Midiendo tragedias
Un lector, Cristhian, me envía estos párrafos que ha escrito sobre lo sucedido en Haití y la reacción de los cristianos.
Son líneas provocativas, especialmente en un momento así, pero creo que conviene meditarlas un poco. Intentan arrojar luz sobre la forma que tiene el mundo de “medir” las tragedias, el dolor e incluso la evangelización. Es decir, cosas que, por su propia naturaleza, no pueden medirse.
Además, Cristhian tiene la ventaja de que, al no ser obispo de San Sebastián, es posible reflexionar sobre lo que realmente dice y no sobre lo que periodistas malintencionados quieran hacerle decir.
………………………………………..
Hoy veía uno de los periódicos de mi país y me desayunaba los mas que probables 100,000 muertos del terremoto en Haití y para que me cupiera semejante catástrofe en la cabeza lo comparaba con que en mi país 12 años de guerra civil produjeron 70,000 muertos, ¡12 años!. Pues bien, de pronto caí en la cuenta de un engaño tremendo del que nos ha hecho objeto esta “era de la información”. ¡Somos víctimas de las cifras!
Hermano, en este tiempo nos damos cuenta hasta de cuando un autobús choca en cualquier parte del planeta y se va a un precipicio, y son tantas y tantas las catástrofes alrededor del planeta que para reaccionar “el mundo” necesita “cifrarlas” para decidir como reaccionar a cada una. Es decir, si en Haití en lugar de morir 100,000 personas hubiesen muerto 10, aunque la destrucción fuera igual, no tendría la exposición de medios que ha tenido. ¿Pero nosotros como cristianos debemos reaccionar así?
¡Somos cristianos!, llamados a reaccionar con amor y misericordia independientemente de las cifras, ahora los ojos del mundo hipócrita que se gloria de hacer “caridad pública” se posaran en un país que necesitaba ayuda desde mucho antes que este terremoto sucediera, en cambio para el cristiano el necesitado es necesitado aunque sea solo uno y eso porque se supone que intentamos reflejar a Aquel cuyo amor por el ser humano es capaz de identificar con nombre y apellido a cada uno de los que viven, vivieron y vivirán en este planeta.
Vendrán muchas promesas de ayuda, y la gran mayoría se quedará en eso, en promesas. Porque como dice mi abuela: “¡prometer no cuesta nada!”. Al final lo que se hará realidad con toda seguridad, son las imágenes que vemos de gente común ayudando a gente común, al vecino con su familia ayudando al otro a buscar a los suyos. Porque nunca pasa una desgracia en la vida de cada uno sin que de eso puedas aprender mucho. Del dolor surge siempre el amor en los que en lugar de endurecer el corazón lo ablandan ante el dolor del otro.
Nuestro cristianismo no va en función de que tan “buenecitos” somos, ni de cuánto hemos “mejorado como personas”, ni de como éramos “hace X años cuando me encontró el Señor… y ahora soy así y asa”, nuestro cristianismo va en función de cuanto somos capaces de morir por otros. El cristianismo no es un “método de superación personal”, el cristiano sólo es cristiano si puede ejercer su cristianismo muriendo por otros.
Esta tendencia a movernos por cifras a veces permea incluso hacia dentro de nosotros como Iglesia, hasta en cosas vitales como la evangelización, olvidando que nuestro Señor dejaba 99 por una sola oveja perdida. La evangelización no puede “cifrarse", porque con uno solo en todo un país que se convierta, habrá valido la pena todo lo que haya pasado y lo mucho que se hayan desgastado los evangelizadores.
Hoy es Haití, mañana u hoy mismo pueden ser tragedias similares pero a nivel mas personal, el compañero de trabajo, tus hermanos, tus padres, el vecino, las tragedias “individuales” no hacen tanto ruido pero son igual de catastróficas y a todas nos debemos. No desprecies lo que sucede a tu alrededor porque no tenga cifras impresionantes.
Si puedes ir a Haití en persona, ¡ve! ayuda que las manos nunca sobran; a los que puedan ayudar económicamente ¡hazlo!, que el recurso económico escasea y daras de comer al hambriento; al que ni uno ni lo otro, ¡reza! reza por el alma de los que han muerto, reza por las familias que han quedado partidas, reza por los heridos, reza por los niños que siempre son los mas afectados, pero sobre todo, reza por los que quedan para que el diablo no aproveche y les engañe susurrando a sus oídos que Dios no les ama, no te detengas que la oración es el arma mas poderosa del cristiano, capaz de provocar milagros.
Animo hermanos haitianos, ¡el Señor no nos abandona!
“Pero nosotros llevamos ese tesoro en vasos de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida".
2 Corintios 4,7-12
24 comentarios
Centremonos en Cristo, en la Oracion y en la Iglesia, en la Eucaristia, porque solo desde ahi, seremos capaces de dejarnos hacer por Dios, para hacer lo que El quiera.
Un Abrazo fraternal y afectuoso
En cristo y en Maria
(lo que no quita para que si en un pequeñito país desaparecen 100.000 en un minuto y se destruyen la mayoría de bienes en un minuto, haya que ponerse también en un minuto a ayudar: la catástrofe no está tantoi en la cifra de muertos -todos moriremos de todos modos- como en la brusca ruina de tantas cosas en un momento)
OJALA MUCHOS DE NOSOTROS CATOLICOS TOMEMOS EN SERIO DE UNA VEZ POR TODAS ESTAS PALABRAS Y TOMEMOS LAS ARMAS DE LA ORACION, LA FE, LOS SACRAMENTOS Y ASI PODAMOS RENOVAR EL MUNDO HACIENDO PRESENTE EL REINADO DE CRISTO
VEN SEÑOR JESUS..!!
VIVA CRISTO REY...!!!
Con la reflexión de Christian, algo queda claro, si somos cristianos, tenemos -urgentemente- que familiarizarnos con todo lo que a los medios, entes financieros, gobiernos, etc. no les interesa... porque todo ellos constituye lo en realidad es nuestro ámbito de acción: lo invisible a los ojos.
Y aun cuando se amontonan todas esas historias juntas, en pequeño a nuestro alrededor pasan cosas similares que no vemos, da lo mismo que sea en un terremoto junto con otros 99,999 que muera tu padre a que muera atropellado por un auto o producto de una enfermedad, ¿como explicarselo a un niño? exactamente eso, que como cristianos estamos llamados a ver lo que no se puede cuantificar, a ayudarle al necesitado aunque sea solo uno.
Obviamente 100,000 historias de ese tipo juntas te impresiona pero estamos llamados a saltarnos esa cerca psicologica e ir dos pasos mas alla. En mi pais hubo dos terremotos juntos de igual magnitud al de haiti con solo un mes de diferencia, en enero del 2001 uno y en febrero del mismo año el otro. No habian ni recogido los escombros de uno cuando cayo el otro (con sus respectivas replicas de cada uno).
Pues bien aparte de los bienes, la ayuda a remover escombros, etc. que juntos como iglesia hicimos, fuimos enviados a evangelizar a los campos de refugiados, a mi parroquia le toco el lugar donde estaba la gente del lugar mas afectado, busca "las colinas" en internet y veras que un cerro se lavo sobre una colonia entera y la barrio. En medio de la gente, estaba un hombre con la mirada perdida y hay me tienes hablando y el tipo no decía nada, de pronto solo soltó un "¿porque?" y me dejo mudo, solo me agache y lo abrace y el tipo empezó a llorar como un niño, me dejo empapada la camisa, después de llorar solo se metió a la tienda de campaña y se durmió.
Hace como 3 meses me llamaron a las dos de la mañana para que fuera a ver un pariente que se había peleado con su mujer, el matrimonio se les caía a pedazos, no llegaron a las manos pero el había caído en una espiral de ira, depresión y creo que drogadicción, pues nada, llegue y la esposa se había ido con su hija a donde su mama después de la gran gritada y el estaba solo en su casa, lo calme y hablamos y de pronto se puso a llorar, le abrace y lloro igual que el otro y soltó un "¿porque?", hasta que me dijo tengo que dormir, se quedo dormido y me fui.
Las desgracias humanas son de una sola persona, que en una catástrofe natural se juntan muchas es otra cosa, pero al final cada una tiene un nombre, una historia y cada uno es un ser humano, hijo de Dios, que necesita que alguien le recuerde que es amado.
Hace tiempo, leí en un cementerio una placa que me gustó mucho. Decía:
“Dichosos los que oran por los difuntos, tienen el oficio de los ángeles del cielo”
Lo conté en este artículo.
Saludos.
Las catástrofes, son , en efecto de una sola persona. Y simultáneamente se están dando en el mundo, no 100.000, sino varios milones de ellas. En Haití se han concentrado en un instante y en un espacio geográfico mínimo 100.000.
Sin embargo, a diario hay que bregar, por ejemplo, con explicarle a un chico que la muerte de su padre no constituye en absoluto una objeción contra Dios. Que "el problema del mal", o "el silencio de Dios" no constituyen objeciones. Y hay cientos de miles de niños a los que explicarles cosas semejantes (aburridos deberíamos mostrarnos del dichosito terremoto de Lisboa y Voltaire, y de los miles de artículos y libros que se habrán escrito preguntándose dónde estaba Dios en Auswitzch, etc).
Vengo de comentar algo así en el blog de don Guillermo (donde te cito, Cristhian, por cierto, a propósito del tema de las 99 ovejas, que me ha venido muy bien que recordaras).
He leído el artículo de Motu. Me ha encantado (aunque cualquiera se atreve a dejar allí un coementario)y me ha sorprendido en ese blog.
(Me ha gustado -y me ha hecho gracia- la mención de la "homonoia"; era la palabra que usábamos nosotros para referirnos a nosotros mismos. Creo que de otro modo sigue operando. Y, sí, funciona con más personas cuando hay amistad de la buena)
Creo que todos estamos de acuerdo en volcarse siempre en ayudar a los más necesitados. Pero para eso como dice Munilla hay que vivir mucho más austeramente.
Yolanda:
He leído el artículo de Motu. Me ha encantado (aunque cualquiera se atreve a dejar allí un coementario)y me ha sorprendido en ese blog
___________________
¡Muy bueno Yolanda! Insiste, insiste que el mundo es de los que perseveran.
Claro que aquí yo no comento para que otros me lean. Con que me lea "el Motu" me basta. Y a la papelera; cuando no me pone "verde, amarillo".
Aunque esta vez me ha tolerado.
Rezar puede tener sus ventajas, sobre todo después de una desgracia. Los negros del delta del Misisipi, tan miserables como sus primos africanos a pesar de vivir en el país más rico del mundo, dicen que le rezan tanto a Dios porque no tienen a nadie más. Pero desde luego a la hora de prevenir desastres no está mal un poco de tecnología y desarrollo además de la oración.
Sobre todo teniendo en cuenta que las naciones más pobres y las que más sufren las desgracias suelen ser las más religiosas. Porque mira que a pesar de las apocalípticas predicciones de algún blogger, los tsunamis y terremotos no pasan por nuestro país del aborto, divorcio express, EpC...
PD: Cuando se abortó el nombramiento de cierto párroco austríaco obispable, se sacaron a la luz sus declaraciones sobre la autoría divina del huracán Katrina para castigar a la pecadora Nueva Orleans y esos mismos bloggers defendieron sus palabras. ¿Será demasiada reciente y terrible la tragedia de Haití para que se atrevan a hacer la misma lectura, o es que Dios les ha revelado personalmente que ahora Él no ha tenido nada que ver?
Dejar un comentario