InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Categoría: Mi país

5.11.21

Como ver abrirse el cielo!

 
 
Lo católicos somos personas de hacer cosas y es por eso que la Iglesia continúa existiendo y, no solo porque hacemos cosas por hacerlas sino porque las hacemos según Dios. No es que las hagamos por merito propio sino por total y absoluta gracia de Dios de tal manera que por eso la Iglesia prevalece.
 
Y hacemos las cosas porque nos reconocemos hijos muy amados de Dios y hay un impulso de la gracia que nos mueve a actuar y a querer hacerlo.
 
Actuando según ese impulso de la gracia vamos reconociendo que cualquier pequeña cosa que hacemos sirve para dar Gloria a Dios y a la vez su amor nos santifica.
 
Cuando se entra en esa dinámica ya no se quiere salir de ahí y aunque exista tribulación y adversidad y dolor y sufrimiento se anda feliz; eso lo hemos comprobado en tantísimos Santos a los que celebramos hace poco.

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30.09.21

Jóvenes y adultos de Costa Rica que han asistido a misa tridentina durante tanto tiempo

Escribo con el corazon en la mano y espero que sirva también para jóvenes y adultos en otros países que, al igual que nosotros, se puedan ver privados de la misa de antes.

Les adelanto que aquí leerán algo de sensiblería pero también un poco de lo que debe ser dicho.

-O-

Parte I

Sepan que comprendo que para ustedes es como haber estado en el cielo y que los regresen a la tierra; pero por eso mismo están mejor capacitados que muchos para moverse por el mundo como portadores de esa luz que conocieron.

Miren a esa luz que es el mismo Cristo y la verán en otras celebraciones litúrgicas pero principalmente dentro de sus almas en estado de gracia.

Ya saben, el cielo que aparentemente perdieron está en sus almas.

No estén tristes.

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9.08.21

Riquezas que aparecen y desaparecen.

El otro día, el apreciado Alonso Gracián me mandó el libro de visiones de la beata Ana Catalina Emmerich sobre La Pasión del Señor.

La cuarta meditación trata sobre el cáliz que utilizó nuestro Señor en la última cena. 

Observé que el cáliz existe desde tiempo inmemorial y, aunque pasó por muchas manos, el Señor siempre contó con custodios de la tradición para hacerlo llegar a manos de Jesús esa noche memorable.

“Porque Dios así lo quiso", dice la beata, “se encontró este cáliz Santo".

Aquella visión me pareció muy aleccionadora en relación a cómo aparece y desaparece la forma extraordinaria de la santa misa en nuestro país.

“Porque Dios así lo quiso", desapareció sin dejar rastro después del concilio Vaticano II, apareció de nuevo para estar presente entre nosotros durante ocho años y, desaparece de nuevo, sin aparente buena razón.

El caso es que el Señor es el único que sabe cuándo aparecer el cáliz y esconderlo para cuando ha cumplido con su deber; lo mismo sucede entre nosotros con la santa misa de antes.

Y, como falta mucho para la Parusía, es probable que volveremos a ver la forma extraordinaria entre nosotros.

Estaremos a la espera!

Sea a Dios toda la gloria!
Deo omnis gloria!

24.07.21

19.06.20

Para no perder de vista

Dijeron que las parejas infértiles debían tener derecho a ser padres y legalizaron la FIV (a pesar de que en nuestro país  se practican con éxito métodos menos agresivos para enfrentar la infertilidad).; dijeron que la ley sobre el aborto era insuficiente (cuando la existente ha funcionado perfectamente) pero están por legalizar el nuevo protocolo del aborto; dijeron que había que otorgar mayores derechos de los que ya gozan (y otros de los que podrían gozar sin necesidad de llamarlo “matrimonio") a las parejas del mismo sexo y legalizaron el matrimonio igualitario. Ahora les resulta inconveniente que la religión católica sea la oficial del Estado (cuando en la práctica somos ya un estado laico) por lo que están determinados a erradicarla de la Constitución.

Observen cuánto han logrado en solo dos períodos consecutivos de gobierno y de qué manera van venciendo con la Ley a los principios morales universales nada más que para descristianizar la sociedad.

Estas cosas no se vencen solo con protestas, mucho menos con guardar silencio, se vencen con ayuda de Dios mediante el voto con el que se le diga a los candidatos de qué lado deben ponerse para ganar.

Se vence colocándose del lado de Dios y de quienes se han puesto a su servicio; si es un gobernante o un obispo, pues, mejor. 

Por eso está muy bien que nuestros obispos respondan hasta a la más  mínima expresión de parte de funcionarios públicos que agreden el derecho a la libre expresión, religiosa y de culto.
  
Está bien que lo hagan ahora, no después, ya que -cuando nos “conviertan” en Estado Laico- no tendrán manera ni de chistar; ni ellos, ni nosotros tendremos oportunidad de hacerlo; deberemos quedarnos mudos, so pena de multas o cárcel.

Por eso es correcto que nos pongamos de su lado en lugar de batallar en su contra tal como viene sucediendo desde que los obispos decidieron y pidieron obedecer las normas sanitarias.

Es lo prudente e inteligente estar con los obispos en este momento.

La Segunda Lectura del Oficio de Lectura de hoy Viernes XI, T.O. dice lo siguiente:

“Dios quiere que seamos pacíficos y concordes y que habitemos unánimes en su casa, y que perseveremos en nuestra condición de renacidos a una vida nueva, de tal modo que los que somos hijos de Dios permanezcamos en la paz de Dios y los que tenemos un solo espíritu tengamos también un solo pensar y sentir. Por esto, Dios tampoco acepta el sacrificio del que no está en concordia con alguien, y le manda que se retire del altar y vaya primero a reconciliarse con su hermano; una vez que se haya puesto en paz con él, podrá también reconciliarse con Dios en sus plegarias. El sacrificio más importante a los ojos de Dios es nuestra paz y concordia fraterna y un pueblo cuya unión sea un reflejo de la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”
San Cipriano

De tal forma que, ya que empezaremos a asistir de nuevo a misa este fin de semana, vayamos habiéndonos puesto en paz con nuestros hermanos obispos y con quien fuere, particularmente, con quienes pretenden arrebatarnos derechos fundamentales.
Así todos veremos la gloria de Dios.