta plasticidad o movilidad de los conceptos en función de su época y ésto es claramente herético. Te voy a buscar la cita en vizmanos y ruidor(jesuita), un manual de teología fundamental de fines de los años 50, donde refiere al progreso dogmático y vas a ver que la tesis de rahner, contrapusta a la tradicional, sobre magisterio, está tomada a la pata por Paulo VI y repruducida luego por J. P II en eclesia dei.
Ahora bien, frecuentemente leo a los neocones que usan esta nociòn de "tradición viva" para justificar cambios de posición doctrinales relativamente moderados (por ej, libertad de cultos, licitud de la pena de muerte, ecumenismo a lo Asís, etc). Se usa tambièn para justificar novedades litúrgicas absolutamente antitradicionales (por ej, monaguillas, oración interreligiosa, etc). Por cierto, en esto los neocones son progres de tránsito lento: acuerdan en general con la adaptación a la versión decente del mundo contemporáneo, a la democracia agnóstica y a los ideales de la Revolución Francesa, sólo que en su faz conservadora y "judeocristiana". Siguen creyendo optimistamente en que el humanismo ateo y el humanismo cristiano, como decía Pablo VI al finalizar el Concilio, se encontraran y no confrontaran.
Para deslindar ambiguedades: la idea de un "magisterio vivo" o de una "tradición viva" puede usarse, como dice Bruno, en el sentido de una mejor comprensión del siempre idéntico depósito de la fe. Conviene leer a Newman en esto. Ojo que Newman es el primero en admitir que pueda haber suspensiones del ejercicio del magisterio, como sostiene en el opúsuclo que cite antes. O que existan desarrollos anómalos. En materia moral, jamás puede usarse para cambiar lo que la Iglesia sostuvo en el pasado. Desarrollo no significa que lo que estuvo bien antes ahora esté mal, como si la Iglesia pudiera sufrir "oscurecimientos morales" los cuales "supera", como dice Arráiz, por medio de un "progreso". Esta increíble tesis llevaría, por consecuencia lógica, por ejemplo en el campo de los derechos humanos, a sostener que durante cientos de años la Iglesia contradijo en forma esencial la dignidad de la persona humana, por un "error" (culpable, inculpable)sobre la dignidad humana, que exije respetar la libertad de cultos incluso en el fuero externo. Que es precisamente lo que viene diciendo la Masonería desde hace centurias. Esto no es aceptable, y de allí que Arraiz recurra a dos dispositivos falsos: por un lado, sobrevolar los cientos de años, actos, documentos y pontífices que avalaron esta "violación" de derechos en un párrafo; otra, remitirse arqueológicamente a una "tradición patrística" en que los Padres serían una suerte de constitucionalistas liberales ingleses defensores de la libertad de todos y cada uno de los cultos. Falsedad histórica risible.
http://www.youtube.com/watch?v=Adzywe9xeIU&feature=player_embedded
Un saludo Nerea.
1.- Estoy de acuerdo con Bruno en no insistir aquí en su post del tema de la libertad religiosa. Ya yo lo he hecho en el mío propio donde la posición del Magisterio de la Iglesia queda bastante clara, en divergencia de la posición lefebvriana que es la que acá Luis defiende y que Mons. Rifán llama magisterio muerto, pero que en el fondo incluye también el germen del juicio privado, en algunos casos en un nivel tan inconsciente como en el de los protestantes.
2.- Lo que si me parece oportuno aclarar es que cuando se dice que ha habido progreso o desarrollo en la doctrina cristiana, obviamente me refiero al desarrollo tal cual como lo entiende el Magisterio de la Iglesia y lo explicó de forma bastante clara Newman. A mi tampoco me gusta mucho el uso de la palabra "evolución" para hacer referencia al desarrollo de la doctrina cristiana, pero es un término perfectamente válido cuando en el contexto se excluye a la evolución de tipo transformista y se refiere a la evolución homogénea en el mismo sentido. De esta manera lo usa el padre Marin-Solá en su obra Evolución Homogénea del dogma católico, nada sospechosa de modernismo.
Evidentemente aquí el problema no es de terminología, sino de que los Lefebvrianos consideran la declaración de la libertad religiosa un desarróllo anómalo de la doctrina cristiana, y el Papa y el Magisterio de la Iglesia no.
Y por supuesto, el que ha hablado de elementos contingentes que han sido superados y que no forman parte de los principios de la doctrina cristiana es el Papa. Otra cosa es que los lefebvrianos lo consideren modernista y no estén de acuerdo con él, pero eso ya es causa de su imperfecta noción de Tradición (Juan Pablo II).
Si me dices que no, caes en el relativismo: lo que en un tiempo estaba bien, ahora está mal, por el "progreso" de la moral católica.
Es el mismo dilema con los neocones que afirman la ilicitud de la pena de muerte.
1.-Entiende de manera simplista el concepto de Tradición, pasando por alto que no solo hay elementos contingentes y temporales, sino que debe ser interpretada en el contexto histórico del momento. Aquello que es parte de los principios de la doctrina católica son inmutables, aquello que es contingente y temporal puede cambiar.
2.-El único intérprete auténtico de la Tradición es el Magisterio. La noción de que la Tradición se interpreta a sí misma o es tan clara que no requiere de un Magisterio vivo que la interprete es básicamente protestante, y no es sino otra modalidad del mismo principio del juicio privado que aplican a la Sola Escritura.
3.- También hay una mala comprensión del dogma de la indefectibilidad de la Iglesia. El dogma garantiza que la doctrina cristiana no puede retroceder ni degenerar ni corromperse en su camino (guiado por el Espíritu Santo) hacia la verdad completa. Ni la Iglesia, ni el Papa ni un Concilio aprobado por el Papa, pueden enseñar herejías, pero esto no incluye una garantía de que los fieles cristianos (incluyendo la jerarquía eclesiástica) no pecará ni cometerá errores. Es el Papa Juan Pablo II en Tertio Milenio Adveniente quien ha reconocido que los católicos hemos utilizado métodos no evangélicos al servicio de la verdad, otra cosa es que haya quien no esté de acuerdo con él en esto.
Pero esta objeción es tan incoherente que lleva a otra similar. Si la Iglesia no es indefectible por haber superado elementos contingentes en el pasado, tampoco lo es ahora, porque no solo el CVII han sostenido la posición que los lefebvrianos rechazan, sino el Magisterio de los últimos cuatro pontífices. Tendríamos entonces a un Concilio Ecuménico y por lo menos cuatro pontífices enseñando errores.
4.- No se deja de notar que los argumentos de Luis están repletos de falacias lógicas que tratan de ser disimulados con una dosis copiosa de verborrea, de allí el frecuente uso de falacias ad-hominen. Lo cierto es que la más antigua tradición patrística a la que referencia el Papa está en perfecta consonancia con la declaración de la libertad religiosa. El mismo se olvida que decía que la posición lefebvriana estaba sostenida en 19 siglos de la Tradición pero es incapaz de citar un solo ejemplo de los primeros siglos cristianos, en contraposición están los testimonios claros de San Justino Martir, San Ireneo de Lyon, Tertuliano, Orígenes, Lactancio entre otros. El propio San Agustín solo admitió el uso del brazo secular para reprimir la herejía en el caso donatista y porque estos con sus actos de violencia perturbaron el orden público. Esto también lo trato en detalle en el enlace que di al comienzo y hay un estudio bastante completo del profesor Thomas Pink.
5.- Por tanto, hay que elegir: o vivimos en un estado de amargura similar al de muchos lefebvrianos considerando a todos los que no sostienen sus postulados como “neocones liberales” y al Papa junto con ellos (porque hay unos que son suficientemente coherentes para reconocer que piensan así, y otros se limitan a insinuarlo) o reconocemos que hay un Magisterio auténtico capaz de hacer las aclaraciones respecto a las dificultades que podamos tener al interpretar algunos puntos difíciles de la doctrina católica. Eso sí, si se creen más papistas que el Papa no van a bastar mil encíclicas y otro Concilio Ecuménico, seguirán paulatinamente deslizándose al sedevacantismo.
Es insostenible., por eso lo eludes.
Lo cierto es que las ganas de querer contentar a todos y escribir pensando más en el enemigo que en los propios ha llenado todo de confusión.
Si se pretendía utilizar un lenguaje "actual" para acomodar a este tiempo el Evangelio histórico el resultado ha sido desastroso porque las iglesias se han vaciado (igualmente?) .
Me ocurre también que el utilizar en demasía la palabreja de "actual" es destrozar el depósito de la Fe, puesto que solo hay que esperar un tiempo para que no valga nada.
Aquí hay un problema de interprtación de los propios textos "actuales".
Y ahí ea donde hay que meter wl bisturí para restaurar el lenguaje al de siempre. No hay demasiada diferencia entre leer a un santo del XVIII y un Padre de la Iglesia.
pero hay toda la diferencia entre leer algo posconciliar y preconciliar.
Y eso está por ver que haya sido una idea genial.
Tu tesis es modernista, y atenta contra la indefectibilidaf de la Iglesia. No puede prevalecer un error en materia moral en la enseñanaza de la Iglesia por siglos.
Q
Por eso tiene sentido lo que dice el amigo Catholicus.
En cuanto a la Misa, toma un buen manual de liturgia, y verás que San Pío V se limitó a consolidar una liturgia que se celebraba desde hace siglos en Roma, con partes canonicas que datan de San Gregorio.
Cordialmente
Lo que comenta Esteban también es cierto. Inclusive con el edicto de Milán lo que se concedió fue libertad de culto, y solo posteriormente Constantino comienza a imponer medidas restrictivas contra el culto de los paganos. La evidencia más clara en que el argumento de Luis es falaz, es que se limita a afirmar gratuitamente que la libertad religiosa entendida como la libertad de coacción extrínseca fue rechazada por el pensamiento patrístico primitivo pero no puede citar ni un solo ejemplo, y por eso tiene que poner un ejemplo tan pobre como el de San Bonifacio en el siglo VIII (quien no coaccionó extrínsecamente a los paganos para impedirles manifestar su fe privada o públicamente) y luego solo atina a poner un etcétera en contraposición con las evidencias patrísticas de los cuatro primeros siglos.
Lo que dice Benedicto XVI respecto a los mártires es que "murieron también por la libertad de conciencia y por la libertad de profesar la propia fe, una profesión que ningún Estado puede imponer, sino que sólo puede hacerse propia con la gracia de Dios, en libertad de conciencia. " Por supuesto, que si ellos exigían ser inmunes a ser coaccionados en materia religiosa es comprensible por qué aborrecían utilizar los mismos métodos al servicio de la verdadera fe, y por eso es que si se va a los textos patrísticos se ve que también defendían la misma inmunidad para los demás incluso aunque estuvieran en el error. Negar esto a pesar de la evidencia y estancarse en afirmaciones gratuitas si es lo que es deshonesto intelectualmente.
Creo que el punto crítico de la discusión está en la frase "Pretender que los mártires eran liberales y que morían por la libertad de profesar cualquier culto con prescindencia de su verdad o falsedad, es de una deshonestidad intelectual apabullante". Esta frase es irrebatible.
Hay que tener en cuenta que la doctrina que se predica ahora por la jerarquía va además mucho más allá de la libertad de cultos. Se defiende la más absoluta neutralidad del Estado ante el fenómeno religioso, el trato absolutamente igual por los poderes públicos a todas las confesiones, verdadera y falsas, y se niega rotundamente el Reinado Social de N. S. Jesucristo tal como fue expuesto en "Quas primas" en línea con la enseñanza precedente.
El cambio de doctrina es total. Sostener esto no es ser lefebvriano, porque no hace falta llamarse Marcel Lefebvre para señalarlo.
Por cierto, ¿qué se siente al defender proposiciones por las cuales a uno lo habrían excomulgado Pío IX, León XIII, San Pío X, Gregorio XVI, Pío XI, por no hablar de todos los papas anteriores? ¿Se pueden recoger las ideas de autores condenados como Lammenais y pretender alegremente que eso es la doctrina católica, y que los que creemos lo que SIEMPRE enseñó la Iglesia somos los que estamos fuera?
El exceso de acaloramiento en el pasado ha llevado a sucias rencillas entre hermanos que no deberían suceder entre nosotros.
Apelo a que esas cosas pasadas no interfieran en la búsqueda de la Verdad.
No puede ser que la existencia del lefevrianismo nos condicione mentalmente hasta el punto de no llevar los argumentos hasta el final.
Los ángeles tenían libertad para rebelarse, pero no derecho a ello. Si no, por qué les iba Dios a castigar?
Israel tenía libertad para adorar el becerro, pero no derecho alguno. Si no, por qué les castigó Dios?.
Lo mismo con las sociedades actuales.
Bien, hay una parte de principio claramente expresada (en síntesis) ahí arriba, y otra que pertenece a la praxis sujeta a los tiempos.
Si esta praxis, y los principios secundarios que la sustentaban, era una antes del Concilio y ahora es otra, es obvio que eso pertenece a lo "discontinuo", es decir a aquello que no es parte del núcleo de la doctrina sino de lo accesorio y contingente.
La doctrina actual NO ES -no puede serlo- doctrina universal, porque lo que está sujeto a "discontinuidad" por su mismo hecho no es depósito de Fe.
Ahora bien, hay que ser obediente a la praxis actual porque ese es el deseo del Papa en estos tiempos.
No tengo la menor duda que el propio Papa, en su corazón, piensa y siente lo mismo que el tradicionalismo. Y sustentaría que los estados deben apoyar en todo lo prudente que la sociedad rinda culto a Dios en Jesucristo. "Por Él todas las cosas fueron hechas".
Por qué entonces en la praxis actual la Iglesia es paladín mundial en defender la doctrina del DERECHO a la libertad religiosa, si no deja de ser algo adaptado a lo mudable y no principio universal divino.
La razón es el Nuevo Orden Mundial, que en sus planes quisiera conseguir una situación donde los "derechos" que ellos mismos proclamen quedarían muy por encima de cualquier libertad religiosa en el próximo futuro, como forma de eliminar y perseguir mundialmente el catolicismo en particular y cualquier religión molesta en general.
En esta batalla planetaria oculta y de las ideas, donde la Iglesia y los anticristos luchan por las mentes y corazones de la humanidad, es donde hay que buscar la clave de lo que, a mi entender, es mantener esta situación doctrinal ambigua y vaga sobre la "libertad religiosa".
Una meditación al vuelo....
P.d: Me he saltado todo tipo de matizaciones necesarias sobre el contenido conceptual - diverso y complejo- de los términos "libertad" y "derecho" para dejar más limpio el marco de las grandes líneas que marcan la postura del Vaticano en este asunto. Creo que van por ahí, bien conscientemente, bien providencialmente.
En segundo lugar, inviertes la carga de la prueba. Ignoras olímpicamente el ejemplo de las destrucciones de ídolos, las prohibiciones a las manifestaciones públicas de los paganos una vez que el Imperio se hizo cristiano, el apoyo unánime de los Concilios y de los obispos a las medidas de prohibición de cultos paganos públicos. Eso es de una ignorancia apabullante. Contra eso, haces una deduccion bastamte ramplona. Es obvio qur los martires no abogaban por proscribir los cultos paganos, porque precisamente los estaban persiguiendo. Deducir de alli que por fair play estaban "dispuestos a morir por au derecho a discrepar, aunque no esté de acuerdo", es confundir a San Esteban con Voltaire. De hecho,los ejemplos que citas no prueban nada, inclusonestán distorsionados y manipulados ideológicamente.
Finalmente, la carta del Magno alude a conductas de infidelidad, no a doctrinas. Y la doctrina de la tolerancia y la proscripción del derecho al error, en que se fundan Insttiuciones católicas seculares, es ininterrumpida desde Santo Tomás e Inocencio III hasta bien entrado el siglo XX. Una friolera de ochocientos años de Magisterio y praxis institucional, Si está mal prohibir el error en su difusión pública, la Iglesia se equivocómdurante un milenio.z Equivale a que se hubiera institucionalizafo el adulterrio ( no simplemente que hubiera clérigos adulteros) durante mil años. Y eso es defectibilidad.
Por cierto, ¿qué se siente al defender proposiciones por las cuales a uno lo habrían excomulgado Pío IX, León XIII, San Pío X, Gregorio XVI, Pío XI, por no hablar de todos los papas anteriores?
A ver si lo entiendo. ¿Está usted diciendo que todos esos Papas excomulgarían al Papa actual?
Es que eso huele a sedevacantismo cosa mala.
Es sencillo: la conducta errónea, a fortiori los falsos cultos, no tienen derecho a manifestación ni proselitismo públicos, salvado el fuero de la conciencia, a nadie se puede obligar a creer (tesis). Pero por motivos prudenciales, se puede tolerar, en innumerables casos, dichas manifestaciones (hipotesis).
Es esta la doctrina católica, expuesta por el cardenal Ottaviani en el Concilio. La otra, la del derecho a profesar y hacer proselitismo público de falsos cultos, fue defendida por el progresista Congar y el más progresista y ecumaníaco cardenal Bea, de tristísima memoria. Arraiz abreva en esa vertiente, la de los "obispos liberales del Concilio", como acaba de decir el flamante Vicepresidente de Ecclesia Dei, Monseñor Di Noia.
Esto sentado, queda claro que la única interpretacion en la línea de la hermenéutica de la continuidad es entender que el Concilio, en la declaración DH, se refiere a opciones prudenciales en la línea de la tolerancia y a opciones estratégicas ante el Estado totalitario. En cualquier otro caso, estamos ante una hermenéutica de ruptura. Decir que la doctrina de la tolerancia, sostenida por ocho siglos por la Iglesia en su doctrina, instituciones y praxis, es errónea o "un elemento caduco" (SIC) es apostar a la hermenéutica de la ruptura.
Es un absurdo hablar de derechos fundamentales de la persona y su dignidad humana y bla bla bla como si eso fuese divino. Ese lenguaje ni siquiera existía hasta ahora.Es algo del mundo de esta epoca.Sin valor alguno para el deposito de la fe.
Yo llevo mucho tiempo escribiendo aqui sobre lo conveniente de una clarificacion sobre este asunto. Creo que el Papa la hará si hay acuerdo con los lefbristas.
Aunque parezca irrelevante a algunos es tema clave, critico.
Ahora bien, habría que puntualizar:
1.- Es falso que en los Concilios se enseñara que es lícito coaccionar en materia religiosa. Es comprensible que te quedes en afirmaciones ambiguas porque los propios lefebvistas se limitan a citar encíclicas más bien recientes y cuyo principio permanente consiste en condenar la libertad religiosa en sentido moral, y no la inmunidad de coacción en materia religiosa.
2.- Veo que ya aceptas implícitamente que en los primeros siglos cristianos no se puede encontrar un solo testimonio patrístico que sostenga la posición lefebvriana, pero olvidas que yo no estoy basándome en la omisión de ellos sobre el tema, sino en sus testimonios explícitos donde ellos exigían que nadie debía ser coaccionado en materia y reconocían el mismo derecho de inmunidad a los paganos. Afirmas gratuitamente que los textos patrísticos que aporto están distorsionados pero no das evidencia de ello, y allí no hay argumento. Pero insisto, en los primeros cuatro siglos no hay ningún testimonio de la Tradición que avale que es lícito coaccionar en materia religiosa mientras no se afecte el orden público.
3.- Veo que ya no son 1900 años sino 800, pero esto también es falso como ha demostrado el doctor Thomas Pink acá: http://kcl.academia.edu/ThomasPink/Papers/647475/What_is_the_Catholic_doctrine_of_religious_liberty
“Provea y decrete tu clemencia, que en todas partes todos los jueces, a quienes han sido confiadas las administraciones de las provincias, a los que debe corresponder exclusivamente el cuidado y solicitud de los negocios públicos, se abstengan de intervenir en la religión, y en adelante ní presuman y usurpen y entiendan juzgar ellos las causas de los clérigos y sojuzgar y oprimir a hombres inocentes con variadas aflicciones, amenazas, violencia, terrores”
Más adelante continúa:
“Para esto trabajáis y regís la cosa pública con providencias salvadoras, para esto también os quitáis el sueño y vigiláis, para que todos aquellos, sobre los que imperáis, se vean en posesión de una dulcísima libertad. La única manera de que puedan arreglarse las cuestiones que se han puesto en agitación, la única manera de que puedan ordenarse las divisiones, es que cada uno, libre de cualquier género de sometimiento forzado, tenga plena libertad en su vida [religiosa]… Por consiguiente, si estas razones, como esperamos y creemos sin vacilar, conmueven tu bondad ingénita, no adventicia, ordena que los gobernadores locales no hagan objeto de parcialidad, de gracia, de favor a hombres gravísimamente heterodoxos. Permita tu suavidad a los pueblos seguir la enseñanza de los que ellos quieran, de los que ellos juzguen, de los que ellos elijan, y celebrar juntamente los divinos ritos de los misterios, elevar plegarias por tu incolumidad y tu felicidad»”
Obsérvese lo siguiente:
1) No se trataba solo de morir por la libertad de profesar privada y públicamente la propia fe católica como alega Luis, sino de reconocer el mismo derecho a otros.
2) La argumentación de Luis decanta en una acusación de oportunismo a los primeros cristianos, al pedir la libertad de inmunidad en materia religiosa para todos mientras eran perseguidos, pero luego al ser favorecidos por el poder civil negarla al resto.
Baste con leer la encíclica Libertas de León XIII para desmentir que la condena a la libertad de cultos se refiere a la libertad moral. En particular, basta con leer la condena del liberalismo moderado, del que haces gala.
En cuanto al testimonio unánime de Concilios y Pontífices que durante siglos afirmaron, con palabras y gestos, la licitud de prohibir cultos falsos, es tan apabullante que su negación es como tapar el sol con la mano. Creo que no alcanzas a distinguir la diferencia que existe entre que un miembro de la Iglesia haga algo malo, cosa que en nada atenta contra la indefectibilidad, a que la Iglesia como tal institucionalice, enseñe y practique durante siglos la doctrina de la tolerancia. Eso sí comprometeria la indefectibilidad.
En cuanto a tus ejemplos, no prueban nada. Sueles desviar las cuestiones, como cuanto tomas a San pablo y no sé a cuénto de qué, como todos los liberales, invocas la sentencia de dar al César lo que es del César para autonomizar al poder político de la influencia de la Iglesia. Tìpica interpretación liberal. Lo mismo con la cita de San Justino, que nada dice sobre la libertad de los falsos cultos. En cuanto a las citas de Tertuliano, son claramente argumentativas, el hombre era abogado y estaba diciendo: si le das derecho a un hombre a adorar cocodrilos, pues con más razón a adorar al verdadero Dios. Extraer de allí la consecuencia de que Tertuliano pretende sentar la licitud de la adoración del cocodrilo o la inmunidad de coacción exterior para levantar ídolos a los cocodrilos es un error descomunal.
En cuanto a la praxis cristiana a partir de Constantino, no es tan fácil deslindar a "excesos" del Estado cristiano la represión de los falsos cultos, apoyado como estaba en los Concilios, en los Pontífices y en el testimonio común de la Cristiandad.
Y en cuanto a mi supuesta falta de pruebas sobre que los cristianos combatían la doctrina de la licitud de los cultos falsos, es un error lógico casi infantil. Si mi tesis es que tal doctrina es típicamente liberal, y recién aparece en la Ilustración, ¿cómo podían combatirla, hombre de Dios? ¿O pretendes que los Padres leyeran a Rousseau, a Voltaire, a Lammenais, a Lacordaire y a Maritain? Lo que combatían es los cultos falsos, con todas las armas en la mano, incluso con excesos, contra los cuales la Iglesia enseñó siempre (esta sí es doctrina tradicional) que no se puede imponer la religión aún la verdadera, por la fueza. Lo que nada tiene que ver con un hipotético derecho a profesar cultos falsos, que es algo tan absurdo que sólo podía brotar en el mundo moderno, despues de la impía Revolución Francesa, y ser condenado inmediatamente por un Magisterio ininterrumpido de dos siglos. Si esas condenas son erróneas, no hay indefectibilidad.
Para combatir esos planes del NOM contra la Iglesia lo que conviene es ..... ser paladin incansable del derecho a la Libertad Religiosa en el mundo entero !.
Ya lo has captado.
Esto es simplemente canallesco. Y además es falso. Ningún mártir pidió la libertad religiosa para otros cultos. Ergo no cabe la acusación de oportunismo para los mártires. Pensar que yo puedo acusarlos de oportunismo es una barbaridasd.
Los mártires pedían rendir culto a Cristo. Pedir que otros rindieran culto a falsos dioses les hubiera parecido una impiedad. Tengo aquí las Actas de los Martires. Que me diga Arraiz qué martir pidió libertad de cultos para falsos dioses.
Por favor, no caigamos en la deshonestidad intelectual para encubrir indigencias de formación.
Que nadie se engañe, si no se hace es porque no se puede.Moralmente es algo debido, siempre con prudencia.
Me refiero a inmoralidades dañinas a todo el cuerpo social, que al final de los finales son casi todas.
Todo lo malo e inmoral hay que combatirlo y "reprimirlo" segun convenga. Muchas veces el arma es el esfuerzo en la enseñanza, que además es bien virtuoso. Pero otras no.
Pues solo faltaba....
Esta cita en particular, para culquiera que sepa un poco de patristica, se refiere a la única religion:
"Permita tu suavidad a los pueblos seguir la enseñanza de los que ellos quieran, de los que ellos juzguen, de los que ellos elijan, y celebrar juntamente los divinos ritos de los misterios, elevar plegarias por tu incolumidad y tu felicidad»”
¿O pretende Arraiz que cuando se habla de los "divinos ritos de los misterios" están hablando los Padres del culto de Isis o de los misterios de Eleusis? Cuánta ignorancia, por favor.
. Ni borrachos los Padres podìan pensar en la libertad de otros cultos. Es algo que al hombre antiguo no se le pasa por la cabeza. El hombre clásico piensa que la verdad es una sola, y que sólo el verdadero Dios tiene derechos. La idea de que el error o la conciencia errónea debe ser permitida en su expansión pública es moderna. La lucha entre Estado romano y cristianos no es una lucha por la libertad de conciencia, es una lucha del verdadero Dios contra los falsos dioses. Esto es aceptado por todos los historiadores serios, salvo alguna opinión muy discutible de Toynbee.
La verdad, asombra una falta de formación en un pretendido apologeta.
Es por el objeto, no por el sujeto.
Que un cristiano pida el derecho a adorar a un falso Dios es grotesco. Un atentado contra Cristo.
Lo que se puede pedir para otros es que se respeten sus prácticas por tolerancia para no caer en faltas a la caridad, o por un bien superior de paz social etc.
Si el mismo Dios les puede condenar al infierno por ello.... como narices va a existir semejante "derecho".
La confusión es total.Hay que clarificar este asunto aunque sea de tapadillo.
Otra cosa es la acción de la Iglesia salvando a determinadas colectividades de la persecución, notoriamente al pueblo judío. Incluso contra las conversiones forzadas, nadie discute que existe una doctrina tradicional de la inmunidad de coacción para creer o no. la cuestión es otra, ningún mártir pidió que se le otorgar estatus jurídico a los cultos falsos. Y basta con leer a Tertuliano un poquito, no citarlo de tercera mano, para encontrar cosas muy fuertes contra el derecho a propagar errrores, ya no sólo de los paganos sino incluso de los que discrepaban con su particular idea de cristianismo montanista.
Lo que pasa es que un sutil hilo une la idea de pseudoecumenismo posconciliar y la pretensión de imponer el derecho a propagar falsos cultos. Ese hilo es el antropocentrismo y el culto de la conciencia moderna, baluartes del pensamiento iluminista y masónico.
Una similar actitud, llena de energía apostólica, fue la de un San Martín de Tours, que en las Galias, a fines del siglo IV, iba por pueblos y campos desafiando las divinidades druídas, y abatiendo, con riesgo de su vida, templos, ídolos y árboles sagrados; o la de San Wilibrordo, que hizo lo mismo entre los frisones... Y ésta fue la actitud de los misioneros del XVI, que no tenían en su actividad misional otra referencia que la de los Apóstoles primeros o la de las limitadas y admirables expediciones misioneras de la Edad Media.
En este sentido, cuando Robert Ricard examinaba la destrucción de ídolos y templos en México, decía con razón: «Hay que esforzarse en ver la cuestión como la veía un misionero [entonces]: para su criterio la fundación de la Iglesia de Cristo, la salvación de las almas, aunque fuera una sola, de valor infinito, representa mucho más que la conservación de unos cuantos manuscritos paganos o unas cuantas esculturas idolátricas. No cabe reprobarles su conducta: era lógica y ajustada a la conciencia... Ni el arte ni la ciencia tienen derechos si son un estorbo para la salvación de las almas o para la fundación de la Iglesia» (105).
En la América del XVI, concretamente, si los ídolos y templos hubieran sido respetados, los indígenas ciertamente habrían entendido que los españoles creían en sus dioses y les temían, siquiera sea un poco, puesto que siendo vencedores, no se atrevían sin embargo a destruir sus signos, como para ellos hubiera sido lo normal. Pues bien, si esto justificaba esas destrucciones desde el punto de vista cívico, aún más en cuanto a las ventajas espirituales.
Por eso escribe Mendieta: «Cuanto a lo espiritual (que principalmente deseaban los frailes), bien se experimentó el provecho que resultó de destruir los templos e ídolos. Porque viendo los infieles que lo principal de ellos estaba por tierra, desmayaron en la prosecución de su idolatría, y de allí adelante se abrió la puerta para ir asolando lo que de ella quedaba... Antes fue tanta la cobardía y temor que de este hecho cobraron, que no era menester más de que el fraile enviase alguno de los niños con sus cuentas o con otra señal, para que hallándolos en alguna idolatría o hechicería o borrachera se dejasen atar de ellos"
Hechos de los Apóstoles de América
Toma derecho fundamental humano a adorar a dioses faslsos.
Hasta un niño ( santo) entendía eso.
El lenguaje ONUnista no puede contaminar la casa de Dios.
Habrá que convivir, ok, pero sin avergonzarse del niño Jesús.
La confusión ea gorda.Hay que clarificar.
Que cualquiera que guste de opinar busque en la Biblia el sustento de la "libertad religiosa" tal y como erróneamente la entienden el 90% de fieles.
Luego que haga lo contrario,como abogado del diablo.
Y el que quiera entender que entienda.
En respuesta a su pregunta, le diría que:
-si Joseph Ratzinger hubiese sido un sacerdote católico del siglo XIX y con gran fama en la Europa de su siglo, y hubiese defendido públicamente que el Estado no debe tener religión, incluso aunque la abrumadora mayoría de su población sea católica
-si también hubiese sostenido que el Estado debe tratar a todas las religiones, verdadera y falsas, con igualdad, rechazando rendir culto al Verdadero Dios y dar el trato preferente debido a la Iglesia Católica
-si se hubiese mantenido firme en esas opiniones frente a los requerimientos de retractación
En tales condiciones, no tengo ninguna duda de que SÍ, desde luego que papas como Gregorio XVI o Beato Pío IX lo hubiesen excomulgado, y probablemente hubiesen colocado esos textos en el Índice.
Pero para darle esta respuesta no hace falta ser sedevacantista, que no lo soy, basta conocer algo la historia contemporánea de Europa.
Un saludo.
Por favor, no perdamos el sentido común. Todo lo que leamos de las encíclicas hay que iluminarlo bien con la Palabra de Dios y no con el lenguaje del mundo ,o acabamos con un enorme gazpacho mental.
www.youtube.com/watch?v=UA04da46A7I
Ya sabes de qué estamos hablando.
Una herejía es herejía independientemente de quien la sostenga. Por tanto, si usted cree que el Santo Padre enseña herejías, le está tildando de hereje, lo cual, de ser cierto, implicaría su excomunión y estaríamos en situación de sede vacante.
Así que no diga que no es sedevacantista, porque lo es.
Y antes de ellos hay muchos testimonios. Tertuliano explícitamente pide al emperador la libertad de elección de la divinidad y explícitamente reconoce a los paganos la inmunidad de coacción para hacer lo mismo: “Dejad siquiera libre la elección de la divinidad; permítase que uno adore á Dios si otro venera á Júpiter que uno extienda las manos devotas al cielo si otro las extiende á las Aras de la fe” ; porque como reconoce más adelante “Es un derecho de la persona, un privilegio de la naturaleza que cada cual pueda adorar según sus propias convicciones: la religión de uno ni daña ni ayuda a otro” .
Se confunde también la actitud que tomaron algunos santos que al evangelizar desafiaban divinidades y destruían ídolos sin coaccionaron de manera extrínseca a ninguno, ni para profesar la religión verdadera ni para impedirle en conciencia profesar la propia. El caso de San Martín de Tours es emblemático porque siempre se opuso con firmeza a cualquier tipo de penalización física de parte del poder secular en cuanto a materia religiosa. (Según Sulpicio Severo, Diálogos, III,11-13P).
1) "no diga que no es sedevacantista, porque lo es". No es Vd. quien decide si yo reconozco o no a Benedicto XVI como cabeza de la Iglesia. He dicho que no soy sedevacantista, y eso, hasta donde yo sé, solamente yo puedo cambiarlo.
2) No he estudiado la cuestión del sedevacantismo en profundidad, pero por lo que sé es bastante compleja y tengo entendido que no está claramente definida en el Magisterio. Creo que está bastante relacionada con la distinción de herejía material y formal, y sobre ello he oído opiniones de varios tipos de personas que han adoptado una u otra postura. Por tanto, es un tema muy delicado y complicado que no está al alcance de cualquiera, y en el que en todo caso parece que no hay definición clara. Yo -quizá humildemente, quizá irresponsablemente- he preferido no entrar en él.
3) El silogismo que Vd. hace es exactamente el mismo que le he oído muchas veces a un buen amigo mío que sí es sedevacantista.
4) Yo, siquiera sea por prudencia, jamás he tomado una actitud sedevacantista. Rezo por el Papa a diario, y siempre he acudido cuando ha visitado mi ciudad.
5) Si Vd. cree que una persona en que incurriesen las tres condiciones que he apuntado en mi comentario de las 6:02, no habría sido excomulgada por Gregorio XVI o Pío IX, ello no le convierte ni le deja de convertir a Vd. en sedevacantista. Simplemente dejaría en evidencia su carencia -insisto en que hablo en condicional- de conocimientos históricos relativos a esa época.
Reciba un cordial saludo.
Cuando dicha M.C. era suficiente, se suponía que la autoridad pública sabía cuál era la religión verdadera y por lo tanto, las religiones falsas debían ampararse en la tolerancia que aconsejaba la caridad. En ese contexto la "libertad de cultos" equivalía a permitir que las religiones falsas reconstruyeran sus ídolos derribados, lo cual era inadmisible.
Al no llegar a alcanzarse la M.C. como ahora sucede, la "tolerancia" deviene crudo relativismo. Es impensable el concepto "tolerancia con el error" porque ahora se entiende que no hay error sino sólo opiniones divergentes. Así vemos cómo las apelaciones a la Verdad son tomadas como fanatismos inaceptables. Es en ese contexto que el único estatus que puede reclamarse a un mundo que se dice adorador, entre otras deidades, de la Libertad, es el de la libertad religiosa.
En mi modestísima opinión, esto explicaría de alguna manera la paradoja de que la Iglesia utilizara un mismo término,"libertad religosa o de cultos", en dos épocas diferentes con connotaciones morales muy divergentes: en un caso negativa y en el otro, positiva.
Esto estaría explicado también por las circunstancias históricas de una Cristiandad paulatinamente apóstata: al perderse el sentido de la Verdad (al estilo Pilatos), a las autoridades civiles les iba pareciendo cada vez más que favorecer el Reinado Social de NSJC era un indebido favoritismo, una falta a la imparcialidad. De ahí los primeros conatos de libertad religiosa, que tan duramente fueron censurados por los pontífices.
Alegar que piden libertad de cultos para otros es una estupidez, sencillamente. Como he dicho, pretender que cuando hablan de celebrar los divinos misterios están hablando de los de Eleusis. Cuando se habla de "religión" se habla de la verdadera. Basta con leer a los Padres (San Justino el primero) para ver que los otros cultos invariablemente son calificados de culto a los demonios. Y a nadie en su sano juicio, en los siglos I, II, III o IV se le ocurría pedir libertad para rendir culto a los demonios. En todo caso, habría que probar explícitamente que los cristianos pidieron alguna vez libertad para otros cultos. Señaladamente después de Constantino, cuando los obispos ya estaban en condiciones de pedirlo y enseñar el famoso respeto a la conciencia. Pues bien, no existe un solo texto que enseñe dicho derecho a profesar públicamente falsos cultos.
En cuanto a Tertuliano, está claro que es un alegato jurídico, no una declaración doctrinaria, en tiempos de persecucion. También hoy, en China, cualquiera reclamaría libertad religiosa, por motivos obvios. No es tiempo, en época de persecución, de recordar la doctrina de la tolerancia.
Confundir ese alegato ("si dan libertad a todos los dioses, por qué no al verdadero") con un statement religioso implica no saber leer las fuentes patrísticas.
Y si todo esto es lo que tiene Arraiz, no tiene nada, salvo su indigencia hermenéutica, que aterra. Lo único que falta es que ponga en el panteon de religiocidas al gran Hernán Cortés, destructor de la demonolatría precolombina. O a Moisés, ya que estamos.
Es imposible que lo que Dios condena con el infierno sea proclamado como Derecho Fundamental de la persona , en un sentido de Ley Natural.
Es un absurdo intelectual completo.
Pero lo que históricamente puede ser un mero error, referido a la persona del actual Papa pasa a ser una falta de respeto, como poco, y un desconocimiento de la validez de su autoridad, de máxima. De ahí el sedevacantismo que bordeas, te des cuenta tú o no te des cuenta.
Me parece que cometes el mismo error de J.M. Arraiz, que le atribuye a los Padres un liberalismo inexistente. Pero tu se lo atribuyes al Papa reinante, al que te atreves incluso a excomulgar en una parodia de juicio antihistórico. Si lo tuyo no es sedevacantismo, si de veras eres un fiel hijo de la Iglesia y profesas filial amor al Papa, es de admirar la forma en que lo disimulas.
Lo que yo escribí estaba en condicional: "si Joseph Ratzinger hubiese sido un sacerdote católico del siglo XIX y con gran fama en la Europa de su siglo, y hubiese defendido públicamente que (...)". Hasta donde yo sé, el Santo Padre nació en 1927. El comentario de las 6:02 está escrito clamorosamente en condicional.
No pretendo alardear de ningún conocimiento especial, pero me parece claro que esas ideas habrían merecido la excomunión bajo los anteriores Pontífices indicados.
Finalmente, negar que la Iglesia está actualmente infestada de liberalismo desde sus más altas jerarquías hasta los seglares, es simplemente negar la realidad. La inmensa mayoría de los obispos, sea por convicción, sea porque el mundo moderno no permite otra cosa, predican una doctrina sobre las relaciones Iglesia-comunidad política que no es la doctrina tradicional de la Iglesia. Esto es un hecho.
que en todo los dominios de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel, porque El es el Dios viviente que permanece para siempre, y su reino no será destruido y su dominio durará para siempre. El es el que libra y rescata, hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra, el que ha librado a Daniel del poder de los leones."
(Daniel 6:26-27)
Esto y nada menos, es lo que todos debemos anhelar y suplicar al Señor, especialmente nosotros hijos de la España católica. Las naciones herejes y cismáticas, son como los pueblos paganos que rodeaban a Israel, meros adornos.
Mientras los signos de los tiempos nos indiquen que Dios nos quiere en tribulación, pues así debemos caminar porque es bueno para sus planes. Pero nuestro anhelo es solo hacer lo mismo que Daniel.
P.d: La incomprensión de la supuesta libertad religiosa teológicamente es una de las losas que cargan injustamente sobre nosotros, sobre España, con las malditas leyendas negras. Esa España que quiso que sobre sus reinos fuese glorificado únicamente el Dios de Daniel. El único que lo demanda y lo merece.
"Nuestro Dios no es un Dios de confusión".
22. Expulsión de los herejes
Y escapad de los que moran en cuevas tenebrosas, enclaustradas cohortes del Demonio. Ay, ay de aquellos que así perseveren, visceras del diablo, heraldos del Hijo de la Perdición.
Apartaos, pues, de ellos con toda la devoción y la plena fuerza de vuestras almas y cuerpos, oh bienamados hijos Míos; mirad que la antigua serpiente los alimenta y atavía con sus celadas, y la adoran en lugar de a Dios, en ella confían por sus añagazas y embustes. Son abyectos homicidas: dan muerte a los incautos que se les unen, antes de dejarles retractarse de su error; son despreciables fornicadores que a sí mismos se prostituyen: sacrifican su semen en el homicidio y se lo ofrecen al Demonio; infestan Mi Iglesia con sus cismas y la profusión de sus vicios cuando, en sus ignominiosas conjuras, se burlan con escarnio del bautismo, del sacramento del cuerpo y la sangre de Mi Hijo, y de otros ritos de Mi Iglesia. Pero, aunque por temor de Mi pueblo no abominen abiertamente de estas instituciones Mías, en su corazón y en sus obras las reducen a nada. Pues fingen poseer la santidad por ilusión diabólica, mas en esto les engaña el Demonio, porque si el mismo Satanás se les mostrara al descubierto, lo conocerían y, entonces, huirían de él. Por eso les enseña ciertas cosas, mediante sus artes, como si fueran buenas y santas, y de este modo los embauca. ¡Ay de los desdichados que así perseveren en la muerte!
Pero como el Demonio sabe que el tiempo de su error será breve, se apresura en perfeccionar la infidelidad en sus miembros, que sois vosotros, viles embaucadores que porfiáis en subvertir la fe católica. Sois veleidosos y cobardes para repeler las venenosas flechas de la deshonra humana, que arrojáis, según vuestra voluntad, contra la Ley. Por eso, después de saciar vuestro desenfreno con el ponzoñoso semen de la fornicación, fingís orar, os revestís de falsa santidad: pero más indigno es esto a Mis ojos que cieno fétido.
El cisma que se alzó en Horeb, donde el pueblo judío esculpió un ídolo y empezó a recrearse con diabólica irrisión, como todavía hoy hacen algunos con petulancia; y el cisma de Baal, en el que muchos perecieron; y el cisma de las fornicaciones, cuando los madianitas perpetraron terribles saqueos; y otros semejantes: en verdad que todos estos caerán sobre vosotros, porque en todos ellos tenéis parte por vuestra maldad; y sois aún peores que los antiguos, pues conociendo la verdadera Ley de Dios, con pertinacia la despreciáis.
Pero, oh vosotros, los que deseáis vuestra salud y recibisteis el bautismo, que sois el Monte ungido, santuario del Señor: resistid a Satanás, no bajéis del monte de vuestra salvación.
________________
No creo que en la ONU o el congreso recibieran con muchos aplausos a Nuestro Señor Jesucristo y sus pensamientos sobre la "libertad religiosa"
Más claro ni el agua:
"El concilio Vaticano II, reconociendo y haciendo suyo, con el decreto sobre la libertad religiosa, un principio esencial del Estado moderno, recogió de nuevo el patrimonio más profundo de la Iglesia. Esta puede ser consciente de que con ello se encuentra en plena sintonía con la enseñanza de Jesús mismo (cf. Mt 22, 21), así como con la Iglesia de los mártires, con los mártires de todos los tiempos.
La Iglesia antigua, con naturalidad, oraba por los emperadores y por los responsables políticos, considerando esto como un deber suyo (cf. 1 Tm 2, 2); pero, en cambio, a la vez que oraba por los emperadores, se negaba a adorarlos, y así rechazaba claramente la religión del Estado. Los mártires de la Iglesia primitiva murieron por su fe en el Dios que se había revelado en Jesucristo, y precisamente así murieron también por la libertad de conciencia y por la libertad de profesar la propia fe, una profesión que ningún Estado puede imponer, sino que sólo puede hacerse propia con la gracia de Dios, en libertad de conciencia.
Una Iglesia misionera, consciente de que tiene el deber de anunciar su mensaje a todos los pueblos, necesariamente debe comprometerse en favor de la libertad de la fe. Quiere transmitir el don de la verdad que existe para todos y, al mismo tiempo, asegura a los pueblos y a sus gobiernos que con ello no quiere destruir su identidad y sus culturas, sino que, al contrario, les lleva una respuesta que esperan en lo más íntimo de su ser, una respuesta con la que no se pierde la multiplicidad de las culturas, sino que se promueve la unidad entre los hombres y también la paz entre los pueblos.
El concilio Vaticano II, con la nueva definición de la relación entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos esenciales del pensamiento moderno, revisó o incluso corrigió algunas decisiones históricas, pero en esta aparente discontinuidad mantuvo y profundizó su íntima naturaleza y su verdadera identidad. La Iglesia, tanto antes como después del Concilio, es la misma Iglesia una, santa, católica y apostólica en camino a través de los tiempos; prosigue "su peregrinación entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios", anunciando la muerte del Señor hasta que vuelva (cf. Lumen gentium, 8).
Y tienen también una clamorosísima mala leche. Porque mezclas mentiras con verdades con retorcimiento. Es cierto que el liberalismo ha entrado muros adentro. Pero no es cierto que el Papa lo consienta, lo comparta o lo aliente. Menos cierto es que haya roto con la Tradición y que su Magisterio se contradiga con los precedentes, como tú insinúas "clamorosamente".
" He dicho que no soy sedevacantista, y eso, hasta donde yo sé, solamente yo puedo cambiarlo."
---
Claro que sí, solamente tú puedes decir:"lo soy" o "no lo soy". Pero que objetivamente lo seas o no lo seas depende de cosas diferentes a tus exculpaciones. Depende de tus ideas y de tus convicciones. Depende de tu buena o de tu mala leche. No alcanza conque digas: "no lo soy", o digas rezar por el Papa, o digas que vas a verlo pasar.
La Iglesia, ahora y siempre, por sus Papas, Padres y Mártires, ha bregado inalterablemente por la libertad de conciencia, condenando el Estado cuando éste pretende coaccionarlas porque hasta allí no llega el ámbito de poder. (Dicho al pasar: las ideologías son el instrumento que ahora utilizan los Estados modernos para practicar esa coacción).
Negarle esa potestad al Estado por principio y no por oportunismo interesado implica, lógicamente, negársela tanto cuando pretende violentar la fe verdadera como a las falsas creencias. La Iglesia jamás podría heber dicho :"No tienes potestad contra la fe de los cristianos, pero desquítate si quieres con la fe de los paganos, que es falsa". Vamos, éso sería inmoral.
Creo que hasta aquí estamos de acuerdo, ¿sí?.
Ahora bien, la Iglesia, que siempre ha reclamado libertad para creer en la fe verdadera, pues de ello depende la salvación de las almas, jamás de los jamases se ha embarcado en aventuras gremiales tipo Consejo Mundial de Iglesias. Ella no se ha hecho delegada ni vocero ni abogada de las falsas religiones, como tu interpretación daría a entender. Ni siquiera en el texto que citas. Puedes hacer el siguiente ejercicio: a cada mención de la palabra "fe" le agregas a continuación la palabra "verdadera", y la cosa queda clarísima.
Ésa, creo yo, es la verdadera interpretación católica.
Para más abundamiento, tu cita empieza mencionando que la libertad religiosa es "un principio esencial del Estado moderno". El cual principio tiene en las democracias imperantes una connotación esencialmente relativista. La Iglesia se acoje a esa libertad relativista (no le queda otro remedio), pero no hay nada en el texto que de a entender que aboga a favor de los cultos falsos.
Lo cual sería craso liberalismo, a saber: "No comparto tus creencias pero daría lo que no tengo para que puedas expresarlas".
No, de ninguna manera, éso no es lo que sostiene la Iglesia.
Por eso, Benedicto dice: "la libertad de profesar la propia fe, una profesión que ningún Estado puede imponer, sino que sólo puede hacerse propia CON LA GRACIA DE DIOS, en libertad de conciencia"
Dice "con la gracia de Dios". Ningún culto falso se profesa con la gracia de Dios. Es notorio que se refiere a la verdadera religión.
Parece mentira que no entiendas la diferencia entre una elección buena y una mala. La primera es laudable, la segunda no, aunque esté inspirada por la buena fe. Más allá del disparate histórico de seguir erróneamente afirmando que los mártires reclamaron libertad para falsos cultos idolátricos y demoníacos (en esto el cristianismo primitivo es demoledoramente antisincrético) te sigues afirmando en el error católico liberal.
No se como alguien con las ideas de Arraiz podría interpretar las siguientes condenas del Syllabus Errorum:
- "En la época actual no es necesario ya que la religión católica sea considerada como la única religión del Estado, con exclusión de todos los demás cultos".
- "Porque es falso que la libertad civil de cultos y la facultad plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y públicamente las opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan con mayor facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo"
- "La Iglesia no tiene el derecho de usar la fuerza y carece de todo poder temporal directo o indirecto"
- "Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que juzgue verdadera guiado por la luz de su razón".
Y aquí una perla Pio IX en Quanta Cura:
"Con cuya idea totalmente falsa del gobierno social, no temen fomentar aquella errónea opinión sumamente funesta a la Iglesia católica y a la salud de las almas llamada delirio por Nuestro Predecesor Gregorio XVI de gloriosa memoria (en la misma Encíclica Mirari), a saber: «que la libertad de conciencia y cultos es un derecho propio de todo hombre, derecho que debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda sociedad bien constituida; y que los ciudadanos tienen derecho a la libertad omnímoda de manifestar y declarar públicamente y sin rebozo sus conceptos, sean cuales fueren, ya de palabra o por impresos, o de otro modo, sin trabas ningunas por parte de la autoridad eclesiástica o civil".
"También se pregona con gran ardor la llamada libertad de conciencia, que, tomada en sentido de ser lícito a cada uno, según le agrade, dar o no dar culto a Dios, queda suficientemente refutada con lo ya dicho. Pero puede también tomarse en sentido de ser lícito al hombre, según su conciencia, seguir en la sociedad la voluntad de Dios y cumplir sus mandatos sin el menor impedimento. Esta libertad verdadera, digna de los hijos de Dios, y que ampara con el mayor decoro a la dignidad de la persona humana, está por encima de toda injusticia y violencia, y fue deseada siempre y singularmente amada por la Iglesia. Este género de libertad lo reivindicaron constantemente para sí los Apóstoles, lo confirmaron con sus escritos los apologistas, lo consagraron con su sangre los mártires en número crecidísimo"
Ahí en ningún lado se dice que exista un "Derecho fundamental de la persona" a profesar cualquier religión, como si eso fuese algo divino.
No lo dice. Pareciera que lo dice... pero no está ni por asomo.
Todo debes verlo en clave de esto:
"sino que se promueve la unidad entre los hombres y también la paz entre los pueblos. "
La tolerancia por el mal menor, para obtener un bien mayor.
Todos esos textos están escritos con bisturí. Se dicen cosas que "parecen" decir mucho más de lo que dicen, pero que no dicen nada contrario a lo anterior.
Si el mismo texto dice que se corrigen cosas del pasado - y fue bien largo y bien sustentado por la escritura,Doctores, santos, escritos de Papas etc. por necesidad-, lo de ahora pertenece también a lo mudable. Por el simple hecho de pronunciarse algo ahora como "definitivo", que no ha estado presente en ningún pasado, esa misma pronunciación no sería sino canto al sol, pues no pertenece al depósito de la Fe.
Como de hecho así es, pues el mismo documento está hablando de "un principio esencial del Estado moderno". Es decir, cosas contingentes, asuntos del tiempo actual. Nada de depósito de la Fe.
Hablar de "libertad de conciencia" y de "libertad de religión" es una cosa, y hablar de "Derecho fundamental de la persona" a profesar cualquier religión es otra muy distinta. RADICALMENTE distinta, Por su raiz.
Insisto, estos documentos están medidos con bisturí. Evitan decir lo que no se puede decir y dicen hasta donde se puede decir. Desde luego han llegado al límite de los límites. Y eso no es necesariamente malo, ojo, que puede ser hasta virtuoso, porque también los límites los pone Dios para poder llegar a ellos si conviene.
Es todo por prudencia ante los tiempos en que vivimos. Tienen un beneficio grande en cuanto a llenar el mundo de paz, evitando guerras que hoy serían atómicas, biológicas o a saber; y lo negativo lo estamos viendo en la confusión sembrada entre los propios fieles.
En cuanto pase lo que tiene que pasar y las cosas se restauren, veremos que todo vuelve a la "normalidad".
Insisto:
Los ángeles tenían "libertad de conciencia" si te place, pero no el derecho a ejercerla como quisieran. O sí, pero con la condena del mismo Dios. Difícilmente puede eso ser lo que hoy entendemos por "derecho".
Con los hombres pasa igual. ¿Libertad de conciencia y de religión?. Por supuesto, pero sabiendo que quien no acepte la fe católica y actúe según ella se condenará al infierno.
Son disposiciones divinas que la Iglesia enseña con cristalina claridad. El hombre debe ser libre para condenarse o salvarse por sí mismo. Eso no es novedad, está desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
A nadie se le ocurre pensar que eso signifique tener un "Derecho fundamental" de Ley Natural, que sigue siendo de disposición divina, según entendemos esas cosas.
Tienen los hombres libertad de conciencia para condenarse al infierno?. Por supuesto que sí. Hombres y ángeles. Así está dispuesto por Dios.
Pero si a esa "libertad" de condenarse o salvarse la queremos defender con el nombre de "Derecho Fundamental de la Persona" lo que estamos haciendo es que millones de fieles piensen de verdad que a Dios le da igual ocho que ochenta, porque pareciera que el mismo Dios se complace en que unos sean musulmanes, otros budistas, otros luciferinos etc, etc.
Y esa es la terrible confusión que siembra este asunto. Y por eso requiere clarificación.
Y estoy seguro que es una as que Benedicto XVI se guarda en la manga para después de que los lefevrianos que quieran vuelvan al redil.
Y es que este asunto, teológicamente, no puede seguir así.
La Iglesia no puede predicar la salvación exclusiva a través de Jesucristo si al mismo tiempo parece decir - que no lo dice- que Dios ha concedido al mundo un "Derecho Fundamental de la Persona" a practicar la religión que la conciencia le dicte.
¿Pero entonces, por qué nos condena al infierno?
Medítalo.
P.d:
1.- Todo el embrollo y la elasticidad de estos documentos, y discursos, son posibles mediante el empleo astuto de los términos de "libertad", "conciencia" y "derechos" mezcaldos, sin desarrollar el contenido preciso de los mismos.
2.- Hago referencia a lo del "Derecho Fundamental de la Persona" porque tú lo citas en tu escrito de tu blog. Y a mí me sorprendió leerlo de ti. Todo ese lenguaje de "derechos" etc, es completamente a-bíblico, a-evangélico. Nosotros hablamos de Justica y Caridad. Las cosas se hacen porque son justas hacerlas y/o caritativas, no porque existan "Derechos divinos instiuidos" bla, bla, bla. Dos mil años de cristianismo NUNCA han empleado ese tipo de términos.
Se hace ahora en los documentos dirigidos a esta época porque esta es época de sobredosis de "derechos", y se habla al mundo social y político.
Cuando cambie de nuevo, cambiará ese lenguaje mudable y esos principios sociales y terrenales, que poco tienen de divino.
----
Luis Fernando:
Tengo fe en que un año de estos entenderás que no se deben poner comentarios que tienen la longitud de un post. No desespero y confío en que captarás esa indicación, :D
____________--
Léelo con bisturí y astucia.
Dice que como debemos EVANGELIZAR, pues reclamamos libertad. Obvio. Pura astucia misionera expresada para un mundo que no cree. Lo que hizo San Pablo.
Ahora imagina que está Moisés al frente del mundo este de nuevo. ¿hay libertad para adorar al becerro?.
Pues sí....la hay.
Hay derecho?. Pues más bien no, ninguno. La ira de Dios es enorme.
Bendiciones hermano.
Yo espero que el Papa esté de acuerdo, y por tanto así lo dictamine, que se puede estar dentro de la Iglesia teniendo reparos "grandes" con alguno de los textos conciliares. Ojalá le permita eso a los lefevrianos, porque así el mismo Pedro me habrá dado expreso permiso a mí a hacer lo mismo. Y si lo dice, es que igual él mismo los tiene. Lo cual sería enorme consuelo para mi alma.
Me refiero a la Dignitatis Humanae.
No soy tan necio de hacer desprecio fácil, y leo con atención pidiendo a Dios que me de entendimiento para sacar todo lo que el Espíritu Santo haya podido sembrar en esos textos, pero no consigo ver en ellos ningún fundamento serio - de la Fe recibida- para sostener lo que sostienen a veces, y menos en esos términos que se usan en el documento por aquí y por allá. No consigo verlo.
En definitiva, la Dignitatis Humanae me parece un bodrio de redacción, a veces vergonzante en su intento de de darle sustento evangélico. La crudeza es por claridad en expresar lo que mi conciencia ve.
Se podría haber conseguido el mismo objetivo para estos tiempos sin hacer sonrojar a algunos con determinadas parrafadas.
Si no es así dentro de poco, prometo seguir callado y meditar profundamente de nuevo esa declaración y que el Señor me asista para someter mi mente y voluntad al conjunto de ese texto magisterial.
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651207_dignitatis-humanae_sp.html
Siento si escandalizo a alguien. Si así es, que lea lo escrito arriba en varios posts y luego lea el lenguaje de la DH]
Si he escrito en mis textos una sola mentira, por favor di cuál. A enseñanzas propias del Santo Padre no me he referido apenas, pero el texto que reproduce J. M. Arráiz justo a las 2:40, y que es muy conocido, es también muy significativo. Por favor, contrástalo con encíclicas en la materia del siglo XIX e intenta demostrar -si puedes- que no se dan de tortas. Aparte de que en la praxis diaria se va muchísimo más lejos.
Muchas gracias también por lo de la mala leche y lo del retorcimiento. Me encanta esta manera tan respetuosa y desapasionada de argumentar.
Dices: "Es cierto que el liberalismo ha entrado muros adentro. Pero no es cierto que el Papa lo consienta, lo comparta o lo aliente."
Espero que creas lo que dices. A mí me gustaría poder creerlo. De verdad. Si no lo reconociera como papa, me daría igual, o me alegraría de lo contrario como refuerzo de mi postura.
Pero te adjunto el primer párrafo de la carta prólogo del actual Pontífice al libro de Marcello Pera "Por qué debemos considerarnos cristianos":
"Con un conocimiento estupendo de las fuentes y con una lógica contundente, usted analiza la esencia del liberalismo a partir de sus fundamentos, mostrando que en la esencia del liberalismo se encuentra el enraizamiento en la imagen cristiana de Dios: su relación con Dios, de quien el hombre es imagen y de quien hemos recibido el don de la libertad. Con una lógica irreprochable, usted muestra cómo el liberalismo pierde su base y se destruye a sí mismo si abandona este fundamento. También me ha impresionado su análisis de la libertad y el análisis de la multiculturalidad, en el que usted muestra la contradicción interna de este concepto y, por tanto, su imposibilidad política y cultural. Es de importancia fundamental su análisis sobre lo que pueden ser Europa y una Constitución europea en la que Europa no se transforme en una realidad cosmopolita, sino que encuentre, a partir de su fundamento cristiano-liberal, su propia identidad."
Ni consiente el liberalismo, ni lo comparte ni lo alienta.
¿Habrían firmado San Pío X o León XIII este texto? ¿Hacer esta pregunta es tener mala leche o ser retorcido?
Me gustaría recibir argumentaciones como respuesta, no alusiones personales a mi supuesto sedevacantismo, que ni interesan a nadie ni son el tema.
Anda, haz un post exegetico de la DH, de esos tuyos, bien apoyaditos en textos publicos jejeje
-----
Esto que dices Ricardo, no estoy de acuerdo hermano.Siempre se ha hecho eso, porque es lo que hay que hacer.
Al Dios verdadero todo, a los dioses falsos nada. Así libramos al mundo del poder del demonio y se trae el Evangelio del Amor verdadero. Los gobernantes deben colaborar a ese fin con particular celo por su responsabilidad.
Al mismo tiempo, la Iglesia ha negado siempre que los falsos cultos tengan derecho a profesarse en forma pública, y particularmente hacerse proselitismo de los mismos. Pueden y muchas veces tolerarse. Creo que la distinción es clara.
En cuanto a los mártires, mal pudieron reclamar libertad para todos los cultos cuando el único perseguido por el tolerante y liberal Imperio Romano (cuyo Panteón tenía 10000 dioses conviviendo en sincrética armonía) era el cristianismo, por su pretensión de ser la única religión verdadera. Si algo carcteriza al cristianismo primitivo es su absoluta intransigencia en admitir sincretismos, irenismos, convivencia entre Dios y baal. Los mártires murieron por su intransigencia, no por su liberalismo, que todavía no se había convertido en una ideología, sino que era una praxis del Imperio, con tal de que se aceptara admitir al César como dios.
Ahora si ya dejo el tema, porque no pretendo competir con Luis en verborrea y tampoco tengo el tiempo para ello.
Queda pues a salvo la doctrina tradicional e ininterrumpida de que el Estado tiene la obligación, como ente creatural que es, de reconocer la soberanía de Cristo. Que debe darse, en la medida de las hipótesis y posibilidades concretas, particular status a la religión de Cristo, en particular en sociedades mayoritariamente católicas. Que no debe reconocerse,un falso derecho a propagar cultos falsos y hacer proselitismo, que sólo deben ser tolerados conforme criterios prudenciales.
Arraiz, bienvenido a la hermenéutica de la continuidad.
Pero la confusión sembrada es total.
Un texto que tu lees como referido a todas las religiones,otros solo lo pueden leer como referido exclusivamente a la católica.
Eso es ya el colmo de la confusión.
Debemos pedir todos que nos clarifiquen esta doctrina.
Otros, aferrados a la doctrina católica y tradicional, manifestaban su oposición. Lo cierto es que en esta materia el Vaticano II no arroja la menor luz sobre el asunto.
El derecho tiene importancia cuando el pensamiento de exterioriza y expresa, pues el fuero interno jamás puede ser compelido (si me ponen una pistola parta que crea, sólo pueden conseguir que manifieste que creo, no que lo haga realmente) y es por eso que la Iglesia en su doctrina tradicional señala que no es derecho, sino una tolerancia (que, en cuanto tolerancia puede fundar un derecho en orden positivo, por conveniencia de las circunstancias, pero jamás es un derecho que se posea per se, como establce dignitatis humanae) donde la autoridad civil podría incluso proscribir el ejercicio de un falso culto, cerrar mezquitas, sinagogas, templos, etc y prohibir la completa difusión de culto.
La práctica pos conciliar ha demostrado que no por casualidad se cambio de tolerancia a derecho. Jamás he oído a un papa desde aquella época hablar de que el ideal (tesis) es el estado confesional, sino más bien todo lo contrario (en oposición a Syllabus) - recordar las alabanzas de Benedicto XVI a la libertad en Estados Unidos (caso emblemático del constitucionalismo revolucionario).
Para interpretar Dignitatis Humanae en un sentido tradicional, hay que forzar el texto hasta el extremo (y aún así el empleo de la palabra derecho y fundado éste en la dignidad es súmamante problemático) y en en la praxis ha sido todo lo contrario. (Hervada, filósofo del Opus Dei, llega a considerar la libertad de conciencia incluso un derecho natural)
---
Me permito reproducir este ajustadísimo y certero resumen porque no sólo sirve para recordar puntos fundamentales de la DSI, sino también y salvo opinión contraria, para dar un final feliz a esta interesnate disputatio.
----
Catholicus, lo primero que tiene que ser un hijo de Dios es honesto, me parece.
La Democracia Liberal está dispuesta a dar a la Iglesia, a lo sumo, el mismo estatus que a las religiones falsas. Eso huele a rancio, a naftalina: es lo mismo que ofrecía el Imperio a los primeros cristianos: un lugar para Cristo en el Panteón de los Dioses.
Los primeros cristianos rechazaron la oferta, en cambio nuestros modernos pastores la han aceptado. Hay un cambio copernicano, es evidente. Ahora se prioriza que la Iglesia esté presente en las condiciones que sea. En le caso del hospital catalán adonde se practican abortos eso quedó claro, con consulta a Roma concluyente. ¿Es eso malo o bueno? Ha de ser bueno, pues a la Iglesia la asiste el E.S.
Vuelvo al hilo: debemos ser honestos. Si pedimos "libertad religiosa" no estamos pidiendo ni favoritismos ni tampoco recordando la obligación de los gobernantes de favorecer a la Verdad. Pedimos lo (poco) que se nos ofrece desde una mentalidad cerradamente relativista.Punto.
Ahora bien, si los gobernantes son o se dicen cristianos la cosa cambia, pues se generan ipso facto tres obligaciones irrenunciables, nada menos:
1. La Iglesia debe exigir a los tales gobernantes que cumplan con sus obligaciones de cristiano, esto es, promover el Reinado Social de NSJC.
2. Los gobernantes deben acceder de buen grado y de manera manifiesta a esas peticiones.
3. Caso contrario la Iglesia debe excomulgarlos por caridad, por obligación pastoral y por patriotismo. Para su bien personal (peligro de condenación eterna), para el bien de la Iglesia (peligro de escándalo) y para el bien de la patria toda (peligro de perder el favor de Dios).
O sea que la pelota está en el tejado de la Iglesia. Y mucho me temo que en esto la Iglesia falla gravemente. Cosa paradójica luego de haberse celebrado el concilio más monumental de la historia, orientado precisamente a la acción pastoral.
Por ahora me reitero en lo que dije y en ocasión de la fiesta del presente día, expreso mi deseo de que Dios conceda al Papa Benedicto muchos años más de vida, lo proteja de sus enemigos y lo bendiga.
Cuando digo que la Dignitatis Humanae no reconoce el derecho al error sino la inmunidad de coacción en materia religiosa, incluyo también esta inmunidad para las comunidades religiosas inclusive no católicos, y de esto la Dignitatis Humanae también es bastante clara:
"La libertad de las comunidades religiosas
4. La liberta o inmunidad de coacción en materia religiosa, que compete a las personas individualmente, ha de serles reconocida también cuando actúan en común. Porque la naturaleza social, tanto del hombre como de la religión misma, exige las comunidades religiosas.
A estas comunidades, con tal que no se violen las justas exigencias del orden público, se les debe por derecho la inmunidad para regirse por sus propias normas, para honrar a la Divinidad con culto público, para ayudar a sus miembros en el ejercicio de la vida religiosa y sustentarlos con la doctrina, y para promover instituciones en las que colaboren los miembros con el fin de ordenar la propia vida según sus principios religiosos."
De que pueden pedir todas las clarificaciones que quieran, claro que están en su derecho, pero en mi opinión la cuestión está definida bastante claramente, y la aclaración del Papa en su discurso a los obispos la entiende quien quiere entenderla.
La hermenéutica de la continuidad no permite dejar atrás la doctrina de siempre, sino que exige integrar las nuevas formulaciones con esa doctrina. De suerte que, si una interpretación de un texto contradice lo que la Iglesia enseñó siempre, estamos ante una hermenéutica de la ruptura.
Creo que ha quedado claro del Magisterio de León XIII por qué murieron los mártires. Benedicto sólo reafirma dicho vigoroso magisterio. No hay libertad fundada en el error, no hay libertad fundada en el mal. Sòlo existen derechos para el bien y la verdad. Se puede tolerar el mal, se puede tolerar el error, pero jamás otorgarle derechos.
Cordialmente,
He descubierto que el comentario firmado como "Padre Iraburu" no era del P. Iraburu, sino de alguien que citaba uno de sus textos.
Como eso de suplantar la identidad de otros está muy feo, he cambiado el nombre y advierto que no permitiré ese tipo de cosas.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.