Costa Rica en segunda ronda: Evangelismo vs. Laicismo
Pasando por lo que estamos pasando en mi país me he llegado a preguntar cómo sería la batalla entre las tendencias a lo interno de países que han blindado sus fronteras a la ideología de género.
Recuerdo que tuvimos un libro en casa que veía siendo colegiala que contenía una crónica fotográfica de lo que sucedió en Polonia con el sindicato Solidaridad. Las imágenes me sobrecogían pero a la vez formaron en mi la idea de cómo sería batallar en contra de un régimen dictatorial.
No cabe duda que dichas imágenes regresaron a mi memoria debido a lo que está significando para mí la actual lucha electoral.
Siendo que presentaron candidatura trece ciudadanos entre ellos, una evangélico bastante desconocido fuera del ámbito próvida, el candidato del partido oficialista y tambièn otro candidato católico social cristiano que para mí era la mejor opción, desde el principio la contienda, en su intención de voto, se presentaba bastante fragmentada por lo que las encuestas no fueron arrojando información veraz sino hasta noviembre, aproximadamente.
Quienes para ese momento ocupaban los primeros puestos eran cuatro candidatos entre los que, ni de lejos, se asomaba el candidato evangélico.
Fue poco después de que el gobierno dio a conocer la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la que recomendó a nuestro país legislar a favor de los “derechos de parejas homosexuales” que la candidatura del evangélico se disparó pero, como reacción, la del candidato oficialista con muy definido tinte laicista.
La cuestión es que, al final, ambos candidatos obtuvieron suficientes votos como para pasar a la segunda ronda.
Asì fue como llegamos al peor escenario de la historia electoral de nuestro país.
Desde entonces, cosa de un par de semanas, en redes sociales hemos experimentado una batalla campal que ya empieza a arrojar consecuencias en la vida pública tal como, de parte de padres de familia que han tomado medidas ilegales para proteger a sus hijos de la Ideologìa de Gènero y, por parte de los laicistas, apoyados por los medios de comunicación, una despiadada campaña de desprestigio a nivel nacional e internacional dirigida al candidato evangélico que afecta tanto a los evangélicos como a los católicos que lo apoyan.
La campaña sucia que precedió a la primera ronda ha resultado un juego de niños comparado con lo que estamos viendo.
Por lo que circula en redes sociales estamos conociendo lo peor de lo que estamos hechos: temor, agresión oral y gráfica, difamación, escándalo, impudor, revancha, odio, enemistad… es un infierno.
Dado que el apostolado que en redes he venido realizando hace ocho años consiste en divulgar la verdad de los hechos respecto a muchos temas, con respecto a la presente situación, se ha convertido en una batalla personal por conservar la cordura.
Muchìsimos, de ambas partes, tienen el entendimiento tan obnubilado que es imposible razonar con ellos ya que, en principio, niegan la veracidad de la información que se les ofrece por lo que persisten en el error, alimentando en sí mismo el temor y toda clase de malos sentimientos.
Cómo puede haber nuestro país llegado a estar tan extremadamente polarizado?
Pues, nada, ésto es el resultado de un proceso semejante al cambio de paradigma dentro de la Iglesia en el que, por haber ido sacando a Dios de la vida pública y privada, surgen quienes con liderazgo, enarbolan la bandera del Relativismo al que muchos se han adherido con lo que, simultáneamente, niegan a los cristianos toda posibilidad de hablar.
Estamos ante dos candidatos que representan los dos extremos: el cristianismo evangélico y el laicismo radical en su más pura expresión.
Quienes en primera ronda no votamos por ninguno de ellos estamos desolados y a la espera de alianzas entre los partidos que nos pudieran servir de criterio para confirmar nuestra decisión.
Mucho me temo que tampoco será tan simple ya que, ninguno de los candidatos, posee equipo de gobierno, experiencia en la función pública, edad suficiente, ni contactos a nivel local o internacional que los pudieran auxiliar en su labor como gobernantes; ambos poseen suficiente “rabo que les majen” como para confiar en ellos: el evangélico debido a los pastores que lo han influenciado y la procedencia del capital que lo financia y, el candidato oficialista, por pertenecer al peor gobierno de todos los tiempos. Con cualquiera que quedara electo las consecuencias serán muy graves.
Como ven, la batalla de los pueblos para rechazar la imposición de ideologías parece cosa muy remota sino hasta que, de la noche a la mañana, te ves en medio de ella sin saber cuál rumbo tomar ya que cualquiera sea la decisión, te llevará a ser cómplice de las consecuencias, sobre las que no sabes a ciencia cierta, si podrás asumir con responsabilidad.
Nunca como hasta ahora había entendido en qué consiste la purificación de un pueblo, lo necesario de la vida de la gracia, de aspirar a la santidad, de ser devota de la Madre Santisima.
Resumiéndolo de esta manera, entiendo mientras escribo que, precisamente, se me ha venido preparando para éste momento a partir de que tiempo atrás fui movida a conocer sobre el martirio y la apostasía, respecto a los cristianos perseguidos, acerca de la vida de la gracia, el deseo de ser santa y mi subsecuente consagración a Jesús por María.
Todo el conjunto, viéndolo así, me rinde una infinita seguridad, paz, esperanza y consuelo que no tenía al empezar a escribir.
Sea a Dios toda la gloria.
PD. Gracias padre Iraburu por mandarme a orar.