La necesaria liberalización de la Iglesia
En el artículo precedente, intenté esbozar una especie de tasa de reemplazo sacerdotal, que permitía constatar el negro futuro de la Iglesia en España (muy posiblemente aplicable a casi toda Europa) en cuanto a los números de presbíteros se refiere. Además, ya adelantaba que la situación era mucho peor que lo que se deja ver, porque la estimación la realizaba suponiendo que la distribución de los sacerdotes era homogénea entre las edades. Sin embargo, sabemos perfectamente, y así lo apuntaban algunos comentarios, que en las diócesis con menos vocaciones además el clero suele estar muy envejecido, dado que la crisis se viene arrastrando desde inicios de los años 70.
Al final del artículo animaba a los lectores a preguntarnos qué va a pasar. No ha habido muchas respuestas, pero yo voy a intentar dar la mía. Para elaborarla tendré en cuenta algunos factores que también aparecían en los comentarios:
- El envejecimiento del presbiterio en general y la caída de número de clérigos, aunque de forma heterogénea, dado que habrá diócesis mucho más necesitadas que otras.
- La crisis general de la autoridad eclesial que estamos viviendo, que muy posiblemente no haga sino agravarse.
- La llegada de un posible gobierno más anticristiano que el actual (puede ser el mismo gobierno, pero con más ganas de atacar a la Iglesia), que ponga en marcha el plan de asfixia económica de la Iglesia con el que se viene amenazando desde hace tiempo. A saber: suspensión de convenios, eliminación de clases de religión, eliminación de asignación tributaria, cobro de más impuestos y expolio de propiedades.
- Acentuación de la persecución judicial y mediática a sacerdotes inocentes (que ya se está dando) con la excusa de los execrables casos de pederastia.
Lo que creo que va a pasar: La necesaria «liberalización» de la Iglesia.
Voy a explicar a qué me refiero. En la situación actual, como indicaba uno de los comentaristas, el panorama que se da es que todas las diócesis van imponiendo, por vía de autoridad episcopal, una línea pastoral suicida que podría denominarse “progresista” (sí, ya sé que el uso de la palabra es un poco abusivo, pero creo que se entiende mejor). Se sabe por experiencia que una pastoral católica y un seminario católico produce la solución de la crisis de vocaciones. Así ha pasado en muchas diócesis. Pero, como decía el P. Iraburu: «prefieren seguir en sus ideas que tener vocaciones». Cuando, por otro lado, surge cualquier iniciativa de reforma católica tradicional, es inmediatamente coartada por la jerarquía.
Cuando, por tanto, hablo de una necesaria liberalización, me refiero a un proceso por el que la autoridad jerárquica va a ser reducida hasta un límite (que la sitúe dónde tiene que estar) que posibilite realizar las iniciativas de reforma que permitan la supervivencia de la Iglesia.
Creo que el proceso se va a producir desde el hartazgo de los sacerdotes buenos (algo que en muchos casos ya se da), con el concurso de una situación económica que hará que muchas parroquias no puedan mantener a su sacerdote. En ese contexto, los fieles tendrán que hacerse cargo directamente del mantenimiento de su sacerdote. Y lógicamente los fieles que lo hagan, que serán los tradicionales, exigirán que su sacerdote les atienda como debe ser.
El refuerzo último se dará si continúan las acusaciones falsas de abusos que ya se están dando en España, por impulso de algunos medios de comunicación (uno de ellos financiado por muchas instituciones católicas mediante una especie de «impuesto revolucionario»). Los sacerdotes van a llegar a no querer trabajar con personas que no sean de la más absoluta confianza, lo que llevará a limitarse a trabajar con las familias de los fieles de los que hablaba antes, que, por otro lado, serán los que terminen marcando la línea pastoral.
En definitiva, como ya van apuntando muchos, la fe católica sobrevivirá en comunidades tradicionales desde las que se pueda restaurar la universalidad católica después de que los bárbaros arrasen la civilización actual. Es lo que ya profetizó, a su manera, Alasdair MacIntyre, en referencia al papel de los monjes en la supervivencia de la cultura europea tras la caída del Imperio Romano.
El tiempo en que esto podría suceder yo diría que es de entre 10 y 15 años, que será cuando la mayoría de las diócesis españolas se queden sin apenas sacerdotes. Y, por supuesto, todo estaría condicionado a que la situación siga como está, algo que desde luego yo no deseo.
¿Y qué harán los obispos? Pues eso yo no lo puedo saber. Supongo que irán haciendo lo que puedan y lo mejor que puedan. Porque ellos no tienen la culpa o, mejor dicho, tienen la parte jerárquica de la culpa que nos toca a todos por la crisis que vivimos. Lo que sí creo es que en la aberrante situación actual y la que está por venir, se irá dando eso que el P. Olivera denominaba «curas flojos de papeles» y «sin más ornamentos que sus cojones».
22 comentarios
Yo entiendo a qué se refiere usted al decir que la vocación matrimonial es del orden natural y que por tanto pedir "vocaciones al matrimonio" no tiene mucho sentido. Sin embargo, en la medida en que se reduce la presencia de sacerdotes y religiosos, más recae el peso de propiciar el ambiente para las vocaciones en las familias cristianas.
No se trata de caer en un valdensianismo barato, sino caer en la cuenta de que, por un lado, los medios electrónicos entre otros factores han facilitado el acceso a la información e indirectamente, la formación del laicado; y por otro, cuanto mayor sea la desproporción entre el número de sacerdotes y el de laicos, más estos deberán hacerse cargo de cosas --no estrictamente sacerdotales-- que hasta hace no mucho eran territorio clerical.
La curiosa novela de Julio Verne "El Conde de Chanteleine", recientemente editada, relata casos de sacerdotes no juramentados que recogían peticiones de bautizos, bodas y misas en el hueco de un árbol y se presentaban clandestinamente en los lugares precisos.
Es decir, por una razón o por otra, también en Europa ha habido épocas difíciles y esta es una de ellas. Confiemos en Dios y preparémonos para afrontar lo que sea en su Nombre.
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FJD: El punto que yo defiendo es que dado que la jerarquía se ha propuesto impedir una reforma católica (reforma significa volver a la forma), la crisis no va a producir, como muchos quieren, una protestantización de la Iglesia, sino que puede ser el camino para que la Iglesia sobreviva.
Antes éramos cavernarios y ahora tecnológicos, así que como nosotros somos la Iglesia, antiguamente era antigua y actualmente muy actual. Los templos pueden ser románicos, barrocos, funcionales, porque son edificios, pero las comunidades cristianas somos gente actual, vivimos modernamente, pero los mandamientos de Dios son atemporales, son igual de sabios y necesarios, cambiarán muchas cosas materiales pero seguimos necesitados de vivir el Amor como ley de Dios que no ha cambiado.
Yo soy Cristiana y muchos de mi familia que no lo son no son más evolucionamos que yo sino menos, usamos los mismos útiles, pero soy más avanzada como persona viviendo el evangelio que los que están sin moral, ética, ni estética, aceptan todas las corruptelas, o creen que los libertinajes es Libertad.
El pan y el vino se fabrican con maquinaria avanzada, pero siguen siendo pan y vino como en otros tiempos, porque entonces estaban bien y hoy también.
Que hagan licores o bollos, porque hay más productos no sustituyen al pan como pan ni al vino como vino. La iglesia igual, debe ser como se fundó en cualquier tiempo y lugar. Los cambios serán lo que sean pero no son la iglesia que Dios instituyó. Cuando Dios quiso una modernización vino y lo hizo. Hoy día aún está esperando que seamos esa iglesia que nos mandó no otra.
Las familias sucumben al relativismo moral, la ideología de género y la cultura de la muerte.
Los colegios de curas y religiosos no enseñan la integridad doctrinal. Lo mismo para universidades y seminario.
Los medios de comunicación católicos son progresistas.
Las parroquias están dirigidas por curas progresistas y nacionalistas.
Las ideologías-ídolo toman el Pueblo de Dios: Nación, Estado, Progreso, Nueva Era, Modernismo.
Escatológicamente, pienso que estamos cerca de la Gran Apostasía, y eucarísticamente, ante la suspensión del Sacrificio Perpetuo y de la Abominación de la Desolación.
No ayuda la deriva progresista y caóticamente doctrinal de Francisco.
Es tiempo de la Iglesia Remanente.
Los obispos decidieron pactar con la constitución del 78, sabiendo lo que traería, pues reos quedaron y hasta aquí han llegado. Y así tampoco creo que pasen penurias económicas.
Si creo que este movimiento de liberalización puede empezar por iniciativa de los santos sacerdotes, y no empujados por supuestas penurias económicas. Por citar un ejemplo entre muchos: la entrevista que hace Vocare al fr. James Mawdsley, en el minuto 13 explica por qué decidió no seguir en el seminario diocesano. Por qué no lo hacen muchos seminaristas, porque no lo hacen sacerdotes ordenados? Por qué no mueve ficha usted en este sentido, se adelanta a la liberación de la iglesia que propone? Mueva ficha
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FJD: Creo que ahora mismo en España una cosa tal es imposible y podría hasta ser dañino para los fieles. En otros países, como se ha comentado, el papel de los laicos ha sido diferente que en España, por lo que quizá el paso esté más cerca.
Un ejemplo muy aleccionador: en Alemania los católicos financian de su bolsillo a la Iglesia, y no les va muy bien que digamos. En EEUU la Iglesia se financia de sus fieles y están hechos unos zorros con lo del abuso a menores y el Lobby gay.
Por otro lado la Iglesia española con Franco era financiada por el Estado y era tradicionalista y muy estricta... hasta que de Roma vinieron directrices distintas tras el concilio.
De nuevo la utopía libertaria (que no liberal) promete mucho pero los resultados no están nada claros. Por algo decía aquel libro que "el liberalismo es pecado".
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FJD: No tenía noticia de que en Alemania los fieles financien directamente a sus sacerdotes. Tal vez podría ilustrarnos al respecto. Más bien yo pensaba que los fieles pagan al estado, que luego redistribuye a las diócesis. Con lo que la estructura de autoridad viciosa se refuerza con un estímulo monetario.
Y dice usted que la Iglesia financiada por Franco era muy estricta. Ya. Le cuento algo: a Toledo llegó el Card. Tarancón a finales de los 60 (Franco murió en el 75). Consiguió vaciar el seminario en un par de años. Lo mismo pasó en muchas otras diócesis. Por último, en USA, precisamente por el papel que tiene la iniciativa privada en la sociedad y en la Iglesia, se dan las comunidades tradicionales más fecundas. Muchas de ellos al margen o sólo toleradas por la jerarquía.
Cuando quiera usted dar datos, le aconsejo que lea un poco más. Y no sólo a Mosén Sardá y Salvany.
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FJD: Por supuesto. La situación no es buena. Sólo digo por dónde creo que van a ir los tiros, y que además puede ser un camino para la supervivencia de la Iglesia.
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FJD: No es tanto una propuesta como un pronóstico. Yo propondría una reforma católica como las que se han hecho otras veces en la historia. Pero no parece que haya voluntad para ello
Creo que el verdadero problema tiene sus raíces hace 60 años en el post concilio y en la crisis dentro de la propia Iglesia desde Juan XXIII y Pablo VI. No se arregla con libertarianismo porque su origen es otro.
La idea de que si los fieles pagan directamente a su parroquia entonces tendrán más fuerza en exigirle al parroco que sea más estricto y que no se salga de la sana doctrina, es muy atractiva... en la línea del libertarianismo en boga y que conozco bien, estando en principio de acuerdo, pero sin fanatismos ni reduccionismos, ya que el libertarianismo es muy ideológico y tiene grandes carencias, la principal es que se mitifica la libertad como un ídolo y se piensa que es la solución para todo y que las pequeñas comunidades gestionan siempre mejor y no es necesariamente así. Por ejemplo si los laicos fallan (como ocurrió en la revolución del 68) entonces tendríamos lo contrario, que las pequeñas comunidades presionarían con su dinero a los sacerdotes para que fueran más laxos.
El tema de Tarancón me refuerza en la idea de la economía no lo es todo... un cura sin fe es muy tóxico, pero no por que le pague el estado franquista, sino porque durante el papado de Pablo VI el vaticano combatió duramente a Franco con todo tipo de medidas y nombramientos. Finalmente comprendí que Tarancón no era él mismo el problema, sino que recibía órdenes muy concretas de Roma para hacer lo que hizo. Muy triste pero fue así.
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FJD: Yo no hablo de libertarianismo aquí. He usado la figura de la "liberalización", así, entre comillas, como una metáfora tomada del mundo económico, cuando se pasa de una economía estatal a una economía libre. La idea es que si los pastores no cambian (cosa que no parecen estar dispuestos a hacer), la Iglesia seguirá hundiéndose. En España parece que la situación pueda llevar a que reduciéndose la capacidad de dirigir de la jerarquía, puedan formarse las bases para una salida futura de la crisis.
Como ya he dicho es un pronóstico, no un deseo.
¿Su pronóstico es que habrá una reforma de carácter laico o "popular" en un futuro debido a que no hay voluntad desde la jerarquía para hacerla actualmente? Entiendo que no da muchas esperanzas de la realización de la "la reforma de la reforma" de Sarah porque otros en la jerarquía utilizarán su poder para evitarla.
Si ese es el mensaje, estoy de acuerdo, ha llegado la hora de los laicos.
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FJD: Pienso que la reforma de la jerarquía sólo llegará después de una crisis más profunda que la actual. La situación que auguro es la que permitiría la supervivencia de la Iglesia en los países de vieja cristiandad, al menos en España.
La culpa está sólo en los obispos, abades, superiores de todo tipo, cardenales y el Papa, exclusivamente por razones jerárquicas: por el sólo hecho de mandar ya son responsables objetivos.
Es necesario hacer un Libro Blanco o encuesta sobre todos los obispados, seminarios, noviciados, órdenes, congregaciones, colegios, escuelas, institutos, universidades, medios de comunicación católicos.
Ha fracasado irrefutablemente todo el régimen de rupturismo eclesial conciliar, y ya no se les puede conceder ni un año más a quienes han tenido un poder maléfico sobre la Iglesia: por sus frutos los conoceréis.
Aunque hay que rezar, pero ya pronto hay que oponerse y resistirse sin contemplaciones contra pontífices, cardenales, obispos y superiores que incumplen la única misión divina: salvar almas.
Papas, cardenales, obispos y superiores son electos no democráticamente, sino monárquicamente por el Papa o en consejos restringidos, por el querer de Dios, según su nivel de santidad, sólo para la cura animarum. Si ejercen mal su misión, han de ser removidos para el bien de la Iglesia. Ellos lo saben desde hace decenios.
Ahora la Iglesia es un enfermo grave desasistido. Ya no más trágalas. Tampoco no queda ya mucho tiempo...
Aunque curiosamente dicen que la unidad es superior a la verdad, pero como mal menor.
Card. Sarah dice que la Iglesia está mal, pero que nos quedemos y no nos marchemos, que sigamos unidos, pues si nos vamos irá peor. ("La Iglesia, que debería ser un lugar de luz, se ha convertido en una madriguera de tinieblas", de su libro ‘Le soir approche et déjà le jour baisse’, "Se acerca la tarde y el día casi ha terminado")
Mons. Schneider dice que Francisco es un hereje, pero que hay que soportarlo por amor a la cruz, pues es un Papa de corto mandato, y que no exijamos el cese de Francisco, pues el remedio es peor que la enfermedad, es decir, que la herejía implica la excomunión latae sententiae y la expulsión inmediata de Francisco del papado. No hemos de pedir esta consecuencia jurídica, ya que ello generaría el mal mayor de un cisma, la ruptura del la unidad, por lo que el mal menor es dejarlo estar, tolerarlo y soportarlo, corregirlo y ya se solucionará en el cónclave. ("Sobre la cuestión de un Papa herético". Mons. Athanasius Schneider)
El padre Santiago Martín dice que Francisco es un inocente crucificado, está presionado por sus amigos para cambiar la doctrina y la moral, pues ven que el Papa no hace las reformas prometidas, ya que o son lentas o son inexistentes. Pero Francisco sabe que si cambia el dogma, entonces causará un cisma, por lo que no hace las reformas rupturistas, aunque se ve obligado a hacer concesiones pastorales, como Amoris laetitia.
A pesar de ello, los obispos alemanes le ponen en una encrucijada: o tú cambias el dogma o lo cambiamos nosotros. ("¿Hasta cuando seguir 'tragando'?")
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FJD: Habrá que seguir tragando mientras Dios permita que haya que hacerlo. Creo que ha malinterpretado algunas cosas de las que han dicho los que usted cita. Yo, por mi parte, no hablo en ningún momento de romper con la Iglesia bajo el Papa, sino que la situación llevará a que se dé un movimiento de una cierta autonomía en la que pueda sobrevivir la fe católica entre los sacerdotes con cura de almas.
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FJD: En la segunda parte tiene razón. En lo primero sólo con matices. En mi opinión.
Muy de acuerdo con su apreciación. El santo cura de ars y el padre Pío se dedicaron a decir misa, a confesar, a predicar con valentía y a rezar con ayunos y penitencias y han sido santos maravillosos que han salvado a la Iglesia. Es lo que necesitamos.
En cambio tenemos el gran error y el gran pecado de la teología de la liberación, que tentaba a los sacerdotes a convertirse en activistas politicos, marxistas por supuesto. EL SACERDOTE ES UN MEDICO DE ALMAS, y su misión es la salvación de su rebaño... es como si ponemos al medico rural de un pueblecito a ser un activista político que quiera cambiar la sociedad y buscar la justicia social en lugar de curar los cuerpos y la salud de sus pacientes.
El médico del pueblo y el sacerdote (incluso el señorito) pertenecen a las "fuerzas vivas" del lugar, tienen autoridad y se ocupan parcialmente de asuntos de la comunidad, pero no es su función porque la política no es su misión. Tampoco la organización social ni la justicia civil. Hay que saber entender bien la frase "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". La Iglesia tiene autoridad en lo moral, pero no en la gestión de lo público, salvo que lo público atente contra la salvación de las almas.
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FJD: De acuerdo, aunque la Iglesia sí tiene una responsabilidad pública directa, aunque no de orden temporal. No basta con separar las autoridades como si fueran independientes, sino que tienen que ser ordenadas. La Iglesia, como institución de orden espiritual, debe estar por encima de lo temporal, no al margen.
Ahora bien, eso no quiere decir que los clérigos tengan que estar fuera de la construcción temporal necesariamente. Una cosa es que no puedan tener cargos de gobierno o militar en partidos políticos, cosa que está bien prohibida por el derecho canónico. Otra es que no tengan nada que decir sobre el tema. Porque si esto fuera así, entonces, por la misma lógica, no habría que aceptar que los laicos dijeran nada del orden eclesial, lo cual resulta absurdo.
Es al revés. La predicación pasa por recuperar la política católica, la cultura católica, la psicología católica, el arte católico . . . la radio y televisión católicas, ejem.
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FJD: Lo de la Iglesia reducida al mínimo es una realidad que ya pocos se atreven a negar, si seguimos por el camino que vamos. Lo de una protestantización del ministerio podría darse, pero no se producirían abusos mayores que los que ya se están dando. Ahora mismo, la manera más fácil de "tener la fiesta en paz" es darle a los fieles lo que pidan, cuando lo pidan y como lo pidan. Quedan sacerdotes que tratan de hacer las cosas bien, pero muchas veces se ganan la aversión de sus fieles y el desprecio de los obispos.
Sí, la Auctoritas de la Iglesia debe estar por encima del poder político, y en determinados casos la Iglesia SÍ debe meterse en política (es mi opinión). En las últimas décadas (desde el post concilio) la Iglesia está pecando mucho "por defecto" en esta cuestión de la política.
Una cosa es no "hacer" política (la mayoría de los ciudadanos tampoco la hacen), y otra no usar la "Auctoritas" moral para guiar a la política en temas fundamentales. Mi comentario iba más por esos curas que se abruman en trabajos "solidarios" y de "comunidad" cuando a menudo la clave está en la confesión, la eucaristía, el culto, la adoración, la oración etc, como el cura de Ars y el padre Pío. Era un comentario no generalista, y apuntando más bien a la teología de la liberación...
En todo caso creo que en los momentos actuales la Iglesia está pecando "por defecto" en lo político, ya que el voto católico no puede seguir apoyando el aborto, la ideología de género, la eutanasia, el adoctrinamiento a los niños, el homosexualismo etc etc etc.
Creo que la Iglesia debería recomendar el voto a VOX y a cualquier partido que apoye la doctrina social de la Iglesia (de izquierdas ó de derechas). Sí, aunque parezca una locura, creo que es lo correcto y lo obligado. Se podría leer una lista de los partidos a los que sí se puede votar sin comprometer nuestra conciencia... ó al contrario, leer una lista de los partidos que NO quieren prohibir ó limitar al máximo el aborto etc, y decirlo en las homilías; aunque en la España apóstata ya empieza a ser demasiado tarde... la persecución está comenzando, y la tibieza en la crítica a las políticas anticristianas tiene mucho que ver, a mi juicio.
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FJD: No decía que no estamos de acuerdo, sino que aprovechaba su comentario para hacer una afirmación en general.
Sobre lo de recomendar voto, no lo veo. Creo que los fieles (los pocos a los que les interersa lo que la Iglesia diga) son suficientemente inteligentes.
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