¿Qué puedo hacer yo en el Año Sacerdotal?
Hace algo más de dos meses comenzó el Año Sacerdotal. Creo que algunos católicos podemos correr el peligro de tomarnos la «convocatoria» del Santo Padre como si fuese otra chorradilla de la ONU.
No es sólo una cuestión estética. Desconozco los criterios para determinar a qué se le dedica un año, pero este 2009 las Naciones Unidas lo tributan a las Fibras Naturales, la Astronomía y los Gorilas. Pero la llamada del Papa —convocar— a un año consagrado a un motivo, va más allá de un reconocimiento o unas reflexiones. Es una invitación a la santidad, invitación personal e individual. Tengo por costumbre, porque así me lo enseñaron de pequeño en casa, que cada documento de la Iglesia, cada propuesta, intentar aplicármela a mí primero. Reconozco que a veces es difícil, algunos textos son complicados, y algunas sugerencias o recomendaciones nos pillan muy lejos. En esos casos, lo mejor es pedir consejo.
No es mal momento para volver a planteárnoslo. Aprovechamos la avalancha de ofertas de coleccionables que va a preludiar unas semanas de buenos propósitos, y conseguimos encajarlo entre el deseo de practicar algo más de deporte después de constatar que no tenemos una figura muy apolínea, y la aspiración de que esta vez «sí que sí» aprendo ese idioma que se nos resiste.
Por si a alguno le sirve, a mí me vinieron muy bien, los diez consejos de Father Mark (traducción y negritas mías), son sólo ideas, o ¿no?:
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