InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Categoría: Una, santa, católica y apostólica

13.11.24

Umbral de la Gracia

Sinceramente, a como es el mundo, no creo que a muchos les pudiera interesar lo que escriba una señora de mi edad acerca de Dios o de nada.

Aprendí a escribir a los cinco años, la primera iniciativa fue escribir poemas a Dios, a María, a Jesús y a José. Después, escribí poemas a mis seres queridos, hasta que empecé a dibujar. Y así fue como dibujé y dibujé hasta el día de hoy.

Ahora bien, les decía que no logro explicarme el para qué tengo un blog en Infocatólica; pues, me digo que –si para escribir lo que escribo me lo ha dado Dios- como dije, mejor lo sigo haciendo.

Otra pregunta que ronda en mi cabeza hace tiempo es, para qué Dios me ha hecho experimentar variadas miserias de los consagrados; “Es raro” -me digo- “no debe ser común que una persona cualquiera como yo haya tenido tan diversas experiencias de personas dedicadas a Dios. O, quizá lo sea, no sé”.

Y no es para sacar a la luz los hechos que lo digo, sino para resalta  el que, cuando caí en la cuenta y, sin que nadie me lo dijera, empecé a rezar por los ellos. Gran parte de lo que pido a Dios es amor para amarlos sinceramente.

Cuando sobreviene el recuerdo de alguna experiencia desagradable, se me vuelve a desgarrar el alma.

Analizo el dolor detenidamente, no vaya a ser que solo se trate de mi ego humillado, que –de hecho- muchas veces se ha tratado solo de eso; sin embargo, rápido se me quita al mirar mi alma, que nunca ha sido mejor que la de ninguna persona.

Ni mi alma lo ha sido ni la  situación eclesial han sido nunca lo que, en nuestro corto entendimiento, hubiésemos esperado.. Y, como el conjunto resulta desolador, mejor se lo confiamos a Dios que permite lo que permite.

Además, sabe Dios cuántas y diversas circunstancias pudieron haber dado con lo que cada uno de nosotros es en este momento.  Con lo que es ahora la Iglesia.

Por eso, es de agradecer a Dios que nos regale espíritu de arrepentimiento y perdón hacia nosotros mismo y los demás, particularmente hacia quienes nos hacen sufrir ya que, el sufrimiento, en sí mismo, es un don grandísimo.  

Contándole a mi hermano un día algo desagradable que me sucedió con un arzobispo y de lo después, se sirvió Dios para algo bueno, me decía: “Madre superiora (así me llama por cariño), qué cosa puede haber mejor que su dolor haya servido a Dios para distribuir su gracia?

Toda la razón.

Me parece correcto concluir que el umbral que atraviesa la Gracia para llegar a los sacerdotes por los que imploramos, sea ese incomensurable dolor; el que, habiéndolo unido al de Nuestro Señor Jesucristo, se convierte en medio o instrumento de la Gracia.

Quiere decir que, entonces, está bien que mucha de nuestra oración del día, sea implorando bienaventuranzas para los ellas.

“Oh, Jesús, mi buen Jesús: Dame amarte y amarlos cada día más y perdona nuestros pecados”.

Como dije al principio, no sé si algo de todo esto puede interesar a nadie pero igual, lo escribo; no vaya a ser que alguien necesite leerlo y yo, por escrúpulos, haya dejado de hacerlo.

28.10.24

La Gracia nos hace dichosos

Nunca hemos sido gente de fiar. Unos más, otros menos, pero pocos –poquísimos- se han librado de infidelidad.

Gran consuelo es conocer la gran paciencia que ha tenido Dios con el Pueblo de Israel. La ha tenido nada más porque, siendo Dios, no pierde la Esperanza; pero, hasta eso, a nosotros debe darnos ambas para que, por lo menos un poquito, nuestra flaca voluntad pueda colaborar con él.

Me figuro que en tiempo de la Anunciación y, desde hacía mucho, había quedado lo que ahora solemos llamar “un resto fiel”. Santa María, familia y amigos, han de haber sido de los pocos, poquísimos, que –con Esperanza- se conservaron, no sin suma dificultad, en fidelidad a Dios.

No tener internet ni tanta facilidad para estarse enterando de la abundancia de infidelidad que los circundaba, fue una bendición; al menos, una circunstancia favorable al don de Dios.

Podían seguir siendo fieles rodeados de familia, amigos y otros seres queridos, y a la vez, mantenerse al margen –en lo que se podía- de cuanta violencia en contra de su fe podría haber existido. Y, sin embargo, la suya fue una circunstancia siempre hostil a los asuntos de Dios. Ya hemos conocido un poco de eso. Nada que envidiarnos.

Medito en todo esto, y -aunque lo hago bastante superficialmente- debido a que, en lo que va de la presente década, vengo necesitando con mayor frecuencia sólidas referencias que me auxilien a pisar fuerte y seguro.

Primero que todo, una vida en estado de gracia, es lo único que es de mayor firmeza. Ella no falla, pero nosotros lo hacemos, por eso,  cuando sucede, conviene un buen examen de conciencia y un buen confesor.

También, oración, lecturas sanas y obras de misericordia o, quizá tan solo, apoyarse en el deber cumplido, así sea el de estar enfermo o, tal vez, nada más alejado de aquello por lo que sentimos afecto.  

Un alma que busca amar a Dios cada día más, como bien pudieron haber sido Joaquín y Santa Ana e Isabel y Zacarías; un alma bien fundamentada en la gracia de ese deseo, es regalada con lo necesario, así sea que se encuentre de ermitaño o en un claustro o en cama.

Así que, no vale echar la culpa a nadie de lo que sucede. Es válido tratar de explicárselo a uno mismo pero no de hacer juicios y culpar. Así pueda estarse cayendo el mundo, desmoronándose la Iglesia, desaparecidas casi todas las referencias sólidas, un alma que desea amar a Dios, no flaqueará, aunque sufra, aunque le duela, aunque padezca, y aunque esté sola o parezca estarlo.

La Gracia, la vida en estado de Gracia, es lo que nos hace dichosos.
Porque si, somos bienaventurados!

Solo procure el alma vivir intensamente pidiendo a  Jesús amarle cada día más. Al modo de Santa María. 

Nunca hemos sido gente de fiar pero la Gracia nos hace dichosos en medio de la adversidad.

6.01.24

El corazón de Dios no es de marshmallow con caramelo | Reyes 2024

Papa Benedicto decía que ser cristiano no es una idea sino el encuentro con un acontecimiento. Así como sucede en Epifanía!

El acontecimiento es la Luz que nace de lo alto!

El acontecimiento no es la estrella sino el tesoro al que fueron guiados los Reyes que bien sabían que, aunque pequeño, contenía todo el Bien.

De ese encuentro es que nace la fe y el Bautismo concede la Gracia para comprender que ahora Dios tiene un corazón de carne y sangre, no de marshmallow con caramelo, como muchos prefieren pensar.

En este día de Reyes 2024, el Señor se acordó de mí (como siempre) y me dejó despertar para ver la aurora y hablar como lo hacemos a esa hora. A Dios le encanta que le diga las primeras estrofas del Te deum y a mí me encanta que me las inspire porque me llena de luz y de belleza la gran certeza de un Dios eterno.

Que me despertara a esa hora, quiere decir que dormí un poquito más de lo que he venido durmiendo desde hace un mes en el que este cuerpo se ha venido comportando como le da la gana, sin hacer caso de mí, ni de médicos o medicamentos. En fin… que dormí unas horas más y desperté alegre y agradecida, como si abriera los ojos en el mismo cielo.

Algunos pensarán que un bloguero quizá no debería involucrar sus asuntos personales en lo que escribe pero yo no sabría cómo dejar de hacerlo si todo lo que soy, hago y pienso, gira en torno a esta atracción loca que tengo por Dios desde que me acuerdo.

Como no respiro más que a Dios, es que se abren los alveólos dejando pasar a mis pulmones el aire que lleva oxígeno a mi cerebro. Sea bendito! Respiro a Dios, literalmente, y lo se por la dificultad que tengo para respirar desde muy pequeña. Cuando deje de respirarLo sabré que he muerto. Sea bendito también!

De todo este acontecimiento que es Dios en mi vida, es de donde me sale la seguridad para decir ciertas cosas aun cuando no poseo autoridad. Lo hago, ya que la Gracia me capacita, sin saber yo cómo, ni por qué, lo importante es el para qué. 

Por eso, lo que diré en Día de Reyes 2024, se trata de lo siguiente:

Por lo que ha venido sucediendo desde papa Francisco hasta monseñor Fernández, es que nos damos cuenta que para algunos, Dios es una idea en lugar de un acontecimiento.

Tan idea es que estructuran la fe y “lo pastoral” como si fuera el programa de una organización. Tan es así que, se especializan en aspectos secundarios, dejando de lado lo esencial.  Como, por ejemplo, Jesucristo y la vida de la Gracia.

Tan es así que, ante lo que lo que predican, tan solo háganse la pregunta: “Dónde está la Gracia de Dios en el discurso (por no decir Jesucristo, ya que del todo no estará) y dónde la protección del medio ambiente? Con la respuesta que obtengan comprenderán lo que diré a continuación.

Los que así predican presentan conducta sectaria, es la característica principal de las sectas: colocar lo secundario sobre lo esencial.

Dicho lo anterior será más fácil juzgar lo que digan y hagan y discernir a qué se le debe prestar atención y a qué, definitivamente, no. 

Muchos no comprenden “por qué” Dios nos pone en una situación de inseguridad tan grave pero la pregunta correcta es “para qué” (eso lo aprendí de san Juan Pablo II).

Para que seamos testigos de estos son días de Gracia en los que veremos la gloria de Dios manifestarse en quienes son verdaderamente suyos: abran los ojos a lo que vean brillar, miren a lasfamilias numerosas, las vocaciones, a los magníficos obispos y presbíteros, a los misioneros, predicadores, cuenten a los vecinos amorosos, observen a los familiares sacrificados, a los excelentes amigos, etc. Deténganse a mirar su propia mente y corazón para saber cuánto aman a Dios y le están agradecidos. Todo es Gracia a la que nadie puede opacar por más torpe sea su teología. 

Observen también que muchos se lo están pidiendo a Monseñor Fernández, que  retire del Magisterio el “Fiducia” documento. El que, a mi entender, viene siendo poco menos que basura ya que las bendiciones pastorales son tan solo un aplauso humano a una relación o persona que no sabe, no quiere o puede dejar de conducirse de cierta forma. Entonces? Qué es lo que se bendice? Se bendice a una persona o pareja que toma malas decisiones. Los conducen al encuentro que tuvieron los Reyes?  Monseñor Fernández no lo hace ni en un solo renglon del documento. 

Ni la persona, ni la pareja estarán recibiendo nada que no sea humano cuando lo que necesitan es lo divino, para verdaderamente vivir. Así es la Soberbia, piensa que bendiciendo, equipara a Dios en su don.

Dicho esto, es también fácil comprender el daño que hace la mala teología; ahora lo sabemos gracias a las mencionadas personas. Basta con deternerse a mirar el abismo entre los últimos prefectos del Dicasterio para la fe y el actual. 

Por eso es que tal vez llegaremos a ver orientaciones parstorales para cada pecado que nos convierte en “irregulares” y necesitados de aceptación; quizá los siguientes  en ser bendecidos sean los golosos. Así va la teología en Roma que algunos aplauden. 

El otro día un sacerdote me dijo que confiaba más en la teología del Papa Francisco que en la del Cardenal Müller. Qué le respondí? Le dije: “Estimado padre, significa mucho lo que está diciendo, espero que se dé cuenta ya que significa que usted da su adhesión a una iglesia nueva, no a la de Jesucristo”. Ahí terminó la conversación, por supuesto.

Por otro lado, hay muchos que dicen que Infocatólica no se debe leer, pero lo dicen porque aquí cada uno está por preservar de los hechos, la Verdad. Y por supuesto, la Verdad –cuando se la evita persistentemente- se presenta temible.

De más de diez años que tengo de publicar aquí, ni una sola vez alguno ha dicho algo que no sea verdadero, tan verdadero como el encuentro el día de Epifanía. 

Desde entonces nos guía el Señor por este camino al cielo; tan arduo a veces y a la vez tan feliz. Tan felicísimo que quiere a veces uno llorar, sobre todo después de alguna pena enorme de la que te ha sacado con bien o, incluso, dentro de la pena que estás viviendo con alegría, sin saber cómo o por qué.

Así es nuestro Dios, porque es nuestro y nosotros suyos.

Que se cuiden los cardenales ya que el entuerto lo provocaron en el momento en que no investigaron a quien eligieron al pontificado. 

Que se cuiden los obispos que con el silencio pretenden conservar una unidad que no existe, en lugar de abrir la boca para entendamos ante quien inclinar la cabeza.

Que se cuiden, ya que Dios tiene corazón de carne y sangre que grita ¡Justicia! antes de ejercer Misericordia.

Conozco presbíteros que hablan de Justicia y Misericordia sin ningún temor y nadie se escandaliza, lo único que sucede es que más y más bautizados quieren seguir a su lado porque saben ante Quién están.

Es la gracia que obra de ese manera. El Espíritu de Dios que nos guía.Que no es el mismo espíritu del que algunos afirmaron haber escuchado dentro del sínodo sobre sinodalidad.

Sinodalidad que predican pero no practican porque para el “Fiducia” no consultaron a los obispos, ni a las iglesias orientales, o las ortodoxas. No recordaron la lucha de los obispos africanos en contra de la ideología de género. Ni tampoco escucharon al pueblo de Dios. Ni siquiera escucharon a los involucrados ya que nadie ve multitudes en situación irregular pidiendo redención. No escucharon ninguna otra cosa más que las propias ideas (sectarias).

El corazón de Dios ahora es de carne y sangre así que sabrá perdonar o no. Según sea el caso. 

Feliz Día en que la Luz de lo Alto se manifestó ante nosotros, poca cosa, como somos. 

                                                         - O -

“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.”
Benedicto XVI en Deus Caritas est

29.09.23

"Solo Dios", diría Gracia

Tardo y tardo en decidirme a escribir sobre asuntos “sinodales” pero, pensándolo bien, antes que dejarme llevar por el ambiente, lo mejor es dedicar tiempo a gozar, reflexionar y agradecer las circunstancias.

-O-

Tengo mi peluquera de hace más de diez años. La llamo de ese modo porque solo pido sus servicios para cortarme el pelo. No hago uso de sus otros conocimientos, a eso me refiero.
La explicación va porque, en realidad, no paso mucho tiempo con ella tanto como si recurriera a otros servicios. Y nada más que una vez por mes, a lo sumo. De tal forma que, siendo que la veo poco podría pensarse que poco la conozco pero no tanto ya que también es la peluquera de mi hermana y parte del grupo de sus amigos de juventud. Además, vive con su familia cerca de mi casa y fuimos condiscipulos en la universidad. No está de más mencionar que empezó trabajando al lado de su mamá a quien también logro saludar una vez por mes. Su mamá, así como ella es, se alegra tanto de verme y yo, así como soy, se lo agradezco.

A qué voy con todo esto? Con esto quiero llegar a que, como puede verse, la descripción de algo tan simple como el asunto de la peluquera, requirió de observación pero también de profundidad y reflexión, como ya verán.

El otro día, con mi cabeza en sus manos, al preguntarle sobre sus hijos –como cada mes- me di cuenta que todos están casados, “Solo falta el chiquitillo”, ella dijo. Fue cuando se me llenó de luz el alma así como el entendimiento y el corazón de gratitud a Dios por Gracia y su esposo, así como por sus preciosos hijos ya casados a los que conocí desde chiquititos.

Emocionada le dije: -“Te parecerá un poco una de mis chifladuras lo que te voy a decir, pero… qué cosa tan grande ha sido lo que Dios te ha dado en tu matrimonio y las cosas buenas que te ha permitido dejar en esta vida! Sin contar con que te puso en el Camino a crecer en la fe con tu esposo junto a tantas otras personas. Qué obra grande es la obra de Dios en cada uno. Te das cuenta?”.

- “Solo Dios”, dijo ella. 

El padre Olivera Ravassi, recién escribió en el articulito titulado “Nuestra superficialidad” .A qué se refiere? Se refiere “a ese vicio contrario a la humildad que, en vez de poner sus raíces en el humus del espíritu, se vuelve hacia lo insignificante de la planicie”

Menciona que la persona superficial se queda en la apariencia, es incapaz de aprender de las lecciones y es inconstante. Dice que la superficialidad tiene raíz en una vida demasiado fácil, en el miedo al compromiso y en el temor al qué dirán y/o vanidad. Ofrece tres remedios: conservar memoria del pasado, la docilidad y la circunspección, es decir, estar atento a las circunstancias.

Hay cosas que “solo Dios” da, como haber sido agraciado con la suficiente humildad como para hacer frente a las dificultades, haber perdido el miedo al compromiso y al qué dirán.

Hay cosas que solo Dios da y, aunque muchos lo reciben, apenas si se dan cuenta y lo bonito es que viven de su Gracia dando al mundo tanto de lo que reciben. Doy el ejemplo de Gracia, pero también de Alfredo y Samuel; por mencionar algunos que tengo en mente.

Solo Dios y solo El, da a los hombres la fuerte convicción de hacer frente a la guerra que el mundo ha declarado hacia la virilidad, la paternidad y la familia; por eso es de agradecer la existencia de padres como Samuel, y esposos como Alfredo.

A Samuel lo he visto madurar al contraer matrimonio y aún más al llegar a ser padre; lo veo regocijarse por su trabajo de profesor de escuela católica en la que dice puede enseñar a los niños a pensar. Tiene también un grupo de personas con las que se reúne para crecer en la fe y hacen lo necesario para crear una comunidad sólida en lo que –de siempre- ha sido importante.

Por otro lado, Alfredo con su esposa, los veo tan bien instalados en la fe, haciendo y diciendo lo que corresponde, con humildad, sencillez y caridad.

De Alfredo, puedo decir además que fue uno de los primeros en organizar y divulgar el Rosario de Hombres en Costa Rica el que al día de hoy cuenta con cuatro ciudades que el 7 de octubre del 2013, en convocatoria mundial, tendrán la belleza de ver a los varones de rodillas con rosario en mano.  

Un gesto público con el que “buscan recuperar el lugar del hombre en un mundo que ataca la masculinidad” y, con el mismo declarar que “el lugar del hombre está en ser protector de la familia y ser testimonio en una vida “ora et labora” en un mundo adverso a los valores de la fe

La vida de Gracia, Samuel, Alfredo y sus queridas familias, cuando elegimos mirar lo esencial, no es nada común, lo que me hace pensar que las suyas son del tipo de existencia de la que Dios se valdría para regenerar la humanidad, en caso necesario; pero, sobre todo, para conservar a la Iglesia tal como la concibió. 

Hace bien el padre Olivera puntualizando sobre la superficialidad ya que, por contraste, nos permite darnos cuenta de la utilidad tan grande que saca Dios de la humildad de quien le toma el gusto a ser profundo y reflexivo.

“Sólo Dios”, diría Gracia.

26.08.23

Todas las flores del mundo

“Jesús es el Camino de la oración; sin oración desconoceremos el Camino”

En lo que he visto se confirma el hecho de que ser intercesor es un don es que, al hacerme enfermo misionero, he querido motivar a otros pero la mayoría no le haya sentido; por más que se les explica, nada. Entonces, siguen enfermitos, sufriendo y con dolor, y llenando la vida de amargura. Es una pena grandísima, la verdad. Son enfermitos por los que también habría que orar.

De la oración es que nace el sentido de la misión y de ahí es que, como enfermos misioneros, podemos ser de gran bien para otras almas para la gloria de Dios. De tal forma que, si alguna vez considera que su enfermedad, sea breve, o prolongada, crónica o no,  podría ser ofrenda, le sugiero hacerlo ya que todo es recibido con suma gratitud y, aunque no lo veamos, son oraciones magníficas ya que saldrán del mismo costado de Cristo, a quien usted se ofrece como reparación por sus pecados y del mundo entero.

Saber que el sufrimiento y dolor tienen sentido lo aprendí de san Juan Pablo II de “Salvifici doloris” o sea, “El valor salvífico del sufrimiento”. Es un documento magistral por lo que ilumina el alma con ideas que tal vez rondaban en la mente pero no se sabe expresar y que, al escucharlas, dan sentido a todo. Y, créanme, aparte del imperativo que es hallar sentido a la existencia, lo siguiente es hallar sentido al dolor y sufrimiento.

Jesús y María con san José se encargan de toda la ayuda necesaria a las almas en las el Espíritu de Dios le inspira el deseo de hacerse ofrenda.

Pues bien, mis enfermedades no son graves pero son crónicas y, si alguna vez se agudizan, pueden mandarme al hospital por algunos días u horas. Eso significa que poseo, por gracia de Dios, un regalo que contiene un don infinito que no pienso desaprovechar.

De ahí que, se reza y no sabe uno bien de dónde sale el deseo y la fuerza del compromiso y el tiempo y las reflexiones y todo lo que surge a partir de la oración. No lo sabe uno bien al principio pero, conforme avanza –cosa que podría tardar años- como en mi caso, se va uno enterando que todo, todo, es cosa de Dios. Lo que llena el alma de gratitud y deseo de seguirlo haciendo. No por otra que cosa que por permanecer en la compañía santa de Jesús y sus seres queridos.

El catecismo nos explica que hay tres formas de oración: vocal, meditativa y contemplativa. Eso lo pueden estudiar en los numerales 2700 y s.s.

Después de que lo estudien y mediten un poco, consérvenlo en su corazón para que –conforme avancen- irán notando que gracias preciosas nos da Dios y nada más porque quiere, no porque nos lo merezcamos. Dichas gracias le harán comprender que el camino de la oración es el camino de Jesús, por el que han transitado María, José y todos los santos. 

Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior, les cuento que, ayer -mientras rezaba el rosario- pensaba (quizá de forma distraída) en qué hará la señora María con tantas Avemaría que se rezan durante el día alrededor del mundo. Me preguntaba si tendrá un equipo de ángeles y Santos que procesaran los envíos hacia las manos del Hijo, o si tendría un lugar donde almacenarlas y utilizarlas conforme las necesitan las almas. Ella es administrador, por tanto, debe tener un sistema, me figuro.

Algunos pensarán que estos pensamientos son mera distracción que solo sirven para distraerme de la oración pero, me parece que pensarán diferente (no solo después que lean lo que dice el catecismo) sino cuando les cuente que -al final de dichas divagaciones- concluyo que las Avemaría, cuando son dichas con toda la fuerza de la mente y el poder del corazón, María las recibe como flores y con ellas pinta de colores, de esperanza y alegría este mundo.

Reservándolas aquí, queda engalanado el mundo y también el cielo. Y nuestra alma también al verse tan dichosa de colaborar con Ella en la administración de tanta belleza, bien y verdad.

Me figuro que, entre más amor pongamos en cada Avemaría, más hermosa será la flor y, cuando las decimos un poco distraídos –aunque serán flores pequeñitas y hasta insignificantes- serán flores al fin ya que la Madre sabe que un hijo -aunque esté distraído- cuando quiere estar a su lado, se le ha de prestar atención con todo amor.

Ella no se permitirá dejar nuestros balbuceos infructuosos.

Bendito sea Dios.