InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Categoría: Una, santa, católica y apostólica

20.03.17

"Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder" (Ef 6, 10-17)

“11 Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. 12 Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.
13 Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. 14 Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. 15 Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz16 Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. 17 Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” Efesios 6, 10-17

Una gran cantidad de católicos se devana los sesos tratando de comprender cómo ha sido que hemos llegado a tal nivel de confusión.

Por supuesto que es necesario conocer y reflexionar sobre la realidad; sin embargo, muchos yerran al enfocarse únicamente en responsabilizar a personas concretas o hechos específicos.

Noten que Pablo lo expresa claramente: “la lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio”.

Cosa que hemos de tomarnos literalmente o mejor no lo hacerlo del todo. .

Pablo ha dicho que el enemigo es el demonio; por tanto, al demonio hemos de resistir.

- “Pero, ¿cómo?", se preguntarán, “si los ataques nos llegan de fuera en la figura del odio y el desprecio de Dios?”; pues sí, los ataques nos llegan de fuera pero es la vida del alma la que Dios desea preservar. 

Alma que ha sido creada para de ser revestida con la fuerza de su poder.  

Una vez revestida el alma, será fácil comprender el valor de nuestro cuerpo, ya sea para ayudar a Dios a preservarlo o, simplemente, para entregárselo como ofrenda agradable.

Un alma revestida con el poder de Dios opondrá valiente y digna resistencia al enemigo en las múltiples formas y medios en los que se presenta, principalmente, en la figura de la Mentira.

Si, muchos hoy en día han establecido alianza con la Mentira.

Lo hacen incluso como expresión cultural tal como cuando afirman que harán algo que no tienen la menor intención de hacer o cuando utilizan eufemismos para encubrir o negar la verdad y la justicia.

Así como “los espíritus del mal que habitan en el espacio” descritos por el apóstol, miles de mentiras circulan por doquier apropiándose de diversos medios y tomando diferentes formas.

De los efectos de dicha alianza, es que nos resulta cuestión de vida o muerte, consolidar la nuestra con Dios.

Alianza que profesamos en el Credo.  

Ya lo dijo papa emérito Benedicto XVI, rezar el Credo con frecuencia es fundamental debido a que contiene las verdades con las que está elaborado “el escudo de la fe” a cuyo contacto se apagarán las flechas del enemigo, según describe el apóstol.

¡Eso! Lo primero con lo que revestir el alma es con las verdades de fe contenidas en el Credo. .

Segundo, para qué ceñir la cintura con la verdad y tomar de coraza la justicia? Por una simple razón: sujetar los pantalones.

Suena de chiste, lo sé, pero es real que, por la imprudencia de no ceñirse adecuadamente, nos veamos en peligro de muerte por caérsenos los pantalones.

Si, rían, pueden hacerlo pero solo permitan preguntarles: acaso desconocen el efecto que ejerce en el cerebro el ajustarse adecuadamente el cinturón? Pues, ¡eso!

Al tiempo que nos ceñimos con la Verdad la cintura, tomamos la coraza de la Justicia con la que cubriremos el torso, la espalda, deltoides y hombreras para evitar vernos doblegados por ataques frontales o a traición.

Verdad y Justicia van unidas debido a que si una de faltara no existiría Misericordia.

Un guerrero sería el primero en tenerlo claro ya que ha hecho elección por la causa de Dios ha sido en razón de la Misericordia que ha tenido con su alma.

En este sentido, esa “nueva” misericordia que circula influenciando a tantos es tan falsa como auténtica es la Justicia y Verdad divinas.  

A la falsa “nueva” misericordia hemos de resistir.

Ahora bien, como calzado, nuestros pies irán revestidos con el celo para propagar la Buena Noticia; es decir, el apóstol indica que el calzado adecuado es el “interés ardiente por la causa de Dios”;  calzado que, no solo nos hará resistir de pie, durante más tiempo sino que nos llevará lejos, hasta donde se encuentran las almas indefensas.

Siguiendo las instrucciones del apóstol, revestiremos la cabeza con el casco de la salvación ya que en la sesera se ubica lo razonable que es no solo la alianza propuesta por Dios sino el que de ella derive nuestra santificación para mayor gloria suya. .

Indica el apóstol que, con la Palabra hemos de revestirnos como de una espada elaborada con la Gracia del Espíritu.

Sin la Gracia que emana de su Palabra, es imposible conocer a Dios y también su causa.

Yerran en su elección del enemigo quienes desconocen su Palabra.

Como dije al principio, es valioso tiempo perdido el concentramos en buscar, juzgar y sentenciar responsables.

Tiempo valioso que habría de haber sido utilizado en revestir el alma.

Si con la fuerza descomunal que en nuestro tiempo Dios le ha permitido tener, el enemigo gana terreno sobre las almas, es porque hemos venido perdiendo el tiempo.

De la Verdad, la  Justicia, el celo para propagar la Buena Noticia, de la Fe y de su Palabra resulta la fuerza del poder de Dios con la que ha sido y será, una y otra vez, menguado el enemigo.

 

20.02.17

Los 20 primeros frutos de la crisis (vistos con humor)

  1. Sin lugar a dudas, el primer fruto positivo es que los tomistas, sin abandonar su lucidez, han dejado de hablar enredado.
  2. La casta de los “fariseos” ha retornado y no da tregua al pecador gracias a su alianza con los tomistas
  3. Algunos obispos, por dicha y, aunque a regañadientes, han aprendido a celebrar ad orientem
  4. La misa tridentina, aparentemente, tendrá su prelatura
  5. A los buenos curas, a esos que –de manera inexplicable- les va bien con capillas de adoración perpetua, les ha dado por ganar premios para seguir con sus obras de caridad
  6. Otros muchos, han dejado su labores administrativas para aprender a utilizar el internet con tal de no perderse detalle
  7. Las amas de casa y los ciudadanos retirados han dejado de seguir webs sobre profecías para ser asiduos lectores de InfoCatólica
  8. Contamos con una lista actualizada de sedevacantistas a la que, orgullosamente, ha sido nominado uno de los blogueros de InfoCatólica
  9. Ha caído el mito de que tooooodo el Magisterio es infalible
  10. Ha caído también el mito de que la figura del papa es un modo de la unión hipostática
  11. Por mera gracia, la noción del ministerio petrino, sigue intacta.
  12. Ahora sabemos que se pueden empapelar las calles de Roma con carteles alusivos
  13. Aprendimos que de “cuándo, cuándo, cuándo” surgen productores de video con un excelente sentido del humor
  14. De a poco, los laicos abandonan por completo el morbo por las noticias calamitosas para recurrir a los sacramentos y a la adoración eucarística 
  15. Ahora sabemos que las monjas de clausura pueden “armar lío” concediendo entrevistas a actores porno con el fin de recaudar fondos y, de paso, ayudar al actor a vender su pornografía.  
  16. Pese a dos mil años de ininterrumpida enseñanza, ahora sabemos que unos clérigos pueden enseñar una cosa y otros, todo lo contrario.
  17. Los laicos estamos siendo mundialmente reconocidos por ser magníficos consejeros de curas que no han conseguido entender el sentido de la justicia y de la misericordia divina
  18. La Primacía de la Gracia ha regresado a la pasarela.
  19. Sucede lo mismo a la noción de “pecado”
  20. Ni qué decir que los 10 Mandamientos han vuelto a ocupar los primeros puestos en las listas de popularidad.

(La lista continuará una vez encuentre mi sentido del humor el que, de tanto en tanto, se pierde en medio de este revoltijo) 

17.02.17

¡Las calles están ahí!

Ni que lo hubiésemos planificado con efectos especiales: durante la Hora Santa hubo un apagón mientras el padre con su guitarra y a media voz cantaba la de Emaús. Fue como estar a la luz de la fogata.

En medio de la vorágine que es la vida cotidiana no creo que, en mi parroquia, baje la media de los treinta años la edad de quienes acogemos la gracia para detenernos y asistir a la Hora Santa.

Allí estábamos. No éramos ni veinte adultos esperando en silencio y, además, alguien que parecía estar un poco fuera de lugar: un niño de aproximadamente catorce años quien entró después de mí para sentarse al extremo de la fila en la que me encontraba.  

Para ese momento, ya habían repartido el folleto que publica el párroco con las Vísperas, por lo que el jovencito no lo tenía.

Con el brazo extendido hice ruido con el folleto indicándole que lo tomará. Cuando me vio, negó con su cabecita, pero le dije en voz baja: - “Por qué no? Tómalo. Es bonito”.

Lo tomó y se puso a ojearlo. Estuvo en ello algunos minutos hasta que aproveché para acercarme. Se estremeció un poco porque seguro pensó que quién sabe qué cosa le diría pero, se le abrieron los ojos cuando con palabras muy sencillas, le expliqué de qué se trataba el folleto aludiendo a la actividad en los monasterios y al canto gregoriano que podía encontrar en youtube; tras lo cual noté que leyó las Vísperas con mayor interés.

Poco después entró el sacerdote y lo tomó del brazo para conducirlo a una salita donde asumo que lo confesó porque salió de inmediato a arrodillarse como quien cumple con la penitencia.

Me dije que, seguramente, de seguido se iría, pero no, se quedó en la Hora Santa.

Ayer, para animarme, ya que manifesté estar muy triste por la situación de la Iglesia, Juanjo Romero compartió conmigo una noticia sobre un sacerdote que se dedicó a caminar, rezar el rosario y a encontrarse con la gente durante tres años, como parte del apostolado de la orden monástica llamada Canónigos Regulares de San Martín de Tours a la que pertenece la cual combina el apostolado con la vida contemplativa.  

Su presencia en las calles confesando, bendiciendo, platicando, recoge un sin número de maravillosos sucesos ya que su caminar fue la elección del Señor para atraer a muchos hacia sí.

Así es,  muy parecido a cuando, como quien no quiere la cosa, hizo compañía a los caminantes hacia Emaús.

Yo, salí encantada de esa Hora Santa, no solo por la magnífica compañía a la luz de la fogata sino por haberme encontrado con aquél jovencito que se confesó, se quedó en adoración pero que, además, echó las Vísperas en su mochila.

Detalle que me hizo recordar a las personas que, por dedicarme unas palabras, intervinieron para que la gracia le diera un giro significativo a mi vida.

¡Las calles están ahí!

13.02.17

Por qué los laicos no podríamos hacer lo de los cuatro cardenales pero con los presbíteros y obispos?

“Miren, antes de seguir les diré que he visto con mis propios ojos y experimentando en mi propia carne el hecho de que el Señor, cuando quiere sacar un proyecto adelante, lo hace con tan solo una o dos personas”

Continuamente, por privado, me consultan sobre párrocos que cometen abusos de diversos tipos. Justo ayer, un señor de mi grupo provida, por privado me hizo una consulta  sobre su párroco acerca de cómo se conduce en la liturgia. Es claro que el sacerdote comete abusos que están al límite de ser graves con las obvias consecuencias para su alma y el bien de los fieles. Le recomendé lo que a la vez me recomendaron algunos sacerdotes y creo que quedó en paz.

Yo me pregunto qué fue lo que nos pasó para que no nos atrevamos a corregir a nuestros pastores? Acaso no nos concierne amarlos y velar por el estado de su alma y el bien de los fieles a su cuidado?

Ahora bien, me pregunto cuáles serían las consecuencias si se promoviera la corrección fraterna a nivel de un auténtico movimiento mundial organizado y estructurado? Algo así como lo que pretendían los cardenales con su dubia pero dirigido a los pastores más cercanos?

Yo sería capaz de dedicar horas del día a visitar párrocos y obispos para plantarme delante de ellos y manifestarles lo que nadie se atreve.

Por supuesto, te pueden decir que él es el pastor, es decir, la persona y nosotros las ovejas, es decir, los animales que tenemos que hacer lo que las personas nos dicen. Eso podrían decir pero, acaso ese tipo de sacerdotes no lo dicen continuamente pero seguimos, aunque tragando grueso, en la parroquia en lo mismo de siempre?

Mi punto es que estamos paralizados y, por lo mismo, evitamos pensar que, si los pastores han llegado a ser de ese modo, hasta cierto punto es nuestra responsabilidad ya que nunca les decimos nada y si algo se les dice son solo casos aislados de poco peso en la conciencia del sacerdote.

Pero, cómo verían esos consagrados que, de dos a cinco laicos bien formados, se dedicaran a visitar parroquias de donde se reciban denuncias con el fin de manifestarles el interés que tienen por la salvación de su alma y el bien de los fieles a su cargo?

Yo, por ejemplo, puedo imaginar a un grupo de conocidos yendo donde obispos y presbíteros a plantarles cara. Lo pueden imaginar? Estoy segura que pueden hacerlo y que a la vez ven claro que los anularían de inmediato tachándolos de soberbios y osados. Sí, eso harán, sin duda, pero qué importancia tiene? Acaso desde hace tiempo no los tiene anulados el temor a los malos tratos y las represalias?  

Sinceramente, solo háganse esta pregunta: por qué los laicos no podríamos hacer lo de los cuatro cardenales pero con los presbíteros y obispos?

Yo, al lado de la corrección verbal al párroco u obispo junto con testigos, dejaría en su escritorio un informe describiendo los abusos y los motivos para pedir corrección. Le informaría sobre el envío de una copia a la Curia y también a Roma al correspondiente dicasterio.

No dicen que es la hora de los laicos? Pues, eso. Es la hora. Suficiente autoridad nos da la Iglesia para ello.

O es que la hora de los laicos es solo para seguir escribiendo artículos que no pasan de ser leídos por los mismos de siempre? Para quejarnos en redes sociales y no decir ni pío cuando tenemos al párroco abusivo delante?

Si, muchos presbíteros y obispos nos ven como inferiores. Es una realidad. Se sienten una especie superior entre Dios y el hombre. Como una especie de eslabón que decide en nombre de Dios lo que sí y lo que no.

Lo sé, lo sé… pero por eso mismo hemos de plantearnos un hecho incontrovertible y es que el momento de la historia está demandando de nosotros una creatividad inimaginada. 

No veo posible que elijamos pasar por esto ahogándonos en la impotencia cuando el propio Jesús ha dejado en la corrección fraterna el instrumento para hacerle frente.

Bien, ahí les dejo la idea. Si algunos se decidieran, háganmelo saber.

 

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11.02.17

"Con frío en la nuca"

“Con frío en la nuca” no solo es una graciosa expresión de mi pueblo que sirve para describir la etapa previa de un fuerte resfrío sino de lo que se prevé será de graves consecuencias.

Pues bien, vengo con frío en la nuca desde ayer y ya di con la causa por lo que deseo hacerles reflexionar sobre lo siguiente:

Muchos pastores actúan desde lo políticamente correcto.

Asumo que han notado a través de las noticias que muchos clérigos se comportan respecto a Amoris laetitia como meros políticos cuando defienden únicamente aquello que lleva agua a su molino aunque ello no sea precisamente la glorificación de Dios y la santificación de las almas. 

Rezar por ellos? Sí, porque lo que llevan en su mente y corazón ya no lo cambiará nadie sino Dios y que, lo más probable, será que lo cambie de manera contundente ya que no está para nada bien “en teoría” afirmar que no se ha cambiado la doctrina pero, en la práctica, cambiarla por una diferente.

La doctrina ha sido cambiada y el cambio consiste, precisamente, en que dichos clérigos se esmeran en que en se enseñe una nueva doctrina con lo que manifiestan tácitamente que la oficial ha pasado a ser una doctrina que no pertenece a la Iglesia.

Tan es así que, quienes profesamos la fe de siempre, somos juzgados como detractores de las nuevas enseñanzas; y, de ahí también que nos juzguen de provocar división cuando todo lo que hacemos es seguir siendo los mismos católicos de siempre.

Desconozco si algún santo lo habrá dicho pero por eso lo diré yo: Cristo no se hizo hombre para reinar  a la manera de un político sino para, como Hijo de Dios, reinar en las almas.

Cada uno revise a qué ha dado adhesión.

Yo, como lo tengo claro, me vuelvo en paz al calor de mi habitación para seguir con mis lecturas, oraciones y reflexiones y, al final de la tarde, asistir a misa en el seminario mayor ya que será el primer ingreso de un buen joven que me ha invitado a tan histórico acontecimiento en su vida. . 

Valdría la pena que, en adhesión a Cristo, nos volcáramos en acciones concretas a favor de las almas que pone a nuestro cuidado.

En colaboración con la gracia, busquemos la santificación en lo que trae el día.

Y, ánimo…! No estuvo Moisés solo, tampoco lo estamos nosotros.