InfoCatólica / Epístolas Matritensis / Categoría: Santo Padre

6.01.10

El Papa "impopular"

El principio de año siempre es tiempo de recuento. Yo mismo he caído en esa tentación al comentar la clasificación del Sacristán Serrano en el post anterior, pero en publicaciones como la archi-progre Golias se han permitido el lujo de otorgar al Santo Padre una de sus infames “Tiaras de plomo“, algo así como los anti-oscar en versión eclesio-pijo-progre (léase Bono), pero con bastante menos público. Hoy, sin embargo, Infocatolica se hace eco de las cifras de asistentes a los actos públicos del Papa y la cosa no está nada, nada mal.

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16.12.09

Rebelión en San Sebastián: Una oportunidad

Ayer saltaba la noticia y varios hemos sido los bloggers que hemos saltado a la palestra. En Infocatolica, Luis Fernando, Motu Proprio, el P. Tomás de la Torre, y las siempre acertadas viñetas de E.O. En Religión Digital ocurre una cosa muy curiosa. José Manuel Vidal afirma que Monseñor Munilla debe renunciar. Jesús Bastante tiene el detalle de, por lo menos, hacerse la pregunta.

Con todo lo que se ha contado ya, solo cabe aportar una reflexión personal. Y está claro que esta carta es un órdago al Papa, a Munilla y dice mucho de los sacerdotes que firman. No le han dejado ni empezar, ya que Monseñor Munilla tiene programada su toma de posesión el 9 de enero. El malestar diocesano puede ser todo lo palpable que quieran, pero aquí tienen una noticia de última hora: da igual lo que ese 77 por ciento de malos párrocos opine. No está en su mano decir quién tiene el RH vasco para ser su obispo o no. La Iglesia no se basa en dos sacerdotes, sino en la sucesión apostólica personificada en sus obispos, siendo el Santo Padre el primero de ellos, al que todo sacerdote debe obediencia desde su ordenación. Tampoco la decisión la ha tomado Rouco, sino Benedicto XVI. Si a Don Marcelo le dijeron lo del “volem bispes", qué no le dirá esta patulea de hijos desobedientes a Monseñor Munilla.

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9.12.09

Prensa e Iglesia: el Papa tiene razón

No se puede decir que el Papa dé muchos palos de ciego. Más bien todo lo contrario. Respecto a las últimas declaraciones hechas por Benedicto XVI, hay que decir que tiene razón, porque cada vez más los medios, y especialmente la televisión, han pasado de la información al infotainment, a una concepción comercial de la información en la que se prima lo espectacular, lo escabroso, lo escatológico sobre lo realmente importante.

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14.09.09

Porque no todo es criticar

Un comentario de una amable lectora de tierras vascongadas me ha movido a dedicar el post de hoy a la concordia. Movida por lo que interpreta como un “blog católico crítico", nos hace llegar sus impresiones, que son muy bienvenidas. Para eso tenemos el correo de contacto.

Lo primero es decir que no siempre la crítica es mala si nuestro deseo es la mejora del cuerpo de la Iglesia Militante. Los hay que no critican, porque viven imbuidos en una secta. Todo lo que les dicen les parece bien, y la Encíclica de Juan Pablo II Fides et Ratio nos enseña, en un muy-simplificado resumen, que nuestra religión católica no solo se basa en una fe ciega, sino en el razonar.

Dice también San Francisco de Sales, en una cita de la Filotea que me encanta, que hay que saber qué rezamos cuando entonamos nuestras oraciones, conocer su significado, pero que “hay que rezar en latín". Yo no voy tan lejos, porque en quinientos años el mundo ha cambiado como para pedir que se rece en Latín. Con lo que sí me quedo es que hay que saber razonar lo que hacemos, nuestra fe, y no repetir un mantra. Por eso rezar en la que ha sido la lengua de la iglesia durante 2.000 años rodea a la oración de un cierto misterio que demanda nuestra atención…

Pero me ahogo en un vaso de agua. Nunca desde nuestro blog hemos querido hacer una crítica destructiva. Se ha dado el caso una vez, y se pidieron disculpas extensamente. Claro que otros prefieren seguir en su halo de perfección y no mezclarse con “impuros". No puedo hacer más por ellos que rezar, y mucho, por ellos.

Cuando hemos dirigido una crítica, ha sido por el afán periodístico de denuncia de un hecho escandaloso, con el objetivo de que se corrija. Evidentemente, este ejercicio de libertad desconcierta a no pocos. Desde estas páginas, en muy poco tiempo, hemos denunciado las poco ortodoxas actitudes del Cardenal Martini, que cuenta con sus partidarios; hemos descalificado las palabras de un supuesto teólogo contra el sacramento de la confesión, y, por último, considerado las deficiencias comunicativas que rodean en la actualidad a la Sala Stampa de Santa Sede.

Pero no olviden los lectores que hemos aplaudido la valentía de Benedicto XVI en su inconmensurable viaje a Tierra Santa, que hemos narrado una de las más hermosas peregrinaciones que se pueden llevar a cabo en un país europeo, la de Chartres, que hemos alabado la iniciativa de un catedrático de la Universidad CEU-San Pablo para plasmar un Máster en Información Religiosa, en la que hemos participado con mucha honra, y hemos asimismo defendido la actitud de los obispos estadounidenses, al exigir que Obama no diera un discurso en la Universidad de Notre Dame.

Efectivamente, no todo es criticar en la vida de la Iglesia. Nuestro director dedicaba el domingo un post en el que deseaba un equilibrio entre noticias buenas y denuncias de heterodoxia. Desde estas epístolas, siempre al servicio de la Iglesia, adoptamos como propio ese compromiso, para Mayor Gloria de Dios.

No me queda más que agradecerles su fidelidad, totalmente inmerecida por mi parte. Nunca habría pensado poder atraer a tantos lectores y de tan distinto perfil. Ojalá sirva este medio para la conversión de algunos a la Iglesia que fundó Jesucristo, en la que por supuesto, son siempre bienvenidos como hermanos.

23.08.09

De reformas (o construcciones) veraniegas

Informábamos hoy en Infocatólica del último “soplo” que ha sentado bastante mal a Bastantes y Vidales. Lo cierto a pesar de desmentidos, no es una excesiva sorpresa, a tenor de las manifestaciones pasadas y presentes del antiguo Arzobispo de Toledo, Don Antonio Cañizares, y del propio Papa Benedicto XVI. Sorprende quizás lo rápidamente que se ha producido ese desmentido del Servizio Stampa. Sobre eso ya escribe Luis Fernando Pérez-Bustamante, y yo tengo poco que añadir.

El caso es que, a tenor de “reformas", el otro día comentaba con un religioso cómo la Forma Extraordinaria ha tenido ciertos cambios a lo largo de su historia, “reformas” que culminaron con el Misal que publicó el Beato Juan XXIII en 1962, y cuya apostilla ha sido la actualización de la oración por los judíos en el triduo pascual ordenada por Benedicto XVI (y que hasta donde yo sé se ha aplicado con ejemplar disciplina por las órdenes adscritas a Ecclesia Dei).

La discusión con este religioso fue francamente fructífera, ya que como seglar, no percibo a veces detalles que sólo una persona que hace de la Liturgia no ya el centro de su vida espiritual, sino de su vida diaria, puede aportar.

Me comentaba, por ejemplo, de cómo la Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II propuso cosas (que luego, obviamente se sacaron de contexto). El religioso me comentaba que en la Liturgia de la Palabra, las lecturas habrían sido más accesibles en lengua vernácula. Creo que a partir da la última reforma (1962) ya se comenzaron a leer las lecturas en lengua vernácula. También tratamos, algunos días antes de que volviera a aparecer la famosa carta del entonces Cardenal Ratzinger, la incorporación de las oraciones móviles, la ordenación de las lecturas bíblicas (calendario litúrgico), nuevos prefacios, oraciones y comunes que se usan normalmente en la forma ordinaria (algo que llevaría, sin duda, a un Misal de Benedicto XVI, dado el calado de esas reformas).

Sin saberlo, íbamos en la dirección que explicaba el Cardenal en aquella carta. Un rito, librado de los excesos modernistas, bien en lengua vernácula, bien en Latín, pero hilado con el misal de Juan XXIII -y quizás el de Pablo VI-, que no fuera una ruptura.

Porque no nos podemos engañar. Aunque en 1969 la disciplina imperante en la Iglesia facilitó la implementación del Novus Ordo Missae, o forma ordinaria, la ruptura fue en que no fue una reforma de la Misa, sino un misal totalmente nuevo, de lo que se deduce “ruptura". Precisamente, el Santo Padre es muy claro al respecto de que tienen “igual dignidad” (Cf. Motu Propio Summorum Pontificum), pero ha contemplado, durante todo el posconcilio, como se multiplicaban los abusos, las “liturgias creativas". etc. Todo amparado en el “Espíritu del concilio”

¿Es una reforma la respuesta?
Más que usar esa palabra, de amargo recuerdo protestante, soy de los que abogan por una reconstrucción. Los cimientos de nuestra Iglesia se hunden en 2.000 años de historia, y el “edificio” está dañado, quizás, pero está lejos de estar destruido. En su seno han surgido un buen abanico de movimientos que encauzan tal o cual modo de vivir la espiritualidad. Cuando se juntan, y trabajan juntos, surgen diócesis tan dinámicas como la de Toulon-Fréjus en Francia.

Y eso que apenas puedo hablar de focolares, kikos, etc. etc. Lo único que he tratado fuera de la iglesia diocesana ha sido a Opus Dei y Jesuitas, pero me doy cuenta de que los carismas que no me atraen a mi pueden ser un camino para otros. Es por eso que defiendo con uñas y dientes lo necesario de la forma extraordinaria: sin ella estamos obviando una parte importantísima de lo que ha sido, y desde luego aún es la Iglesia.

Por eso me alegra la “desmentida reforma", porque se va a poner remedio a los muchos prejuicios que sigue habiendo en torno a la forma extraordinaria y a quienes tratamos devotamente de expandirla en la Iglesia. Son cosas como estas las que dan sentido al término del conocido padre John Zuhlsdorf “brick by brick", es decir “ladrillo a ladrillo"…