El pedal de martinis da jaqueca
Continúo, con esta escatológica metáfora, la serie iniciada por una de las adoratrices del libro del cardenal Carlo María Martini, nuestro querido Juan Masiá, S. J.: ¿Un Martini! ¿Rosso o bianco? y Otra copa de Martini: ¡Que sea doble!
Únicamente desde el alegórico efecto del alcohol se pueden entender frases como: «si Juan Pablo II se hubiese retirado a los 70 años» (no sabe el P. Masiá, que en mejor de los casos los obispos presentan su dimisión a los 75, ¿por qué esa inquina?; ¿ignorancia?, ¿fobia?, ¿secuelas de la bebida?), o calificar al chulo de barrio de Georg Sporschil como un «entrevistador [que] no proviene de la prensa amarilla, ni de la aduladora retórica del Osservatore romano, ni del periodismo aliado con movimientos de involución» (os ahorro las despectivas opiniones que vierte en las preguntas, sobre la Iglesia o el Papa).
Pero dejemos al bueno de Masiá para otro momento. He terminado la lectura del libro del arzobispo emérito de Milán: Conversaciones nocturnas en Jerusalén, pero he de reconocer que sido incapaz de acabar con el libro.
Quizá tenga cierto interés para contemporáneos, es como una revista de colegio, con los nombres en negrita, para que hasta los más torpes puedan encontrarse, en este caso intelectualmente. Quitando algunos episodios de indudable atractivo humano, es un compendio de lugares comunes —circiterimos: ‘mundos vitales’, ‘apertura’, ‘juventud’—; y en numerosas ocasiones con poca honradez intelectual. Un vago intento de justificación de toda una época.
Las pocas ganas de finalizar me las quitó ayer Sandro Magister, Dios no es católico, palabra de cardenal, que apoya su opinión en un demoledora crítica del filósofo Pietro De Marco. Suscribo, con algunos matices, sus impresiones.
Martini Lutero, pero sin la coherencia de Martín Lutero. Es un buen biblista, y en su haber está que no ejerce de capador interesado de Escrituras. Probablemente la crítica a la interpretación liberacionista no le granjee amigos, lo reconoce. Pero reduce el alcance. Para él, aunque «no pensar en modo bíblico nos hace limitados, nos impone anteojeras, no nos permite captar la amplitud de la visión de Dios», esa amplitud se refiere única y exclusivamente a aprender de los otros, de los paganos,…. ¿Para qué?, pues no queda claro. Queda totalmente diluido el conocimiento y encuentro personal con Dios, con la Trinidad. En una referencia puramente circular, esa apertura es: «para pensar en modo abierto»
No hacer a Dios católico. En consonancia con las páginas anteriores desdibuja la determinación:
Los hombres se alejan de los […] diez mandamientos y se construyen una propia religión; este riesgo existe también para nosotros. No hacer a Dios católico. Dios está más allá de los límites y de las definiciones que nosotros establecemos. En la vida tenemos necesidad, es obvio, pero no debemos confundir eso con Dios.
En parte es cierto, Dios es mucho más, pero lo que no es, es lo poco a lo que lo reduce él. Creo que es una expresión muy poco feliz, un intento de indeterminar lo que es Dios y lo que significa, para que todo quepa. Así, ser abierto, lo es cualquiera. Elimina la radicalidad —todavía habrá algún memo que confunda radical con extremista— del amor.
¿Ganar a los otros —a los jóvenes—? Como consecuencia de lo anterior intenta vagamente justificar, los desafectos (en especial de las peculiares interpretaciones de los decretos de la 32º CG de hermanos suyos jesuitas). La finalidad del cristiano vuelve a centrarse en del diálogo, aunque no sabemos sobre qué. El diálogo es el fin: «Quisiera individuos pensantes. […] Solamente entonces se pondrá la cuestión de si son creyentes o no creyentes. Quien reflexiona será guiado en su camino. Tengo confianza en esto». Sigue pensando que el joven es él, que son los de su época, con sus virtudes y defectos. Adolece de una efebofilia propia de una senectud mal digerida. No le entra en su modo de pensar, que las inquietudes, que los anhelos sean otros que los de su juventud. Una juventud muy setentayochista, por cierto, absolutamente obsesionada, como él, por los problemas sexuales. No he contado las contínuas referencias a involucionismo y sucedáneos, pero puede aseguraros que son numerosas.
El pueblo arrastrando a Moisés. En otra desafortunada comparación, equipara los cuarenta años del desierto con el cuadragésimo aniversario de la Humanae Vitae. Da la impresión que interpreta el pasaje bíblico al revés, no es Moisés —el Santo Padre— el que guía, es el pueblo el que arrastra a Moisés. Creo que no le costaría nada reconocer que los hechos le desmienten. Nos dice Martini:
Yo he conocido bien a Pablo VI. Con la encíclica quería expresar consideración por la vida humana. A algunos amigos les explico su intención valiéndose de una comparación: aunque no se debe mentir, a veces no es posible obrar de otra manera; quizá es necesario esconder la verdad, o es inevitable decir una mentira. Toca a los moralistas explicar donde comienza el pecado, sobre todo en los casos en los que existe un deber más grande que la transmisión de la vida
El contexto lo resume muy bien Lucetta Scaraffia:
Pablo VI no llegó a hacerse entender, a hacerse escuchar, «por los hombres de nuestro tiempo», porque sus palabras no llegaron a superar el muro de desilusión y de protesta que se alzó contra la ‘Humanae vitae‘ de manera inmediata incluso entre los católicos. El diálogo entre los innovadores decepcionados y la Iglesia, al releerlo hoy, parece un diálogo de sordos, tanto que esta resulta la encíclica menos recordada por la Iglesia misma entre aquellas encíclicas del siglo XX, casi un feo incidente que se ha de olvidar.
Sinceramente, me da pena, que en el ocaso de su vida, no sea capaz de reconocer sus errores, tal como él le exige a la Iglesia: como bien sugiere, ganaría mucho en credibilidad. Este modo de razonar lo extiende, como otros antes, al resto de temas. La Humanae Vitae es también la espita de lo que vino después.
Podría citar más aspectos, incluso algunos positivos, pero no creo que merezca la pena. En resumen, si en esta época de crisis quieres tirar el dinero y perder el tiempo, cómprate o regala el libro de Martini; el éxito está asegurado.
Juanjo Romero, [email protected]
26 comentarios
Y me gusta menos que quien ponga a parir al Papa y a sus hermanos en el episcopado sea un cardenal. De todas formas, es mi opinión sobre el libro. Omití aspectos positivos, pero no creo que sirvan de contrapeso.
juanjo, la crítica es ¿a Masiá, a Martini o al libro?.
por cierto, otro titular desternillante
En fin: ¡estar atentos! Por sus frutos los conoceréis, especialmente a aquellos que aún pareciéndose externamente a Cristo (...son como corderos...) pero por su boca habla el Dragón.
Quien tenga oídos que oiga.
1.- El título pa' Masiá
2.- La crítica para el libro
3.- El respeto para el Cardenal, como no podía ser de otra manera. Si no lo respetase, ni siquiera le me lo habría tomado en serio. Creo que es bastante correcto.
Germán, a mí me recuerda al camino intermedio de Quevedo --buen teólogo--, quizá a estertores de una corriente nefasta, aunque bienintencionada.
El Tertuliano "senior" no fue mejor que el"junior", habiendo terminado en el montanismo.
Es triste que esto mismo le pase a quien fuera rector del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, rector de la Pontificia Universidad Gregoriana en la misma ciudad y, por fin, sucesor de San Ambrosio en Milán.
¿No estará cayendo, con sus cofrades de la Compañía, lo que censurara de su propia orden, el P. Giulio Cesare Cordara (+ 1785), cuando fue suprimida por Clemente XIV: "peculiare vitium nostrum, id est superbia" (Ver: J. Lortz, "Historia de la Iglesia" Madrid - 1982 - Vol. II, 337)?
La trayectoria personal del cardenal es dura, luces y sombras, y muy oportuna la referencia al P. Cordara. La división en la Iglesia es también la división en la Compañía. A mí, personalmente, me encantarían unos «jesuitas descalzos», una vuelta al espíritu fundacional ignaciano. Algo así como lo que se prometía con la 35ª CG, pero de verdad.
Editado para reordenar. Fecha original: 14.11.08 @ 23:28
Felicidades. Un artículo soberbio, como de costumbre, Juanjo.
2)
Lo que afirma Lucetta Scaraffia:
"[la Humanae Vitae es] la encíclica menos recordada por la Iglesia misma entre aquellas encíclicas del siglo XX"
es, claramente, una hipérbole.
¿A alguien le suenan las encíclicas del único Papa santo (por ahora) del s. XX:
- E supremi, sobre la figura del Romano Pontífice (4-10-1903)
- Ad diem illum laetissimum, conm. 50 aniv. de la proclam. dogma Inm. concep. por Pío IX (2-2-1904)
- Iucunda sane, conmemoración del XII centenario del papa san Gregorio I el Grande (12-3-1904)
- Acerbo nimis, sobre la enseñanza de la doctrina cristiana (15-5-1905)
- Il fermo proposito, institución y desarrollo de la "Acción Católica" en Italia (11-6-1905)
- Vehementer Nos, al pueblo francés, por la situación del catolicismo en su país (11-2-1906)
- Tribus circiter, condena de la pseudo-orden de los "Mariavitas" en Polonia (5-4-1906)
- Pieni l'animo, sobre la situación del clero en Italia (28-7-1906)
- Gravissimo officii munere sobre las asociaciones cátólicas en Francia (10-8-1906)
- Une fois encore, sobre la situación de la Iglesia Católica en Francia (6-1-1907)
- Pascendi Dominici gregis, contra los errores del Modernismo (8-9-1907)
- Communium Rerum, sobre san Anselmo de Aosta (21-4-1909)
- Editae saepe, sobre san Carlos Borromeo (26 de mayo de 1910)
- Iamdudum, sobre la "Ley de separación" de Portugal (24-5-1911)
- Lacrimabili statu, sobre la situación de los indígenas en Sudamérica (7-6-1912)
- Singulari quadam, sobre las organizaciones sindicales de los trabajadores (24-9-1912)?
cfr. http://es.wikipedia.org/wiki/Pío_x
Si no es así, no es extraño, ya que ninguna de ellas, ni ningún otro texto, cita, alocución o lo que sea de San Pío X, es citado en ninguna de las dos ediciones del Catecismo de la Iglesia Católica en las que se citan, entre otros, discursos de Juan XXIII y del propio Pablo VI.
3)
Carlo María Martini fue "papable" a la vez que Juan Pablo II. Sus "apoyos" en la Curia quedaron "desolados" por la longevidad del Papa Magno y por la enfermedad de Párkinson de Martini.
La elección de Benedicto XVI ha sido la sentencia de muerte para su "papabilidad" y una prueba irrefutable de la acción del Espíritu Santo en los cónclaves.
Eso explica que el cardenal Martini, sin nada que "perder", ahora no se sienta en la obligación de "callarse". Ya puede decir lo que "piensa".
Saludos.
1.- Gracias, severo amigo, indulgente censor
2.- No es tanto una hipérbole como un sobreentendido. Es la encíclica apestada, que se menciona vergonzantemente. Pero se refiere a encíclica post-Vaticano II.
De todas formas, sugerente lo que dices de san Pío X, no había caido. Lo usaré.
3.- Creo que en algo tienes razón. No he seguido mucho las andanzas de Martini, me parece más un pelele de la prensa progre que un conspirador ávido de poder. Siento no poder darte muchos detalles (que haya podido comprobar). En cualquier caso que se haya dejado hacer no dice mucho de él. A mí me duele, lo siento.
Editado para reordenar. Fecha original: 14.11.08 @ 23:40
No estoy tan seguro que el libro tenga mucha difusión, en serio, quien lo lea comprobará que no aporta mucho. Otra cosa será el grupito de adoratrices que le rodean. Pero te agradezco el comentario, estaré atento. Aunque si he de serte sincero, no es un tema que me apasione.
Editado para reordenar. Fecha original: 14.11.08 @ 23:46
Lo de Masiá, al fin y al cabo, papanatas de quinta regional, es de más fácil arreglo. Su Prepósito General, de tierra balompédica do las haya, que le arreé certero chut en trasera parte y le endilge un ite missa est, que nos libere de pedante, vanidoso y vácuo anticatólico pater.
Lo de Martini, es más serio: no es sólo lo de Cristo es agnóstico, es lo de la desobediencia al Papa en todo: moral sexual, bioética, liturgía... ¿Y sus obras bíblicas? pues mi única experiencia no duró más de dos páginas: un tostón manido.
1.- Su nombre seguirá sonando en boca de los de siempre. Lo que me apena es que no lo desmienta. Sé que no gusta, pero me recuerda al cardenal Siri, pero de menos talla.
2.- Yo soy más usuario de la «Navaja de Hanlon»: no atribuyas a maldad lo que es necedad. Sabes a ciencia cierta que no es santo de mi devoción, pero conversiones más grandes he visto. Le encomiendo todos los días.
3.- Es cierto que son un poco tostón, pero creo que tiene indudables méritos científicos y pastorales. No me las voy a dar ahora de buenista, pero va cuesta abajo. Tal como decían los dos Migueles anteriores, no es el de antes, ese intento de Dios no católico, que es lo más cercano al relativismo religioso me pone los pelos como escarpias.
Editado para reordenar. Fecha original: 14.11.08 @ 23:54
Las biografías sintéticas asépticas están en la web de Milán y en las del Vaticano
Ya no está en Jerusalén, por el avanzado estado de su enfermedad, sino en Italia, junto al Aloisianum de Gallarate. Y acaba de prestarse a seguir siendo utilizado por otros para sacar dinero y defender lo indefendible. ''Il coraggio della passione. L'uomo contemporaneo e il dilemma della scelta'', ed. Piemme, y, con Enrico Mascheroni, “I colori di Dio”, ed. Monti.
Como le decía a Miguel, no he seguido las últimas andanzas. Acabo de comprobar lo que decías y es desolador. No lo entiendo, de verdad, que no lo entiendo.
Editado para reordenar. Fecha original: 14.11.08 @ 23:58
Me he tomado la licencia de poner los enlaces que habéis sugerido. Maniático que es uno.
¿Y el pobre e inseguro pueblo fiel? A verlas venir sin saber por donde respirar. Ninguna palabra de clarificación. ¿Dónde quedará la verdad? se preguntan con asombro los católicos... Y como se deja decir cualquier sandez a cualquiera, vista de rojo, morado, negro o camisa a cuadros, al final cada uno hace lo que quiere y se le antoja y así va este mundo.
1)
Sí, decididamente, ésa mirada es, indudablemente, la de un pelele.
Mi madre padece desde hace años la misma enfermedad. Y, por experiencia, sé bien que el rostro del enfermo tiende hacia una inexpresividad más bien dulzona, quizá a causa de la pérdida parcial de control de los músculos de la cara.
Las fotos de la cara de los últimos años de Juan Pablo II así parecen atestiguarlo.
2)
"Yo soy más usuario de la «Navaja de Hanlon»: no atribuyas a maldad lo que es necedad."
Buen intento.
Si realmente fuera cierto eso que dices, no habrías incluido esta foto de Martini, y nos habrías hablado de aquellos que le inducen a comportarse neciamente.
Saludos.
Decía Ortega que cuando se escribe o se hace literatura o se hace precisión o se calla uno. Y Martini nunca ha hecho ninguna de las tres cosas: escribe bastante mal, es difuso e impreciso -tibio- y le cuesta mucho callarse.
Creo honradamente que Martini ha sido magnificado sobremanera por la opinión progresista eclesial. Necesitaban un capelo que hiciese frente a Juan Pablo II desde el lado progre y -¿cómo no?- ahí estaba este jesuita de postín. Objetivamente considerado, el pensamiento teológico de Martini es absolutamente irrelevante y prescindible; desde el lado literario, leerlo es como un pequeño tormento o como una herramienta penitenciaria.
Me encantaría poder ofrecerte una opinión más fundamentada por mi parte.
En esta línea podría suscribir lo que comenta Foix, pero al igual que estoy esperando que se abran los archivos de la KGB para otros casos, en este caso concreto no creo que haya una "organización" detrás.
Apunto más a una concurrencia de intereses, en la mayoría de los casos extraeclesiales. Quizá uribarri te pudiese arrojar algo más de luz.
Dado que durante muchos le consideraron como papable, para mí es obvio que una de las razones por las que Dios permitió que Juan Pablo II sufriera tanto durante sus últimos años de papado, en vez de llevárselo antes, era para evitar que su sucesor fuera este jesuita. Y es que siempre, siempre, siempre..... Dios sabe más.
¿Qué te sorprende? "Ellos" siempre prefirieron besar el oro.
Gracias por tu/su post que comparto.
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