Círculos y esferas: las otras religiones y el cristianismo
Durante los últimos días se ha estado hablando, en el blog La Puerta de Damasco, de D. Guillermo Morado, sobre la relación y comparación entre el cristianismo y otras religiones. Es un tema complejo y relevante, especialmente en una época como la nuestra, en la que las otras religiones no corresponden a tierras lejanas, sino que están presentes en la misma Europa a través de la inmigración e incluso en nuestras casas, gracias a la televisión.
He leído hace poco un texto de Ronald Knox sobre este tema y creo que aporta una intuición interesante a la discusión. Sólo son unos pocos párrafos sacados de “El torrente oculto”, pero Knox tiene, a menudo, la habilidad de encarar los temas de una forma propia, que arroja una nueva luz sobre ellos. Además, su buen humor y su fina ironía inglesa hacen que sus aportaciones sean siempre refrescantes, además de interesantes.
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Veamos si no encierra esta idea de que se pueda comparar el cristianismo con otras religiones, como si estuvieran al mismo nivel, un sofisma oculto. Como si la religión significase ser confucionista, mahometano, budista, cristiano o algo por el estilo. Yo opino que es un sofisma y éste es en realidad el sofisma de muchos asuntos.
Cuando comparáis al cristianismo con el confucionismo estáis comparando dos sistemas de moralidad personal. Cuando comparáis al cristianismo con el mahometismo estáis comparando dos formas de lucha entusiasta. Cuando comparáis al cristianismo con el budismo comparáis dos corrientes de tendencia mística. E inconscientemente habéis reconocido que el cristianismo es algo más grande que los otros tres; porque cada uno de esos otros corresponde a una particular necesidad, a una particular disposición de ánimo del hombre, mientras que el cristianismo corresponde a las tres.
[…]
Podéis comparar al cristianismo con el espiritismo como una filosofía de vida y muerte; podéis compararlo con la Ciencia Cristiana como actitudes frente a la salud y la enfermedad; podéis comparar al cristianismo con el comunismo como fórmulas para atacar los problemas económicos. Pero siempre, al hacer eso, estáis mirando al cristianismo bajo un solo aspecto. Sois como un matemático que contraste seriamente el tamaño de una esfera con el de una serie de círculos.
[…]
Sería muy fácil perder nuestro tiempo en comparar el cristianismo con el confucionismo como sistema moral. A mi modo de ver, el confucionismo consiste principalmente en adorar a los antepasados; una doctrina difícilmente satisfactoria para nuestro moderno mundo occidental, en el que consumimos tanto tiempo poniendo de relieve que nuestros antepasados eran bárbaros y, además, tontos.
Pero lo importante es que el cristianismo no es sencillamente un sistema moral, esto no es más que una de sus caras. Nuestro Señor no vino a darnos un conjunto de citas provechosas para que las pusiéramos en los calendarios, sino a hablarnos de Sí mismo. ¿Dijo Confucio alguna vez: “Se me ha dado todo el poder en el cielo y en la tierra"? ¿Dijo alguna vez Mahoma: “Nadie llegará al Padre sino a través de mí”? ¿Dijo alguna vez Buda: “A quien me confiese ante los hombres le confesaré yo ante mi Padre que está en los cielos”? Y ésta fue la enseñanza de Cristo.
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100 comentarios
Poco importa que digamos que creemos en la única religión verdadera, si nuestros hechos lo desmienten.
Quizás otros no crean por el escándalo de nuestro antitestimonio.
LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES
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Interesante punto de partida... para gallizo, quizá y algún que otro simpático ateo de los que visitan este portal con insistencia. Espero que ellos tengan algo que debatir, ya que nadie más en este portal "compara el cristianismo con otras religiones, como si estuvieran al mismo nivel". A menos que partir de ese supuesto encierre algún sofisma oculto.
Cristo no vino (principalmente) a enseñar moral, ni a dictar preceptos, ni siquiera a perdonar los pecados: vino a que los muertos tengan vida, y vida Trinitaria.
Después, sistema de creencias, moral, preceptos, religión, todo lo que quieran. Pero el cristianismo es el Acontecimiento de la Persona de Cristo, muerto y resucitado.
El cristianismo es, propiamente, el Verbo proferido por el Padre a la humanidad. Ese Verbo es el que salva, ni la ley ni los preceptos ni la "religión".
Por eso, no se pueden parangonar los modestos esfuerzos humanos, a menudo llenos de errores o de influencias diabólicas, con el cristianismo. Es otra cosa.
Las religiones, en tanto religiones, es decir sistemas de creencias con pretensiones salvíficas, son entes muertos y mortíferos, como dice Santo Tomás de los ritos judaicos luego de la venida de Cristo.
Pueden tener elementos buenos, tradiciones correctas, semillas de verdad (aunque la interpretación postconciliar sobre esta expresión de de San Justino es erronea, como señaló agudamente Benedicto XVI en un discurso de 2007: San Justino veía instrumentos diabólicos en las religiones, y las semillas de verdad las encontraba en la filosofía). Pero lo que especifica a una religión es la pretensión de revelar algo al hombre y de salvar. En eso, toda religión que no sea la cristiana está RADICALMENTE desviada.
Dios salva en las religiones a las personas, pero no por medio, por intermedio de las religiones. En realidad, salva a pesar de las religiones. Este es el error medular del postconcilio y la ruptura con toda la Tradición de la Iglesia.
Todos los dioses de los paganos son demonios, dice el Señor. ¿Por qué? Porque la pretensión salvífica, fuera de Cristo, es idolátrica y satánica.
Con independencia de las diferencias, más o menos importantes, que pueda haber entre distintas religiones, hay dos aspectos en la que están todas de acuerdo ( me refiero a las tres abrahámicas y alguna otra como el hinduismo, pero excluyo de la lista al budismo que considero más una filosofía de vida que una religión ):
1. Todas creen en un ser supremo creador de todo que dicta su voluntad a alguien a quien encomienda la tarea de difundir "el mensaje".
2. Todas sienten un especial desprecio por los ateos ( cosa que tiene su lógica, es como en el futbol, quien es del Madrid "no puede ver" al que es del Barcelona y viceversa, pero siempre puede ocurrir que uno cambie de simpatias y de equipo, ahí queda un resquicio para la esperanza, pero ambos tienen inquina a los que no les gusta el balonpie, esos, no tienen remedio, son diferentes ).
¿Dijo Confucio alguna vez: “Se me ha dado todo el poder en el cielo y en la tierra"?
¿Dijo alguna vez Buda: “A quien me confiese ante los hombres le confesaré yo ante mi Padre que está en los cielos”?
Las dos preguntas carecen de sentido. Porqué deberían de haber dicho algo que no forma parte de su pensamiento, ni de su doctrina.
Es tan absurdo como preguntar si Jesús dijo alguna vez que " todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado ".
Un saludo.
“De hecho, los primeros cristianos no quisieron aceptar nada de la religión pagana. La consideraban idolatría, hasta el punto de que por eso fueron acusados de "impiedad" y de "ateísmo". En particular, san Justino, especialmente en su primera Apología, hizo una crítica implacable de la religión pagana y de sus mitos, que consideraba como "desviaciones" diabólicas en el camino de la verdad.
“Justino, y con él otros apologistas, firmaron la toma de posición clara de la fe cristiana por el Dios de los filósofos contra los falsos dioses de la religión pagana. Era la opción por la verdad del ser contra el mito de la costumbre. Algunas décadas después de san Justino, Tertuliano definió esa misma opción de los cristianos con una sentencia lapidaria que sigue siendo siempre válida: "Dominus noster Christus veritatem se, non consuetudinem, cognominavit", "Cristo afirmó que era la verdad, no la costumbre" (De virgin. vel., I, 1)””.
“En una época como la nuestra, caracterizada por el relativismo en el debate sobre los valores y sobre la religión —así como en el diálogo interreligioso—, esta es una lección que no hay que olvidar”.
(Benedicto XVI, Discurso sobre San Justino, en la Audiencia General, Roma, miércoles 21 de marzo de 2007, destacados nuestros).
Bruno, como tantos otros, cuando fuera de los misterios de sus revelaciones teológicas aprendidas se mete a hurgar en las tribulacuiones del mundo que le rodea: Entra en confusión de la creencia religiosa.
Y dice de lo que dijo o dejó de decir Confucio o Cristo.
Y yo digo: ¿Que hay; cómo se conjuga: eso del Karma Hindú o del budismo, y aquí el volver a nacer y regenarse del pasado terrenal en nueva y más feliz reencarnación terrenal.
Y lo que dice el cristianismo respecto a la resurrección de los muertos y la vida de un feliz mundo futuro. Donde los bienaventurados hijos de Dios poeerán la Tierra?
Círculos y esferas -dice Bruno-. Se ha olvidado de concretar la dimensión ideal mencionando : Y medidas de espaciales bases cuadrangulares cúbicas que son las de la Ciudad Nueva Jerualén. (Ap.21,15-17)
Donde aparece la verdadera dimensión cúbico esferoidal de Luz y de Vida.
Gallizo,
Respecto a lo que dices en tu comentario: “2. Todas sienten un especial desprecio por los ateos”
Creo que eso no es verdad respecto al cristianismo. Mt 25,31.
Importa lo que crees en tanto en cuanto transforma tu vida, pero los que dicen una cosa y hacen otra están mucho más lejos de Dios que los que sin creer en él son personas honestas.
El escándalo de los fariseos es la mayor causa de que otros no crean.
Jesucristo deja clarísimo que les va a decir que no los conoce, por mucho que aseguren que ellos profesaban la religión verdadera, si no amaban al prójimo que es la prueba del amor a Dios.
El cristianismo verdadero, el que sigue los pasos de Jesús tiene muy claro que nos examinarán de amor. Amor al prójimo, amor a la verdad, amor a la vida, amor a Dios, que es todas esas cosas.
Muchos "creyentes" no se creen nada de lo que dicen. Están tan contentos de ser ortodoxos que después van por la vida pisoteando a la gente sin la menor preocupación. Es más la pisotean desde la certeza de su supuesta superioridad moral. Pero eso no es el cristianismo, ni por tanto catolicismo, eso sólo es fariseismo puro y duro.
Sin embargo una persona honesta que busca la Verdad, tarde o temprano se encontrará con Dios -si los que afirman poseer la verdad no son un obstáculo invencible.
Por lo menos, no advierto tal desprecio en mi caso particular. Si tengo que ser sincero y relatar mi experiencia, yo tengo un pequeña ateo, maniatado, en el fondo de mi conciencia. Me sirve para desconfiar de la falsa religión, de la superchería, de todo lo sectario e idolátrico, de todo lo que no tiene el sello de la religión pura e inviolada.
No crea además que ser creyente suprime la duda -al menos involuntaria-, el riesgo que se experimenta al creer, el salto enorme en que consiste confiar sin ver, la apuesta de Pascal siempre pendiente y con el sabot arriba de la mesa de juego.
En el comienzo de su Introducción al Cristianismo, Joseph Ratzinger dice que hay una frontera común entre creyentes y ateos: ambos son incapaces de suprimir el margen de improbabilidad de sus posiciones respectivas. Unos, porque creen y no ven, otros porque no creen pero no pueden asegurar que no vean nada.
Un creyente, estimado Gallizo, es un ateo que ha llevado a tal punto su crítica que no cree ni en el ateísmo, y que ha encontrado una explicación total a su duda que lo satisface con mucha mayor amplitud que el ateìsmo. Esa explicación, que no cubre la mera razón sino también abarca su inteligencia completa, su voluntad y su afectividad, se llama Cristo.
Como ves en sitios como este blog, al menos aparentemente, lejos de despreciar a los ateos se les aprecia por su utilidad para el despliegue de la apologética.
En realidad el desprecio se prodiga hacia los que se toman en serio lo que dice Jesucristo y se atreven a contradecir a los escribas y fariseos.
Curioso mundo.
Un saludo cordial
Asun, Luis, no niego que lo que ustedes dicen sea cierto ( en su caso estoy convencido de ello ) y sé que con mi comentario debo asumir el riesgo inherente a toda generalización, pero es que si tengo que matizar cada expresión,
no acabaría nunca.
En cualquier caso, no hay más que echar un vistazo a los titulares de muchos de los artículos de esta misma web o de otras de contenido similar, y se puede observar un buen número de referencias al ateísmo como causa primera de todos los males de la sociedad actual ( y se trata de opiniones vertidas por autoridades eclesiásticas, desde obispos hasta el Papa ).
Un saludo.
gallizo, confío en que usted rece también, si no no le dedico más versos. ;)
Mira que he intentado que luis discuta con usted, gallizo,, pero no hay forma. Todo el mundo guarda los buenos modales para hablar con luis o con gallizo, con cada uno por diferentes motivos, pero es así.
Gallizo, espero que me perdone la comparación que no se refiere al animalito sino al símil, es como la rata que tenía aquel Rey del planeta del Principito. Cada tanto la condenaba a muerte, pero era su único súbdito, y entonces la indultaba. Tenía que cuidarla.
No había visto tu comentario. Por supuesto tendremos en cuenta a tu padre. Claro que rezaré por él.
Un abrazo.
-No puedo por menos de decir que Dios no pudo crear este Mundo Universo y población de "la nada".
Y se sigue diciendo:-"¡Dios creó al mundo de la nada!".
- Y yo digo: "De la nada": nada se saca.
La razón es muy simple: "La nada" es un denominador común absoluto del no ser ni existir.
Dicho sea: No es que "la nada" no exista; Sino que no puede existir. Porque ésta, "la nada", en su propia denominación se autodetruye a sí mismo.
Entonces: ¿De dónde y cómo creó Dios este mundo? Porque es un hecho que este Mundo tuvo su principio. Como así tiene su fin.
Yo digo que la Luz y la Vida del infinito Espacio que es Dios. Partida por dos es igual a la oscuridad y muerte y luz y vida que es la universal consubstancia del ser y no ser de este Universo.
Así que nada, que el que nada no se ahoga.
Yo guardo los modales contigo :)
Es lo único que puedo hacer, pero creame que lo hago de corazón.
Un saludo.
"[...]pero sí que le deseo que..."
No seguimos a Jesucristo "en cuanto Dios sino en cuanto hombre", como usted dice, porque para eso es el más perfecto hombre, nuestro modelo. Pero le seguimos "en cuanto hombre" porque es Dios, el Hijo de Dios, la Revelación de Dios, el rostro humano de Dios, la forma divina de ser humano y la forma humana de ser divino.
Y si usted anda subdesarrollado en valores, porque, según dice, ha sido adiestrado desde la infancia en una religión chatarra a la que llama judeocristianismo, hable por usted.
El cristianismo, el seguimiento de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, no es chatarra religiosa sino unión mística con Dios, que nos hace hijos en el Hijo.
Un saludo a todos y que descansen.
En realidad la idea que tienes del cristianismo como religión te la has formado a partir de quienes se dicen cristianos, pero la verdad es que básicamente consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
La cuestión es que Dios es Amor, según la religión cristiana, de modo que el dios en el que no crees no es Dios. Sin embargo si de verdad crees en el Amor, en la Verdad, en la Vida, en el fondo crees en Dios, aunque no le llames así. Y por los frutos se conoce quien realmente cree en Dios o no. Esto lo dice Jesús en su Evangelio.
Si tú tienes la honestidad de no hacer a los demás lo que no te gusta que te hagan, si tratas a los demás como personas con dignidad, si deseas que realmente el fundamento de la vida sea el Amor, entonces aunque no seas capaz de creerlo, pienso que tienes lo que se llama bautismo de deseo, porque el dios en el que no crees no existe, y el Dios que te gustaría que existiera, y según el cual vives, está en el fondo de tu corazón.
Lo que crees en el fondo de tu corazón, es importante porque es lo que determina tu conducta, pero quien dice que ama a Dios y no ama al prójimo miente, por mucho que crea tener el "pensamiento correcto" y maltrate a los demás en nombre de la "ortodoxia", llegando incluso a quemarlos por herejes. Jesús advierte contra eso. Él mismo fue acusado de blasfemo por los que se consideraban hombres de Dios, interpretadores de la ley, únicos dueños de la verdad.
También fue condenado por el relativista Pilato con su "¿qué es la verdad?". La verdad hay que buscarla. Pero no se debe desconfiar de la bondad de la vida: la verdad es la esperanza. Y a medida que se avanza por ese camino, se comprueba como es verdadero.
Perdona el rollo, pero me siento en la obligación de soltarlo porque se toma mucho el nombre de Dios en vano, y se da mucho gato por liebre.
Un saludo cordial
Gallizo: veo que no me ha hecho usted la pequeña tarea que le puse hace algunos meses. Rece usted, hombre. Inténtelo unos cuantos días. Grítele a Dios todas sus dudas (o sus certezas). Pídale que le dé una prueba de que existe. Usted también es hijo de Dios y tiene el mismo derecho que cualquier persona a que su Padre lo escuche.
Yolanda, cuenta con mis oraciones, especialmente ahora para tu padre.
Un saludo muy cordial.
No merezco ese elogio, pero me alegra sentirme apreciada, o al menos reconocida como persona.Otros en cambio afirman que yo no soy una persona y que a un nick no hay por qué restituirle la fama, porque no la tiene.
Todos pasamos por etapas en nuestra vida hasta que, algunos, encuentran o creen haber encontrado, lo que les aporta más seguridad, bienestar, etc... ( cada uno le pondrá lo que mejor se adapte a su caso ), sea intelectualmente, espiritualmente o ambas.
Agradezco su consejo, pero no se puede aplicar si no se siente, sería como si yo le digo a usted que pruebe a dejar de creer en Dios, durante una hora al día , p.e., no podría.
Un saludo.
Un saludo.
En realidad, la oración es varias cosas.
- Un acostumbrarse recíproco de Dios con el hombre: las relaciones entre personas requieren una cierta adecuación de ambos. El hombre tiene que "acostumbrarse" a Dios y Dios tiene que habituarse al hombre.
- Un abrirse de las personas: no se puede recibir el don del otro sin una apertura atencional, sin reconocer al otro, sin afimar existencialmente la bondad del otro. La oración es esa apertura a la donación, y un exclamar y realizar (en sentido inglés): ¡Qué bueno que existas!
En cierto sentido, Dios no puede donarse al hombre si no hay ese reconocimiento y esa confianza, del mismo modo que mi hijo no puede recibir un regalo si no extiende las manos y confía en mí.
¿Conoce la anécdota del tío de Sommerset Maugham, al que un día el escritor le pidió ver su Prayer Book? Le preguntó por qué había tachado tantas palabras en el libro, mayormente las laudativas a Dios. Le contestó: "Bueno, considero que Dios es un gentleman, y no le gustará que sus criaturas lo estén elogiando todo el tiempo".
Dios, un gran caballero discreto. Jaja, qué inglés.
Tu frase de "Todos los dioses de los paganos son demonios" es una mala traducción al griego y otra peor al latín. El Salmo hebreo dice: Todos los dioses de los gentiles son ídolos. El griego traduce por daimona, es decir, algo así como meros espíritus, en el sentido de no dioses. Y el latín lo traduce por demonios. No vale como prueba de nada.
La frase a la que puedes aludir, más bien, es la de Corintios: "Pero si lo que inmolan los gentiles, ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y yo no quiero que entréis en comunión con los demonios." Ésta está más en tu línea. Sin embargo, es matizada por el mismo San Pablo en el versículo anterior: "Qué digo, pues? ¿Que lo inmolado a los ídolos es algo? O ¿que los ídolos son algo?" y mucho más aún en el episodio del Areópago de Atenas.
Dice Santiago que él por sus obras puede mostrar su fe, mientras que la fe sin obras es fe muerta.
Si actúas conforme a una sana conciencia, se demuestra que Dios está en ti.
Hay quien dice que un ateo no puede tener una moral con fundamento. ¿En qué te basarías para hacer un juicio moral concreto, como por ejemplo no mentir, no difamar al prójimo, a pesar de no creer que Dios nos haya dado ese mandamiento? ¿O tú no podrías justificarlo en realidad?
Porque en realidad al final nos van a examinar de amor, que se muestra en nuestras obras, porque dice Juan que no puede amar a Dios a quien no ve, quien no ama a su prójimo a quien ve.
Hay muchos otros textos, por cierto.
Y ni hablar en los Padres, empezando por san Justino, Benedicto hace poco ha demostrado que el famoso mito de que las religiones tendrían "semillas de verdad" para san Justino es eso: un mito. Muy por el contrario, Justino y los Padres consideraban las religiones consuetudinarias paganas habitáculo de demonios. Las semillas del Verbo las encontraban en la filosofía.
La intervención de San Pablo en el Aerópago es una "captatio benevolentiae", un truco dialéctico y además una forma de evitar el sincretismo, porque decir que el Dios que se adora es el dios desconocido vale lo mismo que decir que es Nada o Nadie, como en las expresiones apofáticas.
Nadie dice que seas protestante. Sin embargo, estás basando tu afirmación en un versículo con un error de traducción evidente. La Vulgata no bajó del cielo, ni tampoco una interpretación de San Agustín basada en ese error de traducción (y, si no, que se lo digan al limbo que, encima, para él era parte del infierno).
Esa interpretación tuya de la captatio benevolentiae sirve para eliminar cualquier cosa que no te sirva de la Escritura. No convence nada.
Y si hay una doctrina bíblica clara sobre las otras religiones es que no existen otros dioses. Los dioses paganos no existen, aunque pueda haber algo de demoniaco en algunas de sus prácticas.
Yo no digo que la oración sea "informar", tengo claro que se trata de algo muy íntimo y personal. Un abrirse con sinceridad ( en los casos de verdadera oración ), pero que sólo tiene utilidad para el hombre y con un efecto puramente psicológico ( que el destinatario sea Dios o uno mismo, no cambia nada objetivamente hablando ), lo que no significa que sea nimio.
No tiene níngún sentido que Dios deba habituarse al hombre ( eso implicaría un proceso progresivo y vinculado al tiempo que entra en contradicción con los atributos que le suponen a Dios ).
Un saludo.
Eso es lo que dice en realidad el cristianismo.
Claro que la Vulgata no bajó del Cielo, su venerabilidad depende del contexto en que fue elaborada, recogiendo las interpretaciones de los Padres y la "lectura" de la tradicion.
Si fuera por la accuracy de la traducción hace rato que la hubiéramos sustituido por las tuyas. Pero creo que tú no conociste a San Dámaso, ni a San Agustín, ni viviste en el siglo V. ;)
Jaja Gallizo, siempre dando en la diana. De eso se trata, de un Dios que se hace hombre, un proceso vinculado al tiempo. Dios se "acostumbra"al hombre, eso es el cristianismo, sin perder sus atributos. Hay que explicarlo.
Y Jesús hace lo mismo, recogiendo la tradición bíblica, habla de los ídolos como demonios.
Me resulta curioso, "-No puedo por menos de decir que Dios no pudo crear este Mundo Universo y población de "la nada".
Y sin embargo estamos dispuestos a aceptar la teoría del Big Bang. Que no explica como se originó la materia o energía que dió lugar a esa supuesta explosión.
Decía Chesterton que a los humanos nos cuesta trabajo aceptar como intervención divina, lo que estamos dispuestos a aceptar a traves de cualquier teoría que lleve el nombre de científica, aunque sea imposible su demostración.
Luis, pues por mi no se prive y explíquelo que soy todo ojos.
Un saludo.
“De hecho, los primeros cristianos no quisieron aceptar nada de la religión pagana. La consideraban idolatría, hasta el punto de que por eso fueron acusados de "impiedad" y de "ateísmo". En particular, san Justino, especialmente en su primera Apología, hizo una crítica implacable de la religión pagana y de sus mitos, que consideraba como "desviaciones" diabólicas en el camino de la verdad.
“Justino, y con él otros apologistas, firmaron la toma de posición clara de la fe cristiana por el Dios de los filósofos contra los falsos dioses de la religión pagana. Era la opción por la verdad del ser contra el mito de la costumbre. Algunas décadas después de san Justino, Tertuliano definió esa misma opción de los cristianos con una sentencia lapidaria que sigue siendo siempre válida: "Dominus noster Christus veritatem se, non consuetudinem, cognominavit", "Cristo afirmó que era la verdad, no la costumbre" (De virgin. vel., I, 1)””.
“En una época como la nuestra, caracterizada por el relativismo en el debate sobre los valores y sobre la religión —así como en el diálogo interreligioso—, esta es una lección que no hay que olvidar”.
(Benedicto XVI, Discurso sobre San Justino, en la Audiencia General, Roma, miércoles 21 de marzo de 2007, destacados nuestros).
la existencia de pasajes que afirman la inexistencia de los otros dioses y la materialidad de los ídolos, pero junto a ellos hay pasajes que hablan de ellos como demonios.
A primera vista parece una contradicción, lo que no existe no puede ser un demonio (salvo el demonio no exista o sea, digamos, una "metáfora ad hoc").
Un saludo
PD: Yolanda, mucha suerte, ojalá todo salga bien y se pueda recuperar sin más complicaciones.
"No creo que sea un error de traducción" ¿Y en qué te basas para decirlo?
Yo aprecio mucho la Vulgata, pero el hecho de que sea venerable no implica que no se puedan corregir cosas de ella. Es una traducción y no el original. Por cierto, hay varias versiones de la Vulgata y ¿adivinas cómo traduce una de ellas el versículo? "omnes enim dii populorum sculptilia Dominus autem caelos fecit. Es decir, "ídolos", "esculturas".
En hebreo está clarísimo: dice אֱלִילִים, eliyilim, que significa vanidad, sin sustancia y, por extensión, ídolo (todo ello en plural, claro).
Y el caso del limbo muestra que apelar a San Agustión no garantiza no meter la pata (no creo que exista nadie hoy que defienda el limbo tal como lo defendía San Agustín. Hay algunos que defienden el limbo tal como lo entendían los jesuitas contra los jansenistas, pero el de San Agustín, como parte del infierno...).
Lo peor del error de traducción de la frase es el "todos" aplicado a esta materia. Como si no hubiera nada bueno en las otras religiones. Eso no es cierto. Porque la religión es una virtud. Incluso cuando su objeto material es erróneo, formal o subjetivamente no deja de ser una virtud y eso, de algún modo, tiene que apuntar a Dios.
Saludos.
Por eso Jesús habla del Baal de iniquidad, del Príncipe de este Mundo.
Espero encontrarte en algún otro blog donde se pueda dialogar de buena fe.
Nos vemos.
no es San Agustín, son todos los Padres. Y los mártires.
Y el "todos" está perfecto. Muestra, contra el buenismo racionalista ecuménico postconciliar, con notable agudeza, que siempre que se pervierte la inclinación religiosa, volcándose la potencialidad humana "capax dei", a un ídolo, a un "dios", aparece con toda su energéia negativa lo preternatural. Por eso Santo Tomás compara la idolatría con la sodomía, es una actividad contraria a la inclinación más raigal del hombre, en cuanto pervierte una fuerza poderosísima, como es la virtud de religión, en una negatividad extrema.
En ese sentido hablan todos los Padres y los mártires, en ese sentido habla san Justino, en ese sentido lo testimonia unánimemente la tradición: todo ídolo, en tanto ídolo, usurpador del nombre que está sobre todo Nombre, se llame Baal, Alá, Krisna, o Stalin, es un demonio.
;)
Tiene usted una idea muy equivocada de mí. Yo sólo soy un pobre pecador lleno de dudas a quien el Señor ha querido iluminar un poco su existencia. Mi poca fe no tiene ningún mérito, es un regalo, gratis total. Por eso me permito recomendarle a todo el mundo que pruebe a rezar, porque mi experiencia es que la oración es un arma extraordinaria y porque si a mí el Señor me ha escuchado, puede escuchar a cualquiera.
Un saludo muy cordial.
Por lo demás, en el blog del Padre Guillermo he hecho innumerables distinciones entre el discernimiento de elementos positivos en las religiones y la pretensión salvífica que la herejía postconciliar pretende atribuirles.
No, el hecho de que algo sea erróneo no implica, ni mucho menos, que sea demoniaco. Eso es una conclusión falsa, que te limitas a afirmar sin probar.
Yo creo que la doctrina bíblica sobre este tema muestra que las religiones humanas son falsas en el sentido más evidente del término. Sus dioses no existen. Además, puedaen estar mezcladas con realidades demoniacas (creo que el Vudú, por ejemplo, es una clara muestra de ello). Sin embargo, incluyen cosas positivas en el sentido de que, cuando un griego veneraba la majestad de Zeus, de algún modo estaba vislumbrando, de forma natural, la majestad de Dios. Y eso es lo que dijo San Pablo, veneraban sin conocer a quien querían venerar realmente.
La religión es una virtud natural. Si no existiera esa virtud, no podríamos responder siquiera a la Revelación divina, porque la gracia supone la naturaleza. Y, del mismo modo que se puede practicar otra virtud subjetivamente, incluso aunque errores de hecho hagan que el acto en sí no sea objetivamente bueno, también hay mucho de la virtud de la religión en las otras religiones, incluso aunque estas religiones estén objetivamente equivocadas.
Saludos.
¿Te refieres a que los ídolos físicos (por ejemplo, el becerro de oro) están habitados por demonios?
Un saludo
Las limitaciones del medio que usamos para dialogar, no favorecen, en ocasiones, la interpretación correcta de lo que se quiere decir.
Un saludo.
¿Entonces?
Creo que hay que hacer varias distinciones: efectivamente la religio y la pietas son virtudes naturales, proceden de la tercera inclinación básica de la ley natural que señala Santo Tomás inscripta en la naturaleza humana.
El hombre descubre su contingencia y carácter creatural, de donde surge el sentido de lo sacro, el asombro y la adoracion (interesante, obiter dicta, que esta inclinación santo Tomás la vincula con la inclinación a vivir en sociedad: lo Absoluto aparece como el Otro, lo Relacional; pero esa es otra historia).
Esta manifestación de lo sacro, de lo numinoso en las cosas -como dice Otto-, sin identificarse con las creaturas, adorado rectamente, constituye la religión natural. Muy bien.
El problema es existencial. No existe esa religión natural. Existen los hombres y las religiones, es decir los intentos por construir la religión natural sin Revelación.
Y por causa del pecado original, esa afirmación cúltica se desvía, es la triste experiencia de la humanidad antes de Cristo, a las criaturas. Los dioses se hacen ídolos y los ídolos se hacen demonios, y los demonios quieren sangre. Es lo que señalan los Padres, la dinámica de la Humanidad sin Cristo.
Una religión es un sistema de creencias acompañado de una praxis moral y un culto, que pretende salvar de un modo u otro al hombre, con la pretensión de cierta revelación.
Cuando ese sistema de creencias cristaliza con determinaciones culturales, sobre todo a partir de una "revelación falsa", fatalmente erige un ídolo en lugar del Absoluto. Es el dramático proceso de todas las religiones no reveladas, las actitudes conforme la ley natural que pueden surgir en hombres individuales, son ahogadas en la tendencia idolátrica de la religión. La religión termina perdida en vanas observancias, en errores morales manifiestos, en cultos pervertidos. Para peor con la dinámica poderosísima de una inclinación raigal de la naturaleza humana. En ese caso, la religión es un veneno, el mayor mal del hombre, y la causa de abominaciones que el hombre sin religion no causaría. En eso tienen razón los ateos.
Esta idolatría no es horra de presencias preternaturales, de manifestaciones de fuerzas espirituales negativas.
No obstante lo cual, Dios puede suscitar auténticas manifestaciones religiosas en hombres extraviados en estas falsas religiones, salvándolos como explico en mis posts anteriores sobre el bautismo de deseo.
Pero será a pesar de estas religiones, no por ellas ni usandolas como mediación el Espíritu Santo, como dice la herejía postconciliar. A lo sumo, algún elemento positivo superviviente podrá ayudar al hombre a encontrar su camino extraordinario hacia el Espiritu Santo. Pero en sí, la religión, en su objeto formal específico que es su "revelación" estarà falseada en su núcleo.
Es la experiencia de la Humanidad, no existe la religión de los utopianos que inventó Tomás Moro.
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Gallizo, pues ya es usted más cristiano que algunos que blasonan de ello. Los hay que ni se han enterado de que también tenemos un codigo ético. Los hay que lo cargan a las esapaldas de los demás como un pesado fardo que ellos son incapaces de llevar. Y los hay que ni se sonrojan de proclamarlo y actuar a renglón seguido con manifiesta contradicción del "código ético".
Acabará usted en los altares por sus virtudes heróicas.
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luis: ¿conglóbula? ¿sincretismo? ¿Gran Apostasía? ¿Anticristo?
Mt.25
Lo que salva o no salva, depende de la circunstancia y el momento ( me disculpará que hable sólo del mundo material que es el único que, al menos en parte, conozco, del otro, del celestial, ni sé nada, ni creo que exista ).
Un saludo.
Salva Dios, no la moral. Salva la gracia, no la voluntad. Nosotros lo aceptamos o no, y vivimos la moral conforme esa fe, pero el que salva es Dios, no la moral.
Es normal que no nos entendamos, usted habla del salvar el alma, entiendo. Como yo no identifico ni que es, ni donde está el alma, no creo que haya nada que salvar, una vez se acabe nuestra vida.
Un saludo.
Y no "cuando acabe nuestra vida", como Usted dice, sino ahora, en este mismo momento. De hecho, ya estamos salvados, se trata de aceptarlo y salvarse, hoy.
"no creo que haya nada que salvar, una vez se acabe nuestra vida".
Completamente de acuerdo.
Los muertos, dice el Señor, no alaban a Dios en el sheol.
"Este Rahneriano satanista ha citado además -raro que no me lo hayas echado en cara- la afirmación de Kierkegaard de que se puede adorar a Dios como un idolo y a un ídolo como si fuera Dios."
A ese respecto, no he leído nada mejor que el relato con el que Lewis confesaba que, al contrario que Naamán el Sirio, que tenía el propósito de adorar a Dios al postrarse en la casa de Rimón, él se había postrado en la casa de Dios cuando no pensaba que Dios fuera más real que Rimón.
Estoy fundamentalmente de acuerdo con el resto de tu largo comentario. Excepto la frase "Los dioses se hacen ídolos y los ídolos se hacen demonios, y los demonios quieren sangre", porque es demasiado general. Eso sucede a veces, pero no siempre. Es una distinción importante, porque, si te fijas, todo lo que dices de la virtud de la religio se puede decir de cualquier otra virtud.
La justicia natural, por ejemplo, si no ha sido redimida por la gracia, está manchada y dañada, no puede agradar a Dios y a menudo la utilizan los demonios como excusa para llevar al hombre a cometer barbaridades. Como dicen los positivistas, muchas de las mayores atrocidades de los hombres se han cometido en nombre de la justicia.
Sin embargo, tú no dirías que la justicia humana siempre es demoniaca, porque no es cierto. Lo mismo sucede con la religio y la pietas existentes en concreto en las religiones paganas. No tienen porqué ser demoniacas. Incluso aunque estén fundamentalmente equivocadas y no puedan salvar por sí mismas, son la base natural que permite al hombre darse cuenta, cuando encuentra a Jesucristo, que eso es lo que había buscado toda su vida.
Por otra parte, la mayoría de las religiones no creen en una Revelación en el sentido del cristianismo, sino más bien en una vía ascendente hacia Dios, en el hombre que busca a Dios y explica lo que encuentra como puede. Por eso, en general, las religiones son muy cambiantes y en realidad, no suelen tener dogmas al estilo de los cristianos.
Es infinita la distancia entre el cristianismo y las religiones, equivalente a la distancia entre el hombre que busca a Dios y Dios que se hace hombre. Sin embargo, eso no quita que en las religiones paganas, como en las filosofías paganas o en las virtudes paganas haya cosas buenas. Y esas cosas buenas nos pertenecen y señalan hacia la Iglesia y hacia Dios.
Saludos.
Pero no me parece feliz el paralelismo con la iustitia, fíjate que en cierto modo las diferencias resaltan el problema de las falsas religiones.
La iustitia es una virtud eminentemente cardinal, humana, que consiste en una regla de dar a cada uno lo suyo. Las posibilidades de perversión si bien existen, tienen cierto límite, dado que las relaciones entre los hombres sobre su derecho son limitadas, acotadas a ese derecho. Hay un lìmite, y aunque la Escritura dice "no quieras ser demasiado justo" y los romanos "summum ius, summa iniuria", lo cierto es que siempre se puede detener la inclinación a la justicia en un punto objetivo. Esto ha sido bellamente sintetizado en la conversión de las Furias en Euménides en la Orestíada, la justicia humana, hasta cierto punto, puede detener con dificultades y por cierto con gran imperfección los demonios de la venganza. No siempre, pero se puede.
No así la religio y la pietas, que tienen una orientación teótica por no decir teologal. De suyo, rigen una obligación infinita e ilimitada, porque nunca se puede devolver la deuda metafísica que la creatureidad genera. La regla es simple: cuanto más fuerte es una inclinación, cuanto más hondo arraiga en la naturaleza y más energeias despierta, mas peligrosa es.
La inclinación religiosa es la tendencia más peligrosa del ser humano.
Esto hace que las desviaciones de estas virtudes tengan una dinámica exponencialmente perversa y temible, como lo demuestra la deriva hacia las peores aberraciones de la naturaleza humana: la prostitución sagrada, el infanticidio, el canibalismo, oscuro barrunto de que a Dios se le debe todo.
Cristo ha venido a librarnos, sobre todo, de las religiones. En su misión específica, destruyò una corrupción particularmente peligrosa de la religión, llamada fariseísmo, responsable del mayor crimen de la Humanidad: el deicidio.
Por eso, el Catecismo señala como rasgo peculiar la frecuencia y sobre todo la profundidad abisal con que se producen estas desviaciones:
"844 Pero, en su comportamiento religioso, los hombres muestran también límites y errores que desfiguran en ellos la imagen de Dios.
Con demasiada frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se pusieron a razonar como personas vacías y cambiaron el Dios verdadero por un ídolo falso, sirviendo a las criaturas en vez de al Creador".
Me hace gracia lo de las peores aberraciones. En nombre de la justicia se ha matado, quemado, empalado, torturado, violado, etc.
La religio y la pietas son virtudes naturales y, aunque están orientadas a Dios, claramente no llegan a alcanzarlo ni tienen la pretensión de hacerlo, sino simplemente de llevar una vida religiosa. Lo mismo sucede con las virtudes cardinales: el hombre real y concreto es consciente de que es incapaz de vivir plenamente la justicia, la prudencia o la fortaleza hasta sus últimas consecuencias y sólo quiere llevar una vida razonablemente justa o prudente.
Cristo no ha venido a librarnos sobre todo de las religiones, sino del pecado. El fariseísmo es un pecado. Y los fariseos no fueron responsables del deicidio. Todo el pueblo gritó: caiga su sangre sobre nosotros. Y ahí estamos incluidos todos.
Es evidente que, en la raíz de toda desviación del ser humano, incluida la idolatría, está el pecado de Adán y, por lo tanto, el demonio. Eso no implica que luego el demonio sea la causa inmediata de cada idolatría humana.
El Catecismo. Número anterior:
843 La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda "todavía en sombras y bajo imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una preparación al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida" (LG 16; cf NA 2; EN 53).
Y, unos números después, la necesidad de completar y elevar lo bueno que hay en las religiones, que es lo que confunde al demonio:
856 La tarea misionera implica un diálogo respetuoso con los que todavía no aceptan el Evangelio (cf RM 55). Los creyentes pueden sacar provecho para sí mismos de este diálogo aprendiendo a conocer mejor "cuanto de verdad y de gracia se encontraba ya entre las naciones, como por una casi secreta presencia de Dios" (AG 9). Si ellos anuncian la Buena Nueva a los que la desconocen, es para consolidar, completar y elevar la verdad y el bien que Dios ha repartido entre los hombres y los pueblos, y para purificarlos del error y del mal "para gloria de Dios, confusión del diablo y felicidad del hombre" (AG 9).
Saludos.
Bueno, previsiblemente tengo que discrepar. No es así, de nigún modo.
Los grados de responsabilidad en el deicidio fueron diversos, y del mismo modo que no se puede homologar la culpa de los fariseos con la de Pilatos (lo dice claramente Jesús) tampoco se puede imputar el mismo grado de responsabilidad en el deicidio como pecado concreto a los que gritaron en el patio del Pretor con la responsabilidad de los restantes judíos, ni con la responsabilidad genérica que nuestros pecados nos hacen compartir en la Pasión.
Si bien analógicamente somos partícipes de cierta responsabilidad en la Pasión, esa responsabilidad no se nos imputa al modo de pecado, como a los agentes eficientes de la Pasión.
Santo Tomás lo distingue claramente, siguiendo a los Padres.
En el postconcilio, y de la mano de una hermenéutica de la ruptura, se ha intentado oscurecer todas estas distinciones.
Contrariamente a la leyenda urbana, Nostra Aetate también permite la distinción de niveles de responsabilidad en el deicidio, interpretada en una hermenéutica de la continuidad. Y salva claramente la responsabilidad en el deicidio de todos los agentes de ese crimen, que según santo Tomás, fue el mayor crimen realizado.
"Como se ha expuesto (a.5), los príncipes de los judíos conocieron a Cristo; y si existió en ellos alguna ignorancia, fue la ignorancia afectada que no podía excusarles. Y, por este motivo, su pecado fue gravísimo, lo mismo por el género del pecado que por la malicia de la voluntad.
Las clases inferiores de los judíos pecaron gravísimamente en cuanto al género del pecado; pero su pecado quedaba aminorado por la ignorancia. Por lo cual, a propósito de Lc 23,34 —no saben lo que hacen-comenta Beda: Ruega por aquellos que no supieron lo que hicieron, impulsados por el celo de Dios, pero no conforme a la ciencia.
Mucho más excusable fue el pecado de los gentiles por cuyas manos fue crucificado Cristo, porque no tenían la ciencia de la ley"
http://hjg.com.ar/sumat/d/c47.html
Tú has dicho "llamada fariseísmo, responsable del mayor crimen de la Humanidad: el deicidio." Dicho así, eso significa que el fariseísmo fue el responsable de la muerte de Cristo. Se entiende que el único responsable. Y yo sólo he respondido lo evidente y que tú reconoces en tu respuesta: que la culpa de la muerte de Cristo es compartida por todos, de formas diferentes, por supuesto.
No conocía esa leyenda urbana de que todos tengamos el mismo grado de responsabilidad en la muerte de Cristo, ni menos de que dijera eso la Nostra Aetate. Como has señalado alguna vez, en estas cosas accidentales nada es igual a nada.
Vamos, que no sé contra quién estás discutiendo, pero no es contra mí.
Saludos.
Y no entiendo por qué si yo digo que Ben Laden es el responsable del atentado de las Torres se entienda que es el "único" responsable. La tuya es la interpretaciòn más improbable, porque la responsabilidad en materia moral o jurídica es analógica y muy rica y admite infinidad de grados.
Esto dicho, los principales responsables del deicidio fueron los Fariseos. Por cortesía he dicho el fariseísmo, pero ya que estamos, digo que los Fariseos, no todos, aclaro. He dicho los responsables, por no decir los "principales". Creo que lógicamente es la interpretación más sana.
Conozco varias leyendas urbanas:
1) los romanos fueron más responsables que los judíos en el crimen de Cristo
2) los judios no fueron responsables de la muerte de Cristo
3) Todos, de la misma manera, somos responsables de la muerte de Cristo
4) No hay relación específica entre judaísmo y deicidio.
Todas estas proposiciones las vengo escuchando ad nauseam en la Iglesia postconciliar. Con estas discuto, no contigo.
Veo que tienes suerte, y en tu mundo reina la más perfecta ortodoxia en la materia. Bien.
5) Nostra Aetate declaró que no es imputable a los judíos el crimen del deicidio, cambiando la doctrina catolica tradicional.
La repiten los diarios, todo el tiempo, en mi planeta. En el tuyo parece que no, me alegro
Con ella, previsiblemente discrepé.
Creo que todo viene de tu frase: "Cristo ha venido a librarnos, sobre todo, de las religiones. En su misión específica, destruyò una corrupción particularmente peligrosa de la religión, llamada fariseísmo, responsable del mayor crimen de la Humanidad: el deicidio".
Leelá con ojos nuevos y verás que se entendía como que los fariseos eran "los" responsables. Si no, no tenía sentido.
En cualquier caso y al margen de tus retorcidos argumentos jesuíticos, yo diría que, según los Evangelios, los saduceos parecen tener mucha más responsabilidad directa que los fariseos.
Rahneriano y ahora jesuita, desdichado, no pases nunca por Buenos Aires, porque aquí la leña que usamos en los autos de fe está muy verde...
Fuera de broma, lo de la misión particular de Cristo de destruir el fariseísmo es doctrina original, y muy rigurosa, de Castellani. Ya te llegará el libro, no te impacientes. O ven a buscarlo, que la leña está preparada.
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