Paso a paso: Misa en Alcalá
Frente a aquellos que desesperan en el camino, y hay que reconocer que tras veinte años de “combate", ya se han enrocado en un esquema mental del que es difícil salir, pues frente a eso hay institutos y sacerdotes que han cogido el toro por los cuernos, y con una mano izquierda muy patente van consiguiendo que la Misa tradicional vuelva paso a paso a nuestras diócesis españolas.
Mucho de ese trabajo se lo debemos a ‘un tal’ Michael Davis, fundador de Una Voce Internationalis, federación que agrupa a fieles que solicitan la Misa Tradicional. Conozco a algunos de sus integrantes en España y creo que su labor es, sencillamente ejemplar. Labor que va de la mano de lo que los institutos tradicionales han hecho en España: un apostolado activo, y cursos para sacerdotes diocesanos, que ha ido posibilitando encontrar sacerdotes que quieran celebrar en Asturias, en Salamanca, en Coruña, etc. y todos los grupos que ya se están organizando por toda España para comenzar a celebrar Misa.
Frente a esta labor, digo, los hay que se han atrincherado y ven fantasmas por todas partes. Ante un panorama favorable, no idílico, pero sí favorable, sueltan cuatro eslóganes y cuatro tópicos (porque, no nos engañemos, son siempre los mismos y la inteligencia del Hombre es limitada) y se quedan tan anchos. No voy a entrar en la carencia de caridad, porque no la hay mayor que enseñar la Verdad sin prepotencia. Prefiero quedarme en lo hermoso que supone el sacrificio de la Misa para guardárselo para sí mismo. Me resulta incomprensible. Cosas de no haber estado en “la lucha".
Y ante todo, no desespero. Hermenegildo decía, con mucho tino, en el primer enlace que es “difícil pero no imposible", y pese a que Monseñor Fellay no pone su esperanza en lo terreno, no deja de tenerlo en lo divino. Dice Monseñor:
“cuando hablamos de la Iglesia, no hablamos humanamente. Hablamos de una realidad sobrenatural a la que Nuestro Señor ha prometido que no sucumbirá, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán. Y, por lo tanto, aunque estamos frente a una realidad difícil y contradictoria, nosotros sabemos que las cosas están en las manos de Dios, quien tiene los medios para poner las cosas nuevamente en su lugar. Sería oportuno recordar que hablar y discutir es necesario pero no basta: cuando se habla de salvar las almas, cuando se piensa en cómo Dios hizo salir a la Iglesia de otras crisis que ha tenido en el curso de los siglos, vemos que lo que se necesita es la santidad, con la que rejuvenece y sana a la Iglesia. Sin la Gracia, y quedando sólo en el nivel de los hombres, ya se ha perdido desde el comienzo. Todos, por lo tanto, como católicos, debemos hacer algo, avanzando en la Gracia, en el amor de Dios, en la caridad”.
Recordemos que estas palabras no son de un mítin, sino de una homilía, y son perfectamente correctas en ese contexto. Otra cosa es que sus destinatarios, los fieles, las están interpretando de modo que se sienten justificados en las cuatro críticas que repiten como siempre. En cuanto se pone uno a ’salirse del guión’, en cuanto se improvisa con prepotencia, es cuando se desmorona todo lo que defienden.
Por eso, no hay que desesperar, ni frente a lo árduo de la tarea de lo que son unas discusiones doctrinales, ni frente a las homilías que nos pueden parecer ‘derrotistas’. Hay que saber ser paciente, caritativo, y sobre todo, no bajar los brazos. Es el momento, el mejor, para seguir presentando a la Iglesia la Misa de siempre, con total naturalidad.
Cierro el post con esta cita de Don Bosco:
Por mucho que nos critiquen sigamos nuestro trabajo adoptando el siguiente sistema y precioso lema: obrar bien y dejar a la gente que hable´
Miguel Vinuesa
14 comentarios
Al leer la segunda parte de su artículo, sin embargo, me parece que sus palabras bien las podría haber dicho el pueblo de Dios que está a favor del CVII, el cual, con un espíritu de humildad, fe y obediencia (y no de rebeldía) se aventuró en la ardua tarea en la que el sucesor de San Pedro nos “embarcó”, para afrontar así los desafíos que, su visión del mundo y su inspiración divina le indicaron que tendría que afrontar en un mundo - en principio ni más ni menos humano; o más o menos justo que el de siempre- pero en el que la Iglesia tendría que competir con un nuevo, agresivo y eficaz evangelizador de ideología muy contraria: los medios de comunicación que iban a llegar y llegaron.
¿Piensa realmente que si hubiéramos seguido con la misa en latín, más gente hubiera preferido dar su pan al hambriento que buscar la felicidad en las promesas con las que los “nuevos dioses” nos han “bombardeado” hasta dejar el “rebaño casi muerto? ¿Piensa vd que ha sido fácil adaptar la forma de proclamar el evangelio - como lo hicieron los primeros cristianos- (recuerde de dónde viene la celebración de Navidad y muchas otras) con el único fin de “hacerse como todos para ganarlos a todos” como dijo San Pablo? Es muy fácil huir de una realidad desconocida que se nos viene encima; resguardarse en un mundo idílico que conocemos y dejar que el sudor, la incertidumbre y el abatimiento de otros (aunque siempre con esperanza y confianza divina) busquen con su Pastor la forma de plantar y cultivar la semilla de Dios en una tierra totalmente nueva, en un clima totalmente desconocido? Verdadero amor entre nosotros y una visión conjunta de la voluntad de Dios y cómo llevar almas a El - ahora y en un futuro siempre incierto- es lo que necesitamos perseguir juntos "¡para mayor Gloria de Dios y bien de los hombres!"
En lo referente a lo primero que comenta: Solo déjeme formular esta pregunta: ¿Tiene la Misa de 1969 (Novus Ordo o forma ordinaria del Rito Romano) una consagración válida? No hay cristiano en la Iglesia que pueda defender honestamente lo contrario. Por tanto, niego la mayor: la Eucaristía no ha sido una farsa después del concilio. Ahora bien, en 2007, Benedicto XVI publica el Motu Proprio Summorum Pontificum por el cual cualquier sacerdote puede celebrar su misa en la forma extraordinaria, y un grupo de fieles puede solicitar en su parroquia esa misma celebración.
La lección que nos da nuestro Papa, la única que tenemos que aprender es que no tiene porqué haber una "lucha", como han defendido los seguidores de Monseñor Lefebvre (y, temo decir, no sin cierta razón, vista la hostilidad hacia el Misal de Juan XXIII). Frente a esa oposición a ultranza surgen, desde 1988, los institutos "tradicionales" agrupados en la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, que comienzan a fraguar esa "Hermenéutica de la Continuidad" que tanto reclama el actual Romano Pontífice: es decir, no romper con lo anterior al Concilio Vaticano II, considerando el mismo.
Cierto es que muchos textos de los padres conciliares son ambiguos, síntoma inequívoco de la división entonces reinante en la Iglesia. Y no me invento las cosas, a pesar de no haberlas vivido: en las hemerotecas están los geniales artículos del P. Martín Descalzo, no precisamente sospechoso de heterodoxo.
La segunda parte, que usted discierne en mi post (y alabo, de nuevo su capacidad de lectura inteligente), es la escrita por esta pobre mano, cristiano nacido en esta época, "criado", si prefiere, con la Misa Nueva. La experiencia, poca, me dice que cada uno recorre su camino más o menos personal, hacia Dios en la estructura de la Iglesia. Me gustaría qué considerara qué llevó a un chaval como yo, a "desembarcar" en la belleza de la Misa Tradicional. No es digno de llamarse conversión, pero desde luego he encontrado cierta paz, y me he abierto a una vocación de servicio que no había podido experimentar hasta entonces, por algún motivo u otro.
Por último, en referencia a su tercer párrafo. Me gusta leer Historia, pero la historia-ficción no es lo mío. No podemos perdernos en un ejercicio vano, en el que nos imaginamos al Pueblo de Dios especialmente inculto, recitando el Rosario en Misa, ya que no podían entender. La sociedad de los 50 y 60, especialmente en España, era muy distinta. Hoy tenemos un nivel cultural que, si la LOGSE no nos fulmina, nos hace capaces de seguir la Eucaristía con un misalito bilingüe (extraordinariamente fácil de editar).
Perdone por lo extenso, pero un gran comentario merecía una respuesta exhaustiva.
Y seguramente mis jovenes "Una Voce" mexicanos también se uniran a mi saludo.
Todos estamos a sus órdenes. Claro, en perfecta comunicación con la Una Voce Internacional y con la Santa Sede a través de la Pontificia Com. "Ecclesia Dei".
Pedro Rodríguez Ocampo.
[email protected]
No hace falta "misalito bilingüe", al menos en la parroquia cuya foto pones: ahí lo dan.
Por cierto, apúntame en tu lista, en la de los que hemos encontrado "cierta paz".
Creo que tienes razón en lo que respecta al nivel cultural medio y al cambio social. Yo no sé latín, por ejemplo. Tampoco mi padre, por ejemplo. Él sólo vivió la misa en latín en su más tierna infancia haciendo de monaguillo, luego todo cambió. Él no tiene estudios superiores y nunca ha estudiado ni siquiera el latín de segundo de BUP. Sin embargo siempre me decía que él, de niño monaguillo, "lo entendía todo". Y tiene razón.
Habría que preguntarle a los múltiples niños que van a la parroquia cuya foto pones.
No es cosa de élites. Eso seguro.
Es motivo para dar gracias
A veces, sin querer tergiversar lo que una persona dice, interpretamos sus palabras con un significado diferente al que se pretendía; por eso, no estoy segura de ver la conexión entre la referencia que dice hacer a mi tercer párrafo con lo que yo escribí en él.
¡Que la paz de Dios le acompañe siempre!
La liturgia tridentina es perfectamente válida y nos hemos de escandalizar porque haya todavía gente empeñada en celebrar de esta manera. De hecho parece que los católicos no nos damos cuenta que, además del rito ordinario, existen multitud de ritos que se siguen en la Iglesia, algunos de ellos ( la mayoría) mucho más antiguos que el tridentino.
Todos los ritos liturgicos son enriquecedores y el tridentino es, junto con el casi medio centenar de ritos permitidos en la Iglesia católica, uno de más que ha de respetarse.
Como recordatorio , y para aquellos que no lo sepan, les dejo una relación de los ritos extraordiarios ( y ordinarios) que están autorizados en la Iglesia Católica:
- Rito Ambrosiano.
- Rito hispánico.
- Rito bracarense
- Rito Congoleño.
- Rito dominicano
- Rito Carmelita.
- Rito Cartujo
- Rito Copto
- Rito Etiope
- Rito Maronita.
- Rito Sirio-malankara
- Rito Sirio
- Rito Armenio
- Rito Caldeo
- Rito Sirio-malabar ( no confundir con el sirio-malankara)
- Rito Albanés.
- Rito Búlgaro
- Rito Griego.
- Rito Melquita
- Rito Hungaro.
- Rito Italo-albanes
- Rito de Križevci
- Rito macedonio.
- Rito Ruso
- Rito Rumano.
- Rito Ruteno.
- Rito eslovaco
- Rito ucraniano.
Podemos añadir a todos estos ritos uno más: el tridentino y no pasa nada.
Nota del B. OLE, a eso le llamo yo ser exhaustivo. Alguno hasta no lo conocía. Lo que ocurre es que el tridentino no es un rito como tal, sino que es la forma extraordinaria del Romano.
Es cierto que las cosas van más despacio de lo que nos gustaría a quienes miramos con afecto y gratitud todo lo bueno que encierra la tradición, incluso sin referirnos ya a la Tradición con mayúscula, fundamento de nuestra fe y tantas veces olvidada.
No sólo se ha arrasado bárbaramente, sino que incluso se ha sembrado sal, cuando no cizaña: De ahí la ardua tarea, devolver la concordia desde el respeto a lo mejor de nuestra herencia. El amor, la verdad y la belleza van de la mano. Es de Dios, no hay duda.
Nota del B. OLE, a eso le llamo yo ser exhaustivo. Alguno hasta no lo conocía. Lo que ocurre es que el tridentino no es un rito como tal, sino que es la forma extraordinaria del Romano
Ciertamente, solo hay un rito latino que se puede celebrar en su forma ordinaria o extraordinaria. Me referia a la liturgia en sí.
El director de este portal incluso , parece un entusiasta del rito bizantino y tal vez él nos pueda hablar de la riqueza de las liturgias orientales, tan poco tenidas en cuenta en occidente.
En cualquier caso, espero que se empiecen a oficiar misas tridentinas a lo largo de la geografía española. Ya está bién de identificar la misa tridentina con comportamientos cismáticos. Una cosa no tiene que ver con la otra.
Y, por favor: que se acabe la polémica. Justo es que aquellos católicos fervorosos de la misa tridentina puedan en paz y armonía disfrutar de esas antiguas misas en latín de espaldas al pueblo ( o de cara al sagrario, según como se mire)
Por lo visto, la Misa de Alcalá de Henares es mensual; ¿por qué no semanal? Es lo menos.
Estimado hermenegildo:
Paciencia y, sobre todo, tiempo al tiempo. Si esas misas tienen gran afluencia, todo se andará.
Esperemos que algún día, celebrar y vivir con gozo la Santa Misa en Latín, con participación de asamblea, con su Canto Gregoriano, uso de incienso, de bandeja de comunión y de manípulo ya no sea motivo de vergüenza, de búsqueda de lugares ocultos para celebrar el Santo Misterio del Altar como en aquellos tiempos de las Catacumbas.
Pero, aún hace falta tiempo, reflexión, preparación, buena formación de los futuros sacerdotes, cursillos para los anteriores, hasta llegar a vivir con autenticidad dicha joya de la Iglesia, que jamás fue abrogada.
En Cristo, Señor nuestro,
La paz con todos.
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