8.11.17

Corazón de Calvario

Reza la jaculatoria: “Jesús, manso y humilde de corazón. Haz nuestro corazón semejante al vuestro”.

No sabemos lo que pedimos cuando la rezamos o es que, acaso, un Corazón como el de Jesús es uno que la gracia no haya preparado para sufrir?

Es justo lo que pedimos cuando la rezamos: pedimos un corazón preparado para sufrir, tal como quedó preparado el de María desde el momento en que el anciano Simeón (Lc 2, 22-35) hizo el doble anuncio:

I. Al niño: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción”

II. A la madre: “y a ti misma una espada te atravesará el corazón”

Por tanto, pedir un corazón manso y humilde es lo mismo que pedir un corazón de Calvario.

Y, María, como es una mujer entendida en las cosas de Dios por gozar de la plenitud de la gracia, recibió agradecida su corazón de Calvario.

El anuncio del anciano Simeòn nos confirma el vinculo de los Corazones de Jesùs y de Marìa.

Dos corazones traspasados por:

  1. El sufrimiento causado por el primer pecado del hombre y,
  2. el sufrimiento causado por las consecuencias de aquél primer pecado;
  3. además del sufrimiento al que el Hijo y la Madre estarían sometidos por la simple razón de estar sujetos al tiempo y al espacio bajo circunstancias históricas bastante desfavorables.
  4. El sufrimiento de ambos durante la Pasión, Crucifixión y Muerte

En todo sentido, al pedir un corazón semejante al de Jesús, pedimos un corazón preparado para sufrir como el de la Madre; un corazón traspasado que por gracia será transformado en un corazón manso y humilde que servirá para:

  1. Sufrir por habernos separado de Dios por causa del primer pecado
  2. Sufrir por las consecuencias de aquella separación
  3. Sufrir por los pecados propios y ajenos; así como por las consecuencias pero, además,
  4. por ver sufrir a los Corazones de Jesús y de María

Es lo que hace la gracia por nuestro corazón: nos da un corazón de Calvario. 

Lo muestra de forma delicada y a la vez brutal la película “La Pasión” cuando a María y a Jesús se les ve sufrir, uno por el otro y en el otro, sin apenas poder cruzar miradas.

Por eso, por gracia, lo nuestro con Jesús no viene a ser diferente a lo que tiene con su Madre; lo sabemos cuando, por habernos escondido en su Corazón, nos da por reír o llorar por El y en El, sin apenas cruzar miradas. 

4.11.17

Más pequeños gestos que nos hacen católicos (II)

He regresado, pues, a ofrecer más pequeños gestos que nos hacen católicos.

En estos días he venido pensando en el tema no tan concienzudamente como debería pero, igual, leyendo y viviendo, he recopilado algunos cuantos que, de seguro, a muchos les gustarán ya que no son del tipo que, por lo regular, consideramos nos hacen católicos.

Empecemos.

  • Rodilla a tierra o profunda reverencia al entrar y salir del templo.
  • Arrodillarse durante la consagración y, en caso de que no exista reclinatorio y/o no poder arrodillarse para recibir la comunión, inclinar la cabeza o hacer profunda reverencia antes de recibir la comunión y responder a las palabras “Cuerpo de Cristo” con un firme ¡AMEN! 
  • Considerar seriamente recibir la comunión solo en la boca. Les aseguro que notarán la diferencia en sus vidas.
  • Apenas despertar, de rodillas decir una jaculatoria o breve oración como la que me enseñó mi madre de niña: “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la gracia y el amor del Espíritu Santo. Dios conmigo y yo con él, cama de canto a canto y bendición del Espíritu Santo. Amèn”.
  • Encomendar nuestros emprendimientos o peticiones especiales al Santísimo Sacramento al despertar y durante el día.
  • Santiguarse con agua bendita al salir de casa y dejarse acompañar del rosario y de una estampa en la cartera y colocar un fondo de pantalla al celular con una imagen cristiana.
  • Tener un Sagrado Corazón de Jesús en la puerta de tu vivienda, una cruz o una placa que indique que eres católico
  • A falta de espacio para tener un oratorio, que sería lo ideal, tener un pequeño altar en tu habitación o donde acostumbras a orar al que puedes agregar estampas, imágenes, una vela, agua bendita con la que santiguarás, etc.
  • Aprender oraciones y cantos en latìn, el idioma oficial de la Iglesia universal. 

 

Realizar lo anterior, por obra de la gracia, irá transformando tu vida por lo que has de saber que avanzarás en el entendimiento de las cosas de Dios y, por lo mismo, se te irán ocurriendo muchos otros pequeños gestos tal como:

  • Dar testimonio de la verdad aun en prejuicio propio, esto es no solo nunca mentir sino predicar abiertamente sobre la gracia, el pecado, la existencia del cielo y el infierno, etc.
  • Buscar acercar las almas a Dios mediante invitación que hicieres a tus conocidos a la Santa Misa, la Hora Santa o, simplemente, a rezar el rosario en tu casa por alguna intención en particular que tengan en común.
  • Practicar todas las obras de Misericordia solo o acompañado.
  • Pedir al Señor y María Santísima las gracias necesarias a tu estado.
  • Consagrarte a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y esparcir su devoción.
  • Ir a misa y a la Hora Santa con mayor frecuencia.
  • Separar un momento del día a la oración ya que, de todas formas, se te volverá imprescindible.

 

Por otro lado, existen gestos de otro tipo en los que casi nadie piensa y que, conforme vas avanzado, se te irán ocurriendo, tal como:

  • Entrar en contacto con tu párroco o un obispo y, mediante fidelidad y obediencia, ganar su confianza para presentar dudas, sugerencias y recomendaciones tal como, por ejemplo:

Preguntar por què razón ya no se predica sobre el cielo, el infierno, el pecado y la gracia.
Por què razón no parece interesarles hacer proselitismo si así fue como actuaron los Discípulos.
Por què razón, si los Santos Padres lo hicieron y asì se construyò la Iglesia, ya no combaten los errores teológico-doctrinales que abundan en tantas diócesis.

  • O podrìa ser que se te ocurra, tal como el padre Thomas G. Weinandy, decidir escribir, por ejemplo, al papa Francisco (Casa Santa Marta, Ciudad del Vaticano, Roma, Italia) ya sea imprimièndola y adjuntando tu firma o, escribirla de propia inspiración en la confianza de que la gracia hablará desde tu sentido de la fe o sensum fidelium, como se le conoce. 

La gracia vendrá en tu auxilio ya que, a estas alturas –de seguro- te habrás dado cuenta, que cada uno de estos pequeños gestos ha tenido como finalidad transformarte en auténtico testigo de la  verdad. 

No temas. 

¿No temas?, pero, ¿què digo? Si llegaste hasta aquì, es porque has dado pasos de gigante hacia gozar plenamente de la libertad gloriosa de los Hijos de Dios. 

21.10.17

Pequeños gestos que nos hacen católicos (I)

Estoy segura que no me creerán cuando les diga que no fue hasta hace cerca de ocho años que conocí personalmente a un sacerdote cabalmente católico.

Lo identifiqué por lo siguiente: vestía sotana todo el día sin importar el clima, rezaba el rosario y  todos los tiempos de la liturgia de las horas, celebraba misa diaria y, en su tiempo libre, vestía con pudor.

Fue una revelación que cambió mi vida porque, desde entonces, me volví exigente conmigo misma por lo que empecé a consolidar gestos externos que ya realizaba o a adquirir algunos nuevos que me revelaran como persona católica; así fue como, por ejemplo, nunca olvido persignarme y dar gracias por los alimentos cuando los consumo en público.  

Cuál es el beneficio? El principal beneficio consiste en que darás testimonio público de tu adhesión a Cristo, cosa que no quedará sin recompensa ya que, para empezar, notarás que la gracia te va transformando en una persona que no teme mostrar sus convicciones.

Cosa a la que no viene mal acostumbrarse ya que, en nuestros días, si te muestras como católico te joroban y si no lo haces, tambièn. O sea, te joroban de todas formas. Que tu alma y cuerpo muestren un mismo sentir les dará mucho què hablar. No desprecies la oportunidad.  

Así que, sin más, te presento 10 pequeños gestos que darán forma católica a tu manera de ser:

  1. Persignarte cuando pasas ante un templo católico (¡asegúrate que lo sea!)
  2. Dar gracias por los alimentos cuando los consumes en público
  3. Rezar el rosario en el autobús
  4. Vestir de manera pudorosa o, dicho de otra forma, evitando el escándalo
  5. Esmerarte en un trato delicado hacia los demás, principalmente, hacia las personas odiosas
  6. Hacer reverencia cuando traspasas el umbral del templo (muchos católicos entran al santuario como perro por su  casa)
  7. Cargar y utilizar agua bendita y compartirla cuando lo consideres necesario
  8. Tener en tu escritorio en casa o en el trabajo un crucifijo, estampita o cualquier otro signo que exprese claramente tu fe
  9. Manifestar gratitud y entusiasmo por el éxito o buenaventura en los demás
  10. Asistir a misa o visitar el Santísimo durante tu hora de almuerzo en el trabajo

Son incontables los gestos que puedes realizar con los que, por gracia, verás grandes cambios en tu vida y no solo eso, sino en la vida de los demás. 

Más adelante te presentaré algunos más.

Tú, lector, siéntete libre de sugerir otros. 

19.10.17

Ante enemigos monumentales (III)

Los católicos nos encontramos ante enemigos monumentales: uno externo, que es la Ideología de Género y, otro interno, que es la Apostasía.

Si algo hubiese que reclamar sería el que se nos dejase solos dando la batalla o, en el peor de los casos, que quien tuviese la responsabilidad de protegernos no lo hiciese por sumarse a las filas enemigas.

A muchos podría escandalizar dicha posibilidad pero, les aseguro, no es algo imposible ya que sabemos de quienes han evitado dar la batalla ante los enemigos de Dios o de otros que, si no se abstuvieron abiertamente, no hicieron lo que a su deber de estado correspondía.  

De tal forma que, no es imposible que llegásemos a ver a un delegado de Cristo facilitando el ataque enemigo hacia quienes es su deber de estado proteger.

Cuál sería la causa? La causa serìa el que su soberbia desarrollara una mala teologìa. 

Tan mala teología como la que establece ruptura en la unidad cuerpo/alma para exaltar el alma por sobre el cuerpo con lo que deja al cuerpo a merced de las propias decisiones las que, sin duda, provocan que se termine aborreciéndole. 

Basta conocer la magnitud del odio que la Ideologìa de Gènero manifiesta hacia el cuerpo al promover el aborto y la FIVet y el odio, que por otro lado, expresa el Apòstata cuando promueve la eutanasia o cuando sostiene que no reside mal en el adulterio o en el ejercicio de la homosexualidad.

Es precisamente en este punto donde la Ideología de Género y la Apostasía se encuentran y hacen frente común al presentarse como enemigos de Dios y de sus criaturas.

De ahì que estemos ante enemigos monumentales.

Al grado que ni David tuvo tan magnífica oportunidad para contemplar la victoria del Altìsimo.

Victoria que será alcanzada en los millones de bautizados de quienes, pese a que se les escucha decir que la presente situación hasta “les ha quitado las ganas de vivir”, sin embargo, añaden con soltura que “no están dispuestos a ceder sino hasta que Dios mande”.

Victoria que, sin duda, ya se deja ver en lo espinado de su corazón.

Asì es, por millones se cuentan los guerreros que caminan sobre el campo de batalla con la fe intacta, firme en la esperanza y sin claudicar en la caridad debido a su amor a Dios y a sus hermanos. 

Muchos son los que vienen sufriendo y expíando por los pecados de la Iglesia y del mundo entero.

Son muchos los que, por unir su sufrimiento al de Cristo, colaboran en su obra de redención.

Muchos son los que, con auxilio de la gracia, ayudan a Cristo a salvar la Iglesia. 

Escondidos en sus llagas, Cristo mismo batalla por ellos.

Al lado del también escondido Corazòn de Santa Marìa.

 

16.10.17

12 (de las múltiples) bondades de tu pontificado (II)

1 era. Bondad: “Lo que importa en la vida es saber que somos amados de Cristo y que le amamos de vuelta” decía san Juan Pablo II y es lo principal que he aprendido de tu pontificado ya que, una vez nos sabemos amados y que por gracia Le amamos de vuelta, no parece que tenga mayor importancia el que te haya colocado el Señor como signo de contradicción.

Lo que me lleva a la:

2da. Bondad: La figura del papa recupera el lugar que habìa perdido. El papa ha dejado de ser un semi-dios y ha pasado a ser la figura de quien tambièn podemos recibir el amargo del vinagre y dolor de la Pasión debido a que, las consecuencias de sus acciones, nos reveladan la amplitud y profundidad del pecado personal y comunitario por el que debemos expiar y pedir perdón. 

Cosa que me hace llegar a la:

3ra Bondad: Reconocemos que el Señor purifica a sus elegidos mediante del dolor que sufren por los pecados de la Iglesia. Si no, de què otra manera nos hubiésemos dispuesto a buscar un veraz discernimiento entre el bien y el mal? Si no, de que otra forma hubiésemos intensificado el ayuno, penitencia, oración, sacramentos y Eucaristía frecuentes si no hubiese sido porque del Vicario de Cristo es imposible recibir orientación certera?

Lo que me conduce a la:

4ta. Bondad: Reconocemos que una buena teología es necesaria para discernir el bien del mal y necesaria la fidelidad a la tradición para el crecimiento humano y espiritual. De dónde si no, habrían aparecido guerreros dispuestos al martirio si no es porque la Verdad y la Fidelidad se han presentado ante sus ojos con una nitidez aplastante debido a su buena teología?

Según lo que llego a la:

5ta Bondad: Hemos aceptado el martirio como la única opción. Ya que, dado lo que haces y dices, cuáles otras opciones nos dejas, amado papa? Unirnos a tu afición por Lutero o a tus propuestas sobre el cambio climático? Podría ser que nos uniéramos a tu propuesta de la Misericordia pero la incertidumbre es mucha dada la teología que la sustenta. O, será que esperas que guardemos silencio ante la persecución que sufren quienes exponen sus inquietudes respecto a la mala teología que vienes desarrollando?

De donde encuentro la:

6ta Bondad: Aceptamos que estamos viviendo un tiempo terrible en el que impera una mala teología. La buena teología, apoyada en la gracia, es la que ha servido a la Iglesia en su misión de salvar almas. La mala teología, en cambio, por estar desprovista del auxilio de la gracia, no sirve a la salvación. La prueba está en que el Señor, de manera temprana, inspiró a Tomás de Aquino para que su buena teología que sirviera de tanto en tanto para corregir el arrojo de nuestra soberbia.

Con lo que llego a la:

7ma Bondad: Hemos aprendido a distinguir entre buena y mala teología y, por lo mismo, nos hemos afianzado en nuestra fe recurriendo al Catecismo siguiendo a aquellos pastores que conocen y difunden sus enseñanzas. El Catecismo es nuestro último bastión a falta del cumplimiento de tu deber de estado como es confirmarnos en la fe y la moral de la Iglesia, aunque –con  nuevo dolor- hemos sabido que  pretendes modificar el Catecismo en relación a “la pena de muerte” tal como si hasta ahora la Iglesia hubiese estado equivocada en sus enseñanzas.

Sin lo que no llegarìa a la:

8va Bondad: Nos hemos afirmado en la certeza de que la Iglesia no se equivoca. Se han equivocado muchos papas, seguirán haciéndolo, incluso, alguno podría estar haciendo tambalear los fundamentos a la manera en que la flagelación hizo tambalear a Nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, su Sacratísimo Corazón ha triunfado y triunfará toda vez que cada uno lo ame de vuelta.

De ahí que caiga en la cuenta de la:

9na Bondad: Hemos reconocidos que los más seguro es retornar a las raíces tal como cuando Pablo a los Gálatas comunica: “El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Ga 2, 20) lo que el Catecismo (478) amplía al decir que “Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno”. Cosa que  viene a ser oportuno recordar este martes 17 de octubre del 2017 en que celebramos a Santa Margarita de Alacoque por quien sabemos el Señor le expresó, tal como si se estuviera dirigiendo a ti exclusivamente: “Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio". Personas consagras a quienes, por deber de oficio, tendrías que estar mostrando con insistencia su Corazón traspasado.

Lo que me hace pensar que existe una:

10ma Bondad: Hemos aceptado que las mayores ofensas que recibe Nuestro Señor son de parte de sus consagrados. Cuando aceptamos que es así y no de otra manera surge la pregunta: “¿Quién va a salvar a nuestra Iglesia?” A lo que Monseñor Fulton Sheen responde: “No van a ser nuestros obispos ni nuestros sacerdotes o religiosos. Dependerá de ustedes, el pueblo. Ustedes tienen la mente, los ojos, los oídos para salvar a la Iglesia. Su misión es velar por que sus sacerdotes actúen como sacerdotes, sus obispos como obispos y sus religiosos como religiosos”.

De ahí que haya dado con la:

11ma Bondad: Hemos aceptado que, desde el papa hasta el más pequeño de los consagrados, necesita conversión.  Ante el hecho, al pueblo de Dios en estado de gracia, nos toca amar pero tambièn combatir los errores teológicos; expiar por sus pecados pero tambièn orar por su conversión. En esta línea y, en virtud de las promesas hechas a Santa Margarita, oportuno sería pedirte, amado papa, te consagres públicamente al Sagrado Corazón.  Te lo pedimos para que recibas la gracia necesaria a tu estado que contribuirá a que exista paz en la Iglesia y para que, a la vez, seamos consolados en nuestras penas. Para que el Señor sea para ti refugio seguro durante toda tu vida y, sobre todo, en la hora de tu muerte. Para que derrame abundantes bendiciones sobre todas tus empresas y bendiga tu casa cuando la imagen de su Sagrado Corazón sea expuesta y venerada. Para que tú, siendo pecador, encuentres en su Corazón el océano infinito de su misericordia. Para que tu alma tibia se vuelva fervorosa y para que, siendo fervorosa, sea elevada a gran perfección. Para que recibas talento para mover los corazones más empedernidos y para que, cuando propagues la devoción a su Sagrado Corazón, tu nombre quede escrito en el Suyo por siempre y jamás borrado. Para que, en el exceso de su misericordia, su amor todopoderoso te conceda la gracia de la perseverancia final al recibir la comunión en estado de gracia los nueve primeros viernes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción así como por tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final tras haber ofrecido cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas por los consagrados contra el Santísimo Sacramento. Si así lo hicieras no morirás en pecado ni sin la recepción de los sacramentos. Su Corazón será seguro refugio en aquel momento supremo.

Cosa que me lleva a la:

12ma Bondad: Reconocer que para salvar a la Iglesia es imperativo que, empezando por el ejemplo que nos diera el papa, adquiramos y propaguemos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.