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20.05.15

Alejandro Leal: La dignidad humana del cigoto

Este artículo del Dr. Alejandro Leal, catedrático de la sección de Genética y Biotecnología de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica, merece ser conocido a nivel internacional.

Es parte del debate nacional en torno a la sentencia de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) que condenó a la legalización de la FIV (fertilización in vitro) en Costa Rica. 

La dignidad humana del cigoto

Alejandro Leal

Un solo gameto nunca derivará en un ser humano adulto

 

Dice el profesor Jamie Davies de la Universidad de Edinburgo, en Escocia, que “una de las grandes ironías de la biología es que el cuerpo humano, la entidad más compleja del universo conocido, se desarrolle a partir de un comienzo tan simple: un óvulo fecundado”.

La fecundación, que ocurre naturalmente en la trompa de Falopio, inicia un nuevo proceso humano que continúa en devenir hasta la muerte del individuo. Este sufre importantes eventos durante su vida, como la implantación en el útero, pero ya antes de este acto el desarrollo se ve influenciado por factores maternos y del mismo embrión que determinan los patrones de expresión de sus genes.

Lingjun Shi y Ji Wu, de la Universidad de Shanghái Jiao Tong, han demostrado que cada embrión logra, antes de su implantación, un perfil epigenético que favorecerá su ulterior desarrollo, y que alteraciones en este patrón pueden conducir a anormalidades en este.

Quizá esta sea una de las razones por las que se dan alteraciones epigenéticas en nacidos por fertilización in vitro (FIV), como recientemente lo publicaron Loke y colaboradores del Royal Children’s Hospital de Australia: los embriones producidos in vitro nunca fueron estimulados por su madre en la trompa.

Los factores que le llegan al embrión de la madre y el ambiente actúan porque este tiene un genoma propio que le permite interpretar estas señales. Podríamos decir que estos son factores moduladores de la expresión génica que actúan antes y después de la implantación, e incluso luego del nacimiento a través de la lactancia.

El papel preponderante del genoma del embrión se evidencia en los embarazos exitosos que han ocurrido fuera del útero, como el reportado por Varma y colaboradores (2003).

El programa de desarrollo hacia el organismo multicelular lo ejecuta el cigoto, y no las células que le dieron origen. Por esto es inadmisible que se afirme que el cigoto es muy similar al óvulo y al espermatozoide, y que “difieren apenas en que dentro del óvulo fertilizado se da un pequeño número de divisiones y acomodos celulares”, como lo hace Felipe Mora en su artículo de La Nación (“Cigocentrismo, el geocentrismo contemporáneo”, Opinión, 20/4/2015).

Un solo gameto nunca derivará en un ser humano adulto, como tampoco lo hará una célula del hígado. Se podría intentar generar un individuo a partir de otras células por clonación, pero modificando los patrones de regulación de la expresión génica, es decir, transformando la célula originaria en una equivalente al cigoto.

Terminología. Tampoco es aceptable el argumento de la viabilidad para sugerir que el embrión preimplantado no tiene derechos humanos. El argumento es viejo y conocido para validar el aborto, aduciendo, por ejemplo, que antes de las 24 semanas de gestación no es viable. Aquí cabe preguntarse, ¿qué es viabilidad? ¿No es acaso la capacidad de sobrevivir de un individuo ya existente? Y porque no tenga posibilidad de sobrevivir, ¿le negaremos su humanidad?

El argumento es falaz, pues afirma que si no le permitimos a un embrión que se implante, o sacamos un feto del vientre materno, nos daremos cuenta de que no logra sobrevivir, por tanto, no es un ser humano, sino una cosa de la cual se puede disponer arbitrariamente. Ya la interpretación de los hechos en torno al origen del individuo humano que hace Mora es inaudita, pero esto no le es suficiente: se mete luego con el término persona para alejarlo del embrión preimplantado.

Está claro que el concepto filosófico y jurídico de persona trasciende la embriología. Una actitud más humilde y ponderada podría llevarlo a considerar que en el fondo existen tantas personas como seres humanos: todos los humanos somos tan diferentes en edad, capacidades, fenotipos… y si un enfermo agonizante y un niño recién nacido son personas, ¿por qué el cigoto no, tratándose de una vida humana en su comienzo?

Argumenta que el cigoto se podría convertir en mola y por lo tanto no es persona. Sin embargo, nuevamente incurre en un error científico: como el profesor Keith Moore en su tratado de Embriología Médica aclara, una mola es el crecimiento anormal del trofoblasto, que ocurre cuando muere el embrión, o bien, se forma por la fecundación de un óvulo vacío por un espermatozoide o por dos espermatozoides, por lo que no hay formación del cigoto.

Antaño, cuando no había ningún interés ideológico en redefinir cuándo se inicia una vida, esto no ofrecía ninguna duda. Pero hoy, a pesar de que la realidad sigue siendo la misma, las definiciones se cambian con la intención de manipular la vida humana.

Luego de tantas verdades a medias, falacias y errores, Mora y la Corte Interamericana de Derechos Humanos concuerdan en exigir que en nuestro país se practique la FIV, y la ruta que escogen para lograrlo es la negación de la dignidad y los derechos del embrión humano.

El autor es catedrático de la sección de Genética y Biotecnología de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica

 

13.04.15

Ante la Misericordia somos todos iguales

«Si el hombre no graba en su corazón que es pecador, Dios no le escucha», sentenciaba un Padre del Desierto. Un hermano suyo le preguntó: «¿Por qué es tan importante sentirse pecador?». Y el anciano contestó: «Si uno tiene presentes sus pecados, no ve los pecados de su prójimo».

La semana pasada un funcionario del gobierno dijo en Twitter algunas cuestiones un tanto graves en contra del clero costarricense que resultó en una trifulca en las redes sociales que derivó en su renuncia.

Como la más aguerrida, fui de las primeras en responder procurando hacerle ver que, debido a su función como responsable de redes sociales de Casa Presidencial, era irresponsable expresarse de del modo en que lo hizo respecto de cualquier grupo humano.

Cuando supe de su renuncia, verdaderamente, pesó en mi alma y así lo manifesté ya que, responsabilizarse por sus palabras siendo funcionario le habría permitido crecer en estatura humana.

Su agresión no me la habría tomado con tanta calma de no haber sido porque una conocida me advirtió que Julia es un alma atribulada. Bastó con eso para que la gracia me ayudara a comprender que quizá la suya es un alma tan inconsolable como la mía.

Ayer domingo, Fiesta de la Misericordia, la funcionaria publicó en Facebook una reflexión que tituló “Las misas, los curas, las religiones, mi idea de Dios” sobre el que espero eviten sacar conclusiones antes de terminar de leerme. 

Mientras leía supe que Julia, en varios aspectos, es como una niña sobre quien nos abalanzamos como fieras sin siquiera considerar que nuestros pecados bien podrían ser mayores que los suyos. 

Ahora bien, por qué, según el anciano Padre del Desierto, es tan importante no ver los pecados del prójimo?

Porque de esa manera, por gracia, lo amarás por ser quien es.   

Y, quién es el prójimo? Uno que, al igual que tú, es amado.

Por esa razón fue que anoche le escribí a Julia para agradecer su articulito.

En la Fiesta de la Misericordia fue el día en que, por gracia, su corazón se instaló en el mío.

Una verdadera gracia. Como lo fue el que, durante la Fiesta de la Misericordia del año pasado, llorando junto a mi padre en su lecho de muerte, clamamos por Misericordia la última vez.

Una verdadera gracia.

Es cierto que hay mucho en juego si permitimos a funcionarios públicos agredir a los cristianos debido a que ponen en grave peligro nuestra condición de igualdad ante la Ley por lo que es justo presentar el debido reclamo; sin embargo, por gracia, bien sabemos que, ante la Misericordia, el que somos todos iguales, es ineludible.    

27.03.15

En medio de intenso debate legislativo concluye la Semana "Por la Vida" en Costa Rica

En medio de un intenso debate legislativo acerca de la Fertilización in vitro y el matrimonio gay en Costa Rica, la Conferencia Episcopal de ese país clausura la Semana “Por la Vida” con una “Caminata por la Vida” convocada para el sábado 28 de marzo a las 10am en la Plazoleta de La Soledad la que alegre y pacíficamente se dirigirá para participar de una celebración litúrgica en la Catedral Metropolitana.

En el Mensaje al pueblo de Costa Rica de la 109° Asamblea Ordinaria realizada del 16 al 20 del presente mes, los Obispos costarricenses manifiestan que “la Iglesia por naturaleza es misionera [y, por tanto ] es enviada a todos los hombres”; por esta razón, manifestan haberse han dado a la tarea de profundizar temas de la vida eclesial y nacional que, por su importancia, alcance y actualidad, exigen una respuesta a la luz del Evangelio de Cristo; entre ellos, el reconocimiento de su dignidad de persona a todo ser humano desde la concepción hasta la muerte natural.

Al respecto señalan que “una sociedad justa puede ser posible solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada. Vemos con preocupación los permanentes intentos por promover una legislación contra la vida” tal como los así llamados “derechos en salud sexual y reproductiva” con los que se pretende abrir portillo al aborto.

Denuncian también la presión política y mediática que pesa sobre el Estado costarricense para que regule “la aplicación de la técnica de Fecundación in vitro (FIV) [y que] de allí el Poder Ejecutivo convoque [ ] a sesiones extraordinarias e [ ]  incluso esté estudiando la posibilidad de emitir un decreto”.  

En su Mensaje, la Conferencia Episcopal, ha manifestado claramente el que espera que “los argumentos que promuevan la dignidad de la persona [ ] estén presentes en el debate y que nuestros diputados traten, de forma cuidadosa, prudente y libre, estos temas

En este sentido, los Obispos costarricenses también esperan que la Semana “Por la Vida” sea “una oportunidad para proclamar en todos los areópagos públicos y privados [ ] la verdad sobre el ser humano y la dignidad de toda persona humana desde el momento de su concepción”.

Su convocatoria ha hecho eco en un amplio sector de los católicos costarricenses los que, como miembros de diferentes parroquias, asociaciones, grupos apostólicos, etc, de todo el país se han dedicado durante esta semana a formarse pero también a informar a través de los medios de comunicación y redes sociales acerca de tan significativo evento para la vida del pueblo costarricense.

 

 

8.03.15

Por qué oponernos los costarricenses a la Fertilización in vitro? (II) Es lógica y razonable la FIV?

En el artículo anterior exigíamos al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís que, dado el caso que –efectivamente- considere formular un nuevo Decreto Presidencial para legalizar la FIV, se ajuste a la lógica y la razón.

En este sentido cabe preguntarse: es lógica y razonable la FIV?

En el ámbito de la concepción del hombre y la dignidad humana, quienes promueven y procuran la técnica demuestran con hechos concebir al hombre como medida de todas las cosas, un ser autónomo en el ejercicio de su libertad; de ahí que elevan a la categoría de “derecho” lo que únicamente es “satisfacción de los deseos”.  

El avance tecnológico que constituye la FIV les ha convencido que es preferible “transformar” la realidad que conocerla, que el único límite es la “propia capacidad” cuyo único límite lo constituye el “querer”; de tal forma que “si deseo el hijo que me niega el hecho de la infertilidad, elijo transformar la realidad mediante la FIV para obtenerlo y, debido a que es mi deseo y la técnica es capaz de satisfacerlo, tengo derecho a exigir al Estado me permita obtener un  hijo a hechura de mi ideal”.  

Es así como la lógica de la FIV renuncia a considerar como un derecho la “necesidad del niño” que fue el fundamento que dio origen, tras las Segunda Guerra Mundial, tanto a la Declaración de los Derechos del Niño como la Convención sobre los Derechos del Niño fueran formuladas como límite  al poder político en procura de la protección de la dignidad de los niños.

Queda claro que la FIV no es lógica ni razonable por su forma de concebir al ser humano y su dignidad.

En el ámbito del hecho biológico, la técnica en sí misma, reporta la necesidad de “producir” de seis a doce seres humanos en estado embrionario (lo llaman “tejido pre-implantatorio” y no lo consideran humano) para ser implantados en el útero de la madre por cada vez que la pareja realiza el procedimiento con la intención de concebir un hijo.

De este grupo se descartan aquellos embriones que son considerados “inviables” pese a que la biología indica que todo ser humano posee ADN propio desde el momento de la concepción.

El “producto” que no se descarta se reserva mediante congelación. Con el pasar del tiempo, literalmente, son tirados por miles a la basura o vendidos para que sean reutilizados como ingrediente para alimentos, material cosmético y, en algunos casos, para la investigación en células madre embrionarias. .

Del “producto” que  no se descarta se suele implantar de dos a seis embriones; de ahí, por ejemplo, la elevación en las estadísticas de embarazos múltiples en países donde la FIV ha sido legalizada; de ahí también, que dentro el útero de la madre se eliminen aquellos embriones con pocas probabilidades de sobrevivir o debido a “imperfecciones”, algunas de las cuales son  del tipo “quiero a mi bebé con ojos azules” o “lo prefiero varón a mujer”.

Con la FIV la selección embrionaria es un hecho que se ejecuta mediante aborto provocado con pleno consentimiento de la madre y el padre.

Para obtener al hijo de sus deseos se suele hacer a lo largo de varios años más de un intento de concepción lo que significa una gran cantidad de embriones producidos, seleccionados y descartados; lo anterior, sin mencionar, el deterioro físico y emocional de la madre y de lo vulnerable que queda el vínculo matrimonial tras varios intentos fallidos.

Debido a todo lo anterior es fácil, por sentido común, llegar a la conclusión, acerca de lo ilógico e irracional de la FIV.

Concluyendo:

La FIV es el producto de un sistema de pensamiento cerrado que eleva el deseo de ser padres por sobre la necesidad del niño (en el caso de los progenitores) y, eleva -tanto el deseo de obtener éxito profesional como el de obtener beneficio económico- por sobre la vida del niño, la salud de la madre pero, además, por sobre el cuidado que merece la familia (en el caso de los interesados en promover la técnica). Acaso, el sentido común, no nos dice que la “necesidad” se antepone al “deseo”?

En definitiva:

  • La técnica ignora el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos y ligados entre sí por el matrimonio e ignora también el derecho que en exclusividad poseen para llegar a ser padre y madre solamente el uno a través del otro lesionando, de este modo, la dignidad de todos ellos.
  • Ignora flagrantemente el hecho biológico.
  • Ignora, además, el aspecto emocional de la madre y del padre.

Es lógica y razonable la FIV cuando ignora la realidad y la dignidad humana?

Por último, lo lógico, señor presidente, es que plantara cara a la CIDH en defensa de la vida humana desde la concepción declarada en el Pacto de San José.

Eso, para empezar, sería lo verdaderamente lógico y razonable.

 

7.03.15

¿Por qué oponernos los costarricenses a la Fecundación in vitro (FIV)? (I)

En primer lugar, nos proponemos mostrar que la oposición a la FIV brota del ámbito de la ética y de la biología y no del campo de la fe; al hacerlo, a la vez, expondremos las razones de nuestra oposición.

Con ese objetivo, hemos de tomar en cuenta las acciones que, en la historia reciente, han tomado organismos internacionales en relación a la legislación costarricense y el propio Estado, respecto a la defensa de la vida humana. Lo cual sería:

  • El Decreto Presidencial del 3 de febrero de 1995 regulaba la práctica de la Fertilización in vitro (FIV). Dicha regulación estableció que la técnica fuera utilizada únicamente por matrimonios, obligaba a la implantación en el útero de la madre de la totalidad de los embriones y prohibía la producción de más de seis de ellos.
  • Mediante sentencia del 15 de marzo de 2000, la Sala Constitucional declaró inconstitucional dicho decreto.
  • En el 2002 y apoyados en esta la resolución, un grupo de costarricenses demandó al Estado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) apelando la transgresión de las normas de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADD)  (también conocido como Pacto de San José)en relación a lo que han llamado su “derecho a la paternidad”.
  • Acogida la demanda, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó sentencia responsabilizando al Estado costarricense solicitándole, además, que permitiera acceder a la técnica.
  • El Pacto de San José, establece que “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente” (Artículo 4)
  • En franca oposición al Pacto de San José, la CIDH otorgó un nuevo estatuto jurídico al embrión al establecer que “la vida humana inicia con la implantación”. Fue así como despojó al embrión “pre-implantatorio” de su categoría de “persona” dejándolo desprotegido ante la ley. De ahí que, de practicarse la FIV en Costa Rica, se podrá experimentar, congelar y desechar embriones sin que lo impida la ley.
  • Al día de hoy, de manera responsable, la Asamblea Legislativa discute la forma en que el país cumplirá con la sentencia de la CIDH.
  • Debido a lo que aducen es “tardanza”, las parejas demandantes han solicitado recientemente a nuestro actual presidente, Luis Guillermo Solís, la práctica de la FIV mediante nuevo Decreto Presidencial lo cual, según declaraciones del mandatario, será tomado en consideración.  

La formulación de un nuevo decreto presidencial, por cumplir con la sentencia de la CIDH, tendría que ir en línea opuesta al de 1995, el que -al menos- procuraba la protección del embrión. 

De legalizarse mediante nuevo decreto implicaría no solamente expulsar del debate a nuestros representantes ante el Congreso sino apresurar la, por demás, innecesaria inmersión de nuestra legislación dentro la corriente ideológica que niega el valor a la vida humana antes de la implantación (uno de cuyos representantes es Peter Singer) por lo que entraríamos a directamente a promover la científicamente demostrada y también innecesaria experimentación con células madre embrionarias así como la selección y descarte de los embriones una vez pierdan utilidad. En pocos pasos estaríamos también legalizando el aborto ya que la técnica de la  FIV lo contempla.

“¿Por qué oponerse a la fecundación in vitro? ¿Por qué impedir que personas deseosas de ser padres o madres no puedan hacerlo? ¿Por qué oponerse al nacimiento de niños que son, probablemente, los más deseados en este mundo?” preguntaba, cargado de sentimientos, hace unos años un destacado abogado costarricense.

Nos oponemos debido a que, como hemos expuesto, existen razones éticas y biológicas para hacerlo.

De esta forma dejamos claro que la discusión acerca de la FIV no es una cuestión de fe sino de derechos humanos; por tanto, los defensores de la vida religiosos y no-religiosos reclamamos dentro del debate público el terreno ético y científico razón por la que exigimos al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, se ajuste a lo que la razón y la lógica establecen. 

Recurran a la segunda parte de este artículo haciendo click en el enlace.