Trump: ¿realismo o ficción?
La historia demuestra que los líderes mundiales que fracasan son aquellos que, dentro de la ficción que es para ellos la realidad, anteponen sus propias ideas al bien común. Barack Obama ha sido uno de ellos y Hillary Clinton también lo es. Otros muchos existieron, existen y habrán de existir.
Qué pasará con Trump?
Sin ser ni remotamente un experto, me atreveré a adelantar que con Trump pasará que, con el pasar del tiempo, nos daremos cuenta que no era el hombre peligroso que algunos se figuraban pero tampoco la promesa tan esperada respecto la defensa de la vida humana y la libertad religiosa.
Por qué?
Porque Donald Trump siempre elegirá aliarse con aquellos acerca de los que su intuición para los negocios y sus analistas le aseguren el éxito en sus gestiones.
En este momento podría estar considerando nuevas alianzas con católicos y evangélicos quienes, definitivamente, le han dado su voto; en otro momento podrían ser militares, personas influyentes de una u otra tendencia y hasta los medios de comunicación.
Nunca se sabrá lo que pasa por su cabeza sino hasta el momento en que lance el zarpazo final con el cual obtendrá lo que se ha propuesto ya que todas sus actuaciones parecen un montaje con el cual confundir a quienes considera adversarios; tampoco tendrá reparo en confundir a sus aliados si es lo que necesitara para lograr lo que se propone.
Pese al espectáculo del cual elige rodearse, Donald Trump demuestra ser una persona realista.
Sin duda su mayor destreza constituye obtener de la realidad la mayor cantidad de variables de las cuales seleccionar aquellas que le aseguren el éxito; así fue como, entre otros, eligió las variables de la libertad religiosa y la defensa de la vida humana.
La novedad será verlo ejercitarce en obtener ganancia, ya no solo para su propio beneficio, sino para el de los demás ya que, mientras lo consiga, podrá alardear de ser un magnífico hombre de negocios lo cual -está demostrado- constituye para Trump lo único importante.
Casi que podría asegurar que cederá en más de una ocasión con tal de no ver deteriorada su buena reputación como gerente.
Ya el tiempo dirá si el famoso magnate es un hombre capaz de anteponer el bien común a sus propias ideas con lo que sabremos si para la vida humana y la libertad religiosa se ha abierto un camino de esperanza.
En fin, como no solo no soy un experto si no que nunca bastará con que lo diga, lo más sensato será dejar al tiempo la respuesta definitiva acerca de si la persona del tal Donald Trump es realismo o mera ficción.
Nosotros, a seguir orando, alabando y dando gracias por la realidad que nos ha tocado vivir ya que «En el modo que tenemos de vivir las circunstancias, decimos ante todos, quién es Cristo para nosotros» Luigi Giussani
(Esto último, parece mentira, pese a que es lo más realista de todo lo que siempre digo, no parece calar suficientemente hondo)