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1.05.20

Ideas sueltas para mis vecinos y un par de mis queridos obispos

Mi distrito es muy pequeño, quizá cinco mil habitantes pero, además, es de los más pobres del país. La pobreza no se palpa tan facilmente porque es el campo y aquí, parece todo marchar bien, pero no es así; ya desde antes del virus, habría gente pasando necesidad. El virus nada más ha complicado las cosas y obligado a muchos a esperar ayuda del gobierno. Mucho me temo que si no hacemos un esfuerzo para que estas personas no dependan del Estado, la situación será mas grave. 

La intervención de Mons. Luis Arguello, vocero de la CEE, viene muy al pelo a la situación presente y oportunísima para el Día del Trabajo. 

A continuación algunas de las ideas que vengo dando a mis vecinos y a un par de obispos que, por gracia de Dios, me escuchan. 

  • No sé cómo será que terminarán distribuyendo los alimentos y, aunque asumo que lo harán bien, ninguno debería quedarse esperando ya que, como lo he venido diciendo, las cosas no mejorarán pronto por lo que, es necesario que se comprenda que la vida debe continuar y que el esfuerzo debe duplicarse para no caer en un punto de pobreza del que no podamos salir por nuestros medios. Analicen con cuidado quienes siguen trabajando para que observen que si es posible continuar generando ingresos.
  • Un ejemplo de superación lo he conocido de manera muy cercana y es el de cinco hermanas que quedaron embarazadas muy jóvenes pero que se ayudaban una a la otra para seguir estudiando o ir a trabajar.
    Este mismo ejemplo lo pueden seguir no sólo hermanas sino mujeres de una misma familia, primas, sobrinas, etc. o las mujeres de un mismo vecindario.
    Que todos estemos bajo tanta presión hay que entenderlo como el camino que hemos de seguir para cambiar radicalmente la mentalidad que nos trajo al deplorable estado en el que estamos.
  • En el tiempo de mi abuelita y de mi mamá la gente era mucho más pobre  pero se ayudaban entre ellos según la posibilidad de cada uno; por ejemplo, las señoras con mayores recursos recogían chiquitas de sus parientes o de sus vecinos y las criaban.
    Llegaban señoras a vender tortillas a la casa, los panaderos vendían casa por casa sus productos, las personas intercambiaban trabajo por plato de comida. La gente no tenía para desperdiciar y entonces les alcanzaba más lo que tenían. Muchos no temían trabajar en el campo o haciendo pequeñas labores de todo tipo.
    En ese tiempo no había tanta ayuda del gobierno y por eso las personas eran más independientes y, aunque tuvieran pocos recursos, vivían con mucha dignidad porque debían esforzarse para obtener lo necesario.
    Esa es la dignidad que debemos recuperar porque, aparentemente, la hemos perdido
  • Y es que, póngase a ver; qué de bueno puede tener lo que se obtenga si no es por el trabajo?La ayuda del gobierno no es la tabla de salvación sino el trabajo.
    Si el gobierno o la municipalidad no aprovechan esta situación para ayudar a los pobres a vivir de forma independiente, lo que están generando es una carga extra para el Estado que a ninguno beneficia.Nosotros mismos hemos de exigir que se administre el país de manera que podamos vivir del trabajo en lugar de la ayuda del gobierno.
  • Conozco familias que no son pobres pero que ya cambiaron su estilo de vida, por ejemplo, cancelaron el cable y el internet, contrataron al ICE teléfono fijo y solo el papa y la mamá conservan celular; además, se propusieron distruirse las labores del hogar, Empezaron a comprar en otros establecimientos y a los productores o emprendedores.
    Sin TV ni celulares les queda mucho tiempo para estar en familia y conversar, para rezar los que rezan y para generar ideas para producir, entretenerse y divertirse.
    Ese tipo de cambios son los que esta nueva situación exige.
    Quien pretenda seguir dando prioridad al consumismo, al egoísmo o al ocio, está cavando su propia fosa.
  • Monseñor, buenos días:
    Mi distrito es de los más pobres del país pero existen muchos emprendedores
    Tengo como tres párrocos de estar sugiriendo que utilicen un local comercial que nunca alquilan para crear ahí un mercado para esos ellos.
    Lo he pensado por tanto tiempo que ya tengo bastante clara la idea de lo que se puede o no se puede hacer ahí.
    Yo se que muchas parroquias podrían tener ese tipo de locales por lo que, vendrían bien, ir pensando poner en práctica la doctrina social de la iglesia desde ahí.

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El realismo que aprendí de Mons. Luigi Giussani rinde frutos y es que, sin realismo no es posible la razonabilidad ¿o, será más bien al contrario?. Ser razonable y ser realista es de de lo que encuentro más apegado a vida cristiana que conozco ya que es el ejemplo dejado por los discípulos y aprendido de mano de Nuestro Señor Jesucristo. De parte nuestra no deberá faltar la oración ya que no faltará la intervención directa del Espíritu Santo. Esa fue la promesa. Lo recuerdan?


 

17.04.20

Tenemos que rezar mucho, mucho!

Mencioné el otro día que, para llegar a este momento, he sido preparada y lo compruebo día a día en medio de sentimientos encontrados porque, aquellas pruebas del pasado, si bien me han capacitado para el día de hoy, no me hicieron invulnerable al dolor y sufrimiento humano que estamos viviendo en el mundo entero y en nuestro país, todavía en pequeña escala y, solo debido a que las autoridades han sido más eficientes y efectivas de lo esperado.

No sabemos cómo será todo en las próximas semanas pero supongo que no será muy diferente a cómo ha venido siendo en otras partes del mundo. La incertidumbre es infinita y, de temer, tanta necesidad que se viene acumulando la que, no sabemos hasta dónde podrá llegar ni si, con nuestras solas fuerzas, podremos darle satisfacción.

No, no, no soy ningún santo, estoy llena de imperfecciones (pido a Dios perdón a diario por mis pecados) pero, aunque pecadora, no me cabe duda de que Cristo está vivo entre nosotros hoy, más que nunca.

Les confieso una cosa relacionada con ésto y es que, me pasó algo raro durante la semana santa y fue que tuve un desgano enorme por rezar el rosario. Como poco tiempo antes había leído que mejor no mortificarse con eso, no lo hice y por lo mismo, platiqué con mi Señora haciéndole ver (como si no lo supiera, jaja) cómo venía siendo la cosa dentro de mí. 

La cosa es que ayer me dije: - “Ni un día más sin sacar el rato para el rosario!”.

Y saben por qué lo hice? Porque tenía ya dos días de haberme ofrecido a ayudar a la Comisión Nacional de Emergencias de mi distrito a levantar una lista, vía redes sociales, de las personas con mayores necesidades.

Anuncié la iniciativa en mi grupito de Facebook y me llovieron solicitudes, al punto que quedé abrumada ya que, no veía cómo, sin doblar rodillas y sin dedicarle tiempo a mi Señor, a nuestra Madre y a san José, iba yo sola, a poder hacer la mínima cosa por ellos.

Viéndome tan inútil ante tanta necesidad muy real y verdadera tuve que recurrir a la fuente de mi alegría, fortaleza y consuelo: mi rosario; que es, en último término, el regazo de mi Señora desde el que le agradezco y suplico por las gracias que necesitamos y la comida que nos hace falta.

Fue bello ayer en la tarde, ¡exultaba de gozo!.

Fíjense que iba por el tercer misterio cuando, en eso, sonó el teléfono (por lo general lo pongo en silencio pero ayer lo olvidé). Era una de “mis pobres” que con gran alegría llamaba para anunciar que habían llegado unos señores de parte mía con montones de alimentos. Me envió la foto, y ¡era cierto!. Un bulto enorme de pura comida. Ninguna de las dos lo esperaba ya que yo, lo único que hice fue llamar a unas personas por teléfono. Ellas se encargaron del resto. 

No solo a “mi pobre” sino a otras tres familias del mismo barrio les llegaron con alimentos.
Han visto la maravilla?  

“Ay! Que alegría me diste! ¡Señor de los cielos, Señor de este gran universo!
Has resucitado y no tengo duda de eso!”

Así cantaba yo ayer por toda la casa en una tarde gloriosa llena de sol.

Siendo así que el rosario me lleva al regazo de la Madre y de ahí a exultar de gozo, no me queda más que decir que, nunca jamás en mi vida pensé estar viendo tanto milagro.

Tenemos que rezar mucho, mucho. Se los digo igual que se lo digo a esas pobres personas, tan necesitadas como podríamos estar nosotros, sin apenas darnos cuenta.

El Señor los guarde, queridos lectores.

29.12.19

La batalla contra el aborto en Costa Rica (III) | Lorca rezando el rosario de frontera a frontera

 
Esta amiga se tiró a caminar desde la frontera norte hasta la frontera sur de Costa Rica rezando el rosario y dando charlas a favor de los niños por nacer

Ella es Lorca León Cayasso, es de san José, Ingeniero forestal
 
 
Hasta ayer me enteré

Les comparto su página en facebook para que la sigan y por si encuentran forma de apoyarla.

En palabras de Lorca, la descripción del proyecto:

Hoy voy de camino hacia el punto de inicio de esta Caminata/Peregrinación por el Evangelio de la Vida.

Mi proyecto es muy simple: voy a cruzar Costa Rica de frontera a frontera, mientras rezo el Rosario, caminando y ofreciendo un minitaller sobre el Inicio de la Vida a aquellas Parroquias y grupos juveniles que quisieran acogerlo en el trayecto.

¡La mochila pesa! Me acompaña con la oración, La Familia del Instituto Secular Pío X al cual pertenezco y todo aquel que quiera acompañarme a orar o a caminar.

La idea es salir de la frontera Norte con rumbo a Ciudad Quesada como primera etapa. Iré compartiendo mi experiencia por esta página.

Quisiera de esta manera animar los corazones, especialmente de los jóvenes, para que a pesar de la realidad tan nefasta que propone el mundo de hoy, con su corrección política y Cultura de muerte, demostrar que cada uno podemos hacer algo para proclamar con alegría: ¡Que Jesús ha nacido y se ha hecho carne, ha muerto y resucitado, solamente por una razón!: decirme que me ha amado (decirte que te ha amado) y que me quiere como amigo (y te quiere como amigo), para que viva en Él (para que vivás en Él), para siempre. ¡Aquí vamos!



Muy agradecida 
 
 

26.12.19

Fernando Zamora Castellanos y la Navidad

El “resto del mundo que no es Costa Rica” debe conocer a Zamora Castellanos ya que, siendo político costarricense, podría llegar a ser nuestro presidente.
Desde hace tiempo se lo pido a Dios lo mismo que le pido me conceda darlo a conocer ya que, pese a las críticas que recibe, encuentro que es sobresaliente el hecho de que en Costa Rica tenemos un político que no guarda silencio acerca de sus convicciones. 
Al final de su artículo colocaré lo que el mismo ha escrito en su página de Facebook a la que los dirijo mediante este enlace por si gustan solicitar su amistad.
El artículo me lo ha hecho llegar por Whatsapp y fue publicado originalmente en la sección TRIBUNA de El Imparcial

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Reflexiones de Navidad
Fernando Zamora Castellanos 
Sábado 23 de diciembre de 2017

Celebramos un aniversario más del misterio de la Navidad. Para el alma desapercibida, la Navidad simplemente es momento de escape festivo; para la reflexiva, la Navidad confronta. Y lo hace escandalosamente, pues como bien lo observó Pablo de Tarso, ¿no fue acaso escandaloso para los judíos, el hecho de que el grandioso y esperado Mesías, naciera pobre y atribulado en el lugar destinado al descanso del rebaño? No perdamos la perspectiva del asunto esencial: lo que en la nochebuena festejamos es un acontecimiento. No celebramos una religión, ni una filosofía; menos aún una doctrina moral. Posicionándonos en el siglo primero de nuestra era, época en la que nació y vivió Jesús de Nazaret, somos confrontados con una cuestión cardinal: ¿qué sucedió en el itinerario de vida de aquellos que, siendo testigos de los hechos que rodearon al nazareno, concluyeron de forma tan determinante que “verdaderamente tú eres el hijo de Dios”? ¿Al punto de preferir morir martirizados todos, antes que negar que lo vieran resucitado? ¿Qué pasó en la vida, en la razón y en el corazón de aquella comunidad de hombres y mujeres, quienes llegaron a esa conclusión porque “vieron”? Lo que resulta claro, según los datos que nos proporcionan los evangelios, es que ellos se convencieron gradualmente conforme a lo que fueron contemplando. Llegaron a esa convicción, no por otra cosa sino por lo que testificaron. No por casualidad, el verbo más usado en los evangelios es uno: ver. Ese verbo se usa cien veces en el Evangelio escrito por Mateo y 220 en el escrito por Juan. Lo indispensable en este punto es entender el contexto de la Palestina entonces ocupada por Roma; sus discípulos eran hombres forjados en entornos muy rudos. Ya sea para Pedro, para Tomás, o aún más para el ex guerrillero Simón -el Zelote-, no contaba una romántica disquisición de ideas, sino únicamente lo que habían “visto” y “tocado”. “Lo que hemos visto con nuestros ojos…eso es lo que os comunicamos” (1Juan1:1-3).

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18.12.19

La batalla contra el aborto en Costa Rica (II) Tenemos obispos como Dios manda!

No creo que haya sido fácil para ellos llegar a la estatura espiritual e intelectual a la que han llegado con el más reciente Comunicado de la Conferencia Episcopal de Costa Rica ante el Decreto Ejecutivo Norma Técnica para el procedimiento médico vinculado al Artículo 121 del Código Penal  firmado hace pocos días por el presidente Alvarado.

Digo que no ha sido fácil no solo porque de los ocho obispos con su obispo auxiliar no tienen ni una década de haber sido nombrados, es más, la mayoría ha sido nombrada en los últimos cinco años por lo que, habiendo salido de donde estuvieran, no cabe duda de que se han dejado llevar por el Señor quien les ha marcado paso redoblado hasta el día de hoy en el que, finalmente, demuestran como una sola voz su amor al Evangelio, a la Iglesia y a las almas.

No solo realizaron en pocos dias un análisis exhaustivo y profesional del texto de la norma técnica sino que han procedido a indicarnos puntualmente la doctrina en cuanto quienes, de los católicos favorezcan el aborto y lo realicen, no deben comulgar; haciendo eco de la Carta del Cardenal Ratzinger a los Obispos de Estados Unidos en junio del 2014, la que transcribo al final de este artículo.  

La prensa, como es obvio, ha reducido el documento únicamente a “prohibición para comulgar”; sin embargo, es lo que muchísimos católicos pedíamos ya que comprendemos que, mientras no se llame al pecado por su nombre, no solo habrá confusión entre los católicos sino división y, como si fuera poco, muchas almas estarían colocándose ante grave peligro, incluidos los obispos y presbíteros, en caso de que se hubiesen tardado en esclarecer la doctrina.

Enhorabuena, amados obispos!  
No solo el Señor escucha nuestras oraciones por ustedes sino que María Santísima los cuida al punto de alcanzarles la gracia para ser verdaderos padres.

Gracias por escuchar la súplica de sus hijos.
Con amor filial seguiremos sus pasos.  

Deo omnis gloria!

                                                                – o –

Dignidad para recibir la Sagrada Comunión

Principios Generales

1. El presentarse para recibir la Sagrada Comunión debería ser una decisión consciente, basada en un juicio razonado respecto de la propia dignidad para hacerlo, según los criterios objetivos de la Iglesia, haciéndose preguntas como: “¿Estoy en plena comunión con la Iglesia Católica? ¿Soy culpable de algún pecado grave? ¿He incurrido en una pena (p.ej. la excomunión, el entredicho) que prohíbe que reciba la Sagrada Comunión? ¿Me he preparado ayunando por lo menos una hora antes?” La práctica de presentarse indiscriminadamente a recibir la Sagrada Comunión, simplemente como consecuencia de estar presente en la Misa, es un abuso que debe ser corregido (cf. Instrucción Redemptionis Sacramentum, números 81, 83).

2. La Iglesia enseña que el aborto o la eutanasia son pecado grave. La Carta Encíclica Evangelium vitae, respecto de decisiones judiciales o leyes civiles que autorizan o promueven el aborto o la eutanasia, declara que existe “una grave y clara obligación de oponerse por la objeción consciente. …En el caso de una ley intrínsecamente injusta, como una ley que permite el aborto o la eutanasia, nunca es lícito por tanto obedecerla, o ‘participar en una campaña de propaganda a favor de tal ley o votar por ella’” (n. 73). Los cristianos tienen “una grave obligación de conciencia de no cooperar formalmente en prácticas que, aún permitidas por la legislación civil, son contrarias a la ley de Dios. En efecto, desde el punto de vista moral, nunca es lícito cooperar formalmente con el mal. …Tal cooperación nunca puede ser justificada invocando el respeto a la libertad de otros o apelando al hecho de que la ley civil lo permite o lo requiere” (n. 74).

3. No todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto y la eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte o en la decisión de hacer la guerra, éste no sería considerado por esta razón indigno de presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la Iglesia exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar a criminales, aún sería lícito tomar las armas para repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia.

4. Aparte del juicio de un individuo respecto de su propia dignidad para presentarse a recibir la Santa Eucaristía, el ministro de la Sagrada Comunión se puede encontrar en la situación en la que debe rechazar distribuir la Sagrada Comunión a alguien, como en el caso de un excomulgado declarado, un declarado en entredicho, o una persistencia obstinada en pecado grave manifiesto (cf. Can. 915).

5. Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que lleve a término la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía.

6. Cuando “estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles”, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta a recibir la Sagrada Comunión, “el ministro de la Sagrada Comunión debe rechazar distribuirla” (cf. Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos “Sagrada Comunión y Divorcio, Católicos vueltos a casar civilmente” [2002], números 3-4). Esta decisión, propiamente hablando, no es una sanción o una pena. Tampoco es que el ministro de la Sagrada Comunión está realizando un juicio sobre la culpa subjetiva de la persona, sino que está reaccionando a la indignidad pública de la persona para recibir la Sagrada Comunión debido a una situación objetiva de pecado.