Pucha Asturiès!

No, no me he vuelto loco, ni me he vuelto promotor del Bable como Lengua Universal Hispánica-cooficial, pero uno tenía un abuelo asturiano, muy querido por propios y ajenos, y la toma de posesión de Monseñor Sanz Montes me viene al pelo para sacar el tema.

Quien haya seguido un poco la historia reciente de la Archidiócesis de Oviedo, que curiosamente abarca todo el Principado, se dará cuenta de que es un auténtico “territorio de frontera". Cuando en 2002 don Gabino pasó a ser emérito, y se nombró a don Carlos Osoro, parecía que se abría un claro en la tormenta. Se le recompensaba por una buena labor hecha en Orense, pero la tarea era titánica y a pesar de su excelente disposición, Don Carlos tenía un ejercito de presbíteros en contra. Un amigo mío, Gijonés él, me contó en confidencia que si no llega a ser por el Camino Neocatecumenal, y que se había venido a estudiar a Madrid, hubiera abandonado su formación como seminarista en Oviedo. Hasta ese punto estaban las cosas.

Ya hablaré largo y tendido sobre vocaciones religiosas. El otro día leí un artículo que, francamente, me dejó frío. Pero al tema: Como un enfermo aquejado de una aflicción larga, Oviedo fue en lenta pero inexorable mejoría, también debida a la inamovible ‘jubilación’ de los sacerdotes progresistas (menuda contradictio in termini) que equivale a ir purgando el virus que aqueja al paciente.

Hoy por hoy, la cosa está mejor pero aún falta para que “nos den el alta". Luis Fernando habla de la locuacidad de Monseñor Berzosa, pero me da la impresión de que a Don Raúl no le queda más remedio que tratar de capear el temporal, ya que como auxiliar tiene poco que hacer, hasta que le nombren obispo. Alguno dirá que estaba mejor dirigiendo tesis, pero bueno, no le veo haciendo como el obispo Wagner en Austria, que tuvo que volver al sacerdocio, incapacitado por unos obispos que lo veían demasiado cercano a Roma, y unos sacerdotes en abierta rebeldía contra él. Sencillamente, no le pega.

Lo que sí ocurre es que le han hecho un flaco favor al haber prolongado el interregno. Oviedo no debía de haber estado ni un mes sin obispo titular.

De todos modos, a Don Raúl le espera un jefe excelente. La labor de Don Jesús ha quedado probada en Huesca-Jaca, y con el tema de Lumen Dei, que ha dejado de dar titulares escabrosos a la prensa (algo es algo), y tiene ciertos visos de solucionarse sin que la sangre llegue al río.

Me hizo mucha gracia el otro día cuando me contaron que un monseñor en Italia proponía que en Francia se aboliesen la mayor parte de diócesis y se nombraran legados pontificios para resolver los problemas que viven. Evidentemente, es una exageración, ya que quitar del medio a un obispo inútil o manifiestamente malo no ahorra el que tiene a un ejercito de inútiles / manifiestamente malos detrás, pero quizás ayudase en mantener algo de disciplina.

Por mi parte, vuelvo a reiterar que los obispos deberían confiar en las ordenes e institutos Ecclesia Dei como modo de revitalizar sus diócesis. En el caso de Monseñor Sanz, tiene a la Fraternidad de Cristo Sacerdote y María Reina en Pontevedra y La Coruña (jamás “a Coruña” en Español…). Al ladito, vamos. Entre eso y darles un poco más de bombo a la Misa Tradicional que se celebra en Gijón, Don Jesús tendría dos importantes focos de renovación litúrgica en occidente y oriente.

Dados los precedentes de este gran obispo, se puede decir confiadamente “Pucha Asturiès!", esperando que sea de nuevo tierra de reconquista. No ya ante un invasor, sino ante la tibieza de unos pastores que han abandonado a su grey por unos ideales más bien grises. Que Dios asista a su nuevo siervo en Oviedo, y le dé fuerzas para una misión redobladamente difícil en las tierras del Rey Pelayo.

Actualización a las 13:30
He visto de reojo en Popular TV la retransmisión de la Misa. A la hora de la comunión. Lo malo: el elevado número de fieles que solicita a su nuevo obispo comulgar en la mano. Lo bueno: la Cruz de los ángeles presidiendo el altar. Faltaban los candelabros ‘Benedictinos’, vale, pero es una alegría que el principal símbolo de Asturias estuviera en el centro de la Liturgia.